Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández durante la entrega de viviendas, en Los Altos, provincia de Catamarca.
Buenas tardes Los Altos, qué alegría estar acá. Feliz de estar acá. Nada que agradecer.
Miren, creo que quienes me precedieron las palabras dijeron todo. Lo primero que quiero es darle las gracias al Señor Intendente por el afecto de recibirnos en tu linda ciudad, que está creciendo con estas casas. A mí querido Raúl, un gran gobernador, un gran amigo. (APLAUSOS) Con el que tuve el placer de trabajar estos cuatro años y que lo que dice de Santiago es cierto, es muy demandante, pero siempre, ¿saben qué? Lo bueno es que demanda en favor de ustedes, pide que ayuden a ustedes, piden para ustedes. Eso es lo que debe hacer un gobernador. Así que, es un gran gobernador Raúl, de verdad. Una alegría, sabes cuánto te quiero y cuánto te aprecio. Hemos forjado en estos años una buena amistad.
La verdad es que, siempre digo que cuando en campaña aquella mañana en Mar del Plata dije que para mí el problema de vivienda era un problema central de la Argentina y que había que resolver el problema de la vivienda a los argentinos y a las argentinas, a las familias argentinas que no tenían un techo, muchos me criticaron, mucho dijeron: “No, bueno, pero otro ministerio más. Van a gastar más plata del Estado, el ministerio”. En verdad, lo que yo quería es que uno de nosotros, Santiago en este caso, solo piense en la casa que ustedes necesitan. Porque antes no era que no se hacían casas. Néstor y Cristina hicieron casas, por supuesto. Antes Perón, Eva. Muchos hicieron casas, pero lo que yo quería es que hubiera alguien que solo piense en la vivienda que los argentinos y las argentinas necesitan. Porque si uno piensa la vivienda como parte de la obra pública, ahí se empieza a mezclar todo, entonces uno ya está pensando en la construcción de caminos, la construcción de tratamiento de aguas servidas, la distribución de agua, la distribución de gas; pero yo necesitaba que alguien solo pensara en la vivienda de los argentinos. Y veníamos de una época muy difícil, donde a lo largo de cuatro años se entregaron 14.000 viviendas, en su mayoría también empezadas por Cristina y que ellos terminaron y las entregaron. Viviendas que, además, en muchos casos, tenían un sistema de financiamiento carísimo, que fueron los créditos UVA. Que, por ahí, gracias a Dios, no les haya tocado soportarlo, pero muchos argentinos y argentinas recurrieron a él y terminaron, realmente, pagando un costo altísimo por esos créditos.
Y nos predispusimos a empezar a hacer viviendas. Y la verdad es que, yo estoy muy contento cuando veo que en Argentina tres años y medio después, hemos construido 104.000 viviendas y 640.000 viviendas más en construcción. Y me pone muy contento, además, el modo en que esas viviendas llegan, porque estuve en el impenetrable chaqueño entregando casas, estuve en La Poma, en Salta, entregando casas y hoy es el turno de Los Saltos. No solamente son casas que van al interior del país, sino que son casas que van al interior del interior, y eso me pone muy contento. (APLAUSOS)
Tengo el privilegio de ser el primer Presidente que llega a Los Saltos. Lo que se perdieron los que me precedieron, pero muy feliz de ver estas familias con su casa, con un problema menos, porque la verdad, siempre cuando me abrazan y me dicen gracias, yo les digo: “No, no, gracias nada, porque la verdad yo lo que estoy haciendo simplemente es reconociendo un derecho que ustedes tienen”. El derecho a la vivienda del que habló Santiago, que nuestra Constitución menciona, es una realidad. Y la verdad, hoy, tener un techo que protege a la familia, es un derecho claramente. Con lo cual, nosotros no le estamos haciendo ningún favor a ninguno de ustedes, simplemente estamos reconociendo el derecho que tienen a tener una casa, simplemente eso.
Ahora, decía muy bien Santiago, algunos creíamos que es un derecho que tienen todos los argentinos y las argentinas de tener su casa, algunos tienen la posibilidad de comprarla, se han desarrollado económicamente y tienen la posibilidad de construirlas y tiene su propia casa sin el auxilio del Estado, pero a muchos les cuesta mucho tener una casa sin el auxilio del Estado.
