Nos pareció interesante compartir con vos las entrevistas a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, Maria Eugenia Vidal; al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodriguez Larreta y a la ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra, publicadas hoy en Clarin y La Nación.
Buen domingo!
MARIA EUGENIA VIDAL
"El proyecto de Ganancias es un retroceso, me parece poco responsable y poco serio"
-¿Qué pasaría si el proyecto opositor se convirtiera en ley?
-Fue un retroceso a un trabajo que, tanto el presidente como nosotros en la Provincia, hicimos para tener diálogo. Lo que me preocupa como gobernadora de una provincia que sigue quebrada es cuánto nos va a costar este proyecto. Va a costar miles de millones, que por un lado recibe un sector de los trabajadores, pero que a la vez se dejan de invertir en infraestructura, en escuelas y hospitales. No es una suma menor, con la primera rebaja de Ganancias a principios de año, ya hicimos un esfuerzo, que a la Provincia le costó 3400 millones de pesos, casi lo mismo que se gasta en un año en medicamentos e insumos para todos los hospitales. Esto sumaría otro tanto adicional. Es una preocupación y espero que en el Senado la trasladen también otros gobernadores.
-¿Por qué es inviable el proyecto opositor?
-Es un retroceso, me parece poco responsable y poco serio resolver en doce meses una inequidad que no se resolvió en muchos años. El Gobierno ha mostrado vocación para resolverla, pero así como los costos para salir la situación en la que encontramos el país y la Provincia pretenden ser graduales, también la recuperación en estas áreas deben ser graduales, porque si no no están los recursos que hacen falta para el tercio de argentinos que están fuera del mercado laboral formal. La Argentina y las provincias tienen que definir prioridades. Y para mí la prioridad la tienen los que menos tienen, los que están fuera del mercado de trabajo, los que están desocupados, los que están contemplados por la ley de emergencia social.
-¿Habló con Massa al respecto?
-Hablé y tenemos posturas distintas. Es un proyecto que hoy ni la Provincia ni la Nación pueden absorber. Los números no son consistentes. Faltan recursos, por eso no me parece ni responsable ni serio el proyecto que se votó.
-¿Tampoco se pueden pagar con los nuevos impuestos, como el del juego?
-Los impuestos al juego son potestad de las provincias, no son potestad del Gobierno nacional y creo que puede haber una discusión en ese tema.
-¿El presidente Macri debe vetar la ley, si se sanciona?
-Es una decisión que tiene que tomar el Presidente. Espero que en el Senado haya una discusión honesta y seria. Y que todos podamos cumplir.
-¿Les deja alguna lección haber prometido que los trabajadores no pagarían Ganancias durante la campaña y ahora hacer otra cosa?
-El Gobierno empezó a cumplir ese compromiso a principio de año. Todavía falta, pero se han desactivado problemas que hace mas de un año era imposible pensar que se podían resolver: el levantamiento del cepo, el pago a los holdouts, la desconfianza del mundo hacia la Argentina, un Congreso que funciona donde no hay mayoría y todo se tiene que consensuar.
-¿La unidad del peronismo contra Cambiemos anticipa un frente común opositor en 2017?
-Lo que vamos a discutir en los próximos años es quiénes trabajamos por una Argentina del futuro, seria donde los compromisos se puedan cumplir y se diga la verdad, sabiendo que no hay atajos, que será necesario mucho esfuerzo, pero que que cuando logremos estar mejor será sostenible; y quiénes prefieren atajos o políticas que no se pueden sostener en el tiempo. Cada uno en la política decidirá dónde pararse en ese camino. Nosotros ya sabemos dónde estamos parados y cómo queremos gobernar.
-¿Qué mensaje enviarán a los votantes en 2017? ¿Cambiemos pedirá un apoyo para garantizar la gobernabilidad o para asentar “el cambio”?
-En el caso de la Provincia empezamos un camino de cambio, que fue coherente con lo que votó la gente, un camino que queremos profundizar. Gobernar es estar y hacer. Eso se pone en juego en la próxima elección: qué forma de hacer política y de gestionar queremos en la Provincia. Eso tiene que ser lo que se discuta. La agenda la define la gente, no los gobernantes.
-¿El apoyo de la gente está supeditado al rumbo de la economía?
