El Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), que depende del Conicet, logró por primera vez llevar al mar en el Canal Beagle unas 10 mil centollas cultivadas, con las que se busca mejorar la población natural de esa zona del sur del país.
El proceso es similar al que se realiza con las crías de trucha que nacen en una piscicultura y se los lleva a su hábitat natural después de haber superado una etapa crítica de su ciclo de vida.
“El proceso consiste en cultivar los primeros estadios de vida de este crustáceo en un criadero, superando así una de las etapas más vulnerables de su ciclo. A partir de hembras salvajes que liberan sus larvas en el acuario de experimentación, los pequeños individuos pasan una etapa de 20 a 70 días de cuidados intensivos en esas instalaciones para maximizar su superviviencia”, explicó el director técnico del proyecto, Federico Tapella, integrante del laboratorio de Biología de Crustáceos del CADIC, en Ushuaia.
Este año se produjeron cerca de 25 mil nuevos individuos listos para ser devueltos a su ambiente natural y muchos de ellos fueron restituidos al mar en condiciones experimentales, lo que constituye una etapa de engorde y transición que permitirá evaluar su supervivencia durante los primeros meses de vida.
Esta es la primera vez que se hace un subsidio poblacional de centollas en Sudamérica y los resultados del cultivo resultan alentadores para promover políticas de repoblamiento del recurso tanto en aguas del Canal Beagle como en otras áreas del Mar Argentino donde se pesca centolla.
La centolla es un atractivo gastronómico típico de Ushuaia, y llega a vivir hasta 25 años de edad.
Si bien la pesca de centolla está documentada desde la década de los años ‘30, a partir de los años ‘70 se intensificó, produciendo bajos rendimientos y disminución de los reproductores, lo que llevó a que entre 1992 y 2014 se prohibiera completamente la pesca en un sector del Canal Beagle, cercano a la ciudad de Ushuaia.
En la actualidad, y luego de los 22 años de veda, la población no se recuperó y los investigadores consideran importante establecer un programa de repoblamiento con nuevos individuos a la población natural como una manera de ayudar a reconstruir el stock pesquero y encuadrar la pesca de centolla como una actividad sustentable.