Casi 11,5 millones de niños y adolescentes del país reciben algún tipo de cobertura social del Estado, entre las que sobresale la Asignación Universal por Hijo (AUH) que sigue generando mejoras en el ingreso de los sectores más bajos de la población, señala un informe difundido por la ANSES.
El estudio es el resultado de un trabajo conjunto, interdisciplinario y multicéntrico entre el organismos previsional, la UNICEF, y las universidades de Buenos Aires (UBA) y de La Plata (UNLP) que confirma que la AUH tiene “un significativo impacto social” a ocho años de su implementación.
Apunta a encontrar los mejores instrumentos para ampliar la protección a las familias y se suma a otra iniciativa del Gobierno con la colaboración del Banco Mundial para buscar e identificar a los niños que están en condiciones de recibir la asignación pero que por diferentes motivos no la perciben.
“Con el panorama completo que nos brinda el informe tendremos una visión sistémica para analizar cómo mejorar aún más” la cobertura, señaló el director ejecutivo de la ANSES, Emilio Basavilbaso, al presentar el “Análisis y propuestas de mejora para ampliar la protección de ingresos monetarios a través de la AUH”.
Basavilbaso enfatizó que “nuestro sistema previsional es robusto, pero no teníamos demasiados datos duros que nos permitieran trabajar en la ampliación del programa”.
En tanto, la representante de UNICEF en la Argentina, Florence Bauer, indicó que “el objetivo de este estudio es llegar a los sectores más vulnerables y va a permitir ampliar la AUH, que es el corazón de la seguridad social en el país”.
Entre sus conclusiones, el informe puntualiza que a través de distintos tipos de beneficios, está protegido el 87,4 por ciento de niños y adolescentes del país, lo que representa aproximadamente a 11,4 millones de personas.
En el caso particular de la AUH, detalla que durante el segundo trimestre de 2016, alrededor del 84 por ciento de los destinatarios “pertenecían a los dos quintiles de menores ingresos, de manera que el 60 por ciento de la población de ingresos más bajos capta la mayor parte de los beneficios”, lo cual “se encuentra razonablemente focalizada en los estratos más vulnerables”.
Además, el estudio marca que el mayor impacto de la AUH “es el incremento en el ingreso de las familias de menores recursos, contribuyendo al aumento en su nivel de vida”.
Señala que “generó una mejora de casi un 30 por ciento en el ingreso promedio de los percentiles 3 y 4, mientras que este cambio se redujo a cero para el más rico”.
“Se comprueba que el impacto social es significativo y actualmente se trabaja para que sea determinante en términos de eliminar la pobreza o reducir fuertemente la desigualdad”, concluye.
Sostiene que “no existe un impacto negativo” de la cobertura “que sea estadísticamente significativo sobre las decisiones de participación económica y en la tasa de empleo de los hogares”.
“De este modo, no es posible concluir que el programa haya generado desincentivos al trabajo”, añade.