Compartimos con vos una síntesis basada en las declaraciones de hoy del Jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro de Producción, Francisco Cabrera y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca en conferencia de prensa.
El acuerdo
Lo venimos trabajando hace varios meses. Tiene que ver con un formato de diálogo donde nos ponemos de acuerdo las partes, que son las terminales, los autopartistas, ADIMNRA, que es una cámara que nuclea a todo el sector metal-mecánico, SMATA, la UOM, el gobierno nacional y los gobiernos de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, que son las tres provincias donde se fabrican automóviles.
Nos planteamos un objetivo ambicioso de producción: 1 millón de autos en el 2023, con una etapa de cumplir en el 2019 con 750 mil vehículos que se hagan en la Argentina. Ya tomamos medidas para que esto ocurra: lo primero que hicimos fue bajarle las retenciones a las exportaciones de vehículos; segundo, bajamos el impuesto interno; tercero, hicimos la ley de autopartes y, cuarto, hicimos la negociación con Brasil, que es muy importante porque es nuestro socio principal para la importación y la exportación. En términos de empleo implica 30 mil nuevos puestos de trabajo, que se comparan a los 85 mil actuales directos.
Es una excelente noticia para los trabajadores. No sólo para los que están hoy en terminales y en toda la industria autopartista, sino también para potenciar a los nuevos trabajadores. La forma de diálogo en conjunto con empresas, sindicatos y gobiernos brinda resultados concretos y este es uno de ellos. Así como hace algún tiempo pudimos ver lo de Vaca Muerta, este es otro resultado que nos permite ser muy optimistas sobre el desarrollo de la economía.
La situación gremial - docentes
Están abiertos todos los canales de diálogo apropiados para que no sea necesaria esta modalidad de protesta, a diferencia de tiempos anteriores. Especialmente si lo que se busca es resolver los temas. La Argentina vive escenarios de conflictividad y protestas hace muchos años, no es una cuestión coyuntural. Es un error generalizar y plantear que todo conflicto responde a lo mismo.
El paro docente nacional es una expresión muy clara de esa generalización. No hay, a nuestro entender, una razón para nacionalizar un conflicto docente, salvo cuestiones políticas, gremiales o electorales.
Hace muchísimo tiempo que el método del paro docente se usa para tratar de resolver problemas de una educación que, año tras año, fue perdiendo en calidad y en igualdad. Generando también que se vea una progresiva salida de la educación pública a la educación de gestión privada. Entonces, lo que más sentimos, es la necesidad de trabajar todos los temas que hagan falta en el marco del diálogo y no poniendo, a través de estas medidas de fuerza, a los chicos en una situación de perder días de clase.
Si tienen discusiones políticas, electorales o sindicales que dar, denlas en los ámbitos correspondientes, pero no con los chicos fuera del aula.
No se trata de evitar el paro. Se trata de tener una agenda en función de mejorar la situación de los trabajadores que están hoy empleados en general y aquellos que están fuera del mercado laboral o fuera del mercado laboral formal. Este es el desafío que hemos planteado desde el primer día en el diálogo con la CGT y que ha permitido una enorme cantidad de avances concretos en estos 15 meses. Y no tenemos dudas de que en estos 15 meses se avanzó en más temas con la CGT que en los últimos años del gobierno kirchneristadonde sólo se convocaba a los dirigentes sociales para venir a aplaudir a un acto oficial.
Estamos convencidos de que el paro no es necesario ni va a mejorar la realidad de los trabajadores al día siguiente. Porque no hay una idea que puedan aportar hoy los dirigentes sindicales que no haya sido aportada en una reunión de trabajo y que no estemos encarando buscando alguna solución. Pero,somos bien claros: si la propuesta, cuando hablan del rumbo económico, es la vuelta atrás a un pasado que los argentinos rechazaron, entonces ahí no hay un espacio de discusión posible.
La situación del país
No nos dejamos llevar por las voces de los que quieren que fracase el cambio, que necesitan que fracase el cambio, empezando por la expresidenta Kirchner, porque necesitan discutir otras cosas en otros lugares. Y desde el 10 de diciembre, cuando no se le entregó al presidente Macri los atributos de poder, demostraron ese rechazo profundo a la voluntad democrática de los argentinos.
El camino del cambio no tiene retorno, va para adelante porque los argentinos son los que lo decidieron, con valentía y con mucho amor por un país que necesita dejar un futuro mejor a sus hijos.
Tenemos conciencia y es prioridad central que el argentino pueda recuperar su capacidad de acceder al consumo y, sobre todo, llegar mejor a fin de mes.
Entendemos que hay mucha gente que tenga miedo, que tenga dudas, que le cueste renovar esa esperanza y esa convicción de que se puede. Lo entendemos porque no estamos en un país en el que funcionen todas las cosas perfectamente, con igualdad de oportunidades, con desarrollo territorial con igualdad. Y son muchos años de frustraciones, de promesas no cumplidas. Pero tenemos la tranquilidad, y la certeza, de que hay un gobierno, liderado por el presidente Macri, que todos los días está trabajando en implementar un plan y un camino de cumplir las promesas que hicimos en campaña, que no nos hemos movido de ese camino y que estamos convencidos de que los resultados van llegando.
Nos rebelamos ante la idea de que sólo la mala noticia, o sólo el conflicto es importante. Para nosotros, el camino del acuerdo y de los logros compartidos particularmente son tan importantes como los conflictos. No nos enamoremos de la conflictividad o del dramatismo de la conflictividad. Una sociedad que está viva, con diversidad de opiniones, con mucha fragmentación como hemos venido teniendo, naturalmente va a tener conflictos.
Nosotros estamos acá para facilitar el cambio que los argentinos decidieron en las elecciones y ese camino nos va a encontrar juntos con ustedes trabajando con mucha pasión, con mucho entusiasmo todos los días. Y eso no implica negar la realidad de los problemas o de los conflictos, implica abrazarlos, encararlos y tratar de resolver uno por uno.