Palabras del Presidente de la Nación, Javier Milei, en la Edición 2024 de EXPOFI, en La Rural, Palermo
Buenos días. Muchísimas gracias, Esteban, por volverme a invitar. La anterior vez me tocó venir como candidato, afortunadamente fuimos exitosos y volví como presidente. Así que no podía dejar de cumplir mi palabra, así que acá estoy nuevamente. Muchas gracias a todos.
Dado que se han cumplido 6 meses del gobierno, me parece oportuno hacer una suerte de repaso de lo que recibimos y lo que hicimos y a qué le estamos apuntando. Concretamente, nosotros - al momento de llegar al poder - sin lugar a dudas recibimos lo que era la caracterización de la crisis más importante de la historia argentina. Teníamos un desequilibrio monetario que era, por lo menos, dos veces, el de la previa al Rodrigazo. Esto es interesante porque cuando estalló el Rodrigazo, que fue una crisis de características similares - en lo monetario - a la del 59, implicó una sextuplicación de la tasa de inflación. Por lo tanto, al ritmo que ya venía la tasa de inflación, en Argentina, arriba del 200, nos iba a estar poniendo en tasas de inflación - solamente por ese efecto - en niveles de 1500. Al mismo tiempo, teníamos un desequilibrio - en el Banco Central - que era peor que el que teníamos, en el año 89, a inicios del 89, en la previa de la hiperinflación de Alfonsín; con el agravante de que el gobierno anterior no solo había dejado tres veces la relación pasivos remunerados sobre la base, al margen de una serie de instrumentos contingentes, los famosos Puts, que por lo menos hubiera implicado - en el lapso de un día - multiplicar por cuatro o cinco veces la cantidad de dinero.
De hecho, la gran apuesta del gobierno anterior era que nosotros, dando por descontado nuestro perfil libertario, quisiéramos liberar todo, el primer día, eso iba a generar - claramente - una hiperinflación monstruosa dado que los indicadores sociales eran peores que los del 2001, hubiera derivado en una crisis brutal y, para el mes de enero, ellos regresaban al poder con toda la licuación y el ajuste hecho por las malas. Frente a esa situación la contracara era que teníamos déficits gemelos por el equivalente a 17 puntos del PBI; todos los que hayan estudiado indicadores tempranos de crisis saben que 4 puntos es una alerta amarilla; 8 es una alerta roja previa a pegarse una tremenda piña, así que 17 era un número bastante intimidante, por decirlo de alguna manera. De esos 17 puntos, 15 puntos correspondían, al Estado Nacional, donde de esos 15.5 se generaban desde el Tesoro y 10, desde el Banco Central.
Y, al mismo tiempo, de vuelta teníamos no solo el problema de los pasivos remunerados, en términos de base monetaria, lo que acabo de contar recién, sino que, además, teníamos el problema de las SIRA, que eran 50.000 millones de dólares y teníamos también dividendos atrapados. Es decir que no solo teníamos un problema de los flujos, sino que además teníamos un problema brutal de stocks. Eso no es menor, porque la materialización del stock, de un día para el otro, se convierte en un flujo insalvable y las consecuencias que puede traer sobre el tipo de cambio un movimiento de los stocks, de esas características, podría derivar en una caída todavía muchísimo más profunda de la demanda de dinero en un contexto donde se estaba multiplicando enormemente, con lo cual hubiéramos tenido que enfrentar lo que era un verdadero desastre.
Pero no solo eso, además, teníamos los problemas del financiamiento porque teníamos deuda interna, en pesos, por el equivalente de 90 mil millones de dólares; teníamos deuda externa venciendo, por el equivalente 25 mil millones de dólares, donde gran parte era con organismos multilaterales, pero teníamos el acuerdo con el Fondo Monetario caído y eso también fue algo interesante porque cuando ustedes tienen una situación de incumplimiento recurrente y, al margen de ese incumplimiento recurrente, uno quiere renegociar las metas, en ese sentido, en general, esas revisiones suelen tardar cerca de tres meses. Y en el caso nuestro fue revisado y aprobado, en un fin de semana. Esto es interesante porque los mismos que critican - ahora - decían, en ese momento, que el programa era inconsistente, no solo que no fue inconsistente, sino que ha probado ser verdaderamente exitoso y ahora lo vamos a ir repasando.
Y, al mismo tiempo, también la situación - en términos de financiamiento - era bastante compleja, porque de hecho el riesgo país estaba en torno a 2.900 puntos básicos y, además, teníamos un problema de sector externo. Básicamente, el gobierno anterior nos dejó reservas internacionales negativas, por el equivalente de 11.500 millones de dólares y una brecha del 200%. Por otra parte, en materia de actividad, el inicio del año 2023, había arrancado con caída y, hacia la segunda parte del año, el gobierno empezó a llevar a cabo una política fiscal y monetaria, que eran verdaderamente delirantes. Más o menos para que tengan un orden de magnitudes, el gobierno anterior emitió para financiar el déficit, 28 puntos del PBI. De esos 28 puntos, 13 fueron durante el último año. Es decir, fue algo verdaderamente demencial, y eso muestra también el tamaño de la bomba, que dejaron.