-La gente todavía tiene esperanza. Me dicen que claramente que ha sido un año difícil, pero que tienen esperanza de que va a funcionar muy bien. Me lo dicen en el barrio más pobres del conurbano y en otros lugares no tan pobres. Era muy difícil que no fuera un año complicado como estaba la Argentina el 10 de diciembre. Y el trabajo del Presidente fue evitar una crisis mucho mayor. Se transitó un camino muy difícil. Se tiene que ser gradual en los costos y también en los beneficios. No podemos ir a velocidades distintas.
-Ustedes dicen que la gente tiene esperanza en el Gobierno ¿Cuánto puede durar?
-Esto que pasa, que la esperanza se sostenga, no es un acto de fe: tiene que ver con que cada uno ve el esfuerzo del Gobierno nacional y el de la Provincia, aunque todavía no hayamos podido cumplir con sus expectativas. Respecto a la seguridad, que sé que es la principal preocupación de los vecinos, empezamos una pelea que no se dio nunca. Pero en cada área que tomemos, podría decirte lo mismo: ¿Está resuelto el problema? No. ¿Empezamos un camino? Definitivamente.
-Usted ha incorporado peronistas, pero el Gobierno nacional parece estar cerrado a sumar figuras del PJ.
-No lo pondría en términos de peronismo o antiperonismo. Nuestro Gobierno en la Provincia está integrado por gente del PRO, por radicales, por personas que nunca tuvieron militancia, y por dirigentes del peronismo. Yo lo que priorizo es que sean personas valiosas para el equipo. La diversidad ayuda. Pero el Presidente, como cada gobernador, tiene derecho a armar el equipo que mejor le parezca.
-¿Cambiemos puede seguir siendo un proyecto con ambición de continuidad si pierde el año que viene en la Provincia?
-Apuesto a que nos van a seguir dando un voto de confianza. De todas formas, Cambiemos no ha hecho otra cosa que consolidarse. Como idea, llegó para quedarse. Hay muchos argentinos que se sienten representados con eso. Yo apuesto a que se fortalezca y crezca el año que viene.
-¿Qué balance hace a un año de su gestión? ¿Qué la enorgullece y qué cosas se podrían haber hecho de otra manera?
-Para alguien tan autocrítica como yo, siempre es difícil reconocer un mérito. Pero el hecho de que volviera la obra pública y que invirtiéramos este año cuatro veces más que el año pasado es un balance positivo y siento que eso va a seguir creciendo. También para mí es muy importante que aquellos que menos tienen en la Provincia sepan que son nuestra prioridad, aún cuando sé que tuvieron un año muy difícil. No los dejamos solos. Y el tercer punto que destaco es haber podido sentar una posición clara de dónde estamos con las mafias que convivieron históricamente en la Provincia. Y decir que no íbamos a ser parte de eso. Creo que estamos en deuda con el proyecto del SAME Metropolitano, sólo lo pudimos empezar en tres municipios: Lanús, Morón y Tres de Febrero. Yo quiero un sistema de ambulancias como el que tiene la Ciudad. Pero tuvimos algunos problemas y el proyecto se demoró. Y también, la seguridad. Me reúno todas las semanas con familiares de víctimas de la inseguridad. Lo hago ante cada hecho grave. Es la parte más difícil de mi trabajo. Mientras tenga esas reuniones yo me voy a sentir en deuda con este tema.
-Usted impulsó la eliminación del tope del Fondo del Conurbano y no prosperó.
-(Interrumpe) No prosperó en el Congreso, pero sí en la Justicia. Somos el primer gobierno de la Provincia que lleva este tema, no sólo al Congreso, donde sabíamos que íbamos a tener dificultades, en especial en el Senado; sino a la Corte Suprema, que aceptó la competencia. Lo hicimos apoyados por el Presidente, que está de acuerdo con que se institucionalice la ayuda. Si en el Congreso, que es donde se tiene que cambiar la ley no están los votos, la provincia no sólo tiene el derecho sino la obligación de judicializarlo.
-¿Qué lectura hace de los focos de inseguridad que se mantienen, pese al refuerzo de Gendarmería? ¿Es parte de la mafia o de la situación social delicada?
