Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el acto por el 41 aniversario del comienzo de la Guerra de Malvinas, en Almirante Brown
Buen día a todos y todas, muchas gracias de corazón, muchas gracias: al igual que el compañero, cuando éramos chicos, el 2 de abril era un día de celebración nuestra, de nuestros nacimientos, con el correr del tiempo – después de 1982 – se convirtió en un día de recordación colectiva, con lo cual nuestros cumpleaños tienen esta característica: celebrarlo en familia y recordar colectivamente aquel 2 de abril, de 1982.
Para eso estamos, hoy, aquí. Malvinas no es un tema más, es un tema central para la Argentina, o por lo menos así lo entendemos nosotros. Después de la guerra, la verdad es que la Argentina – por diferentes motivos – trató de invisibilizar a nuestros combatientes, a los que lucharon, a los que pelearon. Era como un tema del que la Argentina prefería no hablar; prefería mantenerlo en silencio, pensando que – de se modo – uno podría lograr más tranquilidad social. Y la verdad es que se cometió una enorme injusticia, enorme injusticia con los que dejaron su vida en Malvinas, con los que dejaron su esfuerzo y sobrevivieron, en la guerra, luchando, peleando y combatiendo, con las familias de todos ellos: con los que lucharon y volvieron y con los que lucharon y se quedaron allí.
Por eso, a partir del año 2003, con Néstor a la cabeza, empezamos a poner el tema Malvinas como un tema central, de la Argentina. Porque lo que no era justo era seguir invisibilizando a estos héroes. Porque los que vemos, hoy, gente de mi edad, en aquel entonces tenían 18, 19 años estaban peleando por la Patria, allá en el Sur de la Patria y estaban dejando su vida y arriesgando su vida. Y lo que no podíamos hacer era invisibilizar a semejantes personajes, hombres y mujeres grandiosos que fueron a defender la Patria, como bien dijiste vos, a defender la Patria, no a defender a una tiranía, a defender la Patria, a defender nuestra tierra, a defender nuestra soberanía. (APLAUSOS).
De cada uno de ellos, de cada una de ellas, mujeres que trabajaron como enfermeras colaborando sólo debemos sentir orgullo, y debemos ponerlos en el lugar que corresponde, en el lugar de héroes que son de la Patria, los que lucharon y los que murieron. (APLAUSOS).
41 años cumplimos, este año, de aquella gesta del 2 de abril, pero también, este año – lamentablemente – se cumplen 200 años de usurpación inglesa sobre nuestro territorio, en esas Islas Malvinas. ¿Y eso a qué nos obliga? A ponernos más firmes que nunca, a redoblar nuestros esfuerzos, ante los organismos internacionales, para reclamar sobre la soberanía, que es nuestra.
Esas dos islas no son dos hermanitas perdidas, en el Sur, es territorio argentino, sobre el que tenemos derecho los argentinos y las argentinas y sobre los que nunca vamos a dejar de debatir y reclamar, en cada foro internacional, el derecho, que nos cabe, a que no desintegren la soberanía territorial de Argentina.
Eso lo hemos hecho siempre, lo hizo Néstor, lo hizo Cristina y lo hago también yo, porque estamos convencidos de que tenemos derechos; porque estamos convencidos de que usurparon esas tierras; porque estamos convencidos que debemos recuperar esas tierras utilizando las vías diplomáticas, como Naciones Unidas le ordenó al Reino Unido, que se siente a dialogar, con Argentina, la reposición de la soberanía de las Islas Malvinas y eso siempre cayó en saco roto. Recuerdo en la última Reunión del G7, en Munich, en Alemania, que vino a verme, el entonces primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson. Me saludó con una gran simpatía y se puso a hablarme de todos los negocios que podíamos hacer, en Argentina, ingleses y argentinos, a través del litio, del petróleo, del gas, del hidrógeno verde. Cuando lo escuché, con toda paciencia le dije: “todo bien, pero antes hay que hablar de Malvinas”. (APLAUSOS). Entonces, él me contestó: “eso es un tema terminado”. “No, no, no, no es un tema terminado”, le dije. “Esas tierras ustedes las están usurpando, allí ustedes tienen una colonia y, en el siglo XXI, no aceptamos más lógicas colonialistas”, le apunté. “Así que si quiere hablar conmigo de Argentina empecemos a hablar de qué modo nos devuelven las islas”. La reunión se terminó inmediatamente, no había más de qué hablar.
