Esta es la entrevista al Jefe de Gabinete, Marcos Peña, publicada en La Voz del Interior (Córdoba).
Marcos Peña: La propuesta es más potente que la crítica
–Schiaretti dice que la campaña en Córdoba va a ser de baja intensidad y la Nación da la impresión de querer lo mismo. ¿Cómo haría Cambiemos para disputar en serio Córdoba con una campaña de baja intensidad?
–Hay dos definiciones centrales. Cambiemos nació con vocación de gobernar el país, las provincias y los municipios. Tenemos valores e identidad y somos una alternativa necesaria. Y también Cambiemos se ha caracterizado por ser propositivo. Nosotros queremos poner el eje en los problemas y en sus soluciones. Trabajar un mensaje que no sea contra nadie, sino propositivo, cercano a la gente. En el caso específico de Córdoba, tenemos una buena relación con el gobernador Schiaretti, institucional y personal, una agenda de trabajo muy rica e intensa, con muchas obras, y rompiendo estos años de discriminación que tuvo Córdoba, pero Cambiemos es nuestro espacio y en eso hemos sido muy claros: los candidatos del Presidente son los candidatos de Cambiemos. En general, creo que la crítica como herramienta electoral está sobrevalorada. La propuesta es mucho más potente.
–¿El Gobierno tiene información o sospechas fundadas sobre irregularidades en algunas de las licitaciones de gasoductos en Córdoba o cree que De la Sota pudo haberse bajado de la competencia electoral por razones vinculadas a ese punto?
–No tenemos ni información, ni sospechas.
–Usted mencionó la discriminación que sufrió Córdoba. Schiaretti pone cada vez más énfasis en acelerar la redistribución geográfica de subsidios y de inversiones en obras. ¿Se avanza en eso?
–En las obras se avanzó mucho. Todas las grandes obras que se están haciendo en la provincia son del Gobierno nacional o están apoyadas por la Nación, más allá de que la Provincia también invierta.
–Hay privilegios que no parecen terminar nunca. Por ejemplo: en Buenos Aires se soterra el ferrocarril Sarmiento con fondos nacionales mientras los usuarios pagan un boleto de apenas seis pesos. Y muchos ni eso, porque no se exige el pago.
–Es que Argentina está en un proceso de normalización económica gradual. Nosotros no podemos plantear todo de un día para el otro. Hay distintas realidades sociales en cada lugar del país y los cambios se van tratando de hacer en forma socialmente sustentable, cuidando a los sectores más vulnerables. Pero creo que ahí hay una segunda discusión que hay que dar: un acuerdo fiscal entre las provincias, la Nación y los municipios. Y que se tiene que reflejar en la discusión de la coparticipación, de la reforma tributaria, de los esquemas tarifarios y de subsidios, de las competencias de los distintos órdenes de gobierno, de cómo fortalecer a las provincias. Va de la mano de una discusión más profunda: cuál es el modelo de desarrollo. Nosotros creemos que ese modelo tiene que fortalecerse en el interior del país, no en el área metropolitana de Buenos Aires. Medidas como la baja de las retenciones agropecuarias, el plan de infraestructura, los miles de kilómetros de ruta y autopistas, lo que tiene que ver con la revolución aerocomercial, con inversiones en energías renovables, tienen una mirada, que es la necesidad de generar trabajo en el interior del país, lograr que cada argentino que nace en un pueblo tenga la oportunidad de desarrollarse allí.
–¿Puede haber un cambio en las retenciones? Según la fundación Fada, volvió a subir la porción de la renta agropecuaria que va al Estado. Eso limita invertir en el interior.
–Ya anunciamos el camino en ese punto. Hay que ver las cosas que se lograron en 18 meses, que afectaron positivamente al sector agropecuario: la apertura de mercados, la baja de controles discrecionales, la mejora de la infraestructura, la normalización del mercado cambiario, la baja de las retenciones... A esto hay que enmarcarlo en un camino de gradualismo. Implica un plan financiero, monetario y fiscal de cuatro o cinco años para ir logrando ese plan de desarrollo. Y centralmente está la cuestión de seguir destrabando los incentivos para que haya más inversiones y más valor agregado agroindustrial.
–El gradualismo fiscal, ¿se va a pasar de GNC a nafta después de las elecciones?
–Más allá de las ansiedades que pueden agarrarnos a todos, hay un plan fiscal que se está cumpliendo y que se va a seguir cumpliendo. El objetivo de este año es lograr el 4,2 (puntos del PIB de déficit fiscal), el año que viene el 3,2... Este es el primer año en que no crece el gasto en términos reales luego de mucho tiempo.
Defensa del gradualismo.
“Se está bajando la dependencia de la emisión monetaria, se está logrando un programa muy racional. Algunos quisieran que fuéramos mucho más rápido y otros dicen que estamos haciendo un ajuste salvaje. Evidentemente, estamos yendo por un camino posible y gradual”, explicó el jefe de Gabinete.