Representantes del Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) y del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) concluyeron el armado de la primera norma de biocombustibles sólidos, en el que también participaron empresas, universidades e instituciones tecnológicas y científicas de todo el país.
La bioenergía es un tipo de energía renovable que está en auge en todo el mundo porque es limpia (genera pocos residuos y son biodegradables) y permite aprovechar desechos orgánicos e industriales.
En el caso de la Argentina, su desarrollo tiene un potencial muy alto porque la actividad agro y forestoindustrial generan grandes volúmenes de materiales que podrían utilizarse como fuentes de energía.
Con el objetivo de regular el sector, esta semana concluyó el armado de la primera norma IRAM-ISO 17225-1 sobre “Biocombustibles sólidos”; en tanto, y en la próxima instancia se abrirá el documento a discusión pública, para invitar a referentes en el tema a hacer aportes y ratificarlo.
“Con una norma consensuada vamos a poder construir la confiabilidad para desarrollar el sector bioenergético nacional, teniendo en cuenta la diversidad de biomasa que se genera en todo el país, especialmente a partir de la actividad agroexportadora”, destaca Martín Rearte, especialista de la Unidad Técnica de Valorización de Recursos Biomásicos del Centro de INTI-Tucumán.
Para 2019 está previsto avanzar con normativas vinculadas a la clasificación de pellets, chips de madera y briquetas, ya que estos tres biocombustibles sólidos permiten generar calor y electricidad a partir de la combustión.