Investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y de la Universidad de Buenos Aires (UBA) desarrollaron un conservante elaborado a partir de sangre bovina, con el fin de aprovechar este desecho de la industria cárnica.
De esta manera, el nuevo producto podría utilizarse para reemplazar el uso de aditivos sintéticos por sustancias naturales.
“El desarrollo tiene un amplio potencial porque aprovecha un subproducto industrial, aporta nutrientes esenciales y permite reemplazar el uso de conservantes sintéticos, que hoy en día son muy cuestionados por los consumidores por sus potenciales riesgos para la salud”, señaló Germán Simonetti, de la Gerencia de Proyectos Especiales del INTI.
Se obtuvo este conservante a partir del plasma vacuno, es decir uno de los componentes de la sangre que se desecha luego de la faena del animal, que podría usarse como un aditivo natural. Se logró como resultado de un proceso conocido como “hidrolizado enzimático”, que consiste en romper las proteínas del plasma para obtener moléculas de diferente tamaño —llamadas péptidos— cuyo volumen influye en el uso que se le quiera dar al producto.
De cumplir con las condiciones higiénico-sanitarias pertinentes, esta capacidad antioxidante haría viable su utilización como aditivo conservante, con el fin de prolongar la vida útil de cualquier tipo de alimento destinado a consumo humano, pero principalmente aquellos con alto contenido de lípidos (grasas y aceites).
Por lo tanto, se podría atender la demanda de productos más saludables por parte de los consumidores y se agregaría valor a un desecho industrial que puede generar problemas ambientales.