Discurso del Presidente Javier Milei en la Conferencia Política de Acción Conservadora
Javier Milei: Hola a todos. Antes que nada, antes de comenzar con el discurso, quiero hacer una reflexión sobre la importancia de la tarea enorme que lleva a cabo CPAC. Y por qué es tan importante este evento, por qué es tan importante lo que hace CPAC alrededor del mundo, para que nos concienticemos de lo importante de la batalla cultural. Una de las cosas que suelo explicar que es la forma en la cual nosotros miramos esta tarea que tenemos por delante. Son básicamente tres vías de acción: está la vía de la gestión, que es la que día a día estamos llevando a cabo y que gracias a este enorme equipo, a este conjunto de profesionales maravillosos, estamos haciendo el mejor gobierno de la historia. Por otra parte, hay una segunda vía de acción que es lo que tiene que ver con la acción política y que aquí están muchos de nuestros legisladores y que también están llevando una tarea enorme en conjunción con Guillermo Francos, que es el señor de la muñeca y sin lugar a dudas El Jefe, que logró hacer un partido en seis meses. Y la otra vía, es la vía de la batalla cultural, esto es muy importante que lo tengamos en claro porque los socialistas, luego de caído el muro de la vergüenza, el muro del terror, el muro de la sangre, que no solo fue un fracaso en lo económico, en lo social y lo cultural, sino que además asesinó a 150 millones de seres humanos por una trasnochada de intelectuales imbéciles, arrogantes. Ya sabían que no me caían bien los zurdos, así que no se sorprendan.
Sin embargo, avanzaron sobre un terreno virgen, porque básicamente hubo alguien que se le ocurrió decir que con la caída del muro era el fin de la historia. Nos retiramos del campo de batalla y ellos avanzaron sin ningún tipo de problema: se nos metieron en las universidades, se metieron los medios de comunicación, se metieron en la cultura. Y como no tenían rival, ganaron la batalla cultural, básicamente porque nosotros no la dimos. Y en ese sentido se organizaron políticamente y fueron muy exitosos políticamente. En Argentina hemos padecido cuatro gobiernos kirchneristas, hemos padecido en la región en Chile por ejemplo experimentos como los de Lagos, como lo de Bachelet, como lo de Boric; en Uruguay Pepe Mujica, Tabaré Vázquez; en lo que tiene que ver por ejemplo en Paraguay, Lugo; en Bolivia Evo Morales; en Brasil Lula, Dilma Rousseff; en Perú Castillo; en Colombia Petro; en Venezuela el asesino criminal de Maduro que lo siguió a Chávez; el mentor de toda esta basura, Fidel Castro y sus secuaces que hoy siguen en el poder; o en España tener Zapatero, Sánchez y demás, torturas que tienen los pobres españoles con eso. Y ellos lograron imponer la agenda de lo políticamente correcto. Por eso quiero en esta introducción, porque lo importante es que fueron exitosos en lo cultural, fueron exitoso en lo político, pero como sus ideas son un espanto adonde van generan miseria.
Y eso abrió la oportunidad de que hoy en el mundo, de la mano de Donald Trump, de Bukele y nosotros aquí en Argentina, en el mundo se respiren nuevos vientos de libertad. Por lo tanto, estamos frente a una oportunidad histórica para empezar a cambiar el mundo, pero no alcanza cómo pasó los 90 con gestionar bien, no alcanza con organizarse políticamente, es necesario también dar la batalla cultural y en eso CPAC tiene un rol fundamental y que es lo que nos va a ayudar a que nos podamos coordinar internacionalmente para que los zurdos no nos entren por ningún lado.
Y es por eso que a estos efectos de esta introducción, la quiero hacer con la parashá que se llama Vayéshev, porque básicamente en el comienzo de la parashá encontramos la historia en la cual Jacob sale de la casa de su padre y viaja hacia la sierra de Jaran para encontrar luego una pareja y construir las 12 tribus del pueblo hebreo. En la mitad de su viaje nos cuenta la parashá que Jacob frena para descansar y pone piedras únicamente alrededor de su cabeza para protegerlo de las fieras salvajes del lugar. Entonces la pregunta es: ¿acaso no tendría que haber protegido todo su cuerpo? ¿Por qué protegió solamente su cabeza? Esto es lo que quiero que quede claro, esto es lo que tenemos que entender y esto es el rol de la batalla cultural. ¿Por qué solamente protege su cabeza y no el resto del cuerpo? Porque ustedes necesitan proteger su cabeza, necesitan proteger sus ideas, ustedes tienen que fortalecer sus ideas. Si ustedes fortalecen el cuerpo pero no fortalecen las ideas, las fieras se los van a comer igual. En cambio cuando ustedes fortalecen su cabeza, ustedes están prestos y en condiciones de dar la pelea. Y justamente esto es lo que hace CPAC: cuida de la cabeza, cuida las ideas, son los guardianes de las ideas y por eso es tan importante. Y esa es la reflexión de la parashá, que tenemos que cuidar las ideas, porque si no damos la batalla cultural no importa cuán buenos seamos gestionando, no importa cuán buenos seamos políticamente para poder llegar. Porque si la cabeza falla, si falla el espíritu, si falla los que nos motiva y moviliza, no vamos a llegar a ningún lado. La complejidad que tiene la gestión es enorme. Y si ustedes no tienen definido el norte, si ustedes no saben dónde van, es como el dicho ese: el que no sabe lo que busca, no entiende lo que encuentra. Entonces nosotros a diario en la gestión nos encontramos con un montón de dificultades y adversidades, pero lo que marca siempre el norte es nuestra visión. Y eso es lo que tenemos que alimentar, tenemos que alimentar nuestra visión, porque en la medida que nosotros fortalezcamos nuestra visión eso nos va a hacer resilientes, nos va a permitir enfrentar a los zurdos y ganarle en todos los terrenos y terminar de una vez por todas con la basura del socialismo.
