Palabras del presidente de la Nación Alberto Fernández en el acto de entrega de la vivienda 85.000, desde la gestión en la ciudad entrerriana de Paraná, provincia Entre Ríos
Buen día Paraná. Lindo verlos a todos y a todas, feliz de estar otra vez aquí en Entre Ríos y hoy en Paraná. Una ciudad emblemática para la historia argentina también.
Feliz de estar haciendo lo que estamos haciendo, como bien dijo el gobernador, lo ha dicho mucho mejor de lo que yo puedo decirlo. En verdad los dos sentimos que lo que nos tocó fue un tiempo muy difícil, muy complejo, es difícil explicarlo en palabras. Fue un tiempo donde todo padecimos, no solamente por lo que nos tocó heredar, que no quiero volver a repetir el tema, sino también por lo que vino después, lo que sobrevino al día 99 de nuestro gobierno, que fue la pandemia, que fue una situación francamente difícil, francamente compleja, que debimos enfrentar la peor de las experiencias que es combatir un enemigo que no se sabía por dónde atacaba, no sabíamos cómo combatirlo, no teníamos un remedio, no teníamos manera de ver cómo poder sobrellevar eso. Y en ese contexto, Gustavo, yo y la verdad que todos los gobernadores de la Argentina, nos dispusimos a no bajar los brazos, a dar pelea y a seguir adelante. Y seguimos.
Muchas veces esa pandemia ha dejado decepción en mucha gente, mucha gente decepcionada y es razonable porque en el camino perdieron seres queridos, perdieron amigos, se enfermaron, algunos vieron cerrar sus negocios, algunos perdieron sus empleos, está claro que fue un momento muy ingrato y muy difícil donde nosotros nunca bajamos los brazos, nunca, porque siempre creímos que iba a llegar el día en que esa pesadilla termine y debíamos seguir adelante como si esa pesadilla hubiera quedado atrás. Y todo esto que está pasando, y todo esto que estamos viendo fue porque no bajamos los brazos. Ahí lo veo a Iván que construyó gran parte de todo esto y él siguió construyendo todo esto en tiempos de la pandemia y los compañeros de la UOCRA siguieron trabajando en tiempos de la pandemia. Y todo ¿Por qué ocurrió?: Porque todos nos pusimos de acuerdo a que ese virus invisible para con todos nosotros no nos detuviera, no nos frustrara una vez más. Y la verdad que la Argentina se complicaba en todos los órdenes.
El otro día cuando estuve en la Histórica -permítanme llamarlo así porque así lo llama la gente de Concepción del Uruguay- cuando estuve en la Histórica y pude ver esa Isla del Puerto y pude saber a Entre Ríos en el mes de enero entraron 1 millón de personas a visitarla, a disfrutarla, a pasear a divertirse en tierra entrerriana, a mí me puso muy contento, absolutamente contento me puso, me puso feliz. La verdad ¿eso por qué ocurrió? Porque durante la pandemia nosotros dimos algo que se llamó la Asignación al trabajo y a la producción el ATP. El 80 por ciento del ATP fue para el hotelería y la gastronomía y que el día que terminó la pandemia pudo volver a abrir sus puertas y pudo recibir a esos visitantes y puso seguir trabajando, y le puede ir bien como le está yendo ahora. No lo digo yo, CAME anunció el otro día que en enero se movilizaron 22 millones de argentinos saliendo de sus casas en busca de un momento de distracción, de un momento de esparcimiento, de tiempo de vacaciones. 22 millones.
Para mí sorpresa el otro día leyendo, lo que algunos llaman el gran diario argentino, en su tapa decía: “Se espera que para febrero se movilicen 13 millones de personas para las vacaciones”. Eso quiere decir que vamos a ver movilizada a 35 millones de argentinos y argentinas de un país de 46 millones. A mí eso me pone muy feliz porque es gente que está buscando un tiempo de alegría después de tanto tiempo tan difícil. Y me pone muy contento porque me encanta ver que la capacidad hotelera está al máximo, que la capacidad gastronómica está al máximo porque eso significa más trabajo para argentinos y argentinas, eso significa. Eso significa una economía que se mueve, una economía que consume. Eso significa y si nosotros tenemos en cuenta que vivimos en un país que produce y consume el 75 por ciento de su producto bruto interno, se da cuenta de lo importante que es para un país el consumo interno en Argentina, lo importante.
Allí estuve en Concepción hablando de todas estas cosas, comprometiéndome a poner en marcha el arreglo del Palacio San José, que es un lugar tan caro a la historia argentina, particularmente querido por los entrerrianos y que no puede convertirse en un sitio de olvido, y no puede quedar abandonado.