Pero además todo eso se daba en un contexto de precios pisados o sea había fuerte represión en el sistema de precios y todos los controles vencían en noviembre, después de las elecciones y ya en diciembre los precios - en la primera semana, de diciembre - venían creciendo un ritmo anual del 3700% y, en la segunda semana se aceleró al 7500. La realidad es que esto daba para peor porque de hecho cuando uno toma la inflación mayorista, del mes de diciembre es 54%. Esto es interesante marcarlo porque siempre la inflación mayorista se adelanta a lo que es la inflación minorista y una inflación mensual del 54% anualizada da 17000 y la realidad es que el dato, del mes de abril, en mayoristas había sido 3,4%, es decir, que anualizado 50%. Entonces es bastante divertido que digan que no hay un programa económico cuando la inflación bajó, de un ritmo del 17000% anual al 50%, y es bastante. Yo sé que son consultores a los que se les paga, pero no baja de la nada, no es un acto de magia bajarlo.
Y eso, básicamente, obedece a un programa de estabilización duro, que nosotros llevamos a cabo y ahí es importante entender la lógica de un plan de estabilización. Yo entiendo que llevamos años y años de un lavado de cerebro intervencionista brutal y, entonces, tendemos a pensar los programas de estabilización como una cuestión de definir un montón de cuestiones de política, y de sectores, y todas esas cosas. Pero en realidad un programa de estabilización tiene tres elementos: tiene una pata fiscal; tiene una pata monetaria y una pata externa. En ese sentido, en lo que tenía que ver con la pata fiscal, nosotros lo que teníamos que hacer era atacar el déficit, sabiendo que el problema más grande no estaba en el Tesoro, sino que, además, estaba en el Banco Central, que era el doble. Y, en ese sentido, tomaba - al menos en términos discursivos - la discusión entre shock y gradualismo, y la realidad es que yo siempre estuve del lado del shock y, difícilmente iba a cambiar, al momento de estar al mando de este barco.
Y no lo hice, y tengo una explicación, pues siempre los programas de shock, en Argentina, sacando el del ‘59 todos fueron exitosos y todos los programas gradualistas terminaron mal. Entonces, el primer argumento era de índole empírica. El segundo argumento es que para hacer gradualismo yo necesito financiamiento y la verdad que con las condiciones que tenía Argentina, no tenía chance alguna de que tuviera financiamiento. Por lo tanto, aun cuando yo hubiera querido hacer otra cosa, tampoco la podría haber hecho, pero igual no la iba a hacer porque no creo en el gradualismo. Para mí el gradualismo es solamente un mecanismo para que el ajuste sobre los delincuentes de la política sea más lento, elegir el gradualismo es elegir que el que ajusta fuerte es el sector privado y los delincuentes de la política siguen de fiesta, que además cuando llega el momento en que verdaderamente tiene ajustar tampoco terminan ajustando.
Por lo tanto, no había chances de que fuera de otra manera y en ese sentido nosotros nos propusimos en la meta el déficit cero. Ahí también es interesante porque la meta del déficit cero era para todo el 2024 y la verdad es que encaramos con tanto coraje, con tanta fuerza el ajuste, ya que hicimos una reducción de los ministerios a la mitad; eliminamos transferencias a las provincias - las eliminamos por completo prácticamente - eliminamos la obra pública; además eliminamos un montón de contratos políticos; hicimos un fuerte ajuste fiscal. También - transitoriamente - pusimos el Impuesto PAIS, el cual - si sale la Ley Bases - lo vamos a bajar para después eliminarlo. Y, además, nosotros teníamos claro que el ajuste iba a tener un fuerte impacto en lo social. Es decir, cuando ustedes generan un aumento del ahorro, fruto del ajuste, la contracara es que para que no sea recesivo tendrían que tener un aumento de la inversión.
La realidad es que, con la reputación argentina difícilmente, de un día para el otro, se iba a poder generar una credibilidad como para que la inversión despegara. Aun así, nosotros enviamos un programa de reformas estructurales, al Congreso, que es la Ley Bases, y, además, mandamos un DNU, que nos dijeron que el DNU era inconstitucional y que el Congreso estaba operando, y la realidad es que ya vemos, pues llevan seis meses todavía discutiendo, la Ley Bases. Ahora es interesante porque eso hubiera hecho que el ajuste fuera menos doloroso, pero a la política eso no le importa, lo que menos le importa la política es la gente. A la política lo único que le importa es hacer negocios con la de la gente y eso es lo que nosotros vinimos a cambiar y eso es lo que los tiene tan violentos. Porque no es que todas estas cosas que estamos logrando nosotros, las logramos sin que la política nos acompañe. Es decir, las logramos, a pesar de la política.
