Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, durante la Marcha Blanca para el regreso del tren a Palmira, en Mendoza
Buenas tardes Palmira, buenas tardes Mendoza, gracias por estar aquí, gracias querido Gobernador por acompañarnos, gracias querido Intendente por acompañarnos: hoy es un día de celebración, hoy no hay que silbar a nadie, se puede pensar distinto, hoy estamos celebrando que el tren ha llegado, a Mendoza, y ese es un logro de todos. (APLAUSOS).
Gracias, de verdad, por acompañarnos, miren desde el primer día me propuse que la Argentina se federalice; si hay algo – compañeros ferroviarios, a ver escúchenme un minuto, porque a ustedes son los que más le vas a importar – si hay un momento trágico de la historia argentina fue aquel momento, en que se hizo realidad, la frase que decía: “ramal que para, ramal que cierra”. El día que se dijo eso la Argentina se desintegró, la conectividad ferroviaria se desintegró, en la Argentina. Y así, poco a poco, muchas ciudades como esta, como esta ciudad de Palmira, que es un centro ferroviario importantísimo para la Argentina, que cuando, hace 30 años, se cerró la llegada de este tren se convirtió en una ciudad que – lamentablemente- tuvo el triste destino de ser la que más desocupación acumuló en Mendoza.
Por lo tanto, hoy, que este tren llegue hasta aquí, y a 25 kilómetros, de llegar al centro de la ciudad de Mendoza, teneos que estar muy felices porque este tren que parte del centro de la Ciudad de Buenos Aires, que cruza Santa Fe, que cruza Córdoba, que cruza San Luís, y que ahora también cruza Mendoza, es un tren que nos está uniendo, que brinda conectividad a miles y miles de argentinos y argentinas, que tienen una forma de transportarse de un lugar a otro distinto, distinto. Y para que esta Argentina la podamos hacer necesitamos de todos y de todas. (APLAUSOS).
Me propuse, en su momento, que el tren vuelva a ocupar el lugar que merecía en la Argentina. Cuando viajo por el mundo y veo lo que el tren representa como medio de transporte me pregunto por qué los argentinos dilapidamos esa red ferroviaria maravillosa, que tuvimos. Y me propuse impulsarla, ya no me alcanzaba, con que en el Gran Buenos Aires los trenes funcionen, quise que el tren llegue a todos lados. Lo ha dicho el presidente de Trenes Argentinos, lo ha dicho el secretario de Transporte y hoy el tren está llevando a argentinos y argentinas a todos los lugares del país y eso es un dato muy importante.
Pude ver cómo pusimos en marcha el tren que une a Rosario con Cañada de Gómez, que es muy importante y hoy estoy acá viendo cómo el tren llega a Mendoza, cosa que, para muchos, era imposible, hace algunos años atrás, para los muchos que pensaban que era impensable de que esto pudiera ocurrir, muchos no creyeron, muchos creyeron que estábamos vendiendo una mentira, una idea que nunca íbamos, acá está, acá lo tienen, ha llegado. Es el tren que sale de Buenos Aires y que está llegando a Mendoza. (APLAUSOS).
Y bienvenidos que así sea, y bienvenidos que todos nos reunamos en un abrazo conjunto para que celebrar esto, para que Palmira deje de ser esa ciudad fantasma, donde deambulaban gente si empleo, para que Palmira recobre toda la fuerza que siempre tuvo y que hace 30 años le negaron, para que Mendoza recupere más vigor todavía, para todo eso es importante este tren. Es una ironía, pero este es el tren de la línea San Martín, con lo cual – como tantas veces, en la historia – San Martín vuelve una vez más a Mendoza, esta vez en nombre del tren.
Así como el tren lo estamos recuperando, estamos peleando, día a día, por recuperar a la Argentina, en un mundo muy difícil, en un presente muy complejo; cuando creíamos que ya había pasado la pandemia y que la guerra quedaba atrás, apareció una sequía que nos afectó muchísimo, pero no paramos… seguimos adelante, seguimos poniendo fuerza, seguimos construyendo escuelas, poniendo en píe universidades, seguimos construyendo hospitales, mejorando las rutas.
