Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el lanzamiento del III Foro Mundial de Derechos Humanos, desde el Museo del Bicentenario, Casa Rosada.
Muchas gracias. Buenos días a todos y a todas. Gracias por estar acá.
Es un día importante, es un día importante. Primero, gracias a Estela a la distancia, gracias a que las queridas madres, gracias Buscarita por estar acá acompañándonos. Muchas gracias. Gracias mí querido Adolfo, gracias por estar aquí. Sabe Adolfo cuanto lo quiero, cuanto lo respeto. Es…, ¿puedo promover tu obra? Por primera vez en muchos años, Adolfo, es un gran artista plástico, poco los sabemos. Alguno podemos disfrutar de un cuadro de él sobre Malvinas que está en la Casa y el día ¿25? Empieza a exponerse la obra de Adolfo. Y ahí lo que vamos a poder descubrir es que Adolfo es un gran artista, sabíamos que era una gran persona ahora vamos a conocer su faceta de artista. Vayamos todos a visitar esa obra, merece ser vista porque es la obra que nace de un alma maravillosa como el alma de Adolfo. Gracias Adolfo por estar aquí.
Cuando tiempo atrás vino Fernanda a plantearme este tercer Foro Mundial de los Derechos Humanos y la posibilidad de que lo hiciéramos en Argentina rápidamente le dije que sí. Adolfo lo ha dicho de un modo que yo no lo podría decir mejor. En verdad los Derechos Humanos de hoy en día son los derechos más trascendentes que tiene la humanidad. Son derechos esenciales que hacen a la calidad de vida y a las condiciones de vida de los seres humanos. Allá en Los Ángeles cuando estuve con la Cumbre de las Américas un presidente latinoamericano, no importa quién, me dijo, che, pero cómo es que hacen ustedes frente a las manifestaciones populares que la Fuerza de Seguridad están desarmadas y obviamente las Fuerza de Seguridad Federales no van a reprimir manifestaciones populares, aun cuando en esas manifestaciones haya violentos. Lo que tenemos que cuidar es la seguridad de los restos de los ciudadanos, pero lo que no podemos es hacer nada, nada, absolutamente nada, para que la violencia institucional pueda florecer en una sociedad que ha padecido un terrorismo de Estado como el que padeció Argentina durante los años de la más cruel dictadura que vivimos.
Eso que para algunos llaman al asombro para nosotros es una regla. Lamentablemente el negacionismo que se ha instalo entre nosotros nos hace rediscutir estas cosas, que ya no deberían ser objeto de discusión. Pero gracias a dios también somos millones lo que no estamos dispuestos a dar un paso atrás y a volver a permitir que lo que fue el dolor, la perdida de seres humanos, el exilio, la tortura vuelva a ser discutida o puesta en duda en una Argentina que ha sido capaz de juzgar cada uno de esos hechos. Y por eso cada paso que damos en favor de afianzar la noción de que los Derechos Humanos son los derechos esenciales del hombre y de las mujeres y de todos y de todes, me gusta que Horacio use el lenguaje inclusivo porque todos tienen que sentirse incluidos en este mensaje. No es un problema de idioma, es un problema de que todos se sientan interpelados, todes se sientan interpelades, ¿está bien dicho? (APLAUSOS). Ese es el sentido del lenguaje inclusivo. Y en verdad hace a la vigencia de los Derechos Humanos porque hace el respeto al otro, hace respetar a la dignidad del otro, hace respetar la condición de género del otro, hace respetarnos en la diversidad, en la diferencia.
Los Derechos Humanos nos exigen mucho porque, recién dijo también sabiamente Adolfo, que en verdad los Derechos Humanos son los derechos de los pueblos, son los derechos del pueblo. Me vino a la memoria un verso que alguna vez leí de Bukowski que dice hablando de la historia, “no es la vida de los pueblos, es la vida de los hombres” y es muy cierto eso porque los pueblos finalmente somos el conjunto, somos la comunidad en la que nosotros nos desarrollamos y, por lo tanto, es la vida de los pueblos. Es que la vida de cada uno de nosotros se pueda sentir libre, pueda ser libre, pueda crecer libre, pueda crecer respetado para que tengamos la sociedad que queremos construir y eeu definitivamente nos merecemos. Que hay políticas negacionistas, las hay, obviamente, como bien dijo Horacio, contra esas políticas negacionistas vamos a luchar porque todavía sobreviven los cultores del odio, porque todavía sobreviven los que quieren revindicar lo que fue, definitivamente, un genocidio en la Argentina. Pero a ellos los enfrentaremos nosotros, al odio lo enfrentaremos con la razón, a la violencia que proponen les ofrecemos la justicia y lo hacemos en paz porque sabemos que la verdad está de nuestro lado.
