- Nosotros pasamos por un 2016 muy difícil, un primer semestre donde perdimos casi cien mil puestos de trabajo. Ese proceso terminó en julio cuando el empleo dejó de caer y en agosto comenzó a recuperarse. Es evidente que estamos en una situación totalmente distinta hoy, ya que hay una economía que crea empleo, algo muy distinto a 2016, cuando la economía destruía empleos. Los empleos que se perdieron en el primer semestre de 2016 fueron consecuencia de un programa económico que hubo que implementar para evitar una mega crisis, de esas que cada diez años tenemos los argentinos. Sin las medidas que tomó el Gobierno, hubiésemos tenido una recesión mayúscula y un salto en la tasa de desempleo gigantesco. Nosotros pensamos que 2016 fue un año en el que logramos, mediante medidas que fueron difíciles en la primera mitad del año, contener esa crisis pero que poco a poco los resultados empezaron a verse. El empleo, que empezó a recuperarse en julio, hoy sigue acelerando su ritmo de crecimiento. Si bien no hemos llegado adonde queremos llegar, porque siempre vamos a querer estar mucho mejor de lo que estamos, aspiramos a derrotar la pobreza en la Argentina, a que los salarios reales sean mucho más altos y a generar muchos más empleos de calidad. Pensamos que es fácil palpar la diferencia entre la economía que tenemos hoy y la que teníamos un año atrás, una economía que iba para abajo y ahora hay una economía que va para arriba. Por supuesto que cuanto más tiempo pase más se van a ver los efectos.

- Desde que llegó Mauricio Macri al poder se vienen prometiendo mejoras que no siempre se terminaron dando. ¿Cuánta paciencia más hay que tener?

- Realmente como país tenemos que tener paciencia, porque cuando decidimos tomar atajos y generar soluciones mágicas nos fue muy mal. Nosotros pensamos que la Argentina tiene que crecer sostenidamente entre tres y cuatro por ciento por año, pero crecer por décadas, y eso es lo que hicieron los países que se convirtieron en desarrollados. Si pretendemos resolver en un año todos los problemas que acumuló la Argentina en diez años, realmente eso no va a funcionar. En 2017 vamos a tener una tasa de inflación que va a ser probablemente la mitad de la que tuvimos en 2016. Vamos a crecer cerca del tres por ciento, un poco más tal vez, cuando el año pasado tuvimos una recesión del dos por ciento. Se está creando empleo cuando el año pasado caía el empleo. Creo que el norte de nuestro programa económico es el correcto, no tenemos dudas del rumbo en el que vamos, pero también sabemos que derrotar la pobreza va a llevar muchos años, entonces no podemos prometer soluciones mágicas. Lo que sí podemos hacer es transmitirle a la sociedad que estamos seguros de que todos los días vamos a estar un poquito mejor.

- Trascendió que la inflación de mayo sería del dos por ciento, ¿no cree que está bajando más lento de lo que se esperaba? Se hablaba que para esta altura del año estaríamos en índices cercanos al uno por ciento...

- Nosotros nunca hicimos un pronóstico mensual de inflación. El año pasado en el primer semestre la inflación anualizada fue del 67 por ciento y en el segundo semestre fue del 18 por ciento, es decir que en la segunda mitad del año fue casi un cuarto del ritmo inflacionario de la primera mitad. Con lo cual, la lección que tomamos de ahí es que no se puede extrapolar linealmente para el año lo que ocurre especialmente en la primera parte del año, donde se concentra la mayor parte de normalizaciones tarifarias, que son las que dictan las audiencias públicas que se autorizaron en noviembre del año pasado. Obviamente el número inflacionario de abril (2,6 por ciento) no nos satisfizo. Pensamos que en mayo vamos a estar por debajo del dos por ciento y que la tasa de inflación va a seguir bajando. Más allá de la discusión puntual de cada mes, no hay que perder de vista el ritmo al que está reduciéndose la inflación respecto al año anterior y lo que va a ocurrir en 2018 respecto de 2017, donde la inflación va a seguir bajando también aceleradamente.

- El hecho de que comience a disminuir la inflación también puede darse por una baja en la actividad económica y el consumo... 

 

- Eso no sería consistente con una economía que el año pasado caía al dos por ciento y este año crece al tres por ciento. Pasar de una economía que caía a una crece y que la inflación caiga a la mitad nos indica que en realidad lo que está ocurriendo es que hay un método de lucha contra la inflación que es efectivo, en el cual vamos a mantenernos y vamos a persistir.

