Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, luego de su recorrida por el Centro Espacial Punta Indio, en Pipinas, Provincia de Buenos Aires
Buen día a todos y todas. Muy feliz de estar aquí realmente.
Hablaba con Daniel desde hacía mucho tiempo para a ver cuándo encontrábamos este momento porque, si él se asombra como sociólogo, dense cuenta el asombro que significa para mí como abogado poder entender todo lo que me explican con tanto cuidado, con tanto detalle, con tanto amor por lo que hacen. Gracias querido intendente por recibirme en tu tierra, de verdad, feliz de estar aquí. Y gracias por recibirme Marcos aquí en VENG, que muestra un poco la historia de la Argentina, porque es un tiempo para que reflexionemos.
Nos han tocado vivir años tan difíciles los últimos años, signados por una deuda insostenible, difícil de llevar adelante, difícil de cumplir, por una pandemia que se llevó 10 millones de vidas del mundo, por una guerra que afectó todos los suministros, el precio de la energía, el precio de los alimentos. Cuando creíamos que todo pasaba, llegó una sequía que nos privó del 20 por ciento de nuestras exportaciones.
Digo todo esto porque, a pesar de todo eso, en estos años hicimos infinidad de cosas por el progreso y el desarrollo de la Argentina, que se ve en muchos aspectos, se ve en cómo creció la economía argentina en los dos últimos años, se ve cómo sigue creciendo en el primer trimestre, se ve en la cantidad de empleo que se ha creado, empleo genuino. Llevamos 32 meses consecutivos de creación de empleo registrado. En el ANSES registramos más de 1 millón de personas que han vuelto a trabajar, desde el 2019 a la fecha.
Ahora, yo pongo en valor que hayamos sido capaces de lograr todo esto en un tiempo tan complejo, tan difícil, porque habla muy bien de lo que somos los argentinos y las argentinas. Ese país resiliente, que en su inmensa mayoría está orgulloso de ser argentino, de ser argentina, no tiene vergüenza de su patria, no siente que vive en una ciudad calamitosa, no siente que vive en una sociedad decadente; Siente que vive en un momento difícil, rodeado de gente capaz de levantarse caminar y andar. Y cuando uno mira la historia de este lugar, estuvo signado por una quiebra en Loma Negra. Miren, fíjense la empresa emblemática.
El otro día fui a Olavarría, y paramos el avión allí y dije: “Qué tremendo aeropuerto que tiene Olavarría”, ¿Por qué tiene un aeropuerto tan grande Olavarría? Porque existía Loma Negra. Entonces se construyó ese aeropuerto que movía a muchísima gente en Olavarría. Y que ahora es un aeropuerto que está bien, pero donde prácticamente no llegan aviones. Y cómo, desde ese momento de quiebra y de abandono y de dificultades que vivió la Argentina, hubo un día, una decisión de Cristina, en el 2013, de decir no: “Pongamos en marcha esto”. Si resulta ser que estamos construyendo satélites, satélites que favorecen la comunicación, satélites georreferenciales que nos permiten conocer cómo el ambiente evoluciona, en un momento en que el ambiente del mundo está en crisis, ¿Por qué no vemos nosotros de generar la propia propulsión, que lleve esos satélites a ponerlos en órbita y a mandarnos la información que necesitamos?
Estas imágenes que ustedes vieron, donde yo hablaba, eso ocurrió en Córdoba. Cuando me mostraban cómo recibían toda la información satelital de los satélites que ya tenemos en órbita. A donde se suman, además, otros proyectos. Acá está Alex Cordero, que en plena pandemia empezó a mandar Nanos Satélites, para buscar también información geo referencial. ¿Es correcto lo que digo? Corregíme porque soy un abogado y si me equivoco me tenés que corregir. Y lo hizo con sus alumnos, en Mar del Plata, todo el proyecto. Yo tengo, en mi despacho, un satélite de los que Alex mandaba. Y a cada uno que viene le digo: “mirá, esto lo hizo un argentino que está en Mar del Plata con sus alumnos, contratan el propulsor y en determinado momento escupen los satélites en el espacio y los satélites empiezan a tirar información que a nosotros nos sirven de mucho”. Y me contaba que ya tiene dos ediciones: la edición San Martín- corregime-, la edición Bolívar y la tercera edición que es Juana Azurduy. Y allí tenemos un emprendedor muy serio, un gran emprendedor, flor de emprendedor que fue capaz de hacer eso.