Esta lucha no es la lucha solitaria de las organizaciones que durante tantos años se enarbolaron la bandera de la defensa de los Derechos Humanos, no es la lucha de ningún Gobierno ni del de Néstor, ni del de Cristina, ni el mío es la lucha de un pueblo que debe estar muy unido para que no nos vuelva a pasar lo que aluna vez nos pasó. Porque también es cierto, lo vemos permanentemente, que la derecha se rearma, a logrado generar un mecanismo comunicacional tremendo, que confunde muchas veces a gran parte de la ciudadanía y nosotros contra eso tenemos que ponernos firmes, definitivamente. Suelo decir, recordándolo a Luis, “no me vengan con que todo pasado fue mejor, mañana es mejor”, lo digo una y otra vez porque la Argentina tiene un futuro esplendido que en esta materia ya lleva mucho construido. Y lo que no debemos hacer es deconstruir nada de lo que construido.
Ese compromiso que hemos logrado de respetar los derechos de cada uno de nosotros, nosotras y nosotres es una obligación en la que debemos perseverar para ser una mejor ciudad. Decía recién Horacio estás son políticas que los Gobiernos nacionales y populares entienden, claro, es cierto, debo reconocerlo porque recién Martín me recordaba que en el año 2016 y en el año 2017 Argentina fue propuesta para hacer este foro, pero el Gobierno de entonces prefirió decir que no porque creía que los Derechos Humanos eran un curro. Y para nosotros los Derechos Humanos es una bandera que inalterablemente levantaremos para ser una sociedad mejor. (APLAUSOS).
Nosotros estamos avanzando en tratar de construir esa sociedad con todas las dificultades que tenemos, que algunos vemos y que a otros les cuesta ver. Estamos convencidos que estamos en el camino correcto, absolutamente convencidos. Sabiendo que tenemos las mismas dificultades que tuvo la Argentina cada vez que creció y que tendremos que tomar las medias que haya que tomar para que ese crecimiento no se detenga. Y que tendremos que tomar también las medidas que haya que tomar para ordenar el Estado en lo que sea necesario reordenarlo y que pueda acompañar ese crecimiento que la Argentina necesita. El problema de la Argentina esta centralmente allí, no está en los necesitados, definitivamente. El problema de la Argentina es que la Argentina crece, fue capaz de crear un millón doscientos mil empleos en plena pandemia, ¿es suficiente con eso?, no, no es suficiente, no es suficiente, tenemos que crear muchos más empleos, para que los que hoy reciben un plan social puedan ser empleados formales, y gozar de todos los derechos laborares que goza un empleado formal.
Ahora, yo llegué con Néstor al Gobierno en el año, y la pobreza estructural, por la crisis del 2001 había crecido 6 o 7 puntos, había crecido del 15 por ciento al 23, al 22, 23 por ciento. La pobreza estructural volvió a crecer después de los cuatro años del gobierno de Macri, y nosotros fuimos a sostener a los más vulnerables, y yo le quiero agradecer a las organizaciones sociales que estuvieron al lado nuestro ayudándonos a contener definitivamente a esos sectores más vulnerables, llevando solidaridad donde la solidaridad no existía, llevando compromiso donde el compromiso no existía. (APLAUSOS) Y quiero agradecérselos, aun cuando algunas hagan picardías, que nosotros no convalidamos, lo que no es bueno es generalizar, no esperen que yo generalice, mi eterna deuda de gratitud para con cada una de esas organizaciones, ahí va el compañero de la Garganta Poderosa, como él, miles, pero profunda también, porque la verdad es que nos enseñaron en esas revistas muchas cosas que eran ocultas por otros medios. Entonces como lo vi a Abel, veo a miles de compañeros de organizaciones sociales que han trabajado denodadamente todo este tiempo para que la Argentina no explote, acuérdense, hagan memoria, cuando nosotros llegamos, la verdadera discusión era cuánto tiempo va a pasar para que en la Argentina haya un estallido social; cuánto tiempo va a pasar para que ocurra el primer saqueo; cuánto tiempo va a pasar para que la gente se levante demandando comida: nada de eso pasó, y en gran medida nada de eso pasó porque las organizaciones sociales estuvieron acompañándonos, estuvieron al lado de los más necesitados, estuvieron al lado de los más vulnerables, no se llevaron la plata de los vulnerables, los acompañaron, los alimentaron, se asociaron al Estado en la gestión de todo eso, a todos ellos gracias, porque no saben todo lo que hicieron por los derechos humanos, en este día que hoy nos obliga a recordar a los derechos humanos.