Es increíble, pero pareciera que todo ya estuviera escrito. Así es que bueno, lo que quiero, ya entrando de lleno al discurso, voy a tratar de no tener desvíos. Así ya saben que últimamente no vengo cumpliendo, porque dos tercios de los discursos son desvíos, con lo cual, pero voy a tratar. Hoy es un día de festejo para nosotros, hace tiempo teníamos ganas de organizar el CPAC aquí y me alegra ver a tantos amigos y hermanos en armas de mil batallas haciéndonos presentes, les agradezco a todos por haber venido de cerca y de lejos, en especial quiero agradecerles a Barry a Matt y a Mercy, no solo por haber hecho esto posible, sino también por la calidad bienvenida que nos dieron en Mar-a-Lago. Gracias a eso yo pude estar en Mar-a-Lago. Estar juntos nos hace más fuertes y vaya que necesitamos esa fortaleza, porque todavía queda mucho camino por recorrer en esta guerra que estamos y seguiremos librando en defensa de nuestras ideas comunes, que son las ideas de la libertad. En pocos días se cumplirá un año desde el momento en que asumimos el mandato en la Argentina, o sea, sí ya pasó un año y quiero proponerles un ejercicio de memoria, traten de acordarse que decían todos los supuestos profesionales de la política y también del periodismo ensobrado hace exactamente un año, a días de que empezara nuestro gobierno, dijeron que no teníamos el volumen político para gobernar, que éramos una organización fácilmente infiltrable, que no nos alcanzaban los diputados, los senadores, que no teníamos gobernadores, dijeron que no sabíamos de política, que no conocíamos el Palacio, que éramos torpes y que no sabríamos negociar, okey.
También dijeron que nos iban a llevar puestos, comían pochoclos porque nos caíamos primero en marzo, luego en abril, luego en mayo, luego en junio. Bueno, los comedores de pochoclo deben estar bien gordos, porque no les hemos dado el gusto. En definitiva, todos daban por hecho que íbamos a fracasar en lo político y hoy los mismos periodistas, politólogos de distinto orden que descontaban que no le íbamos a lograr, hoy reconocen entre dientes, entre dientes estar sorprendidos con el manejo del poder que tiene este gobierno. No solo eso: a 12 meses podemos decir que en todos los frentes de batalla hemos cumplido nuestros objetivos con creces, logrando hitos que exceden incluso lo que nosotros mismos nos propusimos. ¿Creen que es posible lograr lo que hemos logrado sin política? Evidentemente algo de lo que hacemos funciona.
Por eso, hoy quiero reflexionar con ustedes precisamente acerca de esto, vamos a hablar de política, vamos a hablar de método, vamos a hablar de poder. Como todos saben yo no soy político, de hecho, siempre desprecié a los políticos y cómo no iba a odiarlos. Es más, cómo no iba a odiar al Estado que es una herramienta de opresión. Alcanza con entender algo de economía y ver lo que hicieron a la Argentina para tener razones de sobra. De un país que nada tenía que envidiarle a las principales potencias del mundo, pasamos a ser una fábrica de miseria, todo por sostener el modelo de la casta, un régimen de apartheid donde los políticos le roban el fruto de su trabajo a los argentinos de bien para repartirlo entre ellos, sus amigos y sus clientes. En fin, una historia que quienes estamos aquí conocemos bien y no tiene sentido repetir hoy. Este régimen se extendió por 100 años, en ese marco se desarrolló la política profesional. Cientos y miles de dirigentes entrenados en cómo comportarse, cómo negociar, cómo comunicar, cómo hablar a cámara, qué se puede decir y que no. Y nunca se olviden de meterle la mano en el bolsillo a la gente, que era el rasgo fundamental. Pero el año pasado pasó algo curioso: los profesionales de la política se equivocaron en todo. Tuvieron que tirar el manual a la basura, porque los argentinos eligieron a alguien que hizo todo al revés de lo que decía su manual. Es decir la gente se dio cuenta de que después de 100 años de fracaso no tenía sentido insistir una vez más solamente cambiando de cocinero, había que cambiar la receta. Por eso nos eligieron a nosotros y pusieron como presidente a alguien que pasó 51 años de su vida sin tener contacto alguno con esta colonia de leprosos que es la política. De hecho yo puse en práctica otro manual, con otras fórmulas, quizás no tan profesionales ni tan políticamente correctas. No prometen prosperidad a cambio de nada como indican los libros de política tradicional; tampoco son las fórmulas del liberalismo derrotista, que cree que con enfocarse la economía alcanza para mantener a raya a la izquierda. Mis fórmulas son un poco diferentes, son producto de la intuición y de una vida de aprendizaje. Son fórmulas que fueron resistidas e incluso ridiculizadas por los profesionales de la política que hoy se hacen los sorprendidos. Por eso es que voy a compartir con ustedes lo que vendría a ser nuestro decálogo de cómo nosotros enfocamos la política.
