Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, ante la Cumbre de los Brics, por videoconferencia, desde la Residencia de Olivos
Buenas tardes a todos y todas, aquí, desde Buenos Aires: Sr. Presidente Ramaphosa, Sr. Presidente Da Silva, querido amigo; Sr. Presidente Xi Jinping; Sr. Primer Ministro Modi; Sr. Presidente Putin; señores Presidentes y distinguidos delegados, estimados colegas y amigos, estamos honrados por la invitación, de Sudáfrica a esta reunión de amigos de los BRICS. Hoy la imagen de Mandela, quien me acompaña en estas palabras, un ser humano de dimensión universal asume una particular trascendencia, en mi querida Argentina. Definitivamente vivimos con alegría sumarnos a este espacio, que fortalece y crea nuevos puentes entre nuestros países y regiones, en un contexto que nos demanda impulsar más instancias de diálogo político, en el Sur global
Es un anhelo de años, que hoy empezamos a concretar. Nos honra aún más el ingreso de la Argentina a este grupo de naciones, que refleja la multipolaridad emergente y que convoca a países que seguramente no poseen una visión única y uniforme de todas las problemáticas, pero que respetan sus diferencias, procuran identificar denominadores comunes y buscar incidir en el orden global en un mundo inestable, desigual, que concentra el ingreso, en y distribuye la pobreza y la postergación, entre millones de seres humanos. Precisamente, Mandela se preguntaba si cuando se escriba la historia de nuestro tiempo seremos recordados por haber hecho lo correcto o por haber dado la espalda a una crisis global. Antes ese dilema – expuesto en sus palabras – estoy seguro, que hoy, estamos haciendo lo correcto.
Los problemas globales no pueden resolverse unilateralmente. Tampoco pueden abordarse con recetas genéricas, que no distingan las realidades particulares, que atravesamos los países emergentes. Enfrentamos una crisis del sistema multilateral, shocks a las cadenas de suministro, imposición de sanciones unilaterales y acuerdos para restringir el acceso a desarrollos tecnológicos estratégicos. Además, fenómenos de inflación generalizada, crisis climáticas; la desaceleración económica mundial, insostenibilidad de las deudas externas, todos temas sin resolver, que completan un difícil panorama.
El resultado conduce a este mundo injusto, en el que vivimos, que acaba promoviendo una mayor desigualdad social al interior de nuestros países y una profundización de la brecha, que divide al Norte y al Sur del mundo. A ello se suma el debilitamiento de muchos de los foros y mecanismos que nos habíamos dado para resolver problemas, como preservar la paz y promover el desarrollo. Ya hemos comprobado cómo - en el pasado - la falta de cohesión del mundo en desarrollo nos terminó colocando en posiciones desventajosas, al momento de negociar términos en cuestiones fundamentales para nosotros. Por ello, hoy más que nunca, la negociación y coordinación multilateral y regional es impostergable y el foro BRICS - al igual que este diálogo, que han propuesto - adquieren en este contexto una relevancia singular.
Estimados Presidentes y Ministros, La Argentina y los países del BRICS pertenecemos al mismo grupo de países de economías emergentes del G20. Allí mantenemos muchas posiciones en común, que podemos poder reforzar aquí hoy de cara a la próxima Cumbre del G20, el mes próximo, en Nueva Delhi, en India. Consideramos que la presidencia pro tempore, de India, y las próximas presidencias de Brasil y de Sudáfrica, sumadas a la recientemente pasada de Indonesia, son una gran oportunidad para reinsertar las prioridades del Sur Global, en la agenda del G20. Necesitamos bases de consenso sólidas para avanzar hacia una arquitectura del desarrollo sostenible reformada, que iguale las condiciones en el mundo, que hoy existe. Necesitamos ser los motores de una recuperación económica sostenible, y que tenga en su centro a la equidad, a la inclusión y al respeto de la igualdad soberana. Las condiciones de posibilidad para que ese logro sea alcanzable y sostenible en el tiempo implican asegurar más recursos para financiar el desarrollo -y no la especulación financiera-, aplicar medidas inmediatas para fomentar la sostenibilidad de la deuda y poner fin a las peores prácticas, que hoy exhibe el Fondo Monetario Internacional. Necesitamos favorecer intercambios comerciales más equilibrados, que no profundicen las asimetrías y también promover las inversiones y la cooperación científico-tecnológica.
Los BRICS, por su enorme peso institucional y financiero, juegan un papel determinante en esta exigencia de diseñar una arquitectura financiera mundial, que garantice las necesidades de crecimiento, de comercio, de inversión y de bienestar social. Y un BRICS fortalecido, a través de la presencia y participación de nuevos socios, creará una nueva plataforma para proyectar la voz de los países en desarrollo en el escenario internacional.
La Argentina hoy celebra haber sido invitada a ser miembro de BRICS, seremos el segundo país en Latinoamérica en conformarlo y el primer país de habla hispana. Desde este lugar, continuaremos ampliando los esfuerzos para dar un nuevo impulso a las asociaciones sur-sur y a la voz del Sur Global.
No quiero terminar mi participación, sin expresar particular agradecimiento a mi querido amigo y amigo de la Argentina, el presidente de la República Federativa de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva por haber llevado a ese foro problemas que mi Patria afronta y por haber acompañado con tanta firmeza mi deseo expresado al presidente Xi Jinping, en 2022, de sumarnos a esa alianza de la que ya nos sentimos miembros.
Muchas gracias.