Seguimos teniendo, como hace años, un problema serio de empleo. Ahora que tenemos datos reales, lo podemos empezar a resolver.
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La creación de empleo privado, estancada desde hace cuatro años, está empezando a tomar velocidad. Los datos provisorios de julio que tenemos muestran una ligera mejora con respecto a junio. Eso nos hace ser optimistas. Reconocemos que tenemos un problema serio de empleo, en la cantidad y la calidad de empleo y en alta informalidad, que afecta a cuatro de cada 10 trabajadores. Y que sectores como la construcción y la industria manufacturera que exporta a Brasil son dos de los sectores que más sufrieron este año. Pero uno de los objetivos principales de este gobierno es crear empleo privado formal, y creemos que el lugar donde estamos es un buen punto de partida sobre el cual ponernos a trabajar.
Celebramos el regreso de los datos confiables.
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Por fin, después de muchos años, tenemos datos confiables sobre cuánta gente trabaja en la Argentina y cuánta está buscando trabajo. Y los vamos a seguir teniendo. Cada trimestre vamos a publicar los datos de empleo para saber dónde estamos parados y planificar y evaluar mejor nuestras políticas públicas.
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Estos años de adulteración de la Encuesta Permanente de Hogares son imposibles de reconstruir. No es como la inflación, donde se pueden usar consultoras privadas o institutos provinciales como reemplazo aproximado. La EPH es la mejor información del Estado después de los censos nacionales, y contiene datos clave para hacer políticas sociales (como pobreza, indigencia, distribución del ingreso, mercado laboral). Nunca sabremos verdaderamente cómo dieron estos indicadores en estos años. Nunca lo vamos a poder reconstruir.
El desempleo actual, de 9,3%, es similar a las mediciones confiables del año pasado.
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El desempleo registrado en el segundo trimestre, de 9,3%, es similar al del mismo período del año pasado. Es imposible compararlo con la cifra del INDEC, que estaba adulterada, pero sí con los datos de la UCA y del propio Ministerio de Trabajo del gobierno anterior. Ambos arrojaban una cifra de alrededor del 9%. Es decir, la gente que busca trabajo y no lo consigue es casi la misma que hace un año.
La tasa de empleo aumentó entre 2015 y 2016: hay más gente trabajando.
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Además, es importante destacar que hay más personas trabajando en 2016 que las que había en 2015. El porcentaje de adultos con trabajo (la tasa de empleo) fue en el segundo trimestre de 41,7%, dos décimas por encima del 41,5% registrado por el INDEC en el segundo trimestre del año pasado.
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El crecimiento de la tasa de desempleo de INDEC (que pasó de 6,6% en 2015 a 9,3% este año) no se debe a que hay más personas sin trabajo sino casi exclusivamente a los cambios en la manera de medir, que ahora es más rigurosa y honesta.
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En estas mediciones, se computa como "desempleado" a aquella persona que no tiene trabajo pero lo está buscando. La manera principal que tenía el INDEC kirchnerista de adelgazar el desempleo era tomar como que no estaban buscando trabajo a personas que probablemente sí lo estaban haciendo. De esta manera, las contaban como inactivas (personas que no buscan trabajo) reduciendo la cantidad de desempleados en la cuenta.
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Con la nueva medición, todas las personas que buscan trabajo y no lo encuentran se cuentan como desempleadas y eso explica el salto en el porcentaje.
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No es que haya más gente desempleada, sino que ahora los contamos a todos.