Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la inauguración de la exposición de diseño e innovación industrial, desde el Centro Cultural Kirchner.
Buenos días a todos y a todas. Muy feliz de estar acá, muy feliz de estar acá; porque la verdad estar acá viendo todo esto es lo único que prueba que estamos en el camino correcto.
Bien decía, recién el “Vasco”, que el mundo ha cambiado y el mundo cambió; acá en Argentina muchos no se enteraron, pero el mundo cambió; cuando uno lee a Mariana Mazzucato se da cuenta cuanto cambió el mundo, se da cuenta. Y cuando ve lo que están haciendo como políticas de desinstalación de empresas fueras de sus fronteras países como Estados Unidos, Alemania, para tratar de volver a traer esas empresas a sus tierras y producir en sus tierras; uno se da cuenta que el concepto de globalización ha cambiado. La globalización se ha muerto; no, no se ha muerto es distinta, es distinta.
La globalización lo que demostró es que aquella idea de que íbamos a ser una gran aldea, donde todos íbamos a ganar, no ocurrió; lo que ocurrió fue una enorme concentración en el mundo central y una enorme distribución de pobreza en la periferia. Y eso tuvo un clic en el mundo, del que hablaba recién el amigo fabricante de juguetes; el clic fue la pandemia; el clic que dejó al descubierto lo injusto que era el mundo.
Un día nos enteramos que diez familias tenían la misma fortuna que el 40 por cierto de la humanidad. Un día nos enteramos -cuando salieron las vacunas- que el 90 por ciento de las vacunas que se producían quedaban en el mundo central y el 90 por ciento de la humanidad penaba por el mundo por el 10 por ciento de las vacunas restantes. Y ahí nos dimos cuenta que no podíamos seguir así, en ese punto, me detengo un segundo en ese punto, nos dimos cuenta que no era un buen camino, además, para la Argentina no era un buen camino porque si hay algo que destaca la Argentina es la calidad científica, la calidad de sus científicos; la Argentina tiene científicos reconocidos, en la Argentina y en todo el mundo, premiados internacionalmente, por los estudios, por las investigaciones, por los desarrollos que logran. Y cuando nos dimos cuenta que no podíamos seguir sometidos a eso, un día la Universidad de San Martín se unió al CONICET, los dos se unieron a un laboratorio privado, y dijeron: vamos a hacer nuestra vacuna para el COVID; y la vacuna para el COVID argentina ya está casi lista, ya ha pasado todas las instancias que tenía que pasar para ver su calidad en la aplicación del ser humano.
Y muchos de ustedes dirán: bueno, ¿para qué sirve la vacuna del COVID ahora? Nos sirve porque vamos a tener que seguir vacunándonos contra el COVID durante muchos años, como nos vacunamos cada año contra la gripe; ¿y saben cuál es la diferencia? Que no vamos a estar en ese 90 por ciento de la humanidad que anda penando una vacuna por el 10 por ciento que nos dejan los países poderosos. (APLAUSOS).
Esas cosas son posibles hacerlas porque hay Estado detrás que promueven esas investigaciones y esos desarrollos, porque si no es muy difícil hacerlo. Yo veo este auto eléctrico, que es un prototipo argentino -ya se está produciendo-, ¿y saben a qué recuerdo? Recuerdo al Tesla, todos saben lo que es un Tesla; el auto eléctrico más importante del mundo; muy caro, muy caro; desarrollado en los Estados Unidos; ¿saben cómo empezó Tesla? Con un subsidio no reintegrable del Estado de los Estados Unidos, del Gobierno de los Estados Unidos de Obama. Así empezó Tesla. No empezó sacando plata de su bolsillo Tesla y arriesgándolo; el Estado creyó en ese proyecto, puso el dinero que hizo falta y Tesla permitió que la idea del auto eléctrico se desarrolle en todo el mundo y ya empieza a desarrollarse en la Argentina.