Yo les pido que no cedamos que sigamos firmes en nuestra convicción, que nada los confunda, que nuestras diferencias no nos hagan decir cosas a veces injustas, y que estemos muy unidos, porque lo voy a hacer públicamente ahora, lo hice el día domingo, pero celebré el triunfo de Gustavo Petro porque Colombia y América Latina lo necesitaban. (APLAUSOS) Y porque aspiro a que poco a poco América Latina baja encaminándose hacia ese lugar, donde podamos estar unidos y construir la Patria en unidad que nos hace falta, y lo vamos logrando, poco a poco, Argentina tiene allí un rol central, lo escuché hablar a un Premio Nobel de la paz de las guerras, y yo que tengo una cultura pacifista, generada de los años de hipismo, que viví en mi adolescencia, la verdad es que es hora de que el mundo con esas guerras termine, porque esas guerras de hoy no son guerras entre dos pueblos, veinticinco dice que hay dice en este momento Adolfo, pero algunas de ellas repercuten en el mundo entero, traen miseria en el mundo entero, traen injusticia en el mundo entero, ustedes me dirán por qué este tipo insiste en hablar de la guerra, porque quiero ser la voz del hemisferio sur diciéndole al norte terminen con las guerras porque nos están lastimando. (APLAUSOS)
Y allí está el verdadero problema que nosotros tenemos, allí está el verdadero problema que nosotros tenemos, en el norte, en el norte, y hay que confrontar con sensatez con ese norte, y decirle no están en Sudamérica, ni Latinoamérica, ni África, ni Asia, para soportar los caprichos del norte, y hacernos padecer los costos de sus políticas, no estamos para eso. No estamos para quedarnos callados, aun cuando sabemos los costos que pagamos, cuando nos toca decir lo que nos toca decir, y tal vez Assange sea un ejemplo de lo que estoy diciendo.
Quiero que todos estemos confiados, hay una Argentina que se está recuperando, el Estado va a hacer su parte también, no soy de los que cree que el déficit fiscal es de derecha o de izquierda, no, es malo, definitivamente malo, definitivamente malo y hay que tratar de evitarlo. Hay veces en donde uno debe caer, porque no tiene más alternativa, la pandemia nos demostró eso, pero vivir con esa lógica es muy malo, es muy malo. Tenemos que crecer, tenemos que parar la inflación, y tenemos que hacer un gran esfuerzo comunitario porque nada genera más desigualdad que la inflación, porque no hay ingreso que alcance corriendo detrás de la inflación. Y allí debemos hablar, los que se han convertido en poderosos porque otros en otros tiempos dejaron que se conviertan en monopólicos o en oligopólicos. Tendrán que entender que en esta comunidad que se llama Argentina no podemos seguir soportando que algunos pocos marquen el destino de millones, y lo que es peor, condenen a la miseria a millones de argentinos, de argentinas y de argentines, hoy pongo particular hincapié en el lenguaje inclusive.
Así que yo lo que les pido es que trabajemos mucho por este Tercer Foro Mundial de los Derechos Humanos, demostrémosle al mundo que nosotros sabemos de qué se tratan los derechos humanos, demostrémosle al mundo que podemos trabajar juntos, unidos; demostrémosle al fascismo, al negacionismo que tenemos memoria, y que la memoria es imprescindible para no repetir errores, pero la mejoría, como bien dijo Adolfo, va a iluminar nuestro futuro.
Gracias a todos y a todas por estar aquí. (APLAUSOS).