Técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y de la Universidad Nacional del Comahue impulsan el uso de lana de descarte como aislante térmico en la Patagonia, que permite un ahorro energético de hasta un 30 por ciento.
Se trata de una técnica que surgió de una investigación en la que participaron especialistas de los tres organismos, y que se centró en la evaluación de las densidades óptimas de afieltrado para lograr un aislante térmico eficaz para la zona y el tipo de viviendas.
Instalado en paredes, techos y pisos, las capas de lana sirven para conservar la temperatura en el interior de las viviendas, habida cuenta que se trata de una zona con inviernos muy crudos.
Este acondicionamiento térmico de las paredes, techos o pisos de las viviendas es una técnica sustentable y económica que permite utilizar un recurso local de descarte, reducir la presión sobre la vegetación natural, disminuir el consumo energético que requiere mantener la temperatura de las casas y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Estos aislantes pueden ser utilizados en muros de construcción en seco o en cámaras entre muros de mampostería, en techos como los aislantes tradicionales y entre clavaderas de pisos “flotantes”.
En tanto, más de 80 familias del barrio Intercultural de San Martín de los Andes, disfrutan de un plan de viviendas sustentables que construyeron ellos mismos, con el asesoramiento y apoyo de la Asociación Civil “Vecinos Sin Techo” y “Por una Vivienda Digna”, junto con la Comunidad Curruinca y el INTA.
Las viviendas fueron realizadas por autoconstrucción comunitaria y disponen de espacios comunes construidos en madera, aulas para talleres y capacitaciones, una cocina comunitaria, una oficina para la administración y sala de reuniones para las mesas coordinadoras.
También tienen un galpón para guardar los insumos y maquinaria para la construcción, reciclado de materiales y un pañol de herramientas.