Cuando nosotros decimos que el Estado tiene que estar presente detrás de todos estos emprendedores, que son como dije antes, así como los científicos argentinos tienen una calificación especial, los diseñadores, los industriales de las pequeña y mediana empresa argentina tienen una virtud singular para hacer desarrollar sus empresas. Y nosotros tenemos que aprovechar esa virtud, debemos potenciarla. Yo siempre cuento que cuando entró a una multinacional me impresiona mucho las grúas, toda la tecnología que hay dentro de esas multinacionales industriales. Pero cuando entró a una pyme y el dueño de la pyme me va presentando a “Juancito”, y “Juancito” es el hijo de Pedro, que hace 30 años que trabaja ahí; y uno se da cuenta que eso es una gran familia involucrada en un proyecto de desarrollo. Y cuando uno padece, no padece un empleado cualquiera, padece del conjunto todo; todo, todo es distinto en una pyme. Esto sin entrar a ver otros datos estadísticos como, por ejemplo, que el 75 por ciento del empleo en la Argentina los dan las pymes, no los dan las grandes empresas, los dan las pymes. Y si nosotros queremos recuperar el trabajo a quién debemos ayudar, a las pymes; y sí las pymes son capaces de hacer esto, ese simulador virtual, que nos permite…, lo miré, me impresionó, reconozco que yo soy medio analógico, con lo cual, esas cosas me dan mucha impresión, me llaman mucho la atención; y lo veo y me dicen: esto nos permite vendérselo a empresas que hoy tienen que lidiar en situaciones complejas y entonces permite simular cómo debe manejarse cualquier máquina, un camión, frente a una situación de estrago, que en la empresa se esté viviendo; ¿y cómo lo hiciste? No, no, todo el diseño es nuestro, todo el software es nuestro, todo el hardware es nuestro; que maravilla.
Y este autito eléctrico que me hablaron hace un tiempo atrás, no lo veo ahora al…, acá está el amigo de Morón, que me dijo: estoy intentando hacerlo; tenemos un auto eléctrico ya hecho en Argentina y otros que están produciéndolos en San Luis. Y son primeros pasos que tenemos que dar en un mundo, además, que está luchando contra la crisis climática, no contra el cambio climático; el cambio climático ya ocurrió, ahora en lo que estamos es en una crisis profunda climática. Estamos luchando contra esa crisis y esto ayuda mucho a que esa crisis no se profundice, mucho, mucho; ¿y quién lo hizo esto? Emprendedores argentinos, trabajadores argentinos, trabajadoras argentinas; ¿y quién estuvo atrás de esto? El Estado ayudando, ¿gastó el Estado? Invirtió el Estado, invirtió; estamos poniéndole realidad al futuro.
Nosotros estamos muy convencidos de que un país solo puede desarrollarse si la industria se desarrolla. Esta discusión entre la industria y el campo es una discusión tonta, no tiene sentido. El campo aporta lo suyo y la industria aporta lo suyo. Y cuando la industria y el campo se unen, y pueden llevar adelante procesos de desarrollo agroindustrial y entonces dejamos de vender granos para alimentar animales y podemos producir alimentos para alimentar seres humanos, nuestro potencial crece mucho, crece mucho; y es ese el esfuerzo que tenemos que hacer, y es ese el esfuerzo que tenemos pendientes.
Digo todo esto en un tiempo donde las sociedades en el mundo, no solo en la Argentina solamente, producto seguramente de la pandemia, han vivido un momento muy ingrato, todos vivimos un momento muy ingrato, todos, absolutamente todos, fue un tiempo muy doloroso, donde perdimos vidas, donde la economía se frenó, donde los estados tuvieron que ir en socorro de la gente.
Ahora, ese tiempo que nosotros lo hemos superado, lo hemos superado con responsabilidad, yo no me arrepiento de nada de lo que hicimos, algunos me decían “deja que la pandemia pase, no pares la economía, porque finalmente los que se tengan que morir se van a morir y entonces…”, yo recuerdo esas palabras, miro el presente con Carla y digo, “Carla: ¿cuántos argentinos se enfermaron de COVID? Once millones de argentinos. ¿cuántos se murieron?, 130 mil, o sea que hay 10.870 argentinos que se enfermaron, fueron a los hospitales públicos y ahí se curaron, ¿se dan cuenta de lo que vale la Salud Pública?
Y digo esto después de escuchar a un candidato a presidente a que le preguntaron por qué no votó la Ley de Cardiopatías Infantiles, que es una ley que garantiza que el Estado pueda hacer una operación quirúrgica en bebés recién nacidos, que tienen una cardiopatía congénita, que, además, según dicen los médicos, yo solo soy un abogado, una intervención quirúrgica les subsana la vida para adelante, y la respuesta es: “ese es un problema de los privados, no es un problema del Estado”, caray, che, ¿así que la vida de los bebés recién nacidos es un problema de un problema del Estado?, o sea que el bebé recién nacido que tiene papá con plan puede hacerse de la operación, y el que no marche preso, hay dos miradas de cómo ejercer un gobierno, hay dos miradas de cómo construir en política, no todos somos lo mismo, a mí la muerte de un bebé recién nacido, por una cardiopatía heredada, que es la tercer causa de muerte de los bebés en la Argentina me preocupa y mucho, y si el Estado tiene que poner plata en eso, bienvenido sea, estamos invirtiendo en vida, en vida estamos invirtiendo.