Y efectivamente, no pensamos igual en la Argentina. No todo es lo mismo en la política argentina. Veo acá a los queridos intendentes, a las queridas intendentas de toda Catamarca y ellos lo saben también, que no todo es lo mismo, porque hay quienes pensamos que el Estado tiene que llegar aquí a los Saltos para darle vivienda a 42 familias, más siete provinciales. Son familias que las están necesitando, son familias que necesitan un techo. Y poder llegar hasta acá y cumplir con esa posibilidad de entregarle la llave a cada familia, créanme, no hay un momento más grato que ese, porque ahí yo estoy seguro que le estamos mejorando y cambiando la vida a las familias argentinas. En ese momento en que los veo entrar, siempre algunos con lágrimas en los ojos. La verdad es un momento único.
Tuve la enorme suerte de participar en varias entregas de viviendas – y créanme – es gratificante para mi alma porque sé que esos chiquitos van a tener un techo y no van a tener la preocupación, sus padres, de ver cómo alquilaron, si alguien le presta un lugar donde vivir, esa es casa de ustedes, esas son casas de esas familias. (APLAUSOS).
Y por lo tanto, también, como bien decía Raúl, lo que estamos haciendo es trabajando para ustedes que es el objeto central de un gobierno: llevar soluciones a la gente que lo necesita, en un momento muy ingrato. No les quiero contar el tiempo que nos tocó gobernar con Raúl y con los que gobiernan cada provincia, de la Argentina, y los que gobiernan el mundo. Nos ha pasado de todos, nos ha pasado una pandemia, tenés el triste privilegio de ser el único Gobernador que gobernó una Catamarca con una pandemia y yo tengo el triste privilegio de haber gobernador el país, con una pandemia. Y cuando creíamos estar saliendo de una pandemia empezó una guerra, y cuando creíamos estar superando los efectos de la guerra apareció una sequía, la más grande que padeció, la Argentina, desde 1929. Nos ha pasado de todo; ahora frente a tanta adversidad lo que nunca nos han quebrado es la voluntad de seguir avanzando, de seguir construyendo, de seguir trabajando para poner, a la Argentina, de pie, y poner la Argentina de pie para que todos estén de pie, que en las grandes ciudades también y para que Los Altos se ponga de pie, que los catamarqueños y las catamarqueñas se pongan de pie, que puedan disfrutar de una vivienda, de una escuela, de un Centro de Atención Infantil, como el que vi que se está construyendo, aquí al ingreso de este barrio.
Así que créanme vengo de un viaje muy largo, tuve – ayer - una charla muy larga y mucho trabajo con mi querido amigo Lula; vengo de Brasilia; de Brasilia a Catamarca, sin escalas, pero no quería, hoy, dejar de estar presente para acompañarlo a Raúl, acompañarlo a ustedes, en un momento muy lindo, no quería privarme de ver la cara de tantas argentinos y argentinas que la pelean, que saben que vienen tiempos difíciles, pero que no bajan los brazos. Así la Argentina siempre se puso de pie.
Hemos pasado mil problemas a lo largo de nuestra historia; en estos últimos cuatro años nos ha pasado de todo, pero nunca perdimos las esperanzas, siempre seguimos trabajando convencidos de que hacía falta poner una Argentina de pie, una Argentina que estaba de rodillas, endeudada; una Argentina, donde todos había perdido las expectativas y hoy estamos en una provincia, donde – prácticamente – todos tiene trabajo y eso nos llena de satisfacción, cuando vemos la cantidad de empleos que se crearon, durante nuestra gestión, aunque sabemos que también hay muchos problemas, que los sueldos tiene que mejorar, que hay muchos problemas por resolver, que la inflación es un problema, que tenemos que combatir y que tenemos que resolver, en un escenario muy complejo, pero en todo eso nunca perdimos el rumbo, siempre supimos que primero está la gente. Para ellos trabajamos para cada argentino y para cada argentina.
Gracias Los Altos, una alegría estar, hoy, aquí; gracias por haberme recibido con tanto cariño, gracias a los chicos y a las chicas, del colegio, a sus maestros, a sus maestras, gracias a todos y todas. (APLAUSOS)