-Es un problema que viene de muchos años. De algo estoy convencida: con la misma receta y las mismas prácticas que se usaron hasta el 10 de diciembre del año pasado, no sólo la situación no va a mejorar sino que va a empeorar. Creo que hay que darle pelea desde otro lugar, por eso hicimos todo lo que hicimos.
-¿Carrió sería una buena candidata a senadora? Ella de a ratos tiene ganas...
-No es un buen momento para definir candidatos. Se lo digo a todos los que forman parte de Cambiemos y al resto. Hoy la sociedad no quiere que nosotros hagamos eso, sino que pensemos en el fin de año, en las necesidades de cada familia. Por ahora, nuestra energía no está puesta en lo electoral.
-Carrió acusó de corrupción a Jorge Macri, que es presidente del Grupo Bapro y también quiere ser senador.
-Con Lilita tenemos una relación de respeto, de confianza y de valoración mutua que hace que podamos tener diferencia. A ella la escucho, la valoro y me reúno periódicamente con ella a intercambiar información, a discutir temas de gestión, a escuchar lo que piensa, porque creo que es una dirigente valiosa. Pero podemos disentir. Y una cosa no es incompatible con la otra. Parte de lo sano que tenemos y conseguimos fue salir de la lógica del oficialismo en el que todos piensan igual.
-Es diferente estar en desacuerdo con un proyecto legislativo a si se siembran dudas respecto a si un dirigente es o no corrupto.
-Jorge es parte de mi equipo, lo integré como jefe de campaña después de haber tenido una interna con él y tiene una muy buena gestión. Yo no tendría nadie en mi equipo del que tuviera certezas o elementos para pensar que está involucrado en un hecho de corrupción. Y se lo dije a todo mi equipo y a la sociedad: no importa de quién se trate, no voy a dudar ni un segundo.
-¿Cómo se califica? Macri se puso un 8. ¿Qué nota se pone?
-Soy muy mala calificándome, no me apruebo nunca, así que no voy a decir ningún número. En general en la vida siempre soy muy exigente, me cuesta mucho aprobarme. Pero siento que el esfuerzo que hemos puesto empieza a ser sentido.
HORACIO RODRIGUEZ LARRETA
“En Cambiemos no necesitamos K y con los piquetes hay que hacer y no hablar”
-Se lo ve con bajo perfil mediático, ¿está muy metido en la gestión, es una estrategia o está ...? (No espera el fin de la pregunta)
-Estoy enchufadísimo con la gestión. Hemos lanzado miles de proyectos en la Ciudad, estoy gran parte del día en la calle, recorriendo, es raro encontrarme acá en la oficina ... (Sede del Gobierno porteño en Parque Patricios, donde se hizo el reportaje)
- ... Le decía si era eso o estaba practicando “la gran Felipe Solá”?
-¿Cuál es la de Felipe Solá? ...
-Felipe alguna vez dijo que para sobrevivir en política hay que hacerse bien el boludo ...
-Ah, no, no ... Yo asumo las responsabilidades. Las circunstancias también hacen que el foco mediático desde lo político hoy no esté puesto en la Ciudad. Es natural, hubo cambio de gobierno y de modelo político en la Nación y en la Provincia ...
-¿Qué es lo que más lo satisface y lo que más le preocupa de esa gestión?
-Lo que más me atrae es la capacidad de hacer. Todo el día veo las transformaciones que hemos hecho. Me encanta el hacer y ver que con lo que hacemos le cambiamos la vida a la gente. Por ejemplo, con haber mejorado notablemente el transporte público.
-Pero el Centro está intransitable. La Ciudad se ha transformado en un infierno por los piquetes y usted lo sabe …
-Soy consciente del problema que generan los cortes. Y de la complicación de la gente, especialmente de quienes circulan por el Centro. Este es un resabio más de 12 años de inacción total, que tenemos que mejorar. Para eso se está concretando el traspaso de la Policía, que se terminará de efectivizar el 1° de enero, conforme lo dice la ley de creación de la Policía de la Ciudad, uno de cuyos ejes es el reentrenamiento. En este tema no hay que hablar, sino que hay que hacer. Y no hacer sin resultados. Hacer hasta encontrar las soluciones. Ordenar la cuestión. Que la protesta no perjudique a quienes no protestan.
-¿No pierden así la batalla del tránsito?