Y, a nosotros nos decían, además, que era imposible. Hay algunos que andan diciendo que no hay plan, que lo peor no pasó y todas esas payasadas. Debe ser que la tintura le está quemando el cerebro. Es interesante porque ese mismo decía que no se podía ajustar más que 1 punto del PBI. Entonces, me hubiera gustado saber cómo lo iba a financiar y qué iba a hacer - dentro del Banco Central - porque no tenía ningún plan para el Banco Central. Dicho esto, nosotros creíamos que lo íbamos a lograr en un año, e - increíblemente - lo logramos en el primer mes. Es decir, para el mes de enero habíamos logrado el superávit financiero. Entonces, ahí lo que empezaron a criticar es que era solamente algo transitorio que habíamos logrado. en el mes de enero.
Y, entonces, ahí empezaron con que era licuadora, mucha licuadora y tijerita. Sucede que la tijerita termina siendo el 90% del ajuste y la licuadora solamente el 10%. Así que ahí también mintieron. O sea, cómo se logró algo que no podían, te decían que era imposible lograr, entonces empezaron a cuestionar la calidad del ajuste, y la realidad es que el 90% es motosierra y el 10% solo es licuadora. No solo eso, sino que, además, no lo íbamos a poder sostener y febrero, de vuelta, tuvimos superávit financiero, y que no lo íbamos a poder sostener, en marzo, y en marzo volvimos a tener superávit financiero, y lo volvimos a tener, en abril, y lo volvimos a tener, en mayo, y cuando ustedes ajusten la estacionalidad, del mes de junio, y se queden, con el primer semestre, vamos a terminar con un abultado superávit financiero. Es decir, el déficit cero no se negocia de ninguna manera. Es decir, me van a tener que sacar muerto, de la Rosada, para lograr quebrar el déficit fiscal.
No sólo eso, sino que, además, nos cuestionaron el tema social y la realidad es que - en términos de AUH - estamos con el nivel de AUH más alto de la historia. Es más, también multiplicamos muy fuertemente el tema de la Tarjeta Alimentar; el plan 1000 Días. Y, además, dimos asistencia escolar, no sólo en términos de útiles - que fue un programa muy exitoso, por la cantidad de gente que le llegó - sino que además para aquellas familias, de clase media, que tenían problemas para cubrir la cuota, también dimos financiamiento para eso. Ese no es un tema menor porque frente al problema que implicaba familiarmente la caída de ingresos, el hecho de tener que cambiar a los chicos, del colegio, y el shock sobre los chicos es tan fuerte que nos pareció que teníamos que dar asistencia. Pero como si todo esto fuera poco, además, sistemáticamente la asistencia solo cubría el 68% de la canasta y, hoy, cubre 120%. O sea que la asistencia está funcionando.
Pero, además, había un elemento muy importante, pues recurrentemente se decía que había que terminar con los gerentes de la pobreza, con los intermediarios. Y la primera movida fuerte nosotros la hicimos, a poco de empezar el gobierno que fue una movida entre el Ministerio de Capital Humano, el Ministerio de Seguridad, el Ministerio de Infraestructura. La primera idea fue la de la ministra Pettovello que, básicamente, decidió interrumpir lo que era la rendición de cuentas de que se había trabajado, o sea que ustedes cuando se recibe un programa social tienen que, después, dar cuenta de que estuvieron trabajando. En ese momento, la ministra Pettovello fue castigada muy duramente por hacer eso, pero eso fue fundamental para terminar con los gerentes de la pobreza.
Esa era la parte que no estaban viendo, ¿por qué? Porque si bien las personas reciben - de manera directa - en una tarjeta los ingresos, cuando tenían que ir a validar, que habían estado trabajando, ahí le robaban la mitad. Eso lo que hizo fue quitarles a estos delincuentes el financiamiento. Entonces, con la misma plata le estábamos dando el doble de asistencia a la gente. Al margen de lo que después se subió. En paralelo - como sabíamos que se iban a quejar - dijimos que el que corta no cobra y que además la calle no se podía cortar. Entonces, también, la Doctora Bullrich armó un Protocolo de Seguridad y esto lo coordinamos, con el Ministerio de Infraestructura para que, en los distintos medios de transporte, se pudiera comunicar y denunciar a aquellos que extorsionaban y presionaban a la gente para ir a las marchas. En ese momento, Belliboni decía que iba a llevar 50.000 personas cuando en realidad estaba planeando llevar 100.000 y pasó algo muy interesante, porque terminaron yendo solamente 3.000 y había 12.000 efectivos, o sea había más efectivos que gente.
