Palabras del presidente Alberto Fernández, al cierre del Foro de Ministros y Autoridades Máximas de la Vivienda y el Urbanismo, en América Latina y el Caribe, desde el CCK
Buenas tardes a todos, a todas, gracias por estar hoy aquí. Bienvenidos a los hermanos de América Latina y del Caribe.
Cuando Santiago me habló de este encuentro del Minurvi, a mí me pareció una formidable idea que podamos sentarnos a tratar un tema que es tan importante para la humanidad y muy importante para la región.
Lo primero que siempre tenemos que recordar es que nosotros vivimos en el continente más desigual del mundo, y eso ya de por sí nos impone una obligación distinta; Lo segundo que hay que recordar que el acceso a la vivienda, hoy en día, es un derecho humano, y por lo tanto, debe ser atendido como tal, no debe ser pensado como siempre fue pensado, como una mercancía, como un bien al que algunos pueden acceder y otros no, y naturalizar la falta de la vivienda. La verdad que el problema es muy serio, y por lo tanto, que podamos nosotros empezar el año proyectando un plan conjunto para ver cómo hacemos frente, en el continente más desigual del mundo, al problema de la falta de vivienda o de acceso a la vivienda, a mí me parece importantísimo y me parece un gran paso. Con lo cual, lo primero es celebrar que ustedes fueron capaces de construir este ámbito, este Foro, y han sido capaces de diseñar un proyecto conjunto. Además de entender la vivienda como lo que objetivamente es: un derecho humano, y trabajar en procura de que a nadie le falte un techo.
Todo esto ocurre en un tiempo singular del mundo, en un tiempo de profunda crisis, donde una pandemia se llevó, según dice Naciones Unidas entre 6 y 10 millones de personas, no sabemos el número exacto, pero son muchísimas, y que esa situación crítica se complicó más como consecuencia de la guerra que sobrevino y que todavía se mantiene con la invasión rusa sobre Ucrania, que complicó todo el escenario económico mundial; y que además está trayendo consecuencias tremendas, no solamente en el hemisferio sur, que padece mucho las consecuencias de esa guerra y padeció mucho las consecuencias de la pandemia, sino también, consecuencias en el hemisferio norte. Ayer veía a alguien que en un tweet subía lo que está pasando en Oxford, con los homeless, y vimos como en Los Ángeles o Nueva York, hubo que regular el espacio público para los que se quedaron sin techo lo puedan ocupar. Hay un problema muy serio en la humanidad. Todos creíamos que después de la pandemia, tanto dolor, tanto sufrimiento, tanta muerte, y viendo la injusticia en la que vivía el mundo, donde los ingresos se concentraban en pocos y la pobreza se distribuía en millones, creímos que después de la pandemia íbamos a aprender, íbamos a ser más solidarios, íbamos a ser un mejor mundo, pero no ocurrió eso, lamentablemente no ocurrió. Por lo tanto, tenemos que seguir luchando por ese mejor mundo y por esa igualdad que hace falta en todo el mundo, en una situación crítica como la que vive el mundo y que no solo nos afecta a nosotros, sino que está afectando al mundo central. Es muy impactante ver las imágenes que circulan de lo que vi en Oxford, y que antes vi en Los Ángeles, cuando estuve en la Cumbre de las Américas, y pude ver cómo Nueva York tuvo que reglamentar el uso del espacio público, para los que quedaban sin casas. Y uno piensa que es un problema nuestro, no es un problema del hemisferio norte, también lo tienen ellos. Eso es producto de la injusticia y la desigualdad que hay en el mundo, es producto de eso, donde nosotros somos los que más padecemos esa desigualdad. Por lo tanto, que nosotros estemos trabajando en procura de darle un techo a cada habitante de nuestra tierra, bienvenido sea, es un acto de justicia, por sobre todas las cosas, es un acto de humanidad por sobre todas las cosas.
Cuando anuncié en campaña que iba a crear el Ministerio de Hábitat y Vivienda y Desarrollo Territorial, muchos me dijeron para qué un Ministerio más, y yo necesitaba que hubiera uno solo pensando en la vivienda que hace falta en la Argentina, que haya uno que solo piense en eso, y que tenga capacidad de decisión y capacidad de hacer. Y no me equivoqué, porque efectivamente el miércoles vamos a estar entregando la vivienda 100.000, pero además hay 140.000 viviendas más que se están construyendo en la Argentina y hacen falta muchas más viviendas, pero hemos hecho mucho, y hemos tomado un ritmo en el desarrollo de las viviendas muy importante.
Además de este problema de desigualdad y de poner la vivienda en el lugar que corresponde, porque nadie de nuestro continente discutiría que tenemos que preservar los derechos humanos, sin embargo discutimos si el Estado tiene que ayudar al acceso a la vivienda, eso no deberíamos discutirlo, porque si pensamos la vivienda como un derecho humano, nadie estaría discutiendo esto, pero todo esto, además, debemos hacerlo en este tiempo económico del mundo, en este tiempo político del mundo, y en un tiempo de crisis climática que es tremenda.
Mi querida amiga, Mia Mottley -ahí está el amigo de Barbados- la he escuchado tanto hablar de lo que sufre el Caribe por el cambio climático, que cuando fui Presidente de la Celac, lo primero que puse en valor es el problema del cambio climático y con México construimos un fondo para ayudar al Caribe a soportar lo que el cambio climático le hace soportar. Teniendo en cuenta que nosotros, todos en conjunto, no fuimos los causantes de la crisis climática.
