Éste es un resumen de la entrevista de ayer en La Cornisa.
Es un momento complejo, pero hubo peores y salimos adelante
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Este país tiene salida y depende de nosotros. No hay un manual escrito de antemano para esto que estamos haciendo juntos de crecer, fortalecer la democracia, terminar con la pobreza y volver a vincularnos con el mundo después de una experiencia calamitosa como la que tuvimos hasta diciembre de 2015.
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No creemos que sea el momento más difícil desde que asumió el gobierno. Cuando asumimos fue, por lejos, más difícil: no teníamos reservas en el BCRA, estábamos en default, habíamos roto todos los contratos que fijan precios en la Argentina, teníamos un panorama parlamentario muy complejo, veníamos de 4 años de destrucción de empleo, de recesión, de estancamiento.
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No hay salvadores en esto. Se habla de que debería haber un gran ministro de Economía, y en esos momentos nos fue mal. El punto no es el corto plazo, es la cuestión estructural, necesitamos acordar, dialogar, traer las cosas reales a la mesa. No mentir, no hacer demagogia.
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No es el momento más difícil que hayamos atravesado. Hay que tener tranquilidad porque el gobierno tiene las herramientas y el diagnóstico. Comprendemos la angustia y el miedo, no le escapamos al liderazgo que se requiere y estamos seguros de que vamos a salir bien. Pero con madurez, tenemos que sentarnos entre todos los dirigentes, todos los que tienen una voz, y definir si van actuar con responsabilidad o no. Esto tiene solución y estamos muy encaminados para eso.
Todo lo que hicimos hasta ahora, sirve para resolver esta coyuntura
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Estamos en un momento complejo, que hay que atravesar, pero con muchísimas más herramientas para hacerlo. Estamos creciendo hace 7 trimestres, hay 55 mil millones de reservas en el BCRA, tenemos un apoyo inédito de los principales países del mundo que esta misma semana dijeron que apoyaban el camino económico de la Argentina.
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Entendemos la angustia y el miedo que generan situaciones como esta, venimos de 70, 80 años donde estas volatilidades se perciben como que pueden ser una gran crisis. Lo más importante de todo, para tranquilidad de todos, es que estamos convencidos de que hemos desarrollado un programa económico y una política pública que nos previene de tener esas grandes crisis del pasado. Eso no quita que tenemos que hacer la tarea, tenemos mucho trabajo que hacer todos juntos.
Nuestro problema más profundo es el déficit fiscal
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Tenemos enormes desafíos y oportunidades. Desde el primer día sabemos que tenemos los problemas del desacople de la economía, especialmente el déficit fiscal. Y caminamos en un equilibrio muy fino entre la confianza de los argentinos y la confianza de aquellos que nos prestan la plata para llegar al equilibrio fiscal. En estos dos años y medio bajó cuatro puntos el gasto público como porcentaje del PBI y bajamos, también, dos puntos de impuestos. Ha habido un trabajo muy fuerte para lograr que crezca la economía al mismo tiempo que se cuida a los más vulnerables.
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Ese camino nos colocó un escalón más abajo en la confianza, por motivos externos e internos. El mundo, los inversores, pero también los argentinos, nos piden que demostremos un poco más, nos piden un esfuerzo más porque tienen dudas de que la Argentina de verdad crea que tiene que llegar a ese equilibrio de la economía y no depender del ahorro externo.
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Eso es una oportunidad de romper la cultura del desequilibrio fiscal que arrastramos hace 70 años y que explica nuestra inflación, las devaluaciones y los diversos problemas que tenemos.
Qué hicimos hasta ahora y qué podemos hacer
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Vimos venir estas turbulencias y actuamos en consecuencia. En enero, la Argentina resolvió gran parte de las necesidades financieras del año. Hoy tenemos una discusión cambiaria y no una discusión de deuda porque el equipo lo previó, y a las mejores tasas de nuestra historia. Esto es, en parte, por la confianza que hay en el país. Si no existiera esa confianza, nos habríamos tenido que enfrentar a tener que llegar al equilibrio fiscal de un día para el otro, lo que habría tenido un costo social, político y económico irreversible para la Argentina.
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Tres de cada cuatro pesos se destina a la protección de los más vulnerables. Hemos hecho un esfuerzo muy grande para bajar el déficit y hay que bajarlo todavía más. El gran acuerdo nacional que tenemos es el presupuesto nacional, no se puede proponer algo que rompe ese acuerdo (como la ley de congelamiento de tarifas que está ahora en el Congreso). Eso deteriora la confianza en la Argentina y subestima a la gente si están haciendo especulaciones electorales con eso.