Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la inauguración de la nueva terminal de partida del Aeropuerto Internacional de Ezeiza
Muchas gracias a todos y a todas por estar aquí, gracias compañero Intendente siempre por recibirme con afecto y con cariño, en tu querida Ezeiza: le preguntaba recién a Eduardo: “che, ¿dónde está el Hotel Internacional de Ezeiza donde estuvo Perón cuando volvió de su exilio?”, y enseguida me dice el Intendente: “está acá, con mi papá éramos concesionarios - en ese momento del hotel - pero no ocupó la habitación 113 y 114”, con lo cual parece que tiene historia el tipo acá en Ezeiza, y lindas historias. Es un gran intendente y yo le tengo un gran cariño, y cada vez que vengo acá me siento cómodo con el afecto que él y que Dulce, su querida esposa, siempre me han dispensado. Y también me admiro de la pujanza de la fuerza de un grupo, que supo fundar un empresario ejemplar en la Argentina, que es Eduardo Eurnekian (APLAUSOS).
Conozco, hace muchos años, a Eduardo; la verdad no soy su amigo, pero sí soy alguien que lo valora y que lo quiere mucho, y la verdad es que en los años en que nos hemos cruzado fueron más las veces en las que no nos pusimos de acuerdo que las que nos pusimos de acuerdo, para qué voy a mentir. Teníamos miradas, a veces distintas, pero lo que nunca puedo dejar de reconocer en él es la pujanza, es esa fuerza de emprendedor que tiene, que hace que no solamente desarrolle aeropuertos, en Argentina, que desarrolle aeropuertos en el mundo, que no solamente desarrolle, que también se preocupe por el petróleo, por el gas y por las nuevas energías; que no solamente se preocupe por eso, que también se preocupe por tener buenos vinos para que los argentinos los disfrutemos y para que se exporten en el mundo, y no solamente eso, sino que también se preocupe para que chicos que tienen dificultades para acceder a la música, porque no vienen de familias privilegiadas, puedan organizarse en una formidable orquesta como la que nos recibió allí abajo. (APLAUSOS)
Todo eso que acabo de decir tiene un sello, que es Eduardo Eurnekian. La verdad la Argentina necesita mucho de los empresarios argentinos, pero mucho, mucho, porque son los que realmente invierten y dan trabajo y hacen crecer al país, y la verdad lo que uno más necesita son empresarios con esa pujanza, con esa confianza en el país, con esa vocación de invertir, con esa vocación de crecer, y sin olvidarse de los que más necesitan, de los olvidados y de los postergados, como hace Eduardo, cuando saca a muchos chicos, de la Villa 31, que - de repente - uno los ve tocando el violonchelo, tocando un clarinete, preparados en la música.
Viajo, a Francia, y me encuentro con tres chicos becados, por la Fundación Banco Nación, que están aprendiendo música en Europa, y los tres miembros de la orquesta que Eduardo formó. Allí hay talento que, de otro modo, no podría mostrarse si alguien no le tiende la mano y le dice: “estudia música y te compro el instrumento que necesitas”.
Empresarios que son capaces de hacer este edificio, formidable, enorme, que nos llena de orgullo: la terminal aeroportuaria más grande, de América Latina; orgullo nos tiene que dar, orgullo. Como bien decía el Ministro, Diego Giuliano, fue una obra que no empezamos nosotros, efectivamente, no la empezamos nosotros, fue una obra que sufrió vicisitudes. Se paralizó por cuestiones económicas, eso no nos asombra, porque - cuando llegamos al Gobierno - el 70 por ciento de la obra estaba paralizada por razones económicas. Pero nosotros - a diferencia de otros - no paramos las obras, nos hacían falta y eran necesarias, no importa quién las había iniciado, lo importante era terminarlas, eso era lo verdaderamente importante. (APLAUSOS)
Porque, así como me encontré con esta obra paralizada por razones económicas, también me encontré con cerca de diez mil casas - por ahí lo veía a Eduardo Elsztain, no sé si está ahora acá - pero me lo crucé, en algún momento mientras venía, y un día vino y me contó que el PROCREAR tenía diez mil casas casi terminadas, que habían dejado de terminarse solamente porque la había iniciado el gobierno anterior, qué ignominia, porque la verdad era diez mil familias que se quedaban sin casa.
Yo estuve hace dos días, antes de ayer tuve el orgullo de haber entregado la casa 100 mil, construida por nosotros, y hay 140 mil que están construyéndose, y que seguramente la terminarán quienes sigan después de nosotros. Eso es lo que espero, porque estas obras no son de un gobierno, son del pueblo argentino, son para el disfrute de argentinos y de argentinas, son la cara que ven de la Argentina los que llegan al país, por primera vez, es la mejor carta de presentación que podemos tener, ¿qué importa quién la empezó?, lo único que importa es que lo terminemos, que lo concluyamos, que se vuelva realidad, porque esta realidad significó 230 millones de dólares de inversión, y esta realidad significó 2.300 puestos de trabajo. Eso es lo que nos debe importar.
Voy por el país y veo como esos 25 aeropuertos, en donde Aeropuertos 2000 está presente, están volviendo a tomar el ritmo que - en su momento - perdieron, porque dejaron de construirse también.