Primero: es mejor decir una verdad incómoda que una mentira confortable. Es decir la verdad primero de todo es una obligación moral, pero además he encontrado que operativamente es efectivo. Porque no hay medida que funcione si el diagnóstico previo tiene pies de barro. Intentar ajustar la realidad de un modelo fallido siempre resulta en catástrofe por más buenas intenciones que uno tenga. Si la salida es antipática, mejor pasar el mal trago lo antes posible. El problema de los políticos siempre fue que tuvieron miedo a perder sus privilegios si le decían la verdad a la gente, nadie quería ser piantavotos. Bueno, las mentiras al principio pueden caminar, pero a la larga tienen patas cortas. Miren lo que pasó el año pasado, la gran mentira que fue el modelo del estado presente, una casa de naipes realmente. Se terminó cayendo sobre sí misma. Y estaban tan acostumbrados a refinanciar la cuenta corriente de la mentira con más mentiras que terminaron subestimando a la gente que los echó a patadas. Se acuerdan cuando allá en el 2021, en Plaza Holanda, ¿se acuerdan lo que dije? “Yo me metí acá para sacarlos a patadas en el culo”. No me van a decir que no cumplí. Porque en el fondo esta visión de querer esconder la verdad, se basa en la premisa de que los políticos subestiman a la gente. Ni más ni menos. Se creen que nosotros somos tontos, nos tratan como infantes, es verdaderamente humillante. Por lo tanto, nosotros vamos a seguir diciendo la verdad por más incómoda que sea y eso fue lo que también nos permitió hacer las cosas que hicimos y por eso estamos haciendo el mejor gobierno de la historia.
Segundo, aviso que después que termine de dar este título. Digo, toda la progresía, toda la politiquería barata, todos los micrófonos ensobrados van a llorar, van a decir que soy totalitario. Claro que lloren. Ya no me importa, que lloren, que lloren esos malvados. Por lo tanto, el punto dos es, nos importa un rábano la opinión de los políticos sobre casi todos los temas. Yo creo que la mejor frase a eso se la puso el queridísimo Daniel Parisini, el Gordo Dan. Aquí lo importante es compartir un diagnóstico acerca del sistema, el modelo de la casta es un esquema de extracción de riqueza de los políticos en perjuicio de la sociedad, o sea, en el modelo de la casta los argentinos de bien tienen que perder para que los políticos ganen. Son víctimas de los políticos chupasangres. No es casualidad que por lo general cuanto más votos tiene un proyecto de ley en el Congreso, peor es para la sociedad. Recuerden que en la pandemia se pusieron todos de acuerdo para encerrarnos, digo, pequeño dato. Esto quiere decir que escuchar a un político en cualquier materia es automáticamente darle la espalda a los argentinos. Se los recomiendo como heurística general: ante cualquier tema pregúntense: ¿lo pide la política o lo pide la sociedad? Si lo pide únicamente la política, a priori es el camino equivocado, punto. O como diría Adorni: “fin”. Esto También es importante y esto de hecho mi equipo puede dar cuenta de esto.
Tercero: nunca hay que negociar las ideas para rascar un voto, nunca hay que negociar las ideas para rascar un voto. Negar tus convicciones para atraer votos te va a dejar sin convicciones y sin votos. Hay muchos dirigentes políticos argentinos que lo pueden atestiguar, el peor pecado que uno puede cometer es traicionarse a uno mismo. Esto es sacrificás lo más preciado que tenés, que es tu identidad y el valor de tu palabra y a la larga es en vano, porque no funciona, la gente no es tonta y se da cuenta cuando un político miente. Lo mismo aplica para conformar un espacio político. Para nosotros el concepto americano de partido catch all no funciona, no van a encontrar aquí como en otros partidos a dirigentes que dicen una cosa, sentados al lado de dirigentes que dicen lo contrario. Sumar por sumar, resta, porque en política el todo a veces termina siendo menos que la suma de las partes. Bueno, al final lo pidieron tanto, hablaron todos del siniestro, el párrafo estaba dedicado al siniestro.
En definitiva, en la Libertad Avanza defendemos de forma cerrada un conjunto innegociable de principios, que el libre mercado produce prosperidad para todos, que el gobierno tiene que ser limitado, que los argentinos saben mejor que un burócrata cómo producir, a quién emplear y con quién comerciar y que el que las hace las paga. En resumen, defendemos la vida, la libertad y la propiedad privada a rajatabla. Cualquiera que quiera defender estas ideas espalda con espalda con nosotros es bienvenido, sea quien sea y haya estado donde haya estado, pero las ideas no se negocian.
