Palabras del presidente de la nación, Alberto Fernández durante el acto por el día de las y los trabajadores de empresas recuperadas, en Llavallol, Prov de Buenos Aires

  • Compartilo en redes :

Palabras del presidente de la nación, Alberto Fernández durante el acto por el día de las y los trabajadores de empresas recuperadas, en Llavallol, Prov de Buenos Aires

Muchas gracias a todos y todas por invitarme a participar de esta celebración porque finalmente estamos celebrando el día de los trabajadores y trabajadoras de empresas recuperadas.

¿Hace un año fue, Emilio? Un poquito más- dos- que visitamos la aceitera La Matanza, una aceitera que también era una empresa recuperada y me tocó hablar en un día parecido a este. No sé si alguno de ustedes estuvo aquella vez, pero tal vez me van a escuchar contar otra vez aquella historia.

Al vasco lo conocí allá por el año 2000, 2001, cuando la crisis económica explotó, yo era Legislador de la Ciudad de Buenos Aires, era presidente de la Comisión de Desarrollo Económico y nos encontramos con algo impensado, que eran empresas que eran virtualmente abandonadas por sus propietarios y trabajadores que querían seguir trabajando y no querían que esas empresas caigan porque ello significaba desempleo para ellos. Y así, desde la Ciudad de Buenos Aires empezamos a tener las primeras experiencias, el caso Bregman, te acordás. Y empezamos a trabajar con el vasco para ir viendo cómo salvábamos esas empresas porque lo que estaba claro era que había una crisis económica muy grande. Los causantes en el gobierno de las crisis económicas son parecidos a los que hoy confrontan con nosotros. La Ministra de trabajo era Patricia Bullrich y mucho no le preocupaba la suerte de esas empresas que cerraban. Y entonces, nosotros queríamos ver cómo hacer para lograr que esas empresas sigan produciendo, porque los trabajadores querían que la producción no (INAUDIBLE), querían que las empresas no cerraran.

Allí la primera reflexión que debemos hacer, entre aquellos que piensan que el trabajo es un costo y los que pensamos que el trabajo es un insumo central para el desarrollo económico. Por mucho capital que tengamos, si no tenemos trabajo, el capital puede producir financieramente, puede rendir financieramente, pero no rinde en los términos que una sociedad necesita. Ahora, el capital más el trabajo puede generar esto, puede generar empresas que den empleo, que permitan el desarrollo de familias y que hagan al desarrollo económico del país. Nosotros somos de los que creemos en esto. El trabajo no es un costo, el trabajo es una inversión, que asociada al capital hace que la economía se mueva. Son tan importantes los que ponen el capital, como los que aportan el trabajo. Se necesitan, necesariamente se necesitan; Pero lo real es que en aquellos días no sabíamos cómo resolver el problema que se estaba creando, porque además había un real sistema de abandono de las empresas por parte de sus propietarios. Se escapaban, se iban, huían, y lo que uno se encontraba eran trabajadores y trabajadoras que querían seguir produciendo, para seguir llevando el sustento diario a sus casas, pero también para que la economía no se detuviera. Ahí empezamos a idear las primeras salidas con el vasco y con el gobierno de entonces de la Ciudad. Y se produjeron las primeras expropiaciones, para ponerlas en manos de cooperativas de trabajadores. Y así surgieron las primeras empresas recuperadas.

Hubo un segundo tiempo, donde los mismos que gobernaban el 2001 estaban gobernando el país y acá en el 2018 vivieron la experiencia que con el vasco conocimos allá en el año 2001. Y, ¿qué pasó? Bueno, pasó que una empresa impresionante- que los que tenemos la edad que tengo yo-, la recordamos como una de las empresas alimenticias más importante de la Argentina, una marca emblemática “Canale”, emblemática. Primero la empezaron a dispersar, a disgregar, a dividir, a atomizar, y finalmente un día dijeron: “No nos hacen falta esta fábrica”, y decidieron cerrarla: 2018. ¿El Estado qué hacía? Miraba para otro lado. Y, ¿para dónde iba a mirar ese Estado? si lo que les recomendaba a los empresarios era que, si el negocio no le rendía que importaran, eso era lo que les recomendaban. Teníamos un Ministro de la Producción que venía del mundo financiero y les recomendaba a los empresarios que le iban a pedir un auxilio financiero, que cerraran sus empresas y se fueran a producir a China, Vietnam, a Corea, e importaran desde allí.

Ese fue el gobierno con el que ustedes se encontraron en el año 2018, cuando esta empresa cerró. Una empresa emblemática, vuelvo a repetir. Una marca que está en la memoria de todos nosotros. ¿Y por qué esta empresa hoy está funcionando? Por la decisión de ustedes, por todo lo que dijo Nico, por el coraje, por la valentía, por el llanto, por la fuerza, por la unidad, por eso está funcionando esta empresa, por eso sigue funcionando. Y es una empresa, hoy pude recorrerla yo, pero sería buenísimo que la recorran todos, que todos pudieran recorrerla, porque si todos la recorrieran se darían cuenta el potencial que tiene esta empresa. Que hoy solo está produciendo el 20 por ciento de lo que es capaz de producir. Que contiene a 65 y pico de trabajadores y trabajadoras en su seno. Que hicieron una cooperativa.

