Esta es la entrevista publicada hoy en el diario Clarín.
Mauricio Macri: "No queremos volver a un Indec que nos diga que somos los mejores del mundo y es mentira"
-Tras esta cumbre, ¿lo inquieta el problema de la seguridad para la cumbre en Argentina? ¿Cómo lo van a manejar? ¿Van a pedir ayuda?
-Lo vamos a hacer solos, como corresponde en ese aspecto. En los otros sí, nos están ayudando. Espero que todos los argentinos sepamos que es una oportunidad para mostrar lo maravilloso de nuestro país. No podemos recibir a mandatarios de los principales países y tener episodios como los que se vivieron acá, no?
-Con respecto a la charla con el presidente francés, ¿hubo avances en el acuerdo UE-Mercosur?
-Este no es el ámbito. El ámbito son reuniones específicas. Esa es la idea, la ratifiqué con (Emmanuel) Macron, a quien conocí acá. Había hablado por teléfono nada más. Acá tuvimos casi 48 horas de contacto permanente. Eso es lo más importante que tiene el G-20. Con él, dado el desastre que hubo con la agenda con todo el tema este de la seguridad, teníamos bilateral el viernes a las 10.30. Pero la fuimos teniendo durante la comida, que terminó 12.30 y seguimos hablando hoy (por ayer). Y él ratificó que también cree que Mercosur-UE es una gran oportunidad. Hay que avanzar. Todos reconocen que el problema es el sector agrícola. El centro del nudo que tenemos está en Francia. Por eso lo abordé a Macron.
-¿Qué charló con Theresa May durante el concierto?
-No me acuerdo específicamente, porque hablamos dos o tres veces a lo largo de estos días. Quedamos en que, con la agenda que nos había quedado “patas para arriba”, dejábamos la reunión para la próxima. Y así fuimos reacomodando todo como pudimos. Fue una complicación movilizarse (por las manifestaciones en la calle). Eso retrasó todo.
-¿Cree que, frente a posiciones tan antagónicas con respecto al proteccionismo, a los refugiados, en la cumbre del G20 usted puede actuar como un efecto persuasivo sobre las posiciones de Donald Trump?
-El presidente de la Cumbre tiene la obligación de coordinar y generar acuerdos. Su sherpa es el que conduce a los otros sherpa, que tienen que trabajar en la redacción (del documento final). A Angela (Merkel) le costó un montón pero logró una redacción común, que la verdad que es moderada. Eso demuestra que firmaron todos en la redacción común. También firmó el presidente de Estados Unidos, así que yo soy optimista.
-Y con respecto a Theresa May, ¿en qué quedó el intercambio que intentaron hacer?
-Nada. Estábamos hablando de hecho de que no teníamos lugar (en la agenda). Pero después, de generalidades: del lugar, el puerto, el concierto. No es una de las personas con la que más profundicé. Tengo mucha más familiaridad con (Justin) Trudeau, con (Paolo) Gentiloni de Italia, con Angela (Merkel), con (Donald) Trump, que es un tipo con el que tengo un diálogo más fluido. Con (Enrique) Peña Nieto... Son muchos, uno va entrando en confianza con muchos.
-¿Y cómo fue el contacto con May?
-Neutro. Ni frío, ni calor...
-Para que el problema de cómo combatir a la pobreza con la educación no sea solamente un slogan va a tener que incorporar cambios estructurales de las instituciones financieras. ¿Usted desde el G-20 está dispuesto a impulsarlo?
-Lo estamos impulsando. Pero también tiene que haber cambio en la actitud de las distintas comunidades, ¿no?. Es muy importante el rol del diálogo que incluya a los padres, a los gremios docentes, a los gobiernos. Si no los cambios no se pueden hacer. En Argentina , tal vez los que más se oponen a los cambios -dado el fracaso y los resultados que hemos obtenido son los gremios docentes. Eso es inentendible. Porque cuando uno ve las pruebas y los desastres que nos han pasado en estos últimos años. Haber pasado a que solo la mitad de los chicos terminen el colegio y, de los que terminan, solo 3 de cada 10 comprenden matemática. ¡O sea que solo 3 de cada 10 van a conseguir un buen trabajo! Eso debería desafiarnos a todos a ver cómo cambiamos y lo más rápido posible. Y te encontrás con gremios que te dicen: “Rechazo las pruebas, las descalifico y no tengo nada que cambiar”. Eso es terrible.
-Hay un contraste entre lo que uno percibe fuera del país y cómo reciben y analizan su gestión dentro. ¿Cómo vive ese contraste y en el medio de un proceso electoral?
-Hay una diferencia. Un mundo. Desde que nos visitó Obama para acá, todos los jefes de Estado que han llegado han dicho con sus palabras que el cambio que habíamos hecho era impresionante. En Argentina, por suerte hay una mayoría que creemos que hemos tomado el buen camino y hay otros que creen que se construye un país en 18 meses. Y otros que creen que el modelo anterior, o los valores anteriores, eran los correctos. Yo creo en lo que estamos haciendo y espero que los argentinos sigan impulsándolo. Porque yo estoy acá representando a la Argentina, por decisión de los argentinos. No por decisión mía.
-Si ese rumbo no se ratifica en las elecciones, ¿cree que a las inversiones no van a llegar con la rapidez que espera?
-Soy muy optimista. Los argentinos vamos a seguir trabajando juntos en este camino. Así que no quiero prender ninguna alarma.