Allí me enteré, porque el querido Intendente Beto Bahl, me comentó que acá en Paraná hay otra casa de Urquiza, que es la casa donde Urquiza pasaba mucho tiempo y que hoy es una oficina de correos. Y yo le dije: “Gustavo, vamos a volver a hacer de eso la casa de Urquiza, vamos a poner en valor lo que fue la casa donde vivió Urquiza”.
Y después tres Diputados Nacionales de Entre Ríos, Blanquita Osuna, Marcelo Casaretto, mi querida Carito Gaillard, me dijeron: “Mirá, eso está enfrente de la escuela normal y entonces lo que tenemos que hacer es poner allí la Universidad Juan L. Ortiz, que es la nueva Universidad Nacional que Entre Ríos va a tener. (APLAUSOS) Y entonces, como soy muy respetuoso, le dije a Blanquita: “Consúltalo al gobernador y lo consulta al gobernador y el gobernador le dijo: “Me parece una espléndida idea”. Así que estamos todos de acuerdo de que en la casa donde vivió Urquiza funcione una nueva Universidad para los entrerrianos. (APLAUSOS)
Para mí, no hay momento más grato, siempre lo digo, que el momento en que entrego una vivienda. Yo quiero decirles a todos los que les entregué una vivienda, porque todos me dicen gracias. No me agradezcan nada, ustedes no me deben nada, no me deben nada a mí, no deben nada al gobierno, no le deben nada a nadie, es un derecho que ustedes tenían y que nadie se los reconocía. (APALUSOS) Por lo tanto, ustedes simplemente están ejerciendo su derecho a tener una vivienda digna; Pero es un momento único el momento de entregar una vivienda porque uno se da cuenta que le está cambiando la vida a la gente, uno lo ve. Algunos lloran, otros se abrazan, otros se quiebran y no pueden hablar. Y está claro porque son argentinos y argentinas que dejan de vivir de prestado en la casa de sus padres, en la casa de sus hermanos o dejan de alquilar, que se convierte en un martirio estar cada dos años viendo a ver qué nuevo techo me ampara. Y empiezan a poder proyectar una vida para ellos, para sus hijos y sus hijas, pensando que ya tienen asegurado un techo, un cuarto, un lugar de encuentro familiar permanente y que nadie se los va a tocar, que son de ellos. No hay mejor momento para un presidente – créanmelo – que el momento en que entrego las llaves, no hay mejor momento, porque yo sé que ahí está cambiando la vida de la gente y que la política es eso: cambiarle la vida a la gente, cambiársela para mejor.
Cuando yo llegué, cuando hacía campaña – allá por el año 2019 – un día en Mar del Plata dije que iba a crear el ministerio de la Vivienda, lo conté días atrás y lo vuelvo a repetir, pido disculpas por reiterarlo, pero alguien diría: “el público cambia”, entonces pensemos que el público cambió y no me escuchó la vez pasada y yo decía: “voy a crear un ministerio de la Vivienda porque necesito a alguien que piense sólo en la vivienda”. Porque la vivienda – antes – estaba dentro del ministerio de Obras Públicas, pero ustedes no saben la cantidad de cosas que atiende el ministerio de Obras Públicas. Gaby Katopodis, que es para mí, el mejor ministro de Obras Públicas, que ha tenido la Argentina, tiene – en este momento – 5.800 obras públicas desarrolladas, de las cuales ya entregamos 2900 obras terminadas, terminadas. No son que prometemos, que firmamos, son obras terminadas. Yo no ando besando el asfalto, pues prefiero que el asfalto lo transiten los camiones y los autos, los que lo necesiten. (APLAUSOS). Pero lo cierto es que son 2.900 obras terminadas; 5.800 obras, que siguen en construcción y que están en todos los puntos del país, porque si hay algo que – con Gabriel – controlamos cuidadosamente es que no haya un municipio, en la Argentina, que no reciba el auxilio, que pide al Estado Nacional. A ningún municipio le preguntamos a quién va a votar, de qué color es la bandera de tu partido, jamás preguntamos eso. ¿Por qué? Porque - más allá de quien gobierna, en cada municipio, en cada provincia y en toda la Argentina – los que viven son argentinos y argentinas y son ellos los que necesitan respuestas, no los Gobernadores, son ellos los que necesitan respuestas.
