Sobre la decisión del nuevo gobierno de Estados Unidos de suspender durante 60 días la aprobación de decenas de resoluciones (entre ellas, la importación de limones argentinos), queremos decir tres cosas:
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No se trata de una medida específica contra los limones argentinos, sino una revisión amplia de medidas pendientes
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Es un recurso habitual de las nuevas administraciones en Washington. George W. Bush y Obama hicieron lo mismo
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No hay razones para pensar que la suspensión será confirmada. El proceso de aprobación cumple todos los requisitos y la importación argentina no afecta a los productores locales, porque se hace contra-estación.
Detalles
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El viernes pasado el gobierno de los Estados Unidos ordenó a sus departamentos y agencias ejecutivas suspender por 60 días todas las regulaciones nuevas o pendientes. El objetivo de la medida es darle tiempo a la nueva administración para revisarlas antes de su entrada en vigencia.
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Una de estas regulaciones es la llegada de los cítricos argentinos al mercado estadounidense, que había sido aprobada por el Departamento de Agricultura el 23 de diciembre de 2016 pero todavía no había entrado en vigencia.
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Esta suspensión por 60 días es una medida transitoria normal para los nuevos gobiernos en Estados Unidos. Ya había sido tomada por los presidentes Bush (en 2001) y Obama (en 2009) justo después de asumir.
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El resultado del proceso de revisión es incierto, pero no hay razones para creer que la suspensión quedará firme tras cumplirse los 60 días. Principalmente por dos motivos:
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La autorización del Departamento de Agricultura cuenta con evidencia científica que garantiza que no hay riesgos sanitarios para Estados Unidos.
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La importación de limones no tendría un impacto comercial negativo para los productores estadounidenses, ya que las exportaciones argentinas se realizarían en contra estación, cuando la producción en los Estados Unidos es mínima y debe ser complementada por importaciones de otros países.
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