Esta es la entrevista al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, publicada hoy en La Nación.
Jorge Triaca: "Hay algunas decisiones de las empresas que no acompañamos"
-¿Cuál es su análisis con respecto al cierre de la planta de Pepsico?
-El proceso de producción de la planta de Vicente López está migrando hacia la planta que la empresa tiene en Mar del Plata. La compañía nos dice que va a incorporar 150 trabajadores ahí. Hay algunas decisiones de las empresas que no acompañamos, y menos en estos momentos, pero también entendemos que los procesos de producción de las compañías tienen que estar regidos por el marco de la ley, teniendo en cuenta los cuidados y la contención que los trabajadores merecen. Ante esa situación, nosotros pusimos en marcha el Programa de Transformación Productiva, para aquellas empresas que cambien sus procesos y se planteen los desafíos de la producción que viene. Lo hacemos junto con la provincia de Buenos Aires y los municipios; vamos a estar monitoreando la situación para que las empresas tengan el acompañamiento del Estado.
-¿Cómo evalúa el cierre de paritarias sin mayores complicaciones y con cláusula gatillo si las supera la inflación?
-Si fue sin mayores complicaciones es porque hemos construido confianza y previsibilidad.
-Pero ¿cree que se van a reabrir las paritarias?
-Estamos terminando las negociaciones paritarias de este año, en los meses de junio y julio te diría que ya tenemos resuelto el 85% de las negociaciones cerradas. Quedan algunas para el segundo semestre, pero son las menos, y en todas estamos en un promedio de entre 21 y 21,5% de aumento. La mayoría tiene cláusulas para revisión. La cláusula proyectada en los meses que nos quedan y la inflación proyectada (no sólo por el Gobierno, sino por el relevamiento de expectativas del mercado del Banco Central) están por debajo de ese 21%, y el proceso sobre actualización de tarifas que tenemos que hacer está por debajo también. No vemos un escenario donde haya una variación significativa. Las paritarias tienen que mirarse desde la perspectiva del trabajador, tienen que cuidar el poder adquisitivo del salario.
-El empleo privado y formal no termina de despegar. ¿Cuándo cree que esa expectativa se va a concretar?
-Creemos que el proceso de crecimiento de la economía ayuda para esto, y lo que vemos es que hay sectores que están creciendo mientras que otros vienen mucho más rezagados. Los sectores que tienen vínculos comerciales a través de la industria con Brasil siguen teniendo problemas de desarrollo, ya que el sector manufacturero, sobre todo en líneas de consumo, está muy atado al país vecino. La cadena agroindustrial, los servicios y la energía empiezan a tener impulsos significativos. Unos sectores a veces compensan a otros, y por eso los números no son los que uno quisiera, pero vamos por el sendero correcto. Entendemos también que hay ciertas estacionalidades, como nos tocó en el mes de abril, que es un momento en que baja la cantidad de puestos de trabajo, y luego se empieza a recuperar de vuelta en la propia dinámica de las actividades estacionales.
-Dentro de los temas de su área de cobertura estuvo en agenda la situación de la justicia laboral. Aquello que el presidente Macri denominó como "la mafia de los juicios laborales". ¿Qué se va a hacer concretamente para tratar de revertir esto?
-Lo primero de todo es correrle el velo, hablar de este tema sin pelos en la lengua y ponerle el cascabel al gato. Eso implica entender que es una de las principales causas de involución en la Argentina. No es sólo el incumplimiento de la ley, es el abuso del sindicalismo por el cual algunos viven o generan una industria del juicio. Vuelvo a repetir: esto no va en favor del trabajador. Cuando un empleado tiene que esperar entre tres y cinco años para recibir lo que le corresponde, que debería recibirse de manera abreviadísima, no está bien. Cuando todas las instituciones que deberían ayudar a mejorar los servicios de conciliación estaban dadas vuelta para mejorar la industria del juicio, evidentemente había objetivos muy claros que eran trabajar sobre el conflicto, porque ahí se generaban estos recursos, que el año pasado fueron alrededor de 600 millones de dólares. Hay ahí muchos estudios laboralistas que se beneficiaron.
-Pero debería haber un trabajo específico sobre la Justicia...
-Sí. Lo segundo tiene que ver con trabajar con el fuero laboral. Nosotros les tenemos que dar todos los elementos para que puedan hacer su tarea de manera equilibrada. Si la cantidad de demandas que se presentan son 115.000, como sucedió el año pasado, y la capacidad operativa que tiene la justicia laboral en la ciudad de Buenos Aires es de entre 35.000 y 40.000 juicios, ese enorme diferencial hace que muchos litigios no tengan solución de la manera que debieran tenerla, y nosotros tenemos que ayudar a resolverlos. Cerca de un tercio de los miembros de las salas en la cámara laboral estaban vacantes, más de 50 juzgados en la primera instancia también lo estaban. Hay que ir cumpliendo con esto y haciendo los concursos, como forma de aclarar muchas de las cuestiones.
-¿Y en materia normativa?
-En ese punto, está todo lo que tiene que ver con la adecuación de las normas. Estamos trabajando abiertamente y en diálogo con los sectores sindicales y sectores empresarios sobre las adecuaciones que tienen que concretarse.