Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el 57 Congreso Ordinario de los Trabajadores de la Sanidad (FATSA), en Parque Norte, CABA
Buenos días a todos y todas; gracias a todos y a todas, gracias querido Héctor, gracias querido Carlín: recién le preguntaba Héctor porque me suena un poco familiar este Congreso, y me acordaba que cuando era candidato nos fuimos a Córdoba e hicimos allí un congreso presencial, como este, tan lindo, disfrutábamos de lo que esperábamos fuera un tiempo tan venturoso de lo que se aproximaba y que después la pandemia opacó, y después participé de los dos congreso, que se hicieron por Zoom, y en los dos tuve la oportunidad de decirles: “gracias”, que es lo que – en nombre de todos los argentinos y argentinas – debo decirles.
Esta tarde tengo que viajar, a Europa, y la verdad es que preferí postergar un poquito la salida para poder estar aquí presentes, acompañándolos, porque ustedes lo merecen, básicamente por eso. (APLAUSOS).
Miren, yo siempre busco llamar a la reflexión, a todos y a todas, cuando nos toca hablar del presente; es muy difícil analizar el presente sin tener en cuenta que le mundo, ha vivido una experiencia única, que queremos que sea irrepetible, que es vivir una pandemia. Las pandemias en el mundo ocurren, una vez en siglos, muy rara vez y la velocidad con que esta vez una pandemia se desplegó, en todo el mundo, es inusual, es inusual porque la anterior pandemia, que fue la famosa gripe española, a comienzos del siglo XX, se desparramó por el mundo con mucha más lentitud. Ahora, la velocidad con que se desparramó en el mundo, y en la Argentina, el COVID-19, fue algo llamativo y tiene que ver con la globalización y con la forma en que el mundo vive.
En verdad, el virus lo traían los pasajeros y contagiaban, al lugar de llegada, a sus vecinos, y todo ocurrió con un vértigo, que ni nosotros mismo tomamos cabal dimensión de lo que nos pasó. Vivimos una pandemia que afectó a todo el mundo; a la Argentina esa pandemia lo encontró con un sistema de salud devastado, porque el Estado se había retirado de la atención sanitaria. Hagamos memoria, eh, las vacunas se vencían en los galpones de la Aduana, hagamos memoria el sarampión volvió a ser enfermedad entre los argentinos, hagamos memoria. Esa pandemia se llevó más de 6 millones de vidas, en el mundo; en la Argentina más de 100.000; en el mundo recibíamos las imágenes de cómo hombres y mujeres morían, en sus casas, morían en sus calles, morían en los pasillos, de los hospitales, sin poder encontrar la atención sanitaria, que reclamaban.
Y siempre voy a recordar, cuando Ginés me dijo: “mira, esto ha llegado, tenemos que poner en marcha muchas cosas, los hospitales están sin insumos”. La Argentina tenía dos fábricas de respiradores automáticos y – de repente – vimos que había una demanda para que exportemos respiradores automáticos, cortamos las exportaciones y dijimos: “primero, haceme los respiradores automáticos para la Argentina, para los argentinos y las argentinas, que puedan necesitarlo y una fábrica, de Córdoba, que yo nunca estuve allí, pero algún día quisiera conocerla, que para mí fue emblemática, formada por dos hermanos, un ingeniero y un médico se unieron para hacer respiradores automáticos de la más alta calidad.
Y le dijimos: “los necesitamos para la Argentina” e hicieron trabajar, en tres turnos, para producir la cantidad de respiradores automáticos, que la Argentina necesitaba y que a lo largo de la Argentina habían dejado de comprarse. Pusimos 4.000 camas de terapia intensiva, en toda la Argentina, pusimos 4.000 respiradores automáticos, en toda la Argentina; en muy poco tiempo terminamos de construir hospitales, que habían quedado abandonados, porque había una época, en que algunas Gobernadoras, en Buenos Aires – por ejemplo – decían que no tenía sentido construir hospitales. Tuvimos que hacer todo eso, tuvimos que hacerlo en muy poco tiempo; los hospitales que teníamos no nos alcanzaban e hicimos más de 30 hospitales modulares y – como bien dijo Héctor – vivimos en un mundo, donde 6 millones de personas fueron muertas por el COVID-19, no nos hemos dado cuenta nosotros, todos lo que estamos acá, todos lo que quedamos en pie somos sobrevivientes de la mayor tragedia, que la humanidad ha vivido y tenemos un deber moral de cambiar el mundo, porque todos esos muertos, que el COVID-19 se llevó, muchos de ellos fueron resultado de la injusticia, de la inequidad, de la desigualdad, que el mundo existe.
Ahora, en la Argentina, no hubo un argentino, no hubo una argentina que se quedara sin la atención médica, que necesitaba. Y eso fue posible porque supimos integrar la salud pública, las obras sociales y a la medicina privada para trabajar juntos y eso fue posible porque estaban ustedes: los trabajadores de la sanidad. (APLAUSOS). Hombres y mujeres, enfermeros y enfermeras, terapistas, médicos, médicas, todos, todos poniendo su esfuerzo, todos siendo la primera línea para parar el virus. Ustedes fueron los primeros contagiados, los que más se contagiaron, al comienzo. Cómo no iba a estar acá, diciéndoles: “Gracias”. (APLAUSOS).