Argentina emite el 0,7 por ciento de carbono de lo que el mundo emite. Y yo creo que cuando hacemos la suma de todos nosotros, debemos ser un porcentaje ínfimo. Nosotros no solo no fuimos los causantes de la crisis climática, sino que además somos acreedores, porque somos los proveedores del oxígeno del mundo, con la Amazonia, con los bosques nativos andinos. Nosotros preservando el Norte chaqueño, con el Impenetrable. Y digo nosotros y muchos de nuestras regiones son aportantes del oxígeno que el mundo necesita, como lo es África, otro continente olvidado, sometido a la discriminación, sometido al abandono.
Ahora, digo todas estas cosas, porque también he escuchado, que acá, han discutido la constitución de un fondo verde para que el desarrollo de las viviendas sea respetando el clima, el ambiente. Y ese me parece que es un gran avance y es algo – veo ahí que el Banco Mundial, el BID, la CAF, la ONU y CEPAL, pero fundamentalmente los organismos de crédito internacional, es algo que deben entender, que deben ayudar a sostener la cuestión ambiental, básicamente, en aquellos países que no somos causantes de la crisis, y que además somos considerados países de renta media.
Los países de renta media siempre terminamos creando atrapados en una suerte de limbo, porque no somos ni poderosos ni pobres, y entonces a nosotros nos sacan un montón de derechos y lo que nadie tiene en cuenta es que – lamentablemente – los países de renta media concentran el 60 por ciento de la pobreza en el mundo. Si tuvieran ese dato en cuenta, los organismos de crédito internacional prestarían más atención y estarían más atentos a nuestros países.
Ahora, me parece que es un gran avance, que ustedes estén pensando en el desarrollo de un fondo verde para la construcción del hábitat, de la vivienda, que América Latina y el Caribe necesitan. Y que además lo hagamos juntos nos da otra fortaleza, pues cuando vamos de a uno somos muy débiles, pero cuando podemos ir juntos tenemos otra fuerza para reclamarle al mundo, tenemos otra fuerza. Y eso es lo que finalmente vengo a proponerle, que esta unidad, que se ha dado en el Minurvi, y que se da en la CELAC, y que se da en el MERCOSUR, y que se da, ahora, que tratamos de impulsar, como mi querido amigo Lula, el UNASUR, que esa unidad nos lleve a reclamar, en conjunto al mundo, los derechos que legítimamente tenemos, que son los derechos que tienen los habitantes de esta Tierra, no son los derechos de un gobierno, son los derechos de quienes habitan esta tierra. Y si lo hacemos en conjunto nos va a ser mucho más fácil.
Si los organismos internacionales de crédito nos escuchan pidiendo estas cosas y no escuchan voces aisladas de distintos países, sino la voz unificada de un gran continente, de una región nuestra fortaleza será otra; eso es lo que debemos preservar por sobre todas las cosas. Primero, asumir lo que somos y ver cuánta culpa tenemos nosotros de ser el continente más desigual del mundo; después saber que –en materia climática – nosotros somos acreedores, no fuimos los causantes de esta crisis. No solamente no causamos esta crisis, sino que aportamos soluciones para remediar esta crisis. Y por lo tanto merecemos un trato distinto. Nosotros somos acreedores ambientales, tenemos el derecho a pedir que nos atiendan como lo que somos. Y en tercer lugar, preservar esta unidad, la unidad de la región es central, la unidad de la América Latina con el Caribe es central, es importantísimo.
Cuando asumí la presidencia asumí, también, el compromiso de que el próximo presidente de la CELAC, iba a ser alguien del Caribe y lo es hoy, pues San Vicente y Granadinas, hoy, preside la CELAC y fue un modo de decirle al Caribe, que tiene una voz tan importante como la del resto de América y debe ser oído como cualquier país del resto de América.
Son islas, tal vez, tienen menos habitantes, que muchos de nuestros países, pero son tan habitantes del mundo como nosotros, y son tan habitantes de la región como nosotros y merecen la misma atención, que merece cualquiera de nuestros países. Y tenemos que lograr la unidad con esos países, del Caribe, porque padecen las mismas cosas, que padecemos nosotros. Tenemos que empeñarnos en sostener esa unidad, y lo que les pido es que no cejemos en ese esfuerzo, que no cedamos en ese esfuerzo.
Yo celebro, que – esta vez – que Santiago está presidiendo, en representación, de Argentina, Minurvi, hayamos empezado este modo: proyectando qué vamos a hacer, en este año, y no rindiendo cuentas de lo que hicimos, sino proyectando, en conjunto, qué es lo que vamos a hacer y espero que – al concluir el mandato – podamos decir que aquello que nos propusimos hacer, en Buenos Aires, lo hemos cumplido o hemos podido avanzar de este modo. Y que todos podamos ver que la construcción fue fructífera para todos, no para algunos, para todos. Somos todos partes de un continente maravilloso, que es la América Latina y el Caribe y que debemos integrarnos. Nos une no el espanto de este presente, nos une el futuro que podemos construir.
Gracias a todos y todas por haber estado acompañándonos, en Buenos Aires. Muchas gracias. (APLAUSOS)