—En estos dieciocho meses consolidamos una forma distinta de gobernar, que fue una de las bases de las demandas de cambio que había en el país. Se está empezando a ver el camino de recuperación económica para empezar a crecer, se está viendo la mayor inversión en obra pública en cantidad y calidad en muchísimo tiempo y se sostiene ese vínculo de confianza que se construyó entre la mayoría de la sociedad y el presidente Macri, pese a que han sido tiempos complejos. El balance es positivo, aunque todavía falta muchísimo.
—¿Reconoce que hay un severo problema con la economía del día a día, con el precio de las cosas, con el consumo? En Rosario se nota mucho.
—Por supuesto, lo reconocemos. Ponemos sobre la mesa que es un país con casi un tercio de los habitantes en situación de pobreza. La desigualdad viene siendo estructural desde hace mucho tiempo, y a eso se le agregó que ha sido un año difícil para el bolsillo de la clase media. Sí creemos que este año se va a consolidar la recuperación del salario real y el consumo. Y se van a agregar cosas que no estaban, como el crédito, por ejemplo. El crédito hipotecario ayudará a ir a un modelo de desarrollo más sustentable.
—Aparecieron tres encuestas sosteniendo que Cambiemos está tercero en provincia de Buenos Aires. A la vez, otra dice que Macri tiene un 61 por ciento de imagen positiva. ¿Cuál es la verdad entre esos dos extremos?
—Me parece que lo más importante es pensarlo con sentido común. La mayoría de los argentinos que eligió un cambio acompaña a este gobierno, quiere que le vaya bien y no quiere volver al pasado. Y eso se da en todos los territorios del país. Lamentablemente estamos acostumbrados a esas picardías de hacer política con la difusión de encuestas, pero estamos muy tranquilos. Encima, al apoyo en la provincia de Buenos Aires se le agrega la gran adhesión a Vidal, y eso se va a expresar en las urnas. Claramente, el cambio va a ser la primera opción.
—¿Las elecciones serán "Macri sí o Macri no"? ¿Un plebiscito al presidente más que 24 elecciones con características diferentes?
—La pregunta del millón es si se quiere seguir para adelante, aun sabiendo que hay dificultades, o si se quiere volver atrás, por miedo o porque gustaba lo que estaba antes. Es más una discusión de cada argentino de lo que quiere hacer con su vida que una discusión sobre un presidente o un gobierno. El cambio que apareció en 2015 fue mucho más profundo que eso. No se trató de un rechazo solamente a la forma de gobernar del kirchnerismo, sino también un hartazgo con las décadas acumuladas de fracaso. Por eso, estamos viendo con mucha confianza ese deseo de cambio, y creemos que eso va a mandar en la elección.
—¿Cree que Cristina Kirchner se presentará a elecciones? ¿Le sorprende que tenga 30 por ciento o 35 por ciento de intención de voto en provincia de Buenos Aires?
—No creo en esos números. Y lo segundo es que dependerá de ella. Cristina expresa una minoría activa, que es natural después de 12 años de gobierno. Al fin y al cabo Menem, en 2003, salió primero en las presidenciales. Cuando uno es presidente durante muchos años conserva un nivel de adhesión. Pero no tengo dudas de que la adhesión a Cristina es minoritaria.
—Lousteau insiste en que no hay razones para no estar adentro de Cambiemos y que ustedes le niegan la competencia en las Paso. Según él, la actitud del gobierno es inentendible.
—Nuestra actitud es muy clara. Y se lo dijimos a Lousteau desde el primer momento. De hecho, el presidente tuvo una actitud muy generosa, sabiendo que Lousteau no lo votó: lo nombró en la embajada más importante del mundo. Pero el PRO y la Coalición Cívica expresaron claramente que él no debe ser candidato en Capital Federal por nuestro sector. Hay que desdramatizar el tema.
—¿Lo ven a Lousteau como un rival mediato a enfrentar en la Jefatura de Gobierno porteña o en las presidenciales?
—No sé... Su vocación es ser jefe de Gobierno, así lo expresó. Qué va a pasar con su futuro es un tema de él.
—¿Y a usted, Peña, le gustaría en 2019 ser candidato a un cargo electivo?