En línea con esto les voy a contar una anécdota, una de las cosas que más me encantó cuando decidí meterme en esto y hacerlo de la mano, no solo de mi hermana, sino de ese gigante que es Santiago Caputo. Momento que eché a mi otro consultor, que era mi consultor antes, que anda diciendo y se la pasa hablando que era mi asesor y que le puse justamente una patada en el culo, porque quería transformarme en otra cosa distinta la que era yo. Por eso es raro que se ande jactando, diciendo que era mi asesor, cuando en realidad fue eyectado porque justamente lo que quería hacer era cambiarme. Una de las cosas geniales de Santiago fue que, dijo, no, no hay que cambiarte, hay que ir como es uno y hay que ir de frente y así con la verdad y no mutarnos en otra cosa para parecer otra cosa, una trampa infinita. Y eso se volvió parte del mecanismo de toma de decisiones. Porque en general, los políticos cómo toman decisiones, agarran toman las encuestas, ven lo que le gusta a la gente y le dicen a la gente lo que quiere escuchar y nosotros en realidad no trabajamos de esa manera. Porque ese mecanismo es inconsistente, porque cuando ustedes suman cada una de esas partes, el resultado agregado no es consistente. Es decir, no, da un resultado incoherente. Entonces, en ese criterio nosotros sí miramos encuestas para ver el estado de situación, de cómo están las cosas, pero nosotros tenemos un norte y entonces es, qué necesitamos explicar a la sociedad para poder ir a ese mundo que nosotros planeamos, que consideramos que es mejor y en función de eso así es como nosotros hacemos esta construcción.
Y muchas veces, eso no es libre de costo, eso tiene costos. O sea, no es libre de costos. Es decir, hacer lo correcto, cuando durante más de 100 años le contaminaron a la gente con estupideces, no es fácil. Y cuando uno lo hace eso implica costos y esos costos se pagan en términos de imagen. Entonces un día estaba hablando con un periodista, creo que fue, no sé si fue con Antonio Laje o con Gabriel Anello, dos grandes periodistas, dos tipos que son sinceros, que no andan haciendo trampa ni operan, ni nada por el estilo. Y me dijo “la verdad es que todos los políticos terminan con mala imagen”. Entonces ahí una de las cosas que yo me di cuenta es que la verdad es que si tomar decisiones implica costos, uno va a terminar arruinando la imagen. Entonces la imagen, esto está muy internalizado adentro del triángulo de hierro y eso nosotros se lo transmitimos al equipo y es que: Ok si vamos a terminar con mala imagen de todos modos, por lo menos hagamos las cosas que están bien. Y eso nos llevó a dar peleas que parecían imposibles, donde la opinión pública estaba totalmente del otro lado. Y así fue como nos plantaron la demagogia barata de los degenerados fiscales vía jubilaciones, para rompernos el equilibrio fiscal. Lo mismo nos hicieron con las universidades. Y el riesgo país que venía bajando de 3000 puntos básicos hacia 1100, los degenerados fiscales lograron hacerlo subir a 1700.
Sin embargo, nosotros decidimos hacer lo que había que hacer y por suerte también hubo gente que nos acompañó y que nos permitió también, defender los vetos. Y dijimos nosotros vamos a hacer lo que hay que hacer, independientemente de cómo nos operen los medios, independientemente de cómo nos quieren ensuciar los políticos, independientemente de cómo querían sabotear nuestro programa. Y a partir de eso, de bancarnos el costo político de hacer lo que correspondía hacer, el riesgo país cayó a 750 puntos básicos. Si ustedes toman el tercer trimestre del año la economía se expandió al 3,4%, lo cual equivale a una expansión del orden del 14% anual, o si lo quieren tomar desde que se tocó el piso en abril, la tasa de crecimiento de Argentina viene a un ritmo del 10% anual. Es más, la inflación que estaba el 54% mensual la bajamos al 1-2. El nivel de actividad, hoy está por encima del que heredamos en diciembre, si ustedes se fijan la economía cuando tomen la evolución del PBI, sí, va a caer, pero esa caída va a estar por debajo del arrastre estadístico que nos dejó el gobierno anterior del 2-8. Entonces, lo que estamos probando es que no solo hemos evitado una hiperinflación, sino que además lo hicimos sin que se pierda a nivel de actividad entre puntas, con los salarios medidos en dólares pasando de $300 a $1100 y habiendo dado contención social y habiendo exterminado la inseguridad. ¡Vaya que vale la pena hacer las cosas bien!
Y cuando todos los manuales decían que nuestra imagen se iba a destruir, tenemos mejor imagen que cuando llegamos, somos el gobierno que el primer año tiene el mejor nivel de imagen, el mejor nivel de confianza al consumidor, mejor nivel de confianza en el gobierno, después de haber hecho el ajuste más grande la historia de la humanidad. Que vengan y hablen los políticos clásicos. Por lo tanto, si no pensábamos negociar antes, ahora que los resultados acompañan menos.
