Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la apertura del ciclo: "Nos mueve el orgullo", con motivo de las celebraciones del Mes del Orgullo, en el Centro Cultural Kirchner.
Buenas noches a todos, a todas, a todes: es correcto decir todes, porque eso incluye a todos y todas, nadie se siente excluido, “en una sociedad que te avergüenza, que te persigue el orgullo es una respuesta política”. Esa frase no es mía, es de Carlos Jáuregui, (APLAUSOS).
Y por qué quise empezar de este modo las palabras que hoy puedo dejarles a ustedes? Jáuregui tuvo un coraje impresionante, porque en esa sociedad – efectivamente – avergonzaba lo diferente. Y la verdad había que ser muy valiente, muy corajudo para enfrentar eso.
Esta lucha empezó hace muchos años, no empezó conmigo, yo casi llegue al final de esta lucha y quiero poner en valor la lucha de los que fueron capaces de llamar la atención del resto de la sociedad por la discriminación, por el maltrato, por hacer seguir vergüenza al otro por el sólo hecho de querer ser feliz. Esos son a los que hoy debemos homenajear; esos son los que nos han convocado hoy; eso son los que han construido el Mes del Orgullo. Y nosotros debemos todos los días poner en práctica el Orgullo como una respuesta política, a los que aún hoy discriminan, maltratan, diferencian, avergüenzan.
La realidad es que yo estoy muy convencido de que cuanto más respeto por el otro allá y más igualdad tengamos entre nosotros, nosotras, nosotres más felices vamos a ser. En verdad, cuando Vilma impulsó el matrimonio igualitario, lo único que estaba haciendo era haciendo feliz a la gente, eso es lo que hacía. (APLAUSOS).
Yo me acuerdo que hablábamos mucho, en aquellos días, hablábamos mucho y la verdad lo único que hacía era hacer feliz a gente, que quería ser feliz, simplemente, y que las leyes se lo impedían. Impedían amar, fíjense qué locura. A veces me encuentro con parejas que me dicen: “yo te agradezco porque gracias a la Ley del Matrimonio Igualitario, nos pudimos unir”. Y yo decía qué estado tan ridículo, qué sociedad tan absurda, miren con qué poquito falta para que estos dos o estás dos sean felices, qué poquito hacía falta.
En realidad, nosotros tenemos que ir profundizando eso que empezó con el matrimonio igualitario, con la igualdad de género y que nosotros seguimos en nuestro gobierno, con mucha normas, con muchas medidas, con muchas leyes, como la legalización del aborto, la legalización de los Mil Días, la posibilidad de acceder a Documentos no binarios. Uno a veces, después que lo hicimos, mientras lo estábamos haciendo la pregunta era y en qué cambia para el Estado que sea varón o mujer, para qué le importa al Estado esto. De repente, Tany fue y sacó su documento no binario y me dije qué fácil era, qué fácil era. (APLAUSOS).
Y también nos preocupa la igualdad de género, nos preocupa que las mujeres sean discriminadas en esta sociedad, que todavía discrimina laboralmente a las mujeres, el mismo trabajo, si lo cumple un hombre es mejor pago, que si lo cumple una mujer. Todavía hoy hay lugares donde se ofrece un empleo, pero si sos mujeres corrés con desventaja.
A nosotros todo eso nos preocupa, también nos preocupa la discriminación transexual, y luchamos porque no exista y por eso impusimos el cupo trans para el trabajo. (APLAUSOS).
Hoy veo con orgullo, que en la Administración Pública Nacional, ya hay 500 lugares ocupados por personas trans, que antes no podían acceder a esto por la imbecilidad humana, no hay otra explicación, por la imbecilidad humana. Miren qué fácil era, era muy fácil. ¿Y de qué se trata construir una sociedad democrática? Una sociedad democrática es donde cada uno puede ser feliz, siendo lo qué es. Ya nadie le imponga una condición para ser feliz y mucho menos nadie le impida ser feliz, con normas o con reglamentos que no lo dejan ser lo que uno quiere ser.
Yo uso mucho la palabra respetar, está bien usada la palabra tolerancia, pero cuando yo escucho hablar de tolerancia, tengo la impresión de que tolerar es algo parecido a: “me tengo que bancar lo que no me gusta” y mí me gusta más utilizar la palabra respetar, porque la verdad yo no tengo derecho a bancarme nada, yo tengo respetar al otro cómo es; a la otra cómo es; al otre cómo es. No tengo que tolerar nada. (APLAUSOS). Sólo debo respetar, sólo debo respetar, por lo tanto yo estoy aquí, siendo lo que soy, disfrutando con ustedes este Mes del Orgullo, pidiéndoles que no paren en la lucha, porque – la verdad – es que no hemos alcanzado todos los objetivos que queremos. La lucha que empezó Carlos Jáuregui sigue hoy y no hay que pararla, hay que seguir y hay que seguir, hasta que el último energúmeno entienda que todos debemos ser respetados, cuando elegimos ser lo que somos. (APLAUSOS)
Debemos seguir esa lucha, con las mismas convicciones de Carlos Jáuregui o con más convicciones que Carlos Jáuregui, porque él nos demostró que tenía razón, que se podía y estamos pudiendo. Celebremos que estamos en una sociedad más democrática, donde nos respetamos, que estamos en una sociedad más igualitaria, donde nadie tiene que estar en un closet, que estamos en una sociedad que da más derechos y exijan más derechos, reclamen más derechos, porque una sociedad que amplía más derechos es una mejor sociedad. Disfruten de estos dos días, aquí en el Centro Cultural y celebren la Marcha del Orgullo, como todos nosotros, el orgullo de respetar a cada uno por lo qué es. Gracias a todos, a todas y a todes. (APLAUSOS)