Palabras del Presidente de la Nación, Javier Milei, en la Cumbre Global por la Paz de Ucrania

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Palabras del Presidente de la Nación, Javier Milei, en la Cumbre Global por la Paz de Ucrania

Buenas tardes a todos. Es un honor para mí y para la Argentina participar en esta Cumbre por la Paz organizada por el presidente Zelenski, con quién hemos entablado un estrecho vínculo.

Los argentinos tenemos plena conciencia del valor de la paz y la convivencia democrática como ejes rectores de la vida en sociedad y por eso quiero agradecer especialmente la invitación a este evento.

Quiero expresar en nombre del pueblo argentino nuestro máximo apoyo al pueblo de Ucrania, a nuestro amigo el presidente Zelenski, ya que como defensores de la idea de la libertad repudiamos cualquier forma de violencia, ya sea entre individuos, pero en particular repudiamos la guerra como mecanismo ilegítimo para dirimir los conflictos entre naciones.

La guerra, trágica por naturaleza, no puede ser nunca la respuesta a problemas que deben saldarse en la esfera política. La guerra no es una herramienta legítima para resolver conflictos; la guerra es el último recurso de un pueblo que debe defenderse, nada más ni nada menos.

Nosotros somos defensores de la idea de libertad. El liberalismo, como lo entendemos nosotros, es el respeto y resguardo del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión, en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad privada. Como defensores de la libertad, no podemos abogar por otra cosa más que la paz entre los pueblos y las naciones libres. Cuando decimos que el principio ordenador de nuestra doctrina es la defensa de la vida, la libertad y la propiedad de los individuos, estamos expresando que hay una relación directa entre la paz, el comercio y la prosperidad. No hay prosperidad económica sin comercio libre, y no hay comercio libre si no hay paz. El comercio libre naturalmente pacífica, porque como decía Bastiat, "donde entra el comercio, no entran las balas", o como decía Milton Friedman, "yo puedo odiar a mi vecino, pero si no me compra mi producto, voy a la quiebra".

Como soy un ferviente creyente en la conciencia filosófica que hay en el liberalismo y la paz, hago hoy este breve alegato en su defensa, ya que estas ideas parecen haber pasado de moda. Creo que es un paso importante para Argentina poder hacernos presentes primero en la Cumbre del G7 y luego aquí, en esta Cumbre por la Paz. Y es parte del gran giro que estamos dando como país luego de décadas de darle la espalda al mundo. Hay una nueva Argentina que abraza una vez más las ideas que hace 150 años la convirtieron en uno de los países más prósperos del mundo. Hay una nueva Argentina que también busca recuperar el lugar protagónico en el concierto de las naciones que alguna vez tuvo y que nunca debió haber abandonado.

Sepan que la Argentina siempre estará comprometida con la defensa de las ideas que hicieron grande a Occidente, y que para nosotros la paz entre las naciones libres no solo es un deber moral, sino la condición necesaria para la prosperidad. Muchas gracias a todos.