Punto cuarto y esto también es muy importante, en especial esto lo deberían aprender los liberales de copetín, campeones del onanismo. Estoy elegante hoy, eh. A diferencia de la economía, la política sí es un juego de suma cero. Esto quiere decir que los espacios de poder que no ocupamos nosotros, los ocupa el adversario. Es decir los ocupa la izquierda. Por eso debemos ser decididos y ser prácticos, no hay que tenerle asco a ejercer el poder, hay que usar las armas del enemigo, políticamente hablando no podemos seguir usando mosquetes en la era de los drones. En la batalla cultural ellos establecieron las reglas y nosotros tenemos no solo que estar a la altura, tenemos que superarlos. Esto es muy importante.
Yo a veces me pregunto, digo, cuando miro los comentarios de los liberales de copetín, los libertarados, la pregunta es: ¿acaso se sentirían mejor con gobiernos de izquierda? ¿acaso estarían mejor con el kirchnerismo? Bueno, un imbécil lo dijo, dijo que era lo mismo que Massa. No, pero bueno, parece que tenemos en la fauna algunos que la envidia, el odio, el resentimiento les metió un habano en la cabeza, pero de otro material, o sea, de materia fecal.
Quinto: la única forma de combatir el mal organizado es con el bien organizado. Acá hay una frase que yo la posteé hace unos días en Instagram, que la solía repetir Ludwig von Mises, que es de Virgilio y que dice que “no hay que ceder frente al mal, hay que combatirlo con más fuerza”. Es decir: no cedamos frente al mal, no cedamos frente al socialismo, hay que combatirlo con más fuerza y terminar de sacarlos a patadas en el culo. Te aviso que esto es una discusión política, porque sino no va a faltar el nabo que crea que estoy agrediendo a mi profesor ahora. Porque digo vieron que son muy… Al pobre Dan lo acusan y lo comparan con terroristas. O sea, vean esto es muy interesante: vean la miserabilidad y lo rastreros y lo mentirosos que son los medios de comunicación. Dan, en una frase que dice recurrentemente… Ah, públicamente me comprometo acá que voy a ir al streaming de Dan. Yo no voy a streamings, pero La Misa se ganó un lugar en el corazón. Vean qué interesante, la mediocridad y la forma en la cual mienten los medios y lo descarados que son: el Gordo Dan, el Gordo monstruo, básicamente ¿qué es lo que dijo? “Nosotros somos el brazo armado del presidente y nosotros tenemos el arma más poderosa que se creó en la historia de la humanidad” y sacó su teléfono celular. Miren la miserabilidad de los medios, que agarraron la frase, la cortaron quitaron lo último, que era la referencia explícita al celular y empezaron a hablar del brazo armado y empezaron a compararnos con los hijos de remil puta que durante fines de la 60, inicios de los 70 mataban gente.
Y un montón de periodistas escandalizándose de que se habría de brazo armado, cuando estaba hablando de un teléfono celular. Entonces, si fuera solamente “sobreli”, uy, perdón, me equivoqué. Bueno, entonces, verdaderamente vean la deshonestidad intelectual y eso lo hacen muchísimos. Porque. Bueno, si van hacer la lista, son un montón, pero bueno, el otro día y Tinturelli les dio, les dio una casi, los condecoró. Así que ahí tienen unos cuantos, de los que suelen hacer estas trampas de cortar frases y atacar con una frase incompleta, lo cual es de una deshonestidad intelectual enorme. Pero no lo hacen solamente los periodistas eh, también lo hace muchos profesionales, que también son parte de la casta y que laburan justamente para los corruptos. Así es que, solamente los micrófonos ensobrados son una parte del engranaje, porque también están los empresarios prebendarios, están los políticos corruptos, pero también están estos profesionales delincuentes que también juegan en favor de algún interés siniestro. Así es que, ¿cómo? y bueno estoy hablando de eso justamente. Entonces nada, aviso que esto no es en contra de mi mentor, porque esto es política, esto no es filosofía, ni pensamiento, ni nada. Política, esto se trata de poder, poder. Y si no lo tenemos nosotros, lo tienen los zurdos de mierda. En este sentido, por creer que los liberales no somos manadas, muchos han caído en la trampa de no organizarse. Se pretendía combatir un ejercicio bien aceitado con un agregado anárquico de librepensadores. Creían que eso era ser liberales. Lo único que se logró con eso es un sinfín de derrotas dignas, para que los liberales de café tengan la conciencia tranquila. Pero principalmente nos costó 100 años de atropello a las libertades individuales, nunca más podemos darnos el lujo de cometer ese error. Ya he dicho que vine a despertar leones, justamente los leones cazan en grupos. Son las ovejas las que corren cada una por su lado cuando son atacadas. Por eso en La libertad avanza el que se desordena se va a su casa.
O como he dicho en otras oportunidades, Roma no paga traidores. Tenemos que ser como una falange de Oblitas o una legión romana. La legión 13 de César. Profe, ¿dónde está el profe? te tomé, aprendí ¿viste? aprendí. Que se impone sobre ejércitos más grandes precisamente porque nadie rompe la formación, o digamos, la historia de los macabeos. No bueno, esto de las interrupciones hacen que vuelva el texto y no haga el ejemplo de los macabeos. Las fuerzas en la batalla no dependen de la cantidad de soldados sino de las fuerzas que vienen del cielo.