Y eso también nos permitió cumplir con otra demanda electoral. A nosotros nos pidieron que bajemos la inflación y que terminemos con la inseguridad. La inflación la estamos bajando y ahí empezamos a poner en caja el problema de la inseguridad. Obviamente que eso no iba a ser gratis, ya que, hoy, el Ministerio de Capital Humano está todo el tiempo torpedeado por este conjunto de delincuentes, un conjunto de chorros está moviendo - parte de la agenda - y le dan lugar a esos delincuentes que siempre dijimos que había que correrlos del medio y ahora patalean, inventan un montón de mentiras. Nos enteramos que hay comedores fantasmas, o sea comedores donde se mandaba la plata y no existían, o comedores que decían que tenían determinada cantidad de gente y sucede que, no sé, decían que atendían a 500 y - cuando ustedes van - se dan cuenta de que no había más lugar que para 50. No solo eso, sino que, además, cotizaban bolsones de comida que no querían poner la contracara - en términos de DNI - de las personas que recibían ese beneficio, y cuando ustedes miraban los bolsones de comida le licuaban la calidad y sacaban la diferencia. Y, además, se encontraban cerca de los lugares, donde estaban los - supuestos - comedores supermercados, donde vendían estas comidas. Era un negocio verdaderamente siniestro. Entonces, claro, si ustedes le sacan eso a estos delincuentes van a patalear. La pregunta es ¿pero de qué lado están entonces? ¿Del lado de la ministra Pettovello, que se está peleando con todos los chorros o del lado de los chorros? A veces Argentina es un país muy raro.
No sólo eso, sino que además otra cosa que fue muy importante que tiene que ver con el saneamiento, del Banco Central, y la situación del mercado de cambios; nosotros teníamos déficit en las cuentas externas, veníamos perdiendo reservas un montón, estábamos 11.500 millones de dólares negativos, en términos netos. De hecho, el gobierno anterior se fumó, del Banco Central, el equivalente de 45.000 millones de dólares. Entonces, la primera decisión era… perdón…ahora trabajo mucho de hablar, es parte del trabajo y parte del trabajo es también que viaje. Es interesante, porque yo odio viajar y, ahora, me critican porque viajo mucho. Yo les voy a contar una anécdota, que es divertida, yo trabajaba en una empresa, en un grupo, que se llama Corporación América y mi trabajo implicaba viajar mucho, y yo odiaba tener que viajar tanto porque extrañaba mucho a Conan. O sea, ahora extraño por cinco y me putean porque viajo, si odio viajar. Pero, de vuelta, Argentina es un país muy raro. Mire si no estaría más cómodo quedándome, en Olivos. Pero, también inventaron que no iba a ir, a Italia, y el pobre Esteban corriendo atrás de que, si voy, no voy. Sí, voy a ir a Italia, voy a ir a la Reunión del G7. Entonces, inventaron que no viajaba, entonces después inventaron que - ahora - me desdije y que voy. La decisión siempre fue que iba. Argentina es un país raro, en especial con los ensobrados de los periodistas, los cuales, obviamente, despotrican todo el tiempo porque les cortamos la pauta oficial. O sea, no era una promesa de campaña, es otra promesa cumplida: les cortamos a esos delincuentes la pauta. Y que compitan, como compiten todos ustedes. Vivir del Estado, eso no es competir, eso es vivir del Estado. Obviamente que los medios van a editar este aplauso y - seguramente - van a poner algo que sea un abucheo.
Entonces, una de las decisiones muy importantes que había que hacer era ¿qué hacíamos con el tipo de cambio? Sabíamos que no lo podíamos liberar por el problema de stocks, que teníamos en el balance del Banco Central. Entonces, la pregunta era ¿dónde poner el tipo de cambio? Esto también fue una decisión muy importante. Yo me acuerdo de esta decisión, pues estaba “Toto” Caputo, “Santi” Bausili, Fede Furiase y Martín Gutiérrez, estábamos - en el Hotel Libertador - que es donde estuve viviendo, durante tres meses. Pero estaba buenísimo era el Hotel “El Libertador”, o sea más claro imposible, y encima de color violeta. O sea, el orden espontáneo no falla, muchachos. Adam Smith siempre tiene razón, salvo que esté el gobierno metido en el medio. Pero pido que no le echen la culpa a la mano invisible, échenle la culpa a la garra de hierro, del Estado.
En ese sentido, el consenso del mercado era que el tipo de cambio tenía que estar en $600. A mí me encanta porque esos mismos que decían que lo teníamos que llevar a $600, en sus mejores escenarios, en materia inflacionaria, les daba una tasa de inflación más alta que la que tuvimos, y son los mismos que se quejaban del atraso cambiario. Perdieron tan escandalosamente la discusión que - por suerte - no mencionaron más el problema, pero siguen despotricando. Es decir, yo no tengo la culpa que usen malos modelos y se equivoquen. Entonces, en ese sentido, la otra alternativa que me había propuesto el equipo económico era $800, y yo dije: «no, llevémoslo a $1000». Entonces, ahí me dice: «no, lo que pasa como vamos a estar cargando el Impuesto País» y lo que pensábamos poner, en ese momento, $800 era correcto y era el equivalente a ponerlo a $1000.
