Esta es la nota de opinión del ministro de Producción, Francisco Cabrera, publicada hoy en Clarín.
Hay revoluciones que ocurren sin avisar. O sin que les prestemos atención. El 2 de agosto de 1999, sin que nadie se enterara, un argentino fundaba Mercado Libre; 18 años después, la aventura de Marcos Galperín reúne a 166 millones de personas, es uno de los 50 sitios más visitados del mundo y, para muchos, es la empresa argentina más valiosa de la historia.
Cada vez que visito una Pyme me encuentro con argentinos con el mismo espíritu, creativos, con ganas de crecer, que sortearon los vaivenes de la economía, las trabas burocráticas y salen adelante con empuje.
Ellos lideran una revolución que todos tenemos que apoyar. El 99% de las empresas argentinas son Pymes y generan el 70% del empleo formal: 4,1 millones de personas todos los días van a trabajar en las 850.000 Pymes que hay en el país. Las Pymes son el corazón del modelo productivo que comenzamos a construir en diciembre de 2015.
La fábrica de sándwiches Cleo de Sonia Núñez en Salta, que después de un crédito del BICE comenzó a venderle a YPF. Los Rasti de la familia Dimare de Lomas del Mirador, los termos Lumilagro de Tortuguitas, los electrodomésticos Liliana de Rosario y las piezas metálicas protegidas por Carolina Castellani de Mar del Plata. Y también el comerciante de Trelew, la pequeña constructora de Posadas, las cervecerías artesanales, los kioscos, las gomerías, el contador que armó su equipo en Roca para ayudar a los productores de fruta fina a exportar y la familia de Tilcara que agrandó su casa para hacerla hostería. Todos son héroes de una revolución silenciosa.
En 2016 avanzamos en normalizar la economía, evitamos una crisis y empezamos a hacer los cambios para poner el país en un camino sostenible. Ese crecimiento ya comenzó: hace tres trimestres que la economía crece.
Sabemos que 2016 fue un año difícil, especialmente para las Pymes que viven del consumo interno. Por eso hicimos la Ley Pyme: por primera vez, todas las fuerzas políticas acordamos un marco sólido para ayudar a estas empresas que son el futuro del país.
Ya se inscribieron más de 300 mil Pymes para acceder a los beneficios de la ley: descuentan de ganancias 10% de sus inversiones; pagan el IVA a 90 días; compensan el costo del impuesto al cheque. El impuesto a la Ganancia Mínima Presunta, ya no existe más gracias a la Ley Pyme. Estos son los primeros pasos de la reforma tributaria que estamos encarando. Empezamos por las Pymes.
A las que se inscribieron en el registro Pyme, solo con el descuento por inversiones, el año pasado el Estado las premió con $ 1.067 millones. No es un subsidio: es un reconocimiento. Todos los organismos de gobierno estamos trabajando para hacer más simple la vida de las Pymes: no queremos que sean cadetes del Estado. Queremos que su administración sea digital, que exporten rápidamente, que la relación con el Estado sea veloz y simple. Lo estamos haciendo con la Jefatura de Gabinete, la AFIP y más de 80 organismos públicos que por primera vez se coordinan para dejar de ser una traba y eliminar barreras.
La Ley de Emprendedores, el otro cimiento de esta revolución Pyme, va a permitir crear nuevas sociedades más ágiles, formalizar miles de emprendimientos y multiplicar el universo Pyme. Para cada argentino que tenga una idea, transformarla en realidad va a ser más fácil. Porque el futuro del trabajo está en la revolución de las Pymes, propusimos en la ONU reconocerlas con un Día Internacional. Por primera vez, este 27 de junio es el Día de las Pymes en todo el mundo.
Seguro conocés Pymes o trabajás en una. Esta semana, dales una mano con una pregunta: “¿Te anotaste en el registro Pyme? Mirá que tenés beneficios”.