Sexto: cuando el adversario es fuerte, la única forma de derrotarlo es con una fuerza mayor. Esto, no solo es un principio de la política, sino también de la física, hay que ser inclementes y nunca ceder un centímetro, no se puede levantar la bandera blanca frente a la izquierda. Intentar apaciguarla no es una opción. Tenemos que ser conscientes de que ellos no actúan desde la buena fe, sino desde una ambición criminal por el poder. Prefieren que el país colapse antes de ver que prospere sin ellos, prefieren reinar en el infierno que servir en el cielo y si tiene que transformar el cielo en el infierno para mantenerse en el poder, lo van a hacer. Por eso no hay lugar a quienes reclaman consenso, formas y buenos modales. Las formas son medios: se las evalúa según su efectividad para alcanzar determinados fines. Y hoy someternos a la exigencia de las formas es levantar una bandera blanca frente a un enemigo inclemente. El fuego se combate con fuego y si nos acusa de violentos les recuerdo que nosotros somos la reacción a 100 años de atropello. Y si lo pongo en términos de manual bilardista, bilardismo duro y puro, digo esos mediocres, tibios que claman por las formas, parece que fueron muy opositores al kirchnerismo, pero perdieron siempre. Por lo tanto, menos palabras y más resultados nosotros, tenemos resultados ¿Y no te gustan las formas? Pero, de vuelta, ¿ustedes crees que si viene alguien y les pone una pistola en la cabeza le van a decir “no, bueno, mire, esto no se hace…”? Cuando le terminaron la primera frase quedaron con un agujero en la cabeza. Entonces esa defensa tan férrea de las formas, cuando ustedes del otro lado tienen neandertales, con perdón de los neandertales, no se pelea de esa manera. Si ustedes le van con las buenas formitas, ¿qué va a pasar? Lo van a pasar por arriba. Nosotros no nos vamos a dejar pasar por arriba por los neandertales.
Séptimo: cuando el adversario canta retruco, nosotros cantamos quiero vale cuatro. Retroceder nunca, siempre acelerar y caminando hacia el fuego. La mejor defensa es siempre un buen ataque. Cuando nos estamos defendiendo perdemos la iniciativa, perdemos la agilidad y estamos aceptando los términos de discusión deshonestos del enemigo, pero no somos los que tenemos que darles explicaciones a ellos, cómo vamos a serlo, si los responsables de ese desastre y de haber hundido al país en el sexto subsuelo, son precisamente ellos. Además, si cedemos, ellos lo percibirán como una señal de debilidad. Nos hemos dado cuenta rápidamente de que su estrategia se basa en la amenaza y la intimidación. Por eso siempre que recibimos un golpe, hay que subir la apuesta y responder con tres. Voy a hacer también otra metáfora futbolística, si ustedes tienen un equipo y se cuelgan del travesaño los 11 no van a ganar nunca. Ganar también implica tomar riesgos, ganar implica tomar riesgos. Entonces, no nos podemos colgar del travesaño, porque si hacemos eso vamos a perder seguro. Es decir, hay que salir y hay que buscar y hay que ganar el partido, sí, ¿nos podemos comer algún gol? sí. Eso puede pasar, pero tengan en claro que nosotros tenemos las mejores ideas y los vamos a pasar por arriba. Así es que adelante a salir y atacar que ganamos.
Octavo: Dar la batalla cultural desde el poder no solo es recomendable, sino que es una obligación. Eso ya ocupa todos los lugares de influencia, pero nosotros también ya empezamos a ganarnos algunos espacios. Por eso debemos aprovecharlos, porque las ideas lamentablemente no ganan por mérito propio, deben ser promovidas activamente, la izquierda es la prueba de que las ideas más terribles pueden triunfar culturalmente si tienen un buen marketing. Imaginen cuánto tenemos por ganar nosotros que tenemos ideas que sí funcionan. Por eso dedicamos tiempo y esfuerzo no solo a solucionar la hecatombe económica que nos dejaron, también vamos a asegurarnos de que las ideas que arruinaron no jueguen solas en la arena pública. Por eso, de vuelta, espacio, valoremos espacios como CPAC, porque es el lugar para venir y seguir alimentándonos entre nosotros para hacer crecer las ideas y para tener digamos, una experiencia de cómo enfrentar a este enemigo tan bien organizado.
Noveno: la única forma de combatir al socialismo es desde la derecha, el extremo centro, sus posiciones y sus herramientas son siempre en todo lugar funcionales a la izquierda criminal. Es decir, todos aquellos tibios que quieren ir por el medio, lo único que hacen es regalarle terreno a la izquierda y a la izquierda no se le puede dar un milímetro. Nosotros somos escépticos del consenso, somos escépticos del diálogo, porque no nos interesa continuar con los famosos consensos de la política que no son más que pactos para seguir viviendo eternamente del pagador de impuestos. Hemos venido a romper con todos esos mal llamados consensos. Y digo mal llamado porque fueron acuerdos internos entre la clase política sin consultar al ciudadano, que es el que paga la fiesta. Porque no olvidemos nunca que lo que ellos llaman consenso es el consenso entre ellos, entre quienes quieren mantener el statu quo de privilegios para los políticos. Y porque además no puede haber consenso entre el bien y el mal, no puede haber consenso entre el bien y el mal, no puede haber consenso entre lo moral y lo inmoral.