Y así como, con Gaby, llevamos esa cantidad de obras y estamos avanzando, y espero que lo terminemos pronto, la Autovía que una a Paraná con Concordia, que es una de las grandes cosas, que ustedes siempre han pedido… la 18. (APLAUSOS). Y así, como – cuando era Jefe de Gabinete – y aprovecho para homenajearlo porque lo quise mucho, el querido Jorge Busti, venía a verme y me decía: “hay que terminar con la ‘ruta de la muerte’, tenemos que hacer una autovía, en la ‘ruta de la muerte”, no se puede seguir con la ‘ruta de la muerte” y Néstor dijo: “che, terminemos con esa ‘ruta de la muerte” y esa ruta se convirtió en la autovía de la Ruta 14, se convirtió en la “ruta de la vida”, se convirtió en la ruta del turismo y es lo que ha permitido que crezca, todo ese turismo, que hay sobre el Río Uruguay. (APLAUSOS). Porque Néstor, porque Cristina, porque yo siempre creemos que la Argentina va más allá del Obelisco y que hay una Argentina que necesita crecer y desarrollarse y que en verdad, cuando yo veo – como veíamos con Daniel Filmus, el otro día - que hasta nuestra llegada el 80 por ciento de inversión en ciencia y tecnología estaba destinada al área metropolitana, de la Ciudad de Buenos Aires y sólo el 20 por ciento al resto del país. Eso es la injusticia que vive, la Argentina; esa es la injusticia, que vive la Argentina.
Y eso lo cambiamos, hoy es exactamente el revés (el AMBA recibe el 20 por ciento y el 80 por ciento va a las provincias). Y muchos dirán: “pero para ¿qué quieren en las provincias desarrollar la ciencia y la tecnología?”. ¿Para qué? Por ejemplo, para desarrollar una bacteria, que hoy en día, está en yogures que se venden en todos los supermercados para mejorar la calidad de vida nuestra y de nuestros chicos, en los yogures. ¿Y dónde se hizo? En Tucumán. Y ¿por qué se pudo hacer? Porque le dimos el dinero para que desarrollen esa bacteria, que hoy en día, está en muchos yogures, que compran ustedes en el… y no quiero hacer publicidad, pero es de una marca muy conocida. De acuerdo, y ¿cómo lo hicimos? Poniendo el esfuerzo del Estado con el riesgo empresario privado y lo hicimos bien, y salió bien. Y además esa empresa se comprometió a donar una cantidad muy importante de yogures para todos los comedores que lo necesitan. Hay que aplaudirlos, claro que sí.
Así estamos construyendo la Argentina en la que nosotros pensamos; nosotros sabemos perfectamente bien, que en este tiempo, donde… y el otro día hablábamos con Gaby Cerruti, que hay un 40 por ciento de argentinos, que están a la deriva, que están como confundidos, como que no tienen certezas, que desconfían, pues han vivido un momento muy ingrato, sienten que la política no les da respuestas y, en verdad, ponen la política toda en una bolsa y dicen: “bueno, la política es todo lo mismo”, pero – como bien dijo Roberto, no es todo lo mismo, no es todo lo mismo, porque – en los cuatro años que precedieron mi llegada, al Gobierno Nacional, se construyeron 14.000 viviendas, se entregaron 14.000 viviendas y los créditos que se dieron fueron créditos UVA, créditos que se actualizaban siguiendo al dólar. Y nosotros llevamos entregadas, además de las 85.000 viviendas, que hoy entregamos, y vamos a entregar 74.000 créditos PROCREAR, qué saben cómo se actualizan. Es un porcentaje de cómo crece el sueldo, por lo tanto, si el sueldo no crece, la cuota no crece. (APLAUSOS). 74.000 créditos que dimos, de ese modo.
Acá, en Entre Ríos, yo le pedí a Santiago, que me pase los datos: en Entre Ríos tenemos en ejecución 7400 obras, hay una diferencia con el dato que dio Gustavo, porque Gustavo no ha tomado en cuenta 3.000 créditos hipotecarios, que nosotros dimos para la construcción de la vivienda. Ahí le paso este dato, y ya lo estoy malcriando, ya lo estoy malcriando, ya le paso ese dato, pero hemos entregado 3.546 soluciones habitacionales; 1623 créditos hipotecarios, con los que la gente construyó sus casas y el resto lo pusimos nosotros. Qué quiere decir esto? Que cuando el año termine – Gustavo, como bien dijiste vos- trabajando juntos, codo a codo, vamos a haber dejado, en Entre Ríos, 10.000 viviendas más para entrerrianos y entrerrianas que lo necesitaban. (APLAUSOS)
Y además, aclaro, que está el esfuerzo municipal y el esfuerzo provincial, que también pone recursos para construir casas, casas tan hermosas como esta, en un lugar de privilegio porque la verdad ver esta arboleda, me dicen que si me subo al último piso y miro para allá veo al río. Es un lugar de privilegio, y es maravilloso que el Estado se ocupe de darles viviendas dignas, casas dignas a todos los que la necesitan, porque nosotros – como dije, el otro día – no nos avergüenza decir que el Estado debe estar presente para resolver los problemas que los mercados no resuelven, porque ninguna de estas casas se podría haber construido con la lógica del mercado. Si el mercado hubiera construido estas casas ustedes podrían estar pagando créditos UVA, pero para que estas casas existan hace falta un Estado que se ponga y consustancie con la necesidad de los argentinos y argentinas, se ponga en el lugar del que necesita, se ponga los zapatos del que está retrasado, del que está olvidado, del que está abandonado y haga todos los esfuerzos para sacarlos de ese lugar.