-¡No, todo lo contrario! Yo siento que estamos ganando la batalla del transporte público. No le quepa duda que gracias al metrobús, a los 200 y pico de vagones nuevos del subte y el auge de la bicicleta, hoy la gente viaja mejor en el transporte público. Viaja mucha más gente que hace tres años.
-Lo llevo un poco al pasado bien lejano, ¿qué registro tiene de su infancia?
-Las vacaciones en Mar del Plata. Siempre, dos o tres meses por verano. Me instalaba con mi abuela paterna, Tatá. La recuerdo mucho, fue una figura muy presente en nuestra infancia.
-¿Qué recuerdo especial tiene de ella?
-Que me traía las figuritas de fútbol siempre, yo aprendí a leer con los nombres de los jugadores de esas figu y con la revista El Gráfico. Me sabía todos los equipos de los Mundiales de memoria ...
-¿Y cómo se llevaba con sus hermanos menores?
-Nos peleábamos mucho, como es lógico entre tres varones. Asocio la infancia mucho al fútbol, jugando en la vereda, en Libertador y Coronel Díaz, donde me crié, picados, al cabeza-cabeza, en veredas anchas ...
-Le gustaría esa ciudad ahora ...
-Síííí ... en esa ciudad estaba Miguel, el policía de la esquina, que era hincha de River, los amiguitos de la cuadra, de la plaza ... Ya más de grandes nos íbamos a la cancha en el colectivo 93, iba con amigos. Y más tarde con mi viejo cuando él era presidente de Racing. Aún me veo con aquellos chicos de la infancia; yo siempre siguiendo a Racing. La primera vez que lo vi campeón fue en el 2001, aquel de Mostaza Merlo. Con el “equipo de José”, en 1966, yo tenía un año.
-Ahora lo llevo del fútbol a la política. Parece que en Cambiemos hay mucha interna. Justo ustedes que despreciaban la rosca, que se presentaban como distintos ...
-Yo creo en la política. Llevo hechas en la Ciudad centenares de reuniones con vecinas, participo en timbreos, visito escuelas, hospitales, comisarías. Yo creo en esa política, la de escuchar a la gente.
-Pero ahora están discutiendo fuerte y “en público”, como Emilio Monzó, el presidente de la Cámara de Diputados, de origen peronista, que pidió abrir el partido ...
-Yo entiendo que haya gente para quien la política es la rosca, los punteros, las estructuras. En Cambiemos y en el Pro somos muchos los que creemos que la política es estar cerca de la gente, escucharla y solucionarles sus problemas. Algunos hablan peyorativamente del timbreo, me parece fantástico, pero nosotros tenemos otra concepción. Creo que es muy bueno el disenso, pero en el seno de un equipo. Si se da ahí, internamente, es constructivo y necesario.
-¿Me quiere decir que Monzó no debió hacer público su disenso en los medios?
-Yo no soy quién para decir si debió o no debió. Yo creo lo que le digo, para eso somos un equipo, lo que supone que a veces la opinión de uno no es la que prima.
-¿Usted les abriría la puerta del Gobierno a otras corrientes políticas, digamos al peronismo, para darle más consistencia política a la gestión?
-La gente votó un cambio. Por eso no sumaría a dirigentes que tuvieron altas responsabilidades en el gobierno kirchnerista. Más claro: no coincido con que sumemos dirigentes de la anterior gestión. Tenemos dirigentes de muy buen nivel en el Gobierno y en Cambiemos. La gente votó a Cambiemos para gobernar y le dejó el lugar de la oposición al kirchnerismo.
-Usted le está respondiendo a Monzó ...
-No, no hablo en particular de Monzó. Yo sólo expreso mi posición.
-¿Habla de Randazzo, de algún otro?
-Hablo de toda aquella gente que haya tenido identificación notoria, participación activa y protagonismo en el gobierno anterior.
-¿En el peronismo, concretamente?
-No, no, que quede claro que no hablo del peronismo, sino del kirchnerismo.
'-¿Qué balance hace del primer año de gestión a nivel nacional?
-Recibimos un país caótico, con un 30% de pobreza, con una inflación galopante, un triste record mundial de inflación en los tres últimos años kirchneristas, con una economía que venía de tres años de recesión, desinversión en trenes, rutas, puertas ... y eso lleva y va a llevar tiempo recuperarlo. Y eso generó un año económico difícil.