Este tema, yo recuerdo en mi defensa contra el centrismo bien pensante, yo lo puse, acerca de esta estupidez de ir por el centro, como si fuera una suerte de que en el medio está lo óptimo. Entonces, siguiendo a estos imbéciles del centrismo bien pensante, yo les proponía dos casos: estamos de acuerdo que respetar la vida está bien, estamos de acuerdo que el asesinato está mal. Bueno, entonces, según los imbéciles del centrismo bien pensante hay algo óptimo llamado tortura y eso también es una aberración. Por lo tanto, cuando uno pone en la mesa los valores morales, está claro lo que está bien, está claro lo que está mal y con el mal no se transa. Porque sosteniendo todo ese armado como cómplices aparentemente inocentes se encuentran los partidos del centro. Ellos son la oposición controlada de la izquierda, siempre dispuestos a hacer los garantes de sus reformas. Son quienes la legitiman desde su postura de conciliación y moderación. Son quienes se presentan como el justo medio entre los extremos peligrosos, pero siempre son los primeros en apoyar el aborto, el ambientalismo radical, el feminismo radical y todas las agendas del socialismo globalista. Son los que nos acusan a nosotros de supuesta intolerancia, mientras coexisten y hasta comparten agendas reivindicando a las dictaduras comunistas asesinas, por ejemplo la de Castro o al dictador Maduro.
O son, por ejemplo, los que quizás buscando congraciarse con el kirchnerismo, adoptaron y promovieron sus tergiversaciones históricas, sobre todo, son miembros de la casta empobrecedora serial que arruinó este país, un poco por ideas propias y otro poco por no tener el coraje de enfrentar a la izquierda más recalcitrante. Son los que piden gestionar mejor un Estado asfixiante en lugar de desmantelarlo, para poder seguir viviendo de la riqueza ajena. Son los obsesionados con las formas y la tolerancia, porque levantar la voz es para ellos peor que la violación sistemática de nuestros derechos fundamentales. Y lo voy a repetir porque me tienen podrido, por no decir las pelotas por el piso. Son los obsesionados con las formas y la tolerancia porque levantar la voz es para ellos peor que la violación sistemática de nuestros derechos fundamentales. Y son los mismos que amparados en la supuesta moderación han bloqueado muchas de nuestras reformas junto al kirchnerismo. Es decir, estos moderados son los mismos que habilitaron atrocidades que hizo el kirchnerismo. Lo que quiero decir con esto es que más allá de cuestiones estéticas y aspectos superficiales a la larga el extremo centro se manifiesta como lo que es: funcional a la izquierda criminal.
Por último y décimo punto de todo esto. La última y más importante de todas: nosotros defendemos una causa justa y noble, muchísimo más grande que cada uno de nosotros, las personas somos meros instrumentos en esta causa y tenemos que estar dispuesto a dar la vida por ella. Hablo ni más ni menos que la idea histórica de occidente, una causa intergeneracional, un hilo que recorre milenios, la causa de los filósofos atenienses que con Alejandro Magno cabalgó a Egipto y Asia, que los romanos consolidaron en el primer imperio multicontinental, que renació de las invasiones bárbaras en las abadías y las cortes de Carlomagno, que resistió a los árabes y reconquistó España, que cruzó el océano y colonizó América. La misma causa que nos convirtió en ciudadanos y nos liberó del yugo del tirano y la causa que descubrió el método científico, que industrializó al planeta Tierra y que con el capitalismo de libre empresa sacó de la miseria a miles de millones de seres humanos. La misma causa que nos llevó al espacio exterior, a la luna y hará de la especie humana una civilización interplanetaria. En definitiva, hablo de la gran gesta civilizatoria que es Occidente, una causa de honor, de coraje, de mérito y de búsqueda implacable de la verdad. Esa es nuestra causa. Esa es la línea histórica que venimos a restaurar, por eso cuando digo que la fuerza del cielo nos acompaña no se trata de una superstición, se trata de la verdad histórica, de reconocernos y mantenernos en el sendero del bien. Defender una causa es un valor demasiado trascendente para la comprensión del político promedio. Ellos están acostumbrados a defender únicamente su interés material, su beneficio inmediato, no tienen una noción de lo verdadero ni una noción de lo bueno. Si comprendemos el profundo valor de aquello por lo que luchamos, si comprendemos el tamaño de la causa que defendemos, comprendemos también otra cosa: para estar a la altura de lo que la causa exige, necesitamos dejar nuestras aspiraciones personales de lado. No hay lugar para ambiciones personales, no hay lugar para mezquindades, no hay lugar para el yo. Si quieren pensar en la propia, váyanse a su casa. Lo que está en juego es demasiado grande para quienes no han probado su fe.