Miro eso y tengo a mis espaldas, allá estaba creo, la cunita que nosotros entregamos a los que son parte del Programa de los Mil Días, ustedes se acuerdan que cuando dictamos la ley de la interrupción voluntaria del embarazo, dijimos que a la mujer que quiera seguir adelante con su embarazo le damos la garantía de que tenga la atención sanitaria, que tenga la atención alimentaría, para ella y para su hijo, en los primeros años de vida del hijo, por eso se llama “Los mil días”, y una de las causas de muertes más constantes es el colecho, que son padres que duermen, por falta de espacio, con sus hijos, y el dormir los asfixian. ¿Ustedes dirán para qué esas cunas? Para que no haya más bebés que mueran asfixiados por sus padres sin quererlo mientras duerme, para garantizarles un sueño recuperador y un sueño tranquilo a los bebés, ¿eso es misión del Estado?, sí señores, es misión del Estado, porque esos padres que hacen dormir a los bebés en su cama, los hacen dormir en su cama porque no tienen a donde dejar a dormir a sus chiquitos, es por eso, no es por otra cosa, ¿y vamos a estar ausentes? No podemos estar ausentes.
Nosotros no vamos a renunciar a estas ideas, ya se lo expliqué al Fondo, la semana pasada hablé con mi querido amigo Lula, le conté lo que estábamos viviendo, hoy leí que Lula al acompañar a Dilma Rousseff a asumir en el Banco de los BRICS, entre otras cosas dijo “el Fondo Monetario Internacional no puede asfixiar a la Argentina”, gracias Lula, pero se lo dije mil veces, pero tu palabra ayuda a que entiendan más, no nos van a asfixiar, no podemos dejar que nos asfixien, y menos cuando estamos viviendo lo que estamos viviendo hoy, porque nosotros la verdad tenemos responsabilidad fiscal, no tenemos ninguna voluntad de seguir con el déficit fiscal, queremos corregirlo, y tampoco nos interesa andar emitiendo dinero a lo loco, ninguna de las cosas esas nos interesan, pero hemos padecido la peor sequía que la Argentina sufrió desde 1929, es para que ustedes tengan noción de lo que nos está pasando, eso nos ha privado de entre 17 mil y 20 mil millones de dólares, que al no entrar en la Argentina, no nos permiten acumular reservas, nos complican la compra de insumos en las importaciones para muchas empresas que necesitan insumos importados para producir, y nos complica fiscalmente, porque hay por lo menos 10 mil, 12 mil, 15 mil millones de dólares que dejan de circular y dejan de pagar impuestos
¿Qué vamos a hacer nosotros? Vamos a hacer como nuestros científicos, ingeniosos, vamos a ser nuestros diseñadores, vamos a ser innovadores, y vamos a hacer lo necesario para pasar este año tan difícil sin sacarle a nadie lo que tiene derecho tener, sin quitarle a ninguna pyme el apoyo del Estado; sin quitarle a ningún trabajador el apoyo del Estado y sin quitarle a quien no tiene trabajo la preocupación del Estado porque tenga trabajo, ni un paso atrás.
La historia dice que me tocó gobernar el peor de los tiempos, un tiempo signado, como me contó Biden, por un gobierno que como a él le dejó la economía destruida por una pandemia, por una guerra, por una sequía, pero somos peronistas nosotros, y a lo hecho, pecho, a lo que viene, pecho, vamos a seguir poniendo todo el pecho, vamos a seguir poniendo toda la garra, vamos a poner de pie a la Argentina, definitivamente de pie para que camine de una vez y para siempre, pero esta vez no lo vamos a hacer importando productos, lo vamos a hacer produciendo productos en la Argentina para que se importen, a mí me enorgullece ver, me enorgullece ver esa tecnología, me enorgullece ver la Pastalinda que en mi casa estaba de chiquito, cuando era chiquito mi madre hacia las pastas para la familia, y ahora resulta que esa misma ahora se la importamos a los italianos, los padres de las pastas en el mundo, me encanta ver el diseño en madera de quien ganó un premio recién, me encanta ver las guitarras, una de ellas me la regalaron, una guitarra de viaje, son hermosas guitarras. Me encanta ver el dispensador de alimentos calientes para supermercados que vi allí, que se importa a toda África: somos un país muy talentoso y somos un pueblo lleno de talentos aunque quieran hacernos creer que somos un pueblo de cuarta, lo mejor que tenemos en la Argentina es nuestro pueblo, lo mejor que tenemos en Argentina es nuestra gente, yo sigo apostando a eso, otros que sigan creyendo que el Estado está de más, el Estado somos todos y cada uno de nosotros, y ninguno de nosotros está de más.
Muchas gracias y felicitaciones por esta maravillosa muestra. (APLAUSOS)