-Y parece que eso empieza a reflejarse en las encuestas, más allá de los timbreos ...
-Siento que la gente reconoce un año difícil, pero a la vez confía en el futuro.
-Usted fue funcionario de Menem, de Duhalde, de De la Rúa, pero lo más llamativo es que se haya ido del peronismo y nadie lo haya acusado de “traidor” ...
-Es que nunca tuve actuación político partidaria, mi actuación en el peronismo fue muy periférica. Fui un cuadro técnico en todos los casos. Siempre me fui bien de donde me fui. Y tengo buenas relaciones con todos.
-Sus genes políticos ... (Se apresura a responder)
-Mis genes políticos son desarrollistas. Soy ahijado de Rogelio Frigerio (hombre clave del frondicismo y abuelo del actual ministro del interior, impulsor del pacto Perón-Frondizi en 1958). Yo participaba de chiquito, era así de chiquito (hace un gesto con la mano), y escuchaba las negociaciones del MID en el 73 para ser parte del Frejuli ... tendría 7, 8 años y con total ingenuidad le pregunté a Frondizi porqué no iba como vice de Perón. “No, yo ya fui presidente, tenemos que ser generosos”, me contestó. Allí estaban él, Frigerio, mi padre, Camilión, Merchensky, Salonia, Melchor Posse ...
-¿Qué fue lo peor del kirchnerismo?
-Perdió una oportunidad histórica en la Argentina, con un contexto internacional muy favorable. Pero lo más grave fue la división que dejó en la sociedad.
-¿Qué es Martín Lousteau para usted, un aliado que compite o una pesadilla?
-Es un muy buen embajador de Macri en Estados Unidos. Lo está haciendo muy bien.
-Mañana llega al país y ya le dijo a esta sección que el año próximo competirá electoralmente con su espacio ...
-Yo tengo mucha confianza en mi trabajo, en mi equipo y en el apoyo de la gente.
-Digamos que es más rival que aliado ...
-Bueno si la decisión de él es competir ...
-Parece un arquero, vuela de palo a palo y las saca todas al corner
-Cuando jugaba, jugaba de dos, después me mandaron de nueve y en torneos más en serio, incluso con Mauricio, jugaba de dos ...
-¿Qué es y qué representa Mauricio Macri en su vida y en la política argentina?
-Es el cambio en la política argentina. No tengo dudas. Va a ser un punto de inflexión hacia una política que respeto por las instituciones, que construya un sendero de desarrollo a largo plazo, algo que nadie pudo hacer en los últimos ciento y pico de años en la Argentina.
-Cuénteme algo de su familia, de Bárbara y de las tres hijas.
-Bárbara y mis hijas (Paloma, Manuela y Serena Viva, que aún no tiene un año), son lo más importante de mi vida. Estoy muy orgulloso de mi familia. A pesar de que trabajo largas horas, mantengo un lindo equilibrio con mi vida familiar. Tengo momentos que son sagrados para estar con mi familia y los respeto siempre.
-Si Bárbara (destacada wedding-planner, organizadora de bodas) tuviera que organizar la fiesta de casamiento de Martín Lousteau y Carla Peterson, ¿qué diría usted?
-Ella es muy profesional, estoy seguro de que lo haría. Además tenemos muy buena relación personal con los dos.
-O sea que iría a esa fiesta ...
-Tengo asistencia perfecta a todas las fiestas que ha organizado desde hace 15 años.
¿Y cree que Lousteau lo invitaría?
-Se supone que sí ...
-Dígame, ¿por qué casi todos los políticos dicen que no quieren ser presidentes?
-No les crea ...
-O sea que usted quiere ser presidente ...
-Yo estoy muy contento hoy en el lugar donde estoy. Recién llevo un año en mi función, que es por un total de cuatro y con la posibilidad de cuatro más, si es que me reeligen. Que hoy se me plantee qué quiero ser dentro de ocho años ...
-¿Pero ... quiere ser presidente o no?
-No está mal tener ese objetivo, pero hoy no me lo planteo. Soy una apasionado del trabajo en la Ciudad.