Ahora, si tuviera todo el potencial que esta empresa tiene, ayudaríamos también a ponerle fin a esa concentración también que en el mercado de la producción de hojalata y de latas y de envasados de hojalata existe hoy en la Argentina. Tendríamos otra capacidad y pondríamos otra capacidad de distribución y sería más oferta, seguramente también para los empresarios que necesitan envasar, conseguirían mejores precios.

La realidad es que, el mundo ha cambiado, el mundo ya no es el que nosotros conocimos, ni siquiera es el mundo que conocimos con Néstor, es muy distinto el mundo que vivimos hoy. Y el mundo que vivimos hoy, tiene un capitalismo muy perverso, más preocupado de lo financiero que de lo productivo. Y el mejor capitalismo fue el capitalismo que estaba preocupado por producir, porque era un capitalismo que servía a la comunidad, porque daba empleo. Ganaba plata el que invertía y está bien, tiene derecho, pero también, ganaban todos los que trabajaban y nosotros eso debemos revivirlo.

Ahora también es cierto que la forma en que involucionó el capitalismo ha hecho nacer una nueva forma de economía, que esto que muchos llamamos economía popular y que no es una coyuntura, pues ha venido para quedarse, ha venido para quedarse. Y, por lo tanto, lo que nosotros tenemos que hacer, primero, es darle un marco de reconocimiento de economía popular y dos darle un marco de protección a los que trabajan en la economía popular, porque son trabajadores, que el imperio de las circunstancias ha hecho que debieran nuclearse en cooperativas para poder sostener sus puestos de trabajo, pero son trabajadores y tiene que tener los mismos derechos de todo el que trabaja.

Por eso, cuando el “vasco” me hacía el reclamo por las jubilaciones, yo pensaba: “tiene razón el “vasco”, pues son gente que trabaja, por qué no van a tener los mismos derechos jubilatorios, que tienen aquel que trabaja en relación de dependencia. Veamos cómo lo resolvemos, porque también tenemos situaciones difíciles y no les quiero contar mis penurias, desde que llegué al gobierno porque cada día me aparece una nueva y ya quisiera que paren las maldiciones, que me han mandado, porque han sido muchas: heredar a Macri, agarrar una pandemia, transitar una guerra y soportar una sequía… ya está, más cosas no me pueden pasar.
´
Por lo tanto, lo que creo que debemos hacer es ver cómo encaramos el futuro, que además es un futuro muy promisorio para la Argentina, muy promisorio, porque la Argentina tiene un potencial enorme de desarrollo para adelante, porque el mundo dice que necesita lo que nosotros somos capaces de producir. Necesitamos energía, tenemos el litio, tenemos el gas; necesitamos minerales y tenemos oro, cobre, plata; necesitamos energías limpias, tenemos hidrógeno verde; necesitamos alimentos, tenemos alimentos, pero bien decía el “Vasco” todo eso, en verdad, sería bueno que dejemos de pensar en que somos un país agrícola-ganadero y que dejemos de pensar, que estamos condenados a ser, en el mejor de los casos y - como alguien dijo, no hace mucho tiempo atrás - el supermercado del mundo y pasar a ser lo que alguna vez Perón soñó hacer con la Argentina, un país industrializado. No pasó hace 500 años, en los años de Perón se hacían aviones, en la Argentina; se hacían automóviles, íntegramente fabricado, en la Argentina. Hoy cada auto que sale, en el mejor de los casos, casi el 50 por ciento está hecho, en la Argentina, el otro 50 es importado, pero hubo un tiempo en que el ciento por ciento estaba hecho, en la Argentina.

Entonces, yo insisto, en que si alguna vez se hizo es que podemos hacerlo, y aunque la coyuntura no me acompañó, si estoy seguro que dejé las bases para que eso se puede hacer, que dejé las bases sentadas, para que esa Argentina productiva, de desarrollo pueda lograrse, definitivamente. Y en esa Argentina de desarrollo, también, es imperioso reconocer a la economía popular y darle un marco legal, que los contenga y darle soluciones innovadoras a una economía innovadora.

El otro día vi que Emilio pasearon por la Plaza de Mayo, en una Feria de la economía popular, y había una persona con un cartel, que decía: “Hay otra economía”. Claro, que hay otra economía, la economía popular es otra economía y hay que prestarle atención y hay que darle reglas de funcionamiento, porque no son las reglas de la economía, que llamamos formal, porque tiene otras carencias y la carencia, por ejemplo, de poder acceder a un crédito y ¿cómo financiamos eso?