La Argentina que nosotros necesitamos es una Argentina que concilie el ingenio, la pujanza, la decisión, la inventiva de empresarios argentinos, como Eduardo, y muchos otros, con el esfuerzo del Estado, que se asocia a ellos para llevar adelante lo que la Argentina necesita, y terminar con esa discusión de que los empresarios están por un lado y el Estado está por otro, terminar con esa discusión de lo que tiene que hacer el capital privado y lo que tiene que hacer el Estado. El Estado tiene que hacer lo que tiene que hacer, y el capital privado tiene que hacer lo que tiene que hacer; ni el capital privado puede reemplazar las funciones esenciales que el Estado tiene; ni el Estado necesariamente tiene que meterse en la actividad privada, cuando la actividad privada pueda hacerlo por sí misma. Pero a veces escucho decir que, por ejemplo, algún diputado no quiso votar una ley de operaciones de cardiopatías pediátricas, y cuando le preguntaron por qué no votó esa ley, donde el Estado se hacía cargo de esas operaciones, en bebés recién nacidos, son la tercera causa de muerte infantil, ¿por qué no votó esa ley? La respuesta fue: “eso debe hacerlo el sector privado”, pero en la Argentina en la que vivimos no todos pueden acceder a pagar una operación de ese tipo, y lo que sí nos garantizamos es que, con una operación de este tipo, un niño que nace con una cardiopatía congénita puede tener una vida feliz plenamente, si es operado a tiempo.
¿Eso lo tiene que hacer el sector privado? No, eso lo tiene que hacer el Estado, eso lo tiene que hacer el Estado; eso debe hacerlo el Estado. (APLAUSOS)
Ahora, el Estado, también, debe ayudar y debe impulsar a empresas y a proyectos de esta envergadura, donde el capital privado puede invertir, puede ganar dinero, es lo legitimo, nadie invierte si no es para ganar, es legítimo ganar dinero. Después a nosotros nos queda el derecho a cobrar los impuestos pertinentes, para poder redistribuir esto en la sociedad, pero es el camino que tenemos que tomar.
Y yo quiero que, hoy, esta maravillosa inauguración de un Aeropuerto, que me ha tocado recorrer el mundo, debe estar entre los más fantásticos que he visto, pues bien, que sea orgullo nuestro, que sepa que fue hecho por argentinos, que se sepa que fue hecho por empresarios argentinos, que se sepa que acá el Estado estuvo acompañando y apoyando esta construcción, que queremos que acá arriben ciudadanos del mundo, y que salgan argentinos a conocer el mundo, en este tiempo - en el que vivimos - la menor cantidad posible porque no nos están sobrando los dólares, pero que sí puedan disfrutar del mundo quienes puedan hacerlo, y que puedan encontrar esta puerta de recepción, que es una puerta maravillosa.
Nosotros al turismo le damos una importancia singular, hoy estamos anunciando el nuevo Previaje. Tuvimos este verano, sin Previaje, 35 millones de argentinos que se movilizaron en las vacaciones; en un país donde viven 46 millones de argentinos, 35 millones se movilizaron en la etapa vacacional. Acaba de pasar la Pascua, tuvimos record histórico turístico, en épocas de Pascua, sin Previaje. ¿Por qué sostenemos el Previaje? Porque no queremos que esa industria sin humo - que se llama turismo - se desaliente, caiga.
Tenemos una línea de bandera, que protegemos y que cuidamos, y que, todos los días, nos damos cuenta lo importante y necesaria que es. Hubo un tiempo en el que perdió mucha plata, y hubo un tiempo en el que no está perdiendo esa plata, y hubo un tiempo en el que nos está pagando mucho más impuestos que la plata que necesita. Entonces aquellos que decían que las Aerolíneas Argentinas eran una caja negra donde todo se perdía, Aerolíneas Argentinas puede ser una empresa que preste servicios a todos los argentinos, se vuelva rentable, y cada vez necesite menos requerimientos del Estado argentino, y dejar de mentirnos, dejar de mentirnos. Porque cuando uno mira el mundo ve cómo el mundo socorrió a las aerolíneas, de todo el mundo, a las aerolíneas de bandera de todo el mundo. C
Cuando llegué acá vi un avión azul que por su pintura me llamó la atención, y dije: ¿qué es ese avión? Es una línea que se llama Thalia, es italiana, es la que reemplazó a Al Italia; y cuando miran Lufthansa tienen que saber que allí, Ángela Merkel puso mucho dinero, en épocas de la pandemia para que Lufthansa no se muera; y cuando miran las aerolíneas del mundo van a encontrar que en todos lados los estados pusieron dinero para mantener las aerolíneas, ¿eso está mal? Eso está bien, eso está bien; está mal dejar que se fundan, porque cuando se funden desconectamos pueblos de la Argentina, del resto de la Argentina, o desconectamos la Argentina del mundo. Y si hay algo que no debemos estar es desconectados del mundo, porque si bien es cierto que vivo repitiendo que la globalización que viene no es la que pensamos que iba a ser, también es cierto que la globalización existe, y que la globalización existe - fundamentalmente por un fenómeno - que es el fenómeno comunicacional, que no es el sólo poder hablar a través de internet, es también tener estos mecanismos de viaje y de transporte cada vez más veloces y más simples.
Por todos estos motivos tenemos que estar muy felices hoy, Eduardo, de estar celebrando este enorme trabajo, que has hecho. Felicitaciones a Martín, tenés en Martín y en Hugo, dos a los que les ha dejado la vara muy alta, muy alta, y estoy seguro que van a saber mantener y superar esa vara.
Les deseo lo mejor a todos y a todas, la Argentina está viviendo un tiempo de crecimiento, de desarrollo, difícil, porque la soja nos ha complicado la economía, pero seguimos teniendo un futuro formidable. Hugo que trabaja más el mundo energético, sabe que el futuro formidable está en nuestras manos y está muy cerca nuestro.
No nos dejemos llevar por los agoreros que tratan todos los días de desalentarnos, los agoreros del desaliento que se queden con su desaliento, nosotros sigamos construyendo, no importa quién empezó la obra, lo importante es terminarla.
Gracias a todos y a todas. (APLAUSOS)