SUSANA MALCORRA
"No creo que EE.UU. se cierre como se estima"
-En el primer año se buscó normalizar la relación de la Argentina con el mundo. ¿Cuál es el objetivo a partir de ahora?
-Efectivamente, el primer año se buscó instalar a la Argentina, y eso lo logramos. ¿Que viene ahora? Primero, cubrir una gran parte del mundo que aún no pudimos abordar. Yo, por ejemplo, no he ido a la India todavía. Y la otra cosa es: tuvimos un primer año en el que fuimos egocéntricos en nuestra agenda para instalar a la Argentina. Ahora debemos adaptar lo que queremos a una realidad que se ha puesto muy compleja y que tuvo novedades en los ultimos tiempos.
-¿El objetivo es que la Argentina tenga un rol global más estratégico o priorizar cuestiones más tangibles, como la comercial?
-Queremos tangibilidad, no creemos que la Argentina esté en un punto en el cual su inserción en el mundo pueda medirse sólo en terminos teóricos. Ahora, la tangibilidad, que serían los aspectos comerciales, no se puede lograr si no hay también una inserción política y estratégica, que se divide en dos grandes temas. Uno, presencia en lugares que uno no priorizaría tanto si sólo midiera las efectividades conducentes; y segundo, redefinir nuestro mapa de presencia para estar en aquellos mercados en los cuales creemos que podemos tener más impacto.
-¿Cuáles son esos mercados?
-Estamos poniendo mucho énfasis en cerrar el acuerdo con la Unión Europea (UE), debemos mantener un vínculo fuerte con los Estados Unidos y ver cómo nos paramos frente a las señales que mande la nueva administración. Pero cuando miramos qué puede tener impacto sobre nuestra balanza comercial, más allá de China, hay una oportunidad muy grande en todo el sudeste asiático y en África, que es un enorme demandante de materias primas, que China ha dejado de consumir en un porcentaje importante.
-¿La llegada de Trump a la Casa Blanca puede cerrar puertas a la Argentina?
-Nuestra balanza con los Estados Unidos no es enorme, es decir que si lo pusiéramos en términos de riesgos, si hubiera un cierre absoluto de los Estados Unidos, que yo no creo que vaya a ocurrir, hemos estado tan lejos de Estados Unidos, que hoy por hoy no nos representaría un impacto negativo tan grande. Lo que sí haría es representar una falta de oportunidad, porque lo que nosotros vemos en los Estados Unidos es oportunidad. Primero, yo no creo que los Estados Unidos se cierre comercialmente al nivel que se está estimando; y segundo, creo que esa oportunidad va a seguir existiendo. Dicho esto, lo que hagan los Estados Unidos tiene impacto global. Entonces, por ejemplo, no vamos a ver en el corto plazo un avance en el tratado de la UE y los Estados Unidos. Eso es una oportunidad para nosotros para avanzar en el acuerdo entre Mercosur y la UE a una velocidad mayor. Otro ejemplo: Estados Unidos ha dicho claramente que la relación con Asia se va a ralentizar. Ahí tenemos de nuevo toda la cuestion con la Alianza Pacífico, una proyección a Japon, Corea del Sur, Singapur, que es una oportunidad.
-¿Hay que recomponer el vínculo con los Estados Unidos?
-No, no hay nada que recomponer porque no hay nada que se haya roto. El presidente electo Trump es un gran signo de pregunta para el mundo. Tampoco ha definido quién será su secretario de Estado y éste será un dato clave en ello. Nosotros estamos muy expectantes y manteniendo contactos con todos. Lo que sí observamos es que el trato personal que Macri tiene con Trump y el hecho de que se puedan llamar y decir "Hi Mauricio, Hi Donald", allana muchísimo el camino en la diplomacia.
-Hay una mirada de que los cambios globales son negativos para la Argentina, y de que hay una tendencia del mundo a cerrarse cuando la Argentina está con una política más aperturista.
-No sé si la conclusión de que el mundo tiende a cerrarse es exacta, creo que hay partes del mundo que están enviando señales de cerrazón. Nosotros tenemos la convicción de que la salida de la Argentina al mundo es la única alternativa, porque una Argentina cerrada dio los resultados que ya sabemos. Lo que hay que hacer es una inserción inteligente. El que se produzcan algunos cambios puede significar que las oportunidades sean de alguna manera mayores o que se aceleren.