- El Banco Central conducido por Federico Sturzenegger debió subir recientemente la tasa de interés, lo que hace prever que hay problemas para bajar la inflación, ¿Qué opina al respecto?

- Lo que no hace este Gobierno es esquivarle el bulto a los problemas. Entonces, si el Banco Central sube la tasa de interés es para bajar la tasa de inflación. Si por una cuestión mediática el Banco Central no actúa contra la inflación, lo que vamos a tener efectivamente es una suba en la tasa de inflación. Acá lo que tenemos es un Banco Central que actúa contra la inflación y veremos más adelante cuán efectivo fue, pero nosotros estamos seguros de que el Banco Central está haciendo lo correcto.

- Un importante grupo de bancos y consultoras proyectan para 2017 una mayor inflación y un menor crecimiento, ¿por qué cree que están estimando esto?

- Nosotros respetamos la opinión de los analistas independientes, a diferencia de lo que hacía el Gobierno anterior que mentía con la inflación. Nosotros hemos normalizado las estadísticas y de hecho el índice de precios de abril publicado por el Indec fue mucho más alto que el que publicaban las consultoras privadas. Pensamos que la economía va a crecer cerca del tres por ciento, que la inflación está en línea con nuestro programa y a fin de año veremos quien tenía razón.

 

- El ministro (Juan José) Aranguren ya hizo una aclaración de que eso no es así.

- Entonces no se baraja hacer eso...

- No, no se baraja.

- La presión tributaria en Argentina es tan grande que a las pequeñas y medianas empresas se les hace muy difícil afrontar sus cuentas. ¿Cómo piensan revertir esa problemática?

- En 2016 fue el primer año que se bajaron los impuestos después de doce años de suba. Se eliminaron los impuestos al comercio exterior, también hubo una rebaja en el Impuesto a las Ganancias de las personas y además estuvo la ley Pyme. La Argentina comenzó a desandar un proceso de descenso en la presión tributaria por primera vez en muchísimo tiempo. Sabemos que la presión tributaria en la Argentina es alta porque hay un sector muy grande de la economía que está en la informalidad, y eso genera una presión tributaria muy alta para los que pagan. Queremos ir a un sistema tributario en el cual estén incluidos todos, luchar contra la evasión, eliminar exenciones y que eso nos permita bajar alícuotas y que las Pymes tengan una menor presión tributaria. El paso que hemos dado con la ley Pyme es importantísimo. La ley Pyme plasma muchísimos de los pedidos que las Pymes venían realizando desde hace muchísimo tiempo, como por ejemplo el pago trimestral de IVA, el poder tomar a cuenta de Ganancias el impuesto a los débitos y créditos bancarios (Impuesto al Cheque). Son reclamos históricos. La ley Pyme es un instrumento muy poderoso y tenemos la responsabilidad como Gobierno de difundirla más. Hay muchas Pymes que todavía no la están utilizando a pleno, pero creo que es una herramienta muy poderosa para las Pymes.

- Recién hablaba del Impuesto a las Ganancias y la Justicia consideró que los jubilados no deben pagarlo, ¿el Gobierno cree que deben pagar ese tributo los jubilados?

- Eso lo tiene que determinar la Justicia. La Justicia en la Argentina falla en términos particulares, entonces una respuesta en abstracto es muy difícil. Por lo que hemos visto hasta ahora, era el caso de una jubilación que era varios múltiplos de la mínima, entonces es dable pensar que en esos montos el Impuesto a las Ganancias debe ser aplicado, porque es la norma general.

-Hay algunas versiones que dicen que los fondos del blanqueo están ingresando como rentas generales y no a la Anses, que debería usarlos para la reparación histórica de jubilados. ¿Es así?

- Los fondos del blanqueo ingresaron a la Anses y la Anses los ha invertido en letras del Tesoro, las que va vendiendo en la medida en la que va efectuando los pagos de la reparación histórica.

- ¿Por qué hay atrasos de hasta ocho meses en devolver los reintegros de exportación?

- Nosotros recibimos una deuda gigantesca en todo lo que hace a las devoluciones al sector privado de reintegros, devoluciones de IVA a cerealeras, a productores de granos y de devoluciones de IVA a exportaciones en general. Hemos bajado ese atraso en forma muy fuerte y lo seguiremos bajando.

- Si tiene que definirse, ¿se considera un ministro gradualista o de políticas de shock?

- Yo diría que tenemos un programa que va a normalizar la economía argentina en el tiempo. El tamaño de los problemas heredados es tan grande que nos va a llevar bastante tiempo resolverlos.