La verdad es que la Argentina es un país maravilloso y tiene un pueblo maravilloso, y mil veces ha demostrado la capacidad de su pueblo de levantarse y volver a caminar, una y mil veces. Sufrió frustraciones y se sobrepuso a las frustraciones y siguió peleando y siguió avanzando. Y de verdad, ustedes fueron actores centrales para que la Argentina, hoy, esté caminando, centrales. Nosotros tenemos ahora que encarar el futuro sabiendo que la pandemia no ha terminado. Porque vemos en estos días que los números han vuelto a crecer, la pandemia no ha terminado. Y porque para entrar en Europa me vuelven a hisopar y para cada vez que pasado de un país a otro me vuelven a hisopar, la pandemia no ha terminado. Y vemos a China y a la cantidad de buques flotando esperando que los puertos chinos se abran porque la pandemia no ha terminado. Y tenemos que estar preparados con la misma fuerza, con la misma vocación, con la misma entrega que ustedes han demostrado por cuidar la vida del prójimo, tenemos que estar preparados. Y tenemos que mejorar las condiciones de trabajo de cada uno de ustedes. Porque realmente han demostrado lo importante que son para una comunidad como la Argentina.
Nosotros estamos trabajando, ya ultimando, a partir de la experiencia que hemos tenido, que para mí ha sido muy buena porque pudimos responder, tanto se critica a las obras sociales, las obras sociales respondieron, respondieron. Le costó un poco más a medicina prepaga, hay que ser franco, terminó delegando en hospitales de obras sociales, un sanatorio de obras sociales o en hospitales públicos a muchos de sus afiliados. Integrar el trabajo para que eso funciones lo mejor posible, en eso estamos trabajando, hacer más fuerte la atención de la salud en la Argentina, en eso estamos trabajando. Y eso incluye también mejor paulatinamente el ingreso de los que prestan salud en la Argentina, de los trabajadores y las trabajadoras, reconocerle a un enfermero, reconocerle a una enfermera el rol que cumplen en esta sociedad, no son empleados públicos son técnicos especializados, preparados para salvar vidas y cuidar personas. (APLAUSOS).
Yo he mandado una Ley al Congreso para que esa condición especial del trabajador que tiene el trabajador de la salud sea reconocida. Y estoy seguro de que lo vamos a tener en breve aprobado. Y tenemos que trabajar mucho para mejorar también el ingreso de los trabajadores y las trabajadoras que lo merecen. (APLAUSOS). Yo compañeros y compañeras a los problemas no los oculto, sé que la economía crece, sé que el trabajo formal aumenta, sé que la distribución está teniendo problemas porque mientras tengamos índices de inflación que tenemos la distribución es un problema, la distribución del ingreso. Tengo dos obsesiones recuperar el trabajo, esto se está cumpliendo. Recibimos una desocupación de dos dígitos, de 12 puntos si mal no recuerdo mal, y hoy estamos en una desocupación de 7 puntos. Hemos recuperado el trabajo, pero recuperar un salario que entre el 2015 y el 2019 se cayó en términos reales 20 puntos, eso demanda esfuerzo y demanda trabajo. Y demanda pedirles a los poderosos que distribuyan adecuadamente la riqueza, que además de ganar ellos tienen que ganar los que trabajan. (APLAUSOS).
Yo les hablo con esta franqueza porque antes que presidente soy un militante político. Y la política no es otra cosa que administrar la realidad. A los conservadores esta realidad de desigualdad les encanta y entonces tratan de que las cosas no cambien o lo que es peor tratan de que se concentre más la riqueza en unos pocos. Nosotros los peronistas sabemos perfectamente bien la desigualdad que se ha creado en el mundo y sabemos perfectamente bien que la pandemia potencio esa desigualdad. Y con lo único que no vamos a tranzar es con convivir con la desigualdad. Vamos a trabajar todo lo que haga falta, vamos a poner todo nuestro empeño para que la igualdad la recuperemos en Argentina, para que las mejores condiciones de ingreso sean una realidad en la Argentina. Así como me ocupe y me sigo ocupando y me voy a seguir ocupando de que el trabajo crezca en la Argentina, voy a trabajar incansablemente para que el bolsillo de los argentinos sea cada día más fuerte. Para que cada vez allá más bolsillo, más dinero en el bolsillo de los que trabajan, para eso hay que trabajar. (APLAUSOS).
Todo esto que tengo la tranquilidad de decirlo porque mi Gobierno no ha ocultado nada, toda la verdad está sobre la mesa. Nunca oculte los problemas que tiene la Argentina, nunca me hice el distraído ni frente a la pobreza, ni frente a la desigualdad, ni frene a la falta de trabajo, soy peronista, cuando me entero de un problema le pongo el pecho y veo cómo lo enfrento. Así nos enseñaron, escuchar a los compañeros, escuchar a los que necesitan. Entender que los primeros están los últimos los que están más postergados, actuar con solidaridad, tenderles una mano a todos ellos.
Compañeros tenemos la oportunidad de hacer una Argentina mejor, tenemos el deber ético y moral de construir una sociedad más justa porque somos sobrevivientes de una pandemia. Dios nos dio la oportunidad de seguir viviendo, que eso nos obligue a construir un mejor país, un país más unido y una sociedad más justa. La justicia social no es un invento del peronismo, es un deber ético y moral que tenemos todos los ciudadanos y ciudadanas. Gracias por el esfuerzo que han hecho. Gracias por el esfuerzo que hacen. Gracias por el esfuerzo que harán y sepan que tiene un presidente que, así como cuenta con ustedes, ustedes saben que pueden contar él.
Gracias a todos y todas. Felicitaciones por este congreso. Muchas gracias. (APLAUSOS).