Esto no es un tema trivial. Eso no fue elegido trivialmente. Porque de esa manera, se parecía, de alguna manera, al tipo de cambio que había en el mercado. Eso lo que iba a hacer era achicar fuertemente el exceso de demanda de divisas. Y al achicar el exceso de demanda de divisas lo que iba a hacer era achicar el exceso de oferta de bonos, con lo cual los bonos tenían que recuperar y, por ende, bajar el riesgo país, algo que hasta hace poco habíamos logrado quebrar la línea de los 1200, íbamos camino a los 1.100, y a romper 1.000, pero apareció la política y se encargó de llevarlo a 1.600. Pero no se hagan problema porque esto queda determinado por la condición de solvencia intertemporal y de vuelta: el déficit cero no lo voy a entregar. Así que tarde o temprano lo vamos a quebrar.
Al margen de eso, implicaba que la caída en actividad fuera menor y que la pérdida de empleo fuera menor y que las caídas de los salarios reales fueran menores y, por ende, contribuir a que no hubiera un mayor aumento, en términos de pobres e indigentes. Y esto es interesante porque si las condiciones iniciales eran peores que las del 2001, nosotros haciendo un ajuste por el equivalente, a 15 puntos del PBI, en términos sociales tenía que ser una catástrofe y en términos de actividad también. Recuerden que, en la crisis del 2002, el PBI cayó 10,9%, pero en el segundo trimestre cayó 16. Nosotros hicimos un ajuste mucho más grande y, aun así, con un ajuste mucho más grande, la caída - del primer trimestre - fue 7%. Y tendría que estar todo volando, en términos de desastre social y, sin embargo, no ocurre. Y encima tienen el tupé de criticar la gestión de Pettovello porque tiene un margen de error de 3 en 10.000. Hay que ser caraduras. Se toman un medicamento, se automedican con un margen de error del 5% y se quejan por el 3 en 10.000. Argentina es un país raro. O se nota cuando no se llenan los sobres. Eso también fue una decisión súper exitosa que, obviamente, fue muy criticada. ¿La contracara cuál fue? Compramos 17.500 millones de dólares. Además, recompusimos el balance del Banco Central y volvimos a poner el patrimonio, en términos positivos. Es importante que también tengan en cuenta, porque ahora aparecen los que empiezan a alertar porque se están perdiendo reservas. Les voy a contar algo: si miran el programa, ¿nosotros qué es lo que tenemos? Es una suerte de un crawling peg, o sea que, en el fondo, hay como una suerte de estar fijando el tipo de cambio y estar moviéndolo a una tasa determinada.
¿Por qué aclaro esto? Porque si ustedes están controlando el precio, la contracara es que van a tener las fluctuaciones en las cantidades, entonces lo que les va a pasar con las divisas tiene que ver con la estacionalidad, y la estacionalidad - del tercer trimestre - es que Argentina en el tercer trimestre pierde reservas. O sea, es un resultado natural. De hecho, nosotros el programa que tenemos vigente, con el Fondo, estima que tendríamos que perder por lo menos 2 mil millones de dólares de reservas, pero como nosotros estamos sobrecumplidos…, nosotros estamos sobrecumplidos en la meta fiscal, en la meta monetaria y en la meta cambiaria. Entonces, tenemos margen para perder más de 3.000 millones de dólares. Aviso porque no va a faltar que digan: «uy, el programa está colapsando, están perdiendo reservas». No, es un problema de estacionalidad, muchachos.
Otro tema que también fue muy importante es que había que bajar el cuasi fiscal. Es decir, eran 10 puntos del PBI. Y ahí también hubo una decisión muy muy valiente, por parte del equipo económico y la verdad que la gestión - en conjunto de “Toto” Caputo, de Pablo Quirno y de Santiago Bausili fue muy importante. Esta es una discusión interesante, dada mi ortodoxia marcada de tanto tiempo no faltaron los gansos que empezaron a criticar la falta de independencia del Banco Central. Esta es buenísima. Ahora, yo no sé si - a veces - lo hacen porque son torpes, o son malintencionados, o las dos cosas a la vez. Es obvio que las direcciones iban a estar interdependientes. Es más, les voy a decir algo: en las reuniones de Gabinete no solo está Caputo, está también Bausili. Entonces ¿por qué hacemos eso? Porque - en realidad - cuando nosotros recibimos el Banco Central, el Banco Central estaba quebrado. Y estaba quebrado porque el Estado le había metido un montón de papeles o ¿quién creen que es el máximo acreedor del Estado nacional? El Banco Central.
De hecho, ya les mencioné antes, que el propio gobierno anterior se llevó del Banco Central, estafó a los argentinos - porque lo que está haciendo es degradar el respaldo de los pesos que están dando vuelta - por 45.000 millones de dólares. Entonces, si el Estado fue el que quebró al Banco Central, lo lógico es que el Estado recomponga la hoja de balance del Banco Central. Por eso - en esta etapa - no hay toda la independencia que uno quisiera. ¿Por qué? Porque es el Estado el que quebró al Banco Central. Una vez que se recomponga eso, podemos hablar de la independencia del Banco Central. Pero esos mismos gansos son los que decían en paralelo que los activos que tenía el Banco Central valen cero, es decir, lo que digo es la inconsistencia de los argumentos.
