Los ministerios del Interior, Obras Públicas y Vivienda, junto al de Agroindustria y al de Producción suscribieron un convenio con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) para promover el aprovechamiento de la madera y construir viviendas con ese insumo foresto-industrial para reducir el déficit habitacional.
Entre los lineamientos del acuerdo, que entró en vigencia por diez años a partir de la rúbrica, se planteó la necesidad de construir -en madera- al menos el 10 por ciento de las casas financiadas por la subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda.
La participación del INTI se da por intermedio de sus centros de investigación y desarrollo en Madera y Muebles y Construcciones, y del Centro de Investigación de los Reglamentos Nacionales de Seguridad para las Obras Civiles (CIRSOC).
A su vez, las partes se obligan a gestionar la adopción de distintas medidas de promoción de la construcción con este material, así como al dictado de marcos normativos y la creación de programas de capacitación, e invitan a participar en estas acciones a las provincias, municipios y también a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Por su parte, el ministerio de Producción se compromete, a través del INTI, “a seguir trabajando con el resto de los sectores en la Normalización, Estandarización, Certificación y Capacitación de los sistemas y elementos constructivos con madera, de manera de garantizar la calidad del producto a lo largo de toda la cadena de valor”.
El convenio se firmó en la Casa Rosada, con la presencia de los ministros Rogelio Frigerio, (Interior), Jorge Buryaile (Agroindustria) y Francisco Cabrera (Producción), y del titular del INTI, Javier Ibáñez.
Entre las ventajas de la madera, el convenio señala un “gran potencial para colaborar en la reducción del déficit habitacional debido a su velocidad de respuesta, la capacidad disponible del recurso forestal y el procesamiento industrial, que permite dinamizar el empleo y las economías regionales”.
Es, además, “un material renovable, reciclable y sumidero de dióxido de carbono, lo que permite la mitigación del calentamiento global”. También se caracteriza por una menor demanda energética para su fabricación, y a su vez, debido a su capacidad aislante, tiene un bajo consumo “que implica ahorro para el usuario y la sociedad”.
Asimismo, el convenio precisa que “la madera reduce los tiempos de ejecución de las obras, minimiza costos financieros y tiene una relación costo-prestación competitiva y un bajo costo de mantenimiento”. Cuenta, también, “con una gran resistencia estructural en relación a su peso, con un óptimo comportamiento antisísmico; posee una buena resistencia ante el fuego; es durable, estética y cálida; el sistema constructivo empleado es práctico y limpio; y la capacitación necesaria del personal es simple e intuitiva”.