Yo quiero poner en valor todas esas cosas, porque esas rutas que se están construyendo, en la Argentina, es conectividad que sacan a muchos lugares olvidados, de la Argentina, del olvido. Miren, en un tiempito más, vamos a estar llevando el tren a Mendoza, nuevamente el tren llegará a Mendoza, o sea Buenos Aires-Mendoza lo vamos a unir en tren; ya unimos Buenos Aires- Rosario; ya unimos Buenos Aires-Mar del Plata, ya unimos Buenos Aires-Pinamar. El tren es un modo de transportar de argentinos y argentinas y además de transportar carga, es un mecanismo maravilloso para hacer crecer, a la Argentina.
Todo eso lo hicimos- como siempre digo yo – en los cuatro peores años que tuve yo y que seguramente no hubiéramos elegido – la herencia, dos años de pandemia, dos años de la guerra. Pero acá estamos, como dice el poema de Benedetti, trabajando juntos, todos unidos. Comentaba en una entrevista, que he hicieron hoy y yo hablaba de un libro, que recomiendo leer, porque tiene mucho de este tiempo, que se llama: “Conocer a Perón”, que escribió Juan Manuel Abal Medina (padre) y que cuenta del regreso de Perón, a la Argentina, y lo que le pasó a la Argentina, en esos años, y hay una nota de Perón, un escrito de Perón, que publica en una revista, donde llama a la unidad de todos los sectores para que los que destruyen la Patria no puedan ganar, y eso es en el año 72, Perón en vida pedía eso. Perón les pedía a todos, pues somos una fuerza heterogénea, somos muy distintos, pero tenemos un común denominador, que no tomen el poder, aquellos que destruyen la Patria. Eso es más importante que todo. Yo lo leía, y la verdad, que tenía ganas de firmarlo, todo lo que decía Perón, en esa carta. Y yo le pido a todos los argentinos… peronistas son los peronistas, los argentinos de bien, los argentinos que no duermen en paz sabiendo que hay una gente pobre que padece; los argentinos de bien que saben que hay gente que necesita tener trabajo y algunos que tienen trabajo que necesitan mejorar su salario; los argentinos de bien que pelean contra la inflación; los argentinos de bien que quieren que la Argentina sea una Argentina igualitaria. Porque, la verdad, mi generación, que es también un poco menos, pero es cercana a la generación de Gustavo, tenía una utopía hace 40 años atrás, la utopía de vivir en democracia, fíjense la utopía que teníamos: ¿podríamos alguna vez hacer una democracia? Y estamos cumpliendo 40 años de democracia ininterrumpida y saben qué aprendí, algo que repetía Cafiero, el abuelo, Antonio, que decía: “quien sueña sólo, sólo sueña, pero quien sueña con otro transforma la realidad”. Entonces, yo los invito a soñar con otra utopía, la utopía de la igualdad, de la Argentina igualitaria, la Argentina donde estas casas proliferen en cada rincón de nuestros pueblos del país, la Argentina donde la tecnología llegue a todos lados, la Argentina donde la educación llegue a todos lados; la Argentina donde la construcción no se detenga y no se concentre en los grandes barrios privados, en los alrededores de la Ciudad de Buenos Aires.
Los invito a construir esa utopía y los invito – más allá de que seamos peronistas o no – a que nos demos cuenta que tenemos la oportunidad, porque tenemos todo lo que el mundo, hoy, está reclamando: tenemos el litio y el cobre, en el norte, que el mundo reclama para tener energía; tenemos el gas, en el sur, que el mundo reclama para poder hacer la transición energética; tenemos los alimentos en el centro del país, que el mundo reclama porque necesita alimentar a sus habitantes.
Les pido que, esta vez, no volvamos a hacer otra batalla de Caseros, no nos dividamos más, trabajemos juntos, pero como decía Mario Benedetti: “en la calle codo a codo, somos muchos más que dos”. Gracias a todos y todas.