Ahora, cuando Cristina puso todo esto y cuando se compraron todas esas máquinas, que son máquinas de última generación, y durante cuatro años solo- me comentaban- hacían experimentos porque no podían seguir con lo que era el proyecto de construir el cohete propulsor, la verdad uno dice: “¿Cuántos años perdidos? ¿no? ¡Qué inútil! ¡Qué pena! Porque tenemos los científicos, las científicas, los trabajadores, las trabajadoras, adecuados, justos, que necesitamos para llevar adelante este proyecto. Que, además, nos hace distintos, porque como dije en ese video, somos uno de los 10 países del mundo capaces de poner satélites en órbita. Y eso es soberanía, claro que sí, porque en cada satélite comunicacional, mejoramos e integramos a nuestro territorio comunicacionalmente, nos integramos con el mundo también, porque con los satélites geos referenciales podemos adelantarnos a las lluvias, a los tornados, a las sequías, a cuestiones que afectan la vida cotidiana de los argentinos y nos permiten prepararnos frente a lo que puede ser un problema.
Son herramientas básicas en el tiempo que vivimos y ocupar espacio en el espacio – y valga la ironía – es una tarea que debemos llevar adelante y que no debe pararse. Pero Cristina y yo, por encima de cualquier diferencia, tenemos una misma imagen y un mismo objetivo sobre el país que queremos construir. Por eso, ella montó esto y por eso yo di orden de que se empiece a construir el primer cohete, propulsor de nuestro satélite. ¿Por qué? porque los dos creemos que la Argentina, puede y debe hacer eso.
Ayer fundamos Unión por la Patria ¿Y por qué fundamos Unión por la Patria? Porque la verdad creemos, realmente confiamos en que podemos vivir, en un país, capaz de construir y desarrollar estas cosas, y debemos estar unidos. Porque hay otros que no creen eso, hay otros que no lo creen y no los voy a juzgar, simplemente no lo creen. Miren, allá sobre fines de los años 70, en la literatura económica y política se debatían algo que eran los prolegómenos de la globalización, que se llamaba la división internacional del trabajo. En la división internacional del trabajo a nosotros nos tocaba ser un país agrícola-ganadero, ese país que la generación del 80’ creó, que tuvo hombres enormes, como Sarmiento. Y era un país, que estaba destinado a producir carne, a producir granos, y a exportarlos al mundo. Sería muy injusto descalificar ese proyecto, porque – como dicen los sociólogos – todo debe ser analizado, en un momento dado y en una sociedad dada. Y en aquel tiempo era muy posible pensar que eso era a lo que la Argentina estaba llamada a dar.
La idea de división internacional del trabajo revivió esa lógica y le hizo creer a muchos argentinos que nosotros estábamos para proveer granos y carne. ¿Y dónde estaba la industria? No, no, la Argentina no estaba para producir industria. ¿Y dónde está la ciencia? No, no, los científicos están en Alemania, en Francia, en Estados Unidos, acá no. ¿Y dónde está la tecnología? No, no, la tecnología es japonesa, finlandesa, no tiene que ser nuestra. ¿Y por qué? Esa es la pregunta que tenemos que hacernos, porque como perdimos cuatro años, en desarrollar este sueño de Marcos, de construir este cohete propulsor, de nuestros satélites, perdimos un montón de cosas, perdimos industrias. Me contaban todos los insumos, salvo los insumos, que tenemos que importar, como el aluminio, fundamentalmente, todo lo demás es producción de Argentina, producción de FADEA, producción de Pymes argentinas.
En esos cuatro años, en que esto estuvo cerrado, 23.000 pymes se cerraron porque no importaba la industria, porque creían que la Argentina no estaba para hacer industria. Entonces, ahora, yo llamo a la reflexión sobre estás cosas; cuando a ustedes, en un mes, le va mal en el ingreso de dinero porque tuvieron un gasto excepcional, tienen que afrontarlo, tienen que ajustar el cinturón ¿por dónde ajustan el cinturón? Prescinden de aquello, que ustedes creen lo menos importante, así hacemos todos. Bueno, decimos, este mes vamos menos al cine, este mes vamos menos a comer afuera, los más jóvenes, este mes, no vamos a bailar. Bueno, es la misma lógica con la que se gobierna un país.