Y en ese sentido, una de las cosas más interesantes, porque ahí también los pifiadores seriales pifiaron a lo lindo, fue ¿qué hacer con la tasa de interés y el tema de los remunerados? Entonces, mientras que la teoría convencional, por decirlo de alguna manera, para bajar la inflación utiliza la tasa de interés, nosotros pensábamos bajar la inflación bajando la tasa de interés. Era una cosa muy desafiante. Claro, porque nosotros creemos que la inflación es, siempre y en todo lugar, un fenómeno monetario generado por un exceso de oferta de dinero. Ya sea porque sube la oferta o porque cae la demanda. Y eso hace que pierda poder adquisitivo el peso y que todos los precios se expresan en unidades monetarias suban. Entender eso también hace entender qué es lo que está pasando con el dólar.
Porque el dólar es un precio más de la economía y sube en función de factores reales o factores monetarios. Y ustedes están viendo subir el tipo de cambio y no hay ni un problema de aumento de oferta, ni hay un problema de caída de la demanda. Y esto es interesante y también se tiene que internalizar, es que no tenemos un mercado libre de cambios. Al no tener un mercado libre de cambios, ustedes no compran de manera directa los dólares, ustedes lo compran de manera indirecta, vía bonos. Y el problema con los bonos es que no solo se utilizan para comprar dólares, sino que, en realidad, es tradear deuda argentina. Y si ustedes tienen un conjunto de degenerados fiscales votando proyectos alocados para romper el equilibrio fiscal, lo que ustedes están haciendo es que el instrumento que utilizan para - de manera indirecta - comprar dólares, lo están contaminando. Entonces, así como tratan de minar la solvencia y hacen que el Riesgo País, de estar abajo de 1200 salte a 1600, la contracara es que ustedes ese instrumento lo están viciando y ven un tipo de cambio más alto, pero no obedece a cuestiones monetarias, sino a un conjunto de brutos chorros y delincuentes que lo único que quieren hacer es reventar el equilibrio fiscal para voltear al gobierno. Es decir, unos destituyentes.
En ese contexto, para nosotros lo que había que hacer era arbitrar la tasa en dólares, no la tasa en pesos. Y, de hecho, el salto de evaluatorio inicial, había que lograr que las expectativas de devaluación quedarán mapeadas con nuestro crawling peg y con nuestras hipótesis de inflación. Y eso está ocurriendo. Y en el medio de todo eso, en la medida que íbamos estabilizando la economía, una tarea enorme de Pablo Quirno de reconstruir la curva en pesos. ¿Y eso qué es lo que nos permitió? Nos permitió ir sacando pasivos remunerados, del Banco Central y que pasen a donde verdaderamente tuvieron que estar siempre, que era en el Tesoro.
Porque en el fondo, ¿qué era lo que pasaba? El gobierno anterior hacía déficit fiscal, lo llenaba de títulos al Banco Central, se llevaba dólares, se llevaba pesos, y como después esos pesos quedaban en la calle lo sacaba pagando tasa de interés, y así crecía la bola de las Leliqs. Entonces, en ese sentido, si nosotros hubiéramos hecho caso a lo que decían los economistas de subir la tasa de interés real en pesos, hoy tendríamos la relación pasivos remunerados 8 a 1 contra la base, y no solo eso, sino que, además, seguramente que estaríamos hablando del problema del carry trade, estaríamos hablando también del problema de las bolas de las Leliqs, y cuándo estallaría la híper. O sea, con lo cual, de vuelta: el mercado de analistas le volvió a pifiar.
Y esa es una discusión teórica válida. Desde mi punto de vista, querer controlar… A ver si yo les pregunto a cualquiera de ustedes ¿qué opinan de Moreno controlando precios? Me van a decir que es un cavernícola. Ahora hay que ser fatalmente arrogante, peor que Moreno, creer que uno puede controlar los precios presentes y los precios futuros. Y la tasa de interés es eso. Es el precio relativo de los bienes presentes respecto del futuro. Es decir que cuando ustedes controlan la tasa de interés, usted está pretendiendo controlar los precios presentes y los futuros. Es decir, aquellos que le hablan de la tasa y esto son peores que Moreno, conceptualmente. Y no solo eso, sino que además niegan la naturaleza monetaria de la inflación, pero lo que hay que entender es que hay que desterrar esa aberración keynesiana de que la tasa interés se determina en el mercado de dinero. Es decir, la tasa de interés existe porque existe el tiempo, no porque existe el dinero. Existe porque existe el tiempo, es un mecanismo de coordinación intertemporal para llevar el consumo del presente al futuro, ahorro; o para llevar la producción del presente al futuro, inversión. Y eso existe
- independientemente - de que exista el Banco Central o que exista el dinero. Por lo tanto, eso de andar toqueteando la tasa de interés no es algo sano, en ningún lado. Entonces, esa también era una apuesta importante porque nosotros necesitábamos descomprimir esa fuente de creación de dinero y, sinceramente, lo logramos porque el ajuste hoy, en el Banco Central, equivale a 9 puntos del PBI y llevamos 6 en el Tesoro. Por lo tanto, estamos en 15 puntos del PBI. Hicimos el ajuste fiscal más grande de la historia, no solo de Argentina, de la historia de la humanidad, y lo hicimos en tres meses. Nada es imposible, si se quiere lograr.
