Un medicamento para tratar la fibrosis quística, de origen totalmente nacional, empezó a comercializarse en el país gracias al trabajo conjunto del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y de un laboratorio privado.
Además, el costo es significativamente inferior con respecto a la medicación que llegaba del exterior.
Con el apoyo del INTI, Gador, laboratorio de capitales nacionales, desarrolló enteramente en el país un medicamento que no sólo mejora los síntomas de las personas que padecen fibrosis quística sino que actúa sobre la base clínica de la enfermedad.
Hasta ahora la única opción para acceder a un medicamento para tratar esa patología que afecta a uno de cada 7 mil recién nacidos era bajo un régimen especial de importación, con largos y costosos trámites que en muchos casos generaban su falta de disponibilidad en el país.
El diseño de nuevos fármacos no sólo implica la síntesis o el descubrimiento de una molécula activa. Es necesario además conseguir que el organismo del paciente la incorpore en un sitio preciso y de una forma determinada, a lo largo de un tiempo establecido, situaciones que implican sortear diversos obstáculos.
La mejora en la solubilidad impacta sobre la biodisponibilidad del fármaco, logrando que alcance el sitio de acción para ejercer su efecto. Además, la tecnología utilizada por el INTI permitió disminuir el número de etapas de cristalización del principio activo con la consecuente reducción de los costos y del impacto ambiental.
Aquellas personas que padecen fibrosis quística deben tomar distintas medicaciones los 365 días del año, y su falta genera enormes trastornos al paciente y su grupo familiar.
Se trata de una enfermedad genética hereditaria que altera el normal funcionamiento de las glándulas de secreción causando daño en distintos órganos del cuerpo como el aparato respiratorio, páncreas e hígado.