Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el traspaso de la presidencia pro tempore del bloque regional a Brasil, en la LXLL Cumbre del Mercosur, en Misiones
Muy bien, en estas últimas palabras quiero darles las gracias a todas y todos los que han participado, en este encuentro, los que han reflexionado, junto a nosotros, y los que han planteado sus preocupaciones, sus inquietudes, sus planteos, con miras hacia el futuro.
Sólo me quiero hacer cargo de un comentario, que no quiero dejar pasar por alto, porque nosotros no hemos sido ajenos al tema, que es el tema de Venezuela. Yo quiero recordar que la Argentina – desde que yo asumí la presidencia – dejó el Grupo de Lima, por entender que había claramente una política de injerencia en Venezuela, que no iba a resolver los problemas, que los venezolanos tenían.
La cantidad de exiliados, que Venezuela, hoy, tiene son el resultado de las sanciones económicas, básicamente, que Venezuela ha padecido. Y por lo tanto, lo que intentamos –desde el primer momento – ser parte del Grupo de Contacto y sentar, en una misma mesa, las partes de Venezuela para que dialoguen para que encuentren un camino de salida hacia la mejor democracia y hacia la mejor institucionalidad, de Venezuela.
Cuando las Naciones Unidas – a través de un informe de Michelle Bachelet – cuestionó el tratamiento de los derechos humanos, en Venezuela nosotros juntamos ese informe, de Michelle Bachelet y después trabajamos para que el Alto Comisionado de Derechos Humanos, pudiera establecer una oficina, en Caracas, y trabajar en pro de garantizar la plena vigencia, de los derechos humanos, en Venezuela. Eso se hizo. Retomamos el diálogo, a través de una reunión que tuvimos, con el presidente Macron y con el presidente Gustavo Petro, en la ciudad de París, y de allí volvimos a sentar a las partes para que recuperen – una vez más – el diálogo. Después hubo una reunión ampliada, en la ciudad de Bogotá, si no me equivoco, donde ese diálogo siguió avanzando. Lo que ha ocurrido, ahora, con María Corina Machado es algo que nosotros tomamos en cuenta y que nosotros estamos planteando en la mesa del diálogo, que es donde creemos que debe plantearse. Porque el problema de Venezuela deben arreglarlo los venezolanos, a través del diálogo entre ellos. No los países metiéndonos en cuestiones internas de otros países. Si garantizando, como bien ha dicho el presidente Abdo que sea respetando la institucionalidad y los derechos humanos, pero la mejor forma de hacerlo- querido presidente y amigo – nosotros estamos convencido es recuperando el diálogo entre los venezolanos.
Los venezolanos, hoy, padecen una situación muy difícil producto de esa sanción, que han recibido y que nosotros solo creemos lastima al pueblo de Venezuela. Por eso, cuando días atrás alguien recriminó la idea que el Presidente Lula había plantado sobre que había que tener una mirada más amplia y más completa sobre el conflicto de Venezuela, yo la reivindiqué, porque creo que esta que estoy contando es la historia verdadera. Lo que particularmente viví y vi cómo los problemas se fueron superando, y aparecen problemas como este- no voy a decir que no-, pero me parece que el lugar dónde plantearlo es en la mesa del diálogo. Y sería muy auspicioso que en la mesa del diálogo de los venezolanos se sumen todos los que desaparecieron de la mesa del diálogo; Quedamos México, quedó Colombia, está Brasil y estamos nosotros. Si realmente queremos ayudar a los venezolanos, sentémonos en esa mesa para que vuelvan a dialogar y vuelvan a tener las garantías necesarias para poder recuperar la plenitud de sus derechos y la plenitud de su calidad institucional.
Digo esto porque, estas cosas las hice como Presidente de la Argentina, no como Presidente Pro Tempore del MERCOSUR. Y son cosas que deberíamos hacer como presidentes de nuestros respectivos países: garantizar la independencia y la autonomía de cada país y convocar al diálogo, cuando en esos países la democracia o el diálogo se resquebraja.
Para mí no es un tema que pasó desapercibido, en esa mesa planteé el problema, Marito querido.
En este punto, para la Argentina y para mí, personalmente, es un inmenso honor traspasar la presidencia Pro Tempore del MERCOSUR, a la hermana República Federativa del Brasil. Y en esta ocasión, quiero destacar que entrego el símbolo Martillo del MERCOSUR a un gran Presidente, a un amigo querido, amigo querido por todos los argentinos y argentinas, Luis Ignacio Lula Da Silva.
Sé querido amigo que en tus manos está la responsabilidad de conducir este tiempo del MERCOSUR con la convicción y la lucidez política que siempre te he reconocido y que siempre te ha caracterizado. Quiero que sepas, querido amigo, que tus desafíos, son nuestros desafíos, tus decisiones, son nuestras decisiones, y voy a acompañarte con tu coraje en la conducción del MERCOSUR, en este próximo semestre del 2023. Este es tu Martillo.