Y, finalmente, en esto que también me parece muy interesante es ¿cuánto falta para abrir el cepo? Para abrir el cepo lo que tenemos que hacer es terminar de limpiar la hoja de balance, del Banco Central. Uno de los problemas era terminar con los pasivos remunerados. Es interesante, porque hoy la relación entre pasivos remunerados y base monetaria es de 1.2. O sea, tenemos 15 billones de pesos de base monetaria y 18 billones de pesos de pasivos remunerados. Con lo cual lo bajamos a 1.2, pero hay algo que es más interesante, de esos 18 billones que tenemos de pasivos remunerados, 12 billones están en manos, del sector público. De esos 12 billones, 7 están, en manos del Banco Nación, donde además la contracara es que hay depósitos del Tesoro, por 3.5 billones. Por lo tanto, hay 7 billones - de esos 12 - que no son un problema. Además, hay 3 billones que corresponden, al Banco Provincia, pero como el enano comunista genera déficit fiscal tiene recontra exigido, al Banco Provincia, tomándole financiamiento. Por ende, están apretados de liquidez y no lo pueden tocar. Y una parte de lo que resta lo tiene el Ciudad y una parte muy chiquitita queda en el resto de las provincias. Por lo tanto, solamente nos quedan 6 billones de pesos para terminar con el problema de los pasivos remunerados y hemos tenido licitaciones, en las cuales hemos recibido ofertas hasta por 18 billones de pesos. Quiere decir que el tándem Bausili-Quirno tienen acorralado a los pasivos remunerados. Y lo otro que nos falta y esto es una de las grandes perversiones que cometió el gobierno anterior y que el Fondo Monetario se lo avaló, es que como nadie quería financiar al fisco preferían el financiamiento del Banco Central, pero necesitaban que eso no se viera, dentro del balance del Banco Central. Entonces lo financiaron con instrumentos contingentes, con unos Puts que ni siquiera son europeos, o sea, son americanos, se pueden ejercer en cualquier momento. Eso representa, contablemente sólo se registra el Put, entonces ustedes ven ahí el número es despreciable, pero si ese contingente se ejecuta se convierte en cuatro puntos del PBI. Esto no es menor porque la base monetaria hoy, en Argentina, es 2,8% del PBI. Y si ustedes le suman los remunerados estamos en seis puntos del PBI. Esto es importante porque en lo que va - del Siglo XXI - esa relación estuvo en torno al 9 o 10% del PBI. Quiere decir que, técnicamente, desde lo monetario, estamos para salir salvo que se ejecuten los Puts, que pueden ser ejecutados, en cualquier momento. Por lo tanto, estamos terminando con el problema de los remunerados, y cuando terminemos con el problema de los Puts ahí sí vamos a abrir el cepo, y se va a terminar esta historia del cepo.
Entonces, la realidad es que los logros son innegables. Hemos derrumbado la inflación, si lo quieren tomar en IPC, del 25%, el próximo dato estará entre 4 y 5%. Si lo partimos a la mitad, 4 y medio. La núcleo va viajando a niveles del 2,2 y medio. O sea, está funcionando. Ustedes no van a bajar la tasa de inflación por arte de magia. Si tomo la mayorista, que era la que se anticipaba, pasamos de 17.000 a 50. Entiendo que 50 es aberrante, pero 17.000 era mucho peor. Y tiene, además, otras características que me parece que vale la pena resaltar. En otros programas que resultaron muy exitosos, antes hubo una mega crisis y gran parte del trabajo lo hizo la crisis licuando los instrumentos monetarios. Entonces era todo rebote la demanda de dinero, era mucho más fácil estabilizar así.
No solo eso, sino que, además, en muchos de esos casos violaron el derecho de propiedad con colocaciones compulsivas de bonos. Bueno, nosotros ¿por qué no podemos determinar el tiempo? Esto también, parece gracioso, hay que ser demasiado bruto o muy mal intencionado; no podemos determinar el tiempo porque como estamos haciendo todas las operaciones a mercado depende de la voluntad de los individuos que quieran hacer los distintos canjes. Consecuentemente, no puedo determinar qué día va a ser porque depende de la decisión de la gente. No es no tener plan, es respetar la libertad. Manga de comunistas.