-¿Cómo va a seguir el vínculo con Gran Bretaña, más allá de la reunión de Ginebra por la identificación de los soldados caídos no identificados?
-La hoja de ruta es nuestro comunicado conjunto. Allí incluimos una cantidad de temas, en los que estamos trabajando. En los temas económicos hubo un gran avance. Las empresas del Reino Unido están participando de licitaciones en infraestructura, trabajamos mucho para mejorar nuestra cooperación y desarrollo, y en temas culturales. Hay una gran cantidad de temas en base al principio que definimos de trabajar en una agenda que en un 80% sea propositiva, y que en un 20% gira en torno de una cuestión compleja que son las Malvinas. Se va a hacer una reunión para pasar inventario de esta hoja de ruta, que estimo que la vamos a poder hacer si de Ginebra sale una decisión afirmada de que estamos en condiciones de dar el mandato a la Cruz Roja para identificar a los soldados no identificados. Ahí habrá una buena razón para juntarse y repasar todo esto, incluyendo las cuestiones del Atlántico Sur. Es evidente que una de las áreas donde hay mucho intereses del Reino Unido es en la cuestión de los vuelos. Bueno, miraremos cuáles son las propuestas. En la cuestión de aerotransportes estamos abriéndonos de una manera muy significativa. Eso puede ser una forma de simplificar una posible solución del tema vuelos, pero no hay nada concreto todavía.
-¿Qué hará la Argentina ante los planteos de la CIDH y de la ONU por Milagro Sala?
-Este tema tiene complejidades muy grandes. Nosostros como gobierno somos los custodios del cumplimiento de los compromisos adquiridos por la Argentina en materia de derechos humanos. Somos los interlocutores de la CIDH o del grupo de trabajo de ONU. Pero la Argentina es un país federal y este tema está en la Justicia de Jujuy. Por ejemplo, cuando nosotros vamos al Departamento de Estado a reclamar por un argentino que está en espera de la pena de muerte (por el caso Víctor Saldaño) ellos dicen que esta en el estado de Texas. No es el mismo caso, pero hay que entender que aquí también hay una clara división de poderes. Nosotros no podemos actuar en forma directa.Estamos tratando de proveer de información al grupo de expertos de la ONU y a la CIDH porque es cierto que este grupo tenía información atrasada respecto del caso Sala, era información de marzo.
-¿Cuál será el objetivo de la Argentina durante la presidencia pro témpore del Mercosur que empieza la semana que viene?
-Uno de los temas más importantes que tenemos en el Mercosur es la negociación con la UE. Ésta será una de las prioridades y Venezuela siempre fue ajena a esas negociaciones. No voy a negar que tener una situación en donde se evalúa la cesación uno de los estados miembros tiene su impacto. Lo que hay que asegurar es que los cuatro socios fundadores del Mercosur avancemos en la agenda común. Sabemos que debemos abroquelar más el Mercosur y simplificar la normativa. El Mercosur estuvo en una línea muy política y creo que falta simplificar medidas regulatorias.
-Usted llegó como una de las figuras cuando se conoció el gabinete, pero después recibió varias críticas. ¿La sorprendieron?
-No, no me sorprendieron, la Argentina es de por sí un país con mucha crítica. Lo que sí me sorprendió fueron las criticas sin sustento o sobre premisas falsas, como cuando quisieron poner en duda mi moral cuando fui candidata para Naciones Unidas. Eso me molestó muchisimo. La verdad es que no le dediqué mucho tiempo a mi candidatura.
-¿Qué balance y autocrítica hace en su año de gestión?
-El tema de la comunicación creo que nunca es suficiente. No hablo de mejorar sólo la comunicación con los medios, sino con el Congreso, con la sociedad civil, con el resto de los ministerios y con las provincias.
-¿Por qué dijo que está muy "burrocratizada" la Cancillería?
-Sí, creo que hay que trabajar eso. Yo soy de empoderar. Dejo que la gente vaya y haga, y banco eso. Si de diez decisiones siete están bien, adelante. Esto está en el margen de error de cualquiera. El problema es querer tomar la decisión perfecta y se toma una sola. Eso no lo banco y eso es parte de lo que llamo "burrocracia".