Ahora, ¿por qué marco yo estás cosas? Acá el compañero me reclamaba tres leyes, que estaban en el Congreso y enseguida pensé qué leyes tenemos, en el Congreso, pendientes de los compañeros veteranos de Malvinas. Una es mejorar la atención sanitaria, la verdad es que ya lo hicimos, los compañeros veteranos quieren que esto no quede al arbitrio, de quien conduce el PAMI, sino que sea una ley. Tiene razón, tiene razón. La segunda es la doble jubilación anticipada, de la jubilación mínima, algo que salió, en su momento por ley, pero que el gobierno de Mauricio Macri, vetó y que ahora insistimos en que sea ley. Tiene razón, compañero, tiene razón.
Finalmente, los peajes, para que los que sean veteranos dejen de pagar los peajes. Eso ya Vialidad Nacional lo resolvió, pero los compañeros quieren que sea una ley y tienen razón. ¿Y saben por qué los compañeros quieren que sea una ley? Porque ahora gobernamos nosotros, pero cuando gobernaron los otros nada de esto hicieron. Por eso tienen razón, compañeros, por eso tienen razón.
Yo quiero recordarles a los compañeros que así como no le reconocieron estos derechos, en el gobiernos que nos precedió, y en estos tiempos tan convulsionados de la política, donde hay tanto ruido, a veces yo llamo, un poco a la reflexión colectiva y recordar y tener memoria. Porque no pasó hace mucho tiempo, pasó hace cinco años. Hubo, entonces, un pacto, que se firmó en Londres, entre el que era vicecanciller argentino, Carlos Foradori, y Duncan, el canciller inglés. Un pacto vergonzoso para la Argentina, donde le permitía al Reino Unido volver a tener vuelos continentales, o sea vuelos que unan las Islas con el continente latinoamericano, permitía vuelos de Malvinas a San Pablo y lo que era peor el acuerdo habilitaba a las Malvinas a la explotación de todo el espacio marítimo circundante de Malvinas. Esas tierras son argentinas, nosotros no podíamos habilitar que los usurpadores puedan pescar, buscar petróleo o buscar gas, en esas aguas, pero lo hicieron, en ese pacto, que la historia conoció como el Pacto Foradori-Duncan. Y desde que llegamos – con Santiago – estamos trabajando para desarmar ese acuerdo y poco a poco lo fuimos desarmando. Y hace poco tiempo atrás, dijimos que el acuerdo ese no existe más y los ingleses no tienen ningún derecho ni a volar el continente, cuando quieran, ni a explotar las aguas argentinas cómo se le dé la gana. (APLAUSOS).
Ahora, por qué lo hicimos. Porque nosotros estamos convencidos del derecho que la Argentina tiene sobre esas Islas. Hay que hacer memoria, hay que acordarse de los tiempos de la vacuna, cuando nosotros decíamos: “miren, no puede venir un laboratorio a pedirnos que demos en garantía el patrimonio del Estado” y hubo alguien que quiere ser presidente, ahora, que se animó a decir: “para qué vamos a discutir las Islas Malvinas, ahora; para qué nos sirven las Islas Malvinas, si se quieren quedarse con las Islas Malvinas, que se queden con las Islas Malvinas”. Hay que hacer memoria, porque cuando me hablan de Malvinas, yo no sólo pienso en esta tierra, que es nuestra, pienso en la lucha de estos hombres, pienso en la luchas de las mujeres, pienso en los que se quedaron muertos, en Malvinas y la verdad es que – por honrar el esfuerzo de todos ellos – nosotros no podemos hablar con tanta liviandad de Malvinas.
Así es que cuando empieza a llover, bajo la bendición de Dios, será que Dios no está bendiciendo, fortalezcamos más que nunca nuestro compromiso con Malvinas, más que nunca digamos que las Malvinas fueron, son y serán argentinas y la lucha que emprendimos tuvo sentido y no ha terminado. Y vamos a recuperar nuestras Islas por la vía pacífica y vamos a seguir elevando nuestra voz, hasta que el mundo nos escuche.
Gracias veteranos, gracias veteranas, gracias compañeros, gracias barrio de Malvinas Argentinas, gracias argentinos y argentinas. ¡Viva la Patria!