Otra cosa más. En otros programas ha habido controles de precios, acá no hay controles de precios, son libres. Y nosotros estamos haciendo la estabilización, además, con recomposición de precios relativos por los precios pisados que dejó el gobierno anterior. Con lo cual, si quisieran ser honestos intelectualmente no tienen que mirar la inflación general, ¿tendrían que mirar qué para ver cómo va el combate con la inflación? La core, pero claro ahí da demasiado bien y a todos los que anticiparon el apocalipsis, no claro, no les cierra. Entonces, tienen que lavar sus culpas. Por lo tanto, la política antiinflacionaria está haciendo un verdadero éxito. De hecho, cuando nosotros llegamos al poder el 84% de los argentinos creía que iba a haber una hiperinflación, hoy ese número es menos del 20%. De estar discutiendo la hiperinflación, hoy estamos hablando de créditos hipotecarios a 30 años y todo eso en menos de 5 meses. A veces, los argentinos son muy raros, en especial los que dependen del sobre.
No solo eso, aviso que no solo los periodistas dependen del sobre, hay supuestos intelectuales que pasean también por los canales que responden a sobres, o sea hay profesionales que son parte de este armado, aviso. O sea, la casta no solo son los políticos ladrones, sino que también son los empresarios prebendarios, son los medios y periodistas ensobrados, pero también están los profesionales que son cómplices de estas aberraciones. Entonces, otra cosa que se nos exigió fue que terminemos con la inseguridad y vaya que lo estamos haciendo. Miren el éxito que fue la intervención del Gobierno Nacional en Rosario. Ayer la ministra Bullrich viajó justamente para anunciar los logros que habíamos tenido seis meses después, en cuánto habíamos hecho caer la cantidad de homicidios, por ejemplo. Con lo cual también exitosos ahí. Ahora que estamos matando la inflación, entonces, ¿ahora qué nos dicen? Ahora se van a la hiper-recesión.
Bueno, sabíamos que íbamos a tener impacto en la actividad, pero cuando ustedes empiezan a mirar los datos, hoy el índice de difusión ya supera el 50% si los miran para abril, con datos de abril. Y cuando le empiecen a mirar con datos de mayo, el número todavía es muchísimo más alto. Es decir, la economía tocó un piso y empezó a salir. Entonces, todo pareciera mostrar que lo peor ya pasó, que el piso lo encontramos, y ahora empezamos a discutir si estamos frente a la pipa de Nike o estamos en una “V”. Pero, de vuelta, de decir que prácticamente íbamos a destruir todo, ahora estamos discutiendo qué tipo de recuperación. Es maravilloso cómo en seis meses cambió toda la discusión.
Entonces, eso tiene que ver con la dinámica de corto plazo. En cuanto a la dinámica de largo plazo, ahí hay un rol muy importante de lo que ha sido el DNU y lo que es la Ley Bases, que son cosas que hacen al crecimiento de largo plazo. El DNU sigue vigente, y si la Ley Bases sale…, les recuerdo que la reforma estructural más grande de la historia la hizo Menem, y la Ley Bases es cinco veces más grande que la reforma de Menem. Y si ustedes le suman el DNU —que está funcionando—, estamos en una reforma ocho veces más grande que la reforma estructural más grande de la historia argentina, que fue la de Menem. Entonces, verdaderamente, ¿qué parte es «no hay programa»? Mandamos mil reformas al Congreso, doscientas las tiraron, quedaron quinientas en Bases y el DNU sigue caminando con trescientas. Es decir, aún el DNU denostado -como lo denostan- es tres veces más grande que la reforma de Menem. Y si ustedes creen que no es valioso, pregúntele a alguien que tiene que alquilar. Con el incremento fenomenal en la cantidad de propiedades para alquiler y cómo cayó, en términos reales, el costo del alquiler. Para todos esos que descreen de la economía de mercado, les dedicaría la frase de Maradona. Pero ojo que hay dos. Yo hago referencia a una que se puede sintetizar en tres letras: LTA. Así que, a los detractores, les dedico la frase de Maradona. Ahora, ¿cuál es el sentido de estas reformas? Estas reformas -si pasan- harían que Argentina escale en términos de libertad económica 90 puestos.
Eso significa que Argentina pasaría a parecerse a países como Alemania, Francia; y la realidad es que sería un avance notable, pero no suficiente para mí. Probablemente, ahora están degradando sus índices de libertad económica, pero el ideal era parecernos al menos al primero, o sea, Irlanda; un país que era el país más miserable de Europa y hoy tiene un PBI per cápita 50% mayor que el de Estados Unidos. Pero la verdad es que ni siquiera Irlanda nos conforma. Tenemos 3.200 reformas estructurales más para enviar, y que, si no las mandamos ahora, las vamos a mandar, a partir del 11 de diciembre del 2025. Es decir, nosotros vamos a cambiar la Argentina, vamos a ser una Argentina liberal y vamos a ser el país más liberal del mundo y en 40 años nos vamos a convertir en la primera potencia mundial. Muchísimas gracias.