Le preguntaba recién a “Nico”: “¿cuánta plata te hace falta para que esto pueda funcionar”. “Me hace falta comprar insumos, me hace falta comprar hojalata”, me decía. ¿Y cuánta plata te hace falta? 50 millones de pesos, yo claro… una cooperativa le cuesta mucho acceder al crédito bancario por las condiciones, que el sistema bancario impone. Ahora, ¿con 50 millones de pesos esta planta funciona al 100 por ciento? Y ¿cuánto trabajo más damos? Y ¿cuándo abrimos el mercado de hojalata? Y ¿cuánto ampliamos la oferta de lata para que los productores de alimentos y demás, tengan mejores precios para poder vendérselo a los que consumen esos productos. Tiene mucho sentido que le prestemos atención esto, porque además no es una empresa, sino más de 400, porque además no son 60 trabajadores, sino cerca de 20.000. entonces, tiene mucho sentido que le prestemos atención.

Y esta reflexión tiene mucho sentido, que la hagamos, hoy, porque estamos en tiempos electorales, y que pensemos porque yo sé que seguramente no podemos hacer todo lo que ustedes hubieran querido hacer, en la empresa, y no los pudimos ayudar todo lo que hubiéramos querido ayudarles, pero lo que sí estoy seguro que nunca le pusimos trabas, nunca los frenamos, nunca les impedimos avanzar y los ayudamos a avanzar todo lo que pudimos. Ahora, el 10 de diciembre va a haber otro gobierno, va a ser una o uno de los nuestros, quien va a sucederme a mí, o una o uno de los nuestros va a ser quien va a sucederme. (APLAUSOS). Y lo que le tenemos que explicar a todos los argentinos, a todas las argentinas que tienen motivos para estar preocupados porque las cosas – a veces – no salen como uno quiere y porque cuando uno empieza a levantar cabeza viene otro problema más y vuelve a postergar, animarlos y hacerlos entender que el problema – como bien dijo el “vasco” – no está adentro, está enfrente. El problema son los que dicen que la economía popular es una banda de planeros, que no quieren trabajar; el problema está en los que dicen que hay que terminar con la indemnización por despido; el problema está en los que dicen que hay que terminar con las vacaciones pagas; el problema está en los que plantean que hay que imitar a Qatar, que no tiene sindicatos, porque el problema son los sindicatos, porque para nosotros los sindicatos es un modo de defender acabadamente los derechos de los trabajadores. Allí está el problema… el problema está en los que creen que la escuela pública es un sistema de adoctrinamiento, para nosotros la escuela pública es darle a todos la posibilidad de educarse; el problema está en los que creen que la salud pública está demás, que hay que dejar en manos privadas la salud pública. Y entonces, por ejemplo, en esta provincia se dejaron de construir hospitales porque decían que no les interesaba construir hospitales y vino la pandemia y nos dimos cuenta la importancia de construir hospitales y nos dimos cuenta del valor de nuestro hospital público, de nuestros médicos, de nuestras médicas, de nuestros enfermeros, de nuestras enfermeras, ahí descubrimos lo que vale la salud pública. (APLAUSOS).

Yo siempre, cuando me paro en este punto, les hago la misma reflexión: miren – lamentablemente – la pandemia se llevó la vida de 130 mil argentinos, lo que nadie dice es que, en la Argentina, se enfermaron 11 millones de argentinos y argentinas; 10.870 mil personas se salvaron por la atención, que recibieron en cada hospital público por los médicos, por las médicas, por los terapistas, por las terapistas, los kinesiólogos, las kinesiólogas, los enfermeros, las enfermeras. Y ahí no cuento los que se salvaron por la vacuna, hablo de los que se enfermaron efectivamente.

Frente a los que dicen que el Estado está demás, pues he escuchado decir que debemos privatizar las calles, de las ciudades. ¿Ustedes se imaginan pagando peaje para andar, por la Juan B. Justo, pagando peaje para entrar, en la Avenida Corrientes? Dicen estas barbaridades y como - gracias a Dios - tengo la tranquilidad de haber dado la libertad de prensa absoluta, en la Argentina, tiene posibilidad de decirlo; no ejercen la libertad de prensa, abusan de la libertad de prensa, pero dicen estas barrabasadas y lo que tenemos que decirles a nuestros vecinos, vecinas, a cada argentina y a cada argentino: “por favor, no volvamos a ese tiempo”, no le entreguemos el poder al que para resolver los problemas, de la Argentina, le sacó el 13 por ciento de ingresos a los jubilados, no le entreguemos el poder a esos, no le entreguemos el poder a los que manejaban el PAMI, cuando Favaloro se suicidó; no le entreguemos el poder a ellos. No le entreguemos el poder a un irresponsable que habla de libertad y habla de cambiar el sistema, cuando en verdad es el mayor defensor del sistema desigual en el que vivimos. Y dejemos de pelearnos entre nosotros – compañeros y compañeras – porque nosotros somos lo mismo, somos hijos de Perón y de Evita, sabemos qué intereses defendemos, sabemos de qué lado pararnos y cuando llegue el momento, cualquiera de nosotros, al que le toque gobernar, sabe dónde está parado, al lado de ustedes, al lado de los que trabajan, de los hombres y las mujeres, que trabajan, al lado de los que necesitan, al lado de los desposeídos. Eso fuimos, eso somos, y eso seremos siempre.

Gracias compañeros y compañeras. (APLAUSOS)