El Gobierno comenzó a distribuir a las 24 jurisdicciones del país la vacuna contra la influenza, que estará disponible de manera gratuita para los grupos de riesgo en los hospitales y centros de salud públicos desde principios de abril.
Las dosis forman parte del Calendario Nacional de Vacunación y están destinadas a los niños de entre seis meses y dos años, embarazadas, adultos mayores de 65 años, personas con enfermedades crónicas y personal sanitario.
El ministro de Salud de la Nación, Jorge Lemus, detalló que este año se van a enviar un total de 12 millones a todas las provincias y destacó que la entrega “está comenzando en tiempo y forma”.
“Es conveniente empezar la campaña lo más precozmente posible porque eso permite llegar a tiempo con el estado de inmunización de la población”, remarcó.
Dijo que “la gripe representa un problema de salud pública muy importante” y recomendó vacunarse “antes de que llegue el invierno”.
Del total de 12 millones de dosis compradas para este año, 9,5 millones corresponden a vacunas antigripales para adultos y 2,5 millones para niños.
El subsecretario de Estrategias de Atención y Salud Comunitaria, Jorge San Juan, resaltó la importancia de que “se cumpla el plan de vacunación que la Nación financia para todas las provincias” y remarcó que, “si bien habrá disponibles dos millones y medio de dosis más que el año pasado, es importante que la vacuna vaya dirigida a aquel que la necesita”.
Además de las vacunas para inmunizar contra la influenza, el Estado distribuirá vacunas antineumococo en el marco de la estrategia de prevención de enfermedades respiratorias durante el invierno.
La directora de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles, Susana Devoto, explicó que esta dosis estaba indicada para niños por debajo de los dos años pero a partir de esta temporada se agrega para los adultos mayores de 65 años y para las personas con factores de riesgo”.
La gripe o influenza es una enfermedad viral respiratoria que se presenta habitualmente en los meses más fríos del año y se transmite por contacto con secreciones de personas infectadas a través de las gotas que se diseminan al toser o estornudar y en las superficies u objetos contaminados.
Se manifiesta con fiebre mayor a 38 grados, tos, congestión nasal, dolor de garganta, de cabeza y muscular y malestar generalizado.
En los niños pueden presentarse también problemas para respirar, vómitos o diarrea, irritabilidad y somnolencia.
Los síntomas gripales suelen aparecer a las 48 horas de efectuado el contagio y la mayoría de los afectados se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico.
La vacuna debe ser recibida todos los años por las personas que tienen más riesgo de sufrir complicaciones: los niños de entre 6 y 24 meses, las embarazadas en cualquier trimestre de gestación y las puérperas hasta el egreso de la maternidad, como máximo a 10 días del parto si no la recibieron durante el embarazo.
También las personas de entre 2 y 64 años con factores de riesgo como enfermedades cardíacas, respiratorias, renales crónicas, inmunodepresión, diabetes y obesidad; todas las personas mayores de 65 años y el personal de salud.