Y cuando llegue el momento de poner orden en las cuentas y tenemos que ver de qué prescindimos. Y alguien elige prescindir de la salud, del trabajo, de la ciencia y la tecnología nos está diciendo todo, nos está diciendo qué es lo importante qué es lo no importante para ellos y qué es lo importante para ellos. Y nosotros creemos que la salud de los argentinos es importantísima y creemos que la educación, el conocimiento, la ciencia y la tecnología es el futuro de nuestra sociedad. Y creemos que el trabajo digno es lo que todo argentino y argentina merece. No todos somos lo mismo. Y ahora que nos unimos por la Patria pongamos en valor a la Patria. Y esto es la Patria, que estemos aquí, en Pipinas, construyendo un cohete propulsor para poner los satélites, que – en la Argentina – se hacen.
Tenemos una capacidad científica impresionante, tenemos una comunidad de científicos increíbles, codiciados por el mundo entero. ¿Cómo vamos a dejarlos ir? ¿Cómo vamos a desaprovecharlos? ¿Cómo no los vamos a impulsar para que sigan investigando? ¿Cómo no vamos a hacer eso, si así se hacen fuertes las sociedades en la modernidad?
El otro día me mandó Daniel, por WhatsApp una nota, de un economista coreano, que se llama Chang, y me dice Daniel: “mirá dice lo mismo que decís vos”. Yo siempre les recuerdo lo mismo, miren piensen en dos países, en Noruega y en Finlandia, son dos países que, seis meses al año, viven de noche prácticamente, porque no tienen luz solar, tienen mucho frío. Noruega descubrió que tenía una reserva de gas muy importante, en el mar, pero no extrajo nada de gas, hasta que desarrolló la tecnología propia, que le permitiera sacar el gas, del mar noruego. Hoy es el mayor proveedor, de Europa, de gas natural, es el segundo productor de gas, de Europa, sólo superado por Rusia. Ha conformado, como consecuencia de las ganancias, de la explotación de ese gas, el Fondo Soberano más importante, que tiene Europa. Ha mejorado la calidad de vida de sus ciudadanos como pocos países en el mundo.
Piensen en Finlandia, que era el ejemplo que ponía Chang, y ese país, que es un lugar muy inhóspito, se dedicó a desarrollar tecnología y un día desarrolló una fábrica, que se llama Nokia, y con Nokia hizo una revolución, en el mundo y eso es pura tecnología, pura tecnología. Cuando hablamos de telefonía celular, en el mundo, y hablamos de antenas, de equipos hablamos de Nokia y hablamos de Ericsson, una empresa sueca. ¿Por qué no lo podemos hacer los argentinos? Si está claro que podemos, y está claro que ningún designio universal nos ha condenado a producir vacas y a producir granos, que bienvenidos que los produzcamos. No quiero que dejemos de hacerlo, que nadie lo mal entienda, pero también podemos hacer autos, también podemos desarrollar ciencia y tecnología, también podemos hacer reactores nucleares, también podemos hacer aparatos para la Medicina Nuclear, también podemos crear centrales atómicas, energía nuclear, como la que visité en Lima, la vez pasada, y ya tiene un 60 por ciento de avance. Y donde va un prototipo, que hizo el INVAP, diseñado y producido cien por ciento, en Argentina. Nosotros podemos hacerlo y nos quieren convencer que no. Y los que creemos, que podemos tener ese país, tenemos que estar muy unidos; no discutir entre nosotros. Tratemos de convencer a los otros que nosotros pensamos que están equivocados, que no es verdad, que la Argentina, está llamada solo a la producción primaria. ¿Por qué tenemos que sacar el litio y mandarlo en bruto, al exterior, para que otros hagan las baterías? ¿Por qué no hacemos las baterías nosotros? ¿Por qué no le agregamos valor nosotros a esa producción primaria, si podemos hacerlo? Ese es el desafío que tenemos.
Últimamente cierro siempre con dos frases que me gusta usar para impulsarlos a todos. El otro día Lula me contó un dicho africano, que me gustó mucho y me dijo: “quien camina solo, camina más rápido; pero quien camina con otro, llega más lejos”. Lleguemos más lejos, caminemos juntos, lleguemos más lejos.
La segunda frase es una que yo siempre recuerdo de Antonio Cafiero, él decía – hablando de las utopías – “quien sueña solo, solo sueña, pero quien sueña con otro puede transformar el mundo”. Y lo he escuchado decir a Marcos, que él siempre tuvo el sueño de crear este cohete propulsor, que ponga satélites argentinos en órbita. Marcos yo quiero soñar con vos y quiero que todos soñemos con Marcos. Gracias a todos y a todas. (APLAUSOS)