Ayer en Chaco – sin ir más lejos – la Ruta 11, que une a Formosa y Chaco, la hemos puesto en plenitud, una autovía que tiene cuatro carriles y dos vías paralelas, ayer inauguré un edificio, de la Universidad Nacional de Noreste, allí en el Chaco, y antes lo hice, en Posadas, en la Universidad Nacional de Misiones y cuando volvía de la Antártida puse en funcionamiento el edificio de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, allí en Ushuaia. Miren cualquier rincón de la Patria, en cualquier rincón de la Patria hay obras, en cualquier rincón de la Patria está el Estado presente, llevando educación, llevando salud, llevando conectividad, eso es lo que hemos hecho y eso es lo que vamos a seguir haciendo.
Así que lo que les pido es que en estos tiempos difíciles que nos tocan pasar, que nadie baje los brazos, que a nadie lo confundan, que nadie les haga creer que es la política, no es la política, es un tiempo muy difícil, en política hay distintas miradas, hay distintas miradas, y tenemos que ser nosotros capaces de elegir, y tenemos que ser nosotros capaces de elegir y elegir adecuadamente y recordar, recordar y tener memoria, porque nosotros cuando llegamos lo primero que quisimos es que este tren funcione, y otros durante muchos años lo dejaron abandonado, y otros lo cerraron antes, y nosotros llegamos y quisimos que haya hospitales, y quisimos que haya educación, quisimos que haya escuelas, que haya universidades. ¿Nosotros saben qué queremos?, queremos lo que en la Argentina todavía no existe: igualdad, igualdad.
Ayer terminé con una reflexión mi discurso, en el Chaco, que es la misma reflexión que me permito hacer ante todos ustedes, porque muchos de ustedes pensaron que este tren nunca más iba a llegar, y que esta estación maravillosa nunca más iba a funcionar, y está funcionando y este tren está llegando.
Estamos en el año 40 de nuestra democracia, yo fui parte de la generación que vivió la dictadura, nuestra generación tenía una utopía, la utopía de la democracia, la palabra utopía para muchos nos lleva a algo querible pero inalcanzable, algo que deseamos pero que no podemos concretar. Sin embargo, nosotros esa utopía la llevamos adelante y pasamos a lo largo de cuarenta años momentos muy difíciles e ingratos, yo todavía me acuerdo de los que se pintaban la cara y ponían en jaque a Alfonsín, me acuerdo, me acuerdo de los que tomaban regimientos y ponían en jaque la democracia en los años noventa, me acuerdo, pero fue la decisión unánime de un pueblo lo que hizo posible que esa utopía ya no sea una utopía, porque cuarenta años de democracia lo que dicen es que esto no era una utopía de nuestra generación, esta es la realidad de las sociedad argentina.
Ahora: hemos cumplido, se ha cumplido la utopía de la democracia por designio colectivo, porque todos decidimos vivir, respetarnos, convivir en las diferencias, en la diversidad y preservar las instituciones democráticas.
Ahora que eso lo hemos logrado, y cuando vemos tanta desigualdad que existe en la Argentina, tenemos que ponernos en la cabeza la concreción de una nueva utopía, compañeros, la nueva utopía se llama igualdad, igualdad es que cualquiera que nazca en la Argentina, en el lugar donde nazca, tenga las mismas posibilidades de desarrollarse que los que nacen en los lugares más ricos y donde más se concentra la riqueza de la Argentina. Esa igualdad que tengo y añoro en mí como una utopía, yo les pido que la volvamos realidad, como le pedí ayer a los chaqueños, es un sueño que tengo.
Cafiero, Antonio Cafiero, a quien tanto quise siempre, y que tanto defendió aquella democracia de los años 80, solía decir: “quien sueña solo, solo sueña, pero quien sueña con otros puede cambiar el mundo”: ¿Saben lo que les pido compañeros? No me dejen soñando solo con la atopia de la igualdad, suéñenla conmigo y hagámosla realidad de una vez por todas, para que estos trenes lleguen a cada rincón de la Argentina y sigan uniendo las ciudades, los pueblos, a los argentinos y a las argentinas.
Gracias por Palmira por estar aquí, celebren de su tren, lo merecen, muchas gracias. (APLAUSOS)