Esta es la entrevista al ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Faurie, publicada en Clarín.
"Es importante que el gobierno venezolano muestre voluntad de diálogo"
-Con esta sanción, ¿el Mercosur cierra sus canales de comunicación con Venezuela? ¿O no los corta?
-Es muy importante que haya una voluntad de diálogo como ofrecimiento de aproximación. Todos los países tenemos algún nivel de diálogo con distintas figuras de Venezuela. Ciertamente todos también los mantenemos con distintos niveles de la oposición, no solo porque lo procuramos sino porque ellos nos contactan.
-¿Y contactos de gobierno a gobierno?
-Lo que vale aquí es que nosotros mantenemos desde hace más de un año un encargado de negocios. Y el embajador de Brasil retornó, después de un año y medio de ausencia. Los dos son diplomáticos experimentados, que actúan con una gran razonabilidad. La forma de transmitir nuestra visión está. Lo que tenemos que encontrar es la voluntad no necesariamente de negociación, pero sí de aproximación. Por otro lado, muchas veces nos han preguntado si estaríamos dispuestos a sumarnos a una negociación entre las partes. En el caso de Argentina, que esta semana nos hicieron dos veces la misma pregunta, hemos respondido que sí. Pero también hemos dicho que queremos saber quién es el interlocutor del otro lado, que está dispuesto a dialogar.
-¿Quien solicitó esa participación a la Argentina?
-Fueron fuerzas de la oposición que nos dijeron que quieren volver a dialogar con el gobierno, con la formación de un nuevo grupo, de los muchos que han existido, en términos de dos o tres que representan a la oposición, y dos o tres que representan al gobierno. Nos han dicho que precisan tener la figura de un facilitador.
-¿Ese nuevo intento podría tener frutos?
-Depende de la voluntad política. No olvide que a pesar de los pedidos del Mercosur, formulados en la cumbre de presidentes de Mendoza, Venezuela instaló igual la Asamblea Constituyente. Y ayer (por el viernes) desplazaron a la fiscal general. Y entre medio, llevaron presas a la hija y a la sobrina de la fiscal. Pusieron presos a Leopoldo López y a Ledezma, aunque después los liberaron. Tiene que haber un gesto para que se exprese en forma real la voluntad de diálogo.
-¿Habrá en el futuro otras acciones que pueda realizar el Mercosur para presionar a Venezuela?
-El Mercosur no prevé ninguna otra acción. Esto es lo máximo que puede hacer.
-¿Identificaron sectores más abiertos al diálogo? Personalidades chavistas, militares, diplomáticos...
-Canales y posibilidades hay. Pero ¿qué grado de influencia tienen estos estamentos? Por ejemplo, no tenemos claro cuál es el proceso en las Fuerzas Armadas venezolanas. Es obvio que desde el lunes pasado, luego del proceso electoral, hay toda una puja que se refleja ahora en el resultado de las presidencias y las autoridades de la Asamblea Constituyente.
-¿A qué se refiere con esto?
-Por ejemplo, la ex ministra Delcy Rodríguez se muestra más próxima a Diosdado Cabello que a Nicolás Maduro. Se ve que hay un proceso de realineamiento del cuál todavía no tenemos los resultados.
-¿Hay algún resquicio para establecer línea directa con Maduro?
-Lo que percibimos es que hay un endurecimiento de las autoridades gubernamentales. Que ese endurecimiento no se sabe hacia dónde está apuntando, más allá de la represión. ¿Cuál es la salida que ellos visualizan? Ocurre que durante un tiempo, el poder se puede endurecer, y puede vivir aislado. Pero no puede ser para siempre. Estamos en un giro de la situación venezolana donde, por un lado, hay un creciente aislamiento de todo el gobierno actual; hay en marcha un corte de vínculos con la región y con el mundo. Por otro lado, hay una reducción de comercio internacional de Venezuela, que opera básicamente por la crisis económica que atraviesa el país. No es que dejamos de vender sino que dejaron de comprar. Esto sin duda marca un límite. Ahora ¿cómo piensan que van a superar esto? Da la impresión de que lo que van a hacer es plantearse que se queda un “grupito de fieles”, la piedra basal de esta situación, y dirán “acá nos la aguantamos”.
-Ese “grupo de fundadores” del chavismo al que usted hace referencia ¿es homogéneo?
-Hay fuerzas diferentes en lo interno. Vuelven a aparecer de algún modo algunas referencias chavistas; con el mensaje de “seamos más prudentes” o “no acentuemos este proceso”. De todos modos, es muy poco tiempo aún para tener una lectura más precisa.
-¿Cuánto tiempo de vida le dan al gobierno venezolano?
-Es muy difícil hacer un pronóstico en situaciones extremas. En la Argentina hemos vivido esas situaciones extremas, donde se decía “esto explota mañana”. Pero duraron cierta cantidad de tiempo. Lo que vemos ahora es una aceleración del deterioro. Depende de cuánto les duren los recursos: la venta del petróleo empieza a estar en tela de juicio por varios de los interlocutores y el comercio se cayó, al igual que la actividad económica. Lo que prevemos es que habrá algún tipo de acomodamiento; de flexibilización.
-Hoy la fiscal general está destituida. ¿Qué músculo, qué diente, puede tener el Mercosur para presionar más?
--El Mercosur no tiene ese “diente”. No es un proceso de integración militar. Es un proceso de integración económica. Por otro lado, cuando Venezuela se acercó, su decisión fue de un alto contenido político, más que económico. Esto muestra que, en la medida en que ellos se encontraban muy atrás en la integración económica, es poco lo que puede hacer el Mercosur.
-Se dijo que uno de los pasos del Mercosur será ir a otros organismos como OEA y Unasur.
-Nosotros vamos a Lima donde un conjunto de cancilleres, de distintas partes de América del Norte, Centroamérica y el Caribe y Sudamérica, donde nos vamos a presentar y decir que el Mercosur ya cumplió con su misión de sacar a Venezuela del bloque por el tiempo en que ellos no vivan en democracia. La OEA tiene un gran problema porque tiene un conjunto de votos, de países del Caribe, que depende de la energía provista por los venezolanos.