Estas son las 10 consignas políticas que les quería dejar hoy, porque como decía Lenin, sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario. Creo fervientemente que no solo es un decálogo de acción política para los argentinos, sino también para todos aquellos que comparten nuestras ideas en el resto del mundo. Para ir terminando, me gustaría hablar un poco sobre el momento histórico en el que nos encontramos. Hoy nos encontramos ante un cambio de época donde el sistema global de casta privilegiada está colapsando. La enfermedad del alma woke está encontrando cada vez más resistencia. A medida que la población general se vuelve consciente de las intenciones detrás de su pretendida máscara humanitaria. A pesar de haber redoblado sus esfuerzos totalitarios de censura y desinformación, todas sus victorias son pírricas. Cada triunfo del wokismo ha sido consecuencia de la imposición y ha alimentado el justo resentimiento de una sociedad que ha dicho basta, basta a los woke. Esa sociedad se encuentra actualmente en búsqueda de representatividad. Necesita líderes que marquen el camino y somos nosotros quienes debemos tomar la batuta. No podemos dejar nuestro destino en manos del socialismo, ni del extremo centro tibio y cómplice. Si nos ha tocado a nosotros semejante responsabilidad, debemos hacernos cargo. Y para eso debemos estar juntos, estableciendo canales de cooperación a lo largo y a lo ancho del mundo. Podríamos llamarnos una internacional derechista: es decir una red de asistencia mutua, integrada por todos aquellos interesados en difundir por el mundo las ideas de la libertad. Retomando la idea de que el mal organizado se vence mediante la organización de los buenos, debemos trazar los lazos fuertes entre nuestros países; ante los atropellos del socialismo debemos contestar todos juntos y con convicción. Porque ellos están organizados eh, vayan y vayan a exponer afuera y van a ver lo bien orquestado que tienen todo.
Es nuestro deber moral defender el legado de nuestra civilización occidental y debemos encararlo con grandeza. Hoy el mundo está ante un cambio de época. Creo que a esta altura hay pocos que lo nieguen. Nosotros, todos los que estamos aquí, jugamos un papel importante en ese cambio de época. Quizás de una forma que hace 10 años ninguno acá imaginaba, diganmelo a mí. Sobre todo quiénes somos argentinos, estamos protagonizando una verdadera revolución, estamos siendo vanguardia en cómo se hace política, en cómo se gobierna, en cómo se maneja la economía de un país. De hecho, tenemos al mejor Ministro de Economía del mundo. Gracias Toto. Y aquí me dirijo a todos ustedes, los funcionarios, dirigentes y militantes de la Libertad Avanza, que hoy están aquí conmigo. Detengámonos un segundo a ponderar lo que estamos haciendo. Uno por uno, estamos resolviendo problemas que en Argentina estuvieron debajo de la alfombra por décadas, incluso problemas que el mundo libre poco se anima a abordar, como el tema del déficit fiscal. Solo cinco países del mundo están arriba en la línea financiera, y Argentina es uno de ellos.
Pero además, quiero agradecerle a cada uno de todos ustedes, a cada uno de los funcionarios. Porque nada de esto podría ser posible si no fuera por el esfuerzo que hacen todos los días, cada uno desde su lugar. Así es que gracias a todos ustedes, porque sin ustedes no habría mejor gobierno en la historia. Por otra parte, dicen que la política es el arte de lo posible. Nosotros estamos demostrando todos los días que, en realidad, la política es el arte de hacer posible lo imposible. Y lo vamos a seguir haciendo. Porque decían que era imposible ajustar el gasto público en un punto del PBI.
Bueno, nosotros ajustamos 15 en un año. Vaya que estamos haciendo posible lo imposible. Porque decían que era imposible terminar con la inseguridad y con los piquetes. Y vaya que esa gigante que tengo de ministra de seguridad, la doctora Bullrich, lo está haciendo. Y así podría seguir anunciando cada una de las maravillas que hace cada uno de los ministros, pero no puedo estar spoileando todo lo que voy a estar hablando el 10. Así que, por favor, guardo un poquito. Por eso, tengo orgullo de lo que estamos haciendo, tengo fe en el rumbo. Sigan trabajando sin descanso y militando con la frente en alto, porque, como dicen las Sagradas Escrituras: "Ellos nos atacan llenos de insolencia y de impiedad para exterminarnos a nosotros, a nuestras mujeres, a nuestros hijos, y para apoderarse de nuestros despojos. Nosotros, en cambio, luchamos por nuestra vida y por nuestras costumbres. El cielo los aplastará delante nuestro. No les tengan miedo."
El mundo ha sido sumergido en una oscuridad profunda y exige a gritos ser iluminado. Y nosotros podemos y debemos echar esa luz. Argentina puede ser un faro para el mundo, un faro de faros. Podemos ser ejemplo para un Occidente que necesita desesperadamente reencontrarse con las ideas de la libertad. Por eso, que Dios bendiga a los argentinos, que la fuerza del cielo nos acompañe, y ¡viva la libertad, carajo! ¡Viva la libertad, carajo! ¡Viva la libertad, carajo! Muchas gracias a todos. Gracias, porque sin ustedes esto sería imposible.