El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) incorporó pellets de aserrín para el proceso de secado de la yerba, lo que permitiría reducir el ingreso de agentes contaminantes que se generan durante la combustión, en comparación con otros métodos tradicionales.
Los resultados hasta el momento indicarían que con un porcentaje de humedad bajo (entre un ocho y un doce por ciento) y granulometrías uniformes —tal es el caso del pellet— se logran combustiones de mejor calidad y con menor contenido de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs), por debajo de los valores que exige la Unión Europea (UE) para importar.
Dentro de esta iniciativa, la facultad de Ciencias Exactas Químicas y Naturales de la Universidad de Misiones está realizando los ensayos de contenido de benzopirenos y antraquinonas en las hojas de yerba mate.
El creciente interés por los HAPs como contaminantes alimentarios se debe a sus probados efectos tóxicos. Por este motivo, la Unión Europea ha determinado límites restrictivos para el contenido de benzopirenos en diferentes alimentos.
Para la producción de yerba mate argentina, que es la más grande del mundo, se utilizan dos procesos de secado: el primero es la elaboración tradicional que llevan adelante las grandes empresas y que consiste en la utilización de pequeños trozos de madera, llamados chips, como fuente energética, mientras que el segundo es el que se realiza de forma artesanal a través del sistema Barbacuá, donde el tratamiento se consuma con un lento y dedicado método de deshidratación, en el que las hojas son expuestas al calor de fuego de leña durante diez o doce horas.