Ésta es una síntesis de la entrevista de ayer en A24.

 

La nueva organización del Gabinete Económico

• Se decidió fortalecer el rol de coordinación del ministro de Hacienda para que él pueda articular internamente con todo el equipo económico, y el Gobierno en general, el trabajo hacia ese mayor equilibrio fiscal que vamos a necesitar. Hemos planteado también a Rogelio Frigerio como coordinador responsable de la negociación política que va a hacer falta para realmente superar esas trabas que tenemos hace mucho tiempo en la Argentina.

• La Argentina no necesita un súper ministro, necesita ministros responsables con autoridad para enfrentar los dilemas que tenemos, que, a nuestro entender, no pasan por la estructura del Gabinete sino mucho más por enfrentar esas trabas que hemos tenido históricamente como, por ejemplo, gastar más de lo que tenemos.

 

Cada momento tiene su particularidad, pero no es el más difícil que nos tocó pasar

• Los primeros tres o cuatro meses del gobierno fueron más difíciles, centralmente porque teníamos que restablecer la confianza del mundo sobre la Argentina, teníamos que restablecer un Estado devastado en su instrumental, no había ni estadísticas, no teníamos Reservas, no teníamos ni siquiera la posibilidad de acceder a financiamiento externo y había una oposición, que en ese momento recién se iba del Gobierno, en un plan de la “resistencia” que ni siquiera reconocía la existencia de este Gobierno.

• Este momento es desafiante, sin dudas, pero con otras características; nosotros teníamos mayor tranquilidad que la que se generó en un momento porque sabíamos que teníamos los recursos y las herramientas para enfrentar esa tormenta.

• Entendemos, también, que para mucha gente se superpuso con una fatiga producto de una demanda de cosas que todavía no sintieron. Cada momento es particular, pero lo que es seguro es que nunca lo minimizamos, nunca minimizamos la angustia y el miedo que estas semanas le generaron a mucha gente.

 

Trabajamos juntos para cambiar y sacar el país adelante

• Uno de los desafíos centrales para nosotros era curar un poco la cultura del poder en la Argentina. Y en ese plano cuando te das cuenta de que la confianza puede estar en duda, te surgen los temores que todos tenemos, ya no como funcionarios sino como argentinos, de “¿se podrá romper ese ciclo de permanente fracaso?”. Pero de eso también se saca lo que más se tiene que sacar en estos casos, que es la conciencia de hacia dónde quiere ir, un liderazgo del Presidente que ayuda mucho y también escuchar, aprender y abrir a ver qué cosas podemos hacer mejor.

• La Argentina se acostumbró a que los mismos gobernaban siempre y entonces los reflejos eran los mismos, las situaciones eran las mismas y el gran desafío era encontrar cuál era la conspiración detrás de lo que nos quieren mostrar, cuál es la realidad oculta que en realidad demostraría que siempre vamos a ser iguales. Acá hay una cultura de trabajo que es distinta, en algunas cosas tendrá que ser mejor o peor, pero en esa cultura estamos espalda con espalda trabajando juntos, tratando de poner primero la responsabilidad que tenemos. 

 

¿Qué esperar del acuerdo con el FMI?

• La Argentina vive más allá de sus posibilidades: eso es el déficit. Como en una casa de familia, si ganás cien y gastás ciento diez tenés que pedir esos diez en otro lugar, y esos diez podés pedirlos en un prestamista del barrio o podés pedirlos en una institución que tenga reglas de juego.

• Yendo al fondo preventivamente buscamos reducir nuestra vulnerabilidad al mundo y sus vaivenes para tener una mayor estabilidad en términos de cubrir esa necesidad de financiamiento.

• El FMI, como cualquiera que te presta plata, te pide que le demuestres que le vas a poder pagar, y eso tiene que ver con el ritmo con el que se llega al equilibrio fiscal. El ritmo que habíamos pautado, de un punto por año, no alcanza hoy para generar la confianza ni en el Fondo ni en los otros que nos pueden prestar.

 

Lo importante del precio del dólar es la flotación

• Lo que hemos tratado desde el principio es de incorporar a lo que hacemos las enseñanzas de nuestra historia, una historia donde siempre se trató de solucionar las cosas con un tipo de cambio fijo y entonces aguantábamos un tiempo, explotábamos, llamábamos a un súper ministro para que nos salvara y arrancábamos de nuevo con la misma lógica.

• Para evitar eso es fundamental el tipo de cambio flotante porque te permite evitar la apreciación excesiva y cuida que nuestros productores sean competitivos en el mundo.  

 

El camino de las tarifas se necesita para el equilibrio fiscal

• Planteamos un camino institucional con audiencias públicas y explicando razones. Abiertos a nuevas ideas como ocurrió con el propio radicalismo y la Coalición que nos plantearon modos de mejorar la implementación para que no haya situaciones de injusticia, y de mejorar el control sobre las empresas para asegurarse de que no haya problemas de sobrefacturación, y en todo eso estamos obviamente más que de acuerdo.

• Lamentablemente, no hay otra manera de hacer las cosas si queremos llegar a ese equilibrio fiscal y si queremos lograr que no pase lo que termina pasando muchas veces, que es que el 40 por ciento que no tiene gas en la Argentina termina subsidiando a lugares que todavía están con una cultura de consumo como si fuera gratis.

 

La relación de Quintana con Farmacity

• No hay conflicto de interés, y además él se abstuvo de tratar todos los temas del gobierno vinculados a la salud y a los temas de medicamentos.

• Un punto, que además es una gran innovación que hemos tenido hoy en la Argentina, es que hay normativa específica para conflicto de intereses. Hubo varios casos donde hubo dudas y donde, a diferencia de antes que ni sabíamos los conflictos de intereses porque no estaba transparentada la información, trabajamos para despejar cualquier incógnita al respecto.