—Fui dos veces candidato, pero me apasiona mucho la tarea de gobierno. No pienso en otra cosa.
—¿Le sorprendieron las acusaciones de discriminación política que hizo contra ustedes el gobierno de Santa Fe por la distribución irregular de ATN en beneficio de la ciudad de Santa Fe?
—No sé si me sorprenden, sé que las denuncias son falsas e imprecisas. Ellos, mejor que nadie, deberían saber que estamos hablando de un mecanismo institucional en la emergencia. El monto fue para construir viviendas que estaban en situación de emergencia y que todo el resto de las ciudades no son de Cambiemos.
—Eso es no entender que ahora los ATN se usan para emergencias, no como herramienta política. Lo que hay que ver es la obra de la Circunvalación en Rosario, el Metrobús. Estamos haciendo obras, el Estado en tu Barrio. Bajo ningún punto de vista hay discriminación a Rosario, lo que hay es una presencia fuerte e inversión pública que hace mucho no había en la provincia de Santa Fe.
—¿Cómo es la relación actual con el gobernador Lifschitz, que ya atravesó varios clímax? Usted dijo en su informe al Senado que la provincia no le entregaba los planes de obras hídricas...
—La relación es institucional, el gobierno de Santa Fe no integra Cambiemos. Es muy importante la provincia y queremos que le vaya bien. Lo que yo dije en el Senado es un hecho de la realidad. Primero, que las obras hídricas no están hechas, y eso es algo de la realidad. No necesariamente es responsabilidad de Lifschitz. Los proyectos no estaban, ahora por suerte han llegado y avanzan con el Ministerio del Interior. Eso es bueno. No creo que tengamos que entrar en una novela por el afecto o no con el gobernador, tenemos una agenda de trabajo.
—¿Pero la relación está mejor?
—Si uno mira los avances en seguridad, las obras, el trabajo en emergencia, sí estamos mejor. A veces se cuelan las ganas de los socialistas para diferenciarse y hacer algo de política, pero son las reglas de juego. Lo importante es la agenda de trabajo.
—¿El primer candidato a diputado nacional será Barletta o Laspina?
—No está definido. Lo bueno es que hay un conjunto de dirigentes valiosos que pueden expresar un proyecto de apoyo al presidente, pero también de alternancia al Frente Progresista en la provincia de Santa Fe. Queremos y trabajamos mucho para consolidar la unidad, que no es fácil pero es el único camino posible para representar a los santafesinos que quieren otra cosa.
—Sorprende lo de Barletta porque el radicalismo en su convención provincial decidió jugar mayoritariamente con el Frente Progresista y porque Corral decidió no ser candidato. Se estimaba que irían con un “PRO paladar negro”.
—La convención nacional decidió ir con Cambiemos. A nivel municipal hay diferentes realidades y se dio flexibilidad. Barletta apoyó a este gobierno desde el primer día, trabajó muy bien. Al igual que Laspina, que es un gran dirigente, y como Jorge Boasso, Corral desde su gestión municipal. En cualquier caso, al margen de quién vaya primero, hay que armar un equipo que represente a Cambiemos. Somos optimistas de que ese equipo represente a Santa Fe.
—Personalmente, Peña, ¿le gusta más Barletta o Laspina?
—Me encanta Cambiemos.
—¿Más que el PRO?
—Sí, hoy el proyecto político es Cambiemos. Soy afiliado al PRO, es mi partido, pero creemos en Cambiemos como una construcción de poder de largo plazo. Es una alternativa con valores y diversidad.
—¿Le traen muchos dolores de cabeza las internas del PRO santafesino?
—Creo que el PRO nos trae alegrías. Lo hablaba con Miguel Del Sel días atrás. Es un partido político joven, y consolidarse lleva un tiempo. Lo que tienen que hacer es ordenar los objetivos comunes y trabajar para eso. Soy optimista en que eso va a ocurrir.
—Boasso dice que si encabeza Barletta, él encabeza una lista paralela...
—Vamos a charlar con todos para tener una lista de unidad.
—O sea, el gobierno nacional no quiere competencia en las Paso.
—Lo que buscamos es la unidad, pero las Paso son una herramienta válida y existen.