Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el acto de presentación del programa "Volvé a estudiar", para titulares del plan Potenciar Trabajo, Tecnópolis
Buenas tardes a todos y a todas; muchas gracias a todos y a todas, la verdad, contento de estar aquí. Acá hay 1.500 trabajadores y trabajadoras de la economía popular. (APLAUSOS). Trabajadores y trabajadoras de la economía popular, que han venido de distintos lugares del país, de Entre Ríos, Tucumán, Santiago, me dijeron ahí; de Lanús, de Ezeiza, de San Miguel, de Moreno, veo; de Pilar, allá veo de La Cocha.
Bueno se me complica, se me complica porque me hablan todos al mismo tiempo y se me complica, pero miren de Berisso, también; de Hurlingham, de Avellaneda también, pero a ver – compañero y compañeras – yo quería… de dónde, de Ituzaingó, muy bien, paremos acá. Ya te dije Avellaneda, pero a ver qué era lo que yo quería destacar de todo esto, lo primero que quería destacar, es que acá hay 1.500 trabajadores y trabajadoras de la economía popular y que la economía popular existe y que es hora de que todos la pongamos en valor, y que es hora de que todos entendamos que hay muchísimos argentinos y argentinas, que no han podido acceder al empleo formal, pero no por eso han dejado de trabajar, han seguido trabajando – con el auxilio del Estado – asociándose en cooperativas, buscando remontar su vida, en momentos muy difíciles. Y ustedes, que son parte de ese mundo, de la economía popular, que son trabajadores y trabajadoras de la economía popular, hoy, están haciendo algo maravilloso. ¿Saben qué están haciendo? Y se lo dice alguien, que hace 30 años, enseña, están ayudando a crecer a los otros, están educando a los otros, están dándole conocimiento a los otros. (APLAUSOS).
Miren - suelo decir siempre yo – que en verdad, en los años que vivimos, educarse es una necesidad, saber es una necesidad porque vivimos en la era del conocimiento; los países ricos no son los países que tienen petróleo, que tienen plata, que tienen gas, los países ricos son las naciones, que han sabido desarrollar el conocimiento en sus sociedades. (APLAUSOS). Eso son los países ricos. Por eso cuando a mí alguien me hace ruido y me dice: “para qué das becas Progres.Ar, para que los chicos terminen el colegio secundario”. No estoy gastando plata, estoy invirtiendo en el futuro, de la Argentina. Eso estoy haciendo. (APLAUSOS).
Y cuando alguien venga y me diga: “para qué estás entregando 1500 Potenciar Trabajo, a hombres y mujeres”. Estoy ayudando a que esos hombres y mujeres eduquen a otros hombres y mujeres, que necesitan ser educados, en una sociedad que cada día requiere que seamos mejores, en el conocimiento. (APLAUSOS).
¿Cómo era el nombre de tu mami? Silvia, su madre, tiene derecho a leer, tiene derecho a saber escribir, tiene derecho a saber Aritmética, tiene derecho a terminar su educación primaria, tiene derecho también a educarse y completar su educación secundaria, tiene derecho, pero – además – hoy tiene una necesidad porque la vida de hoy exige ese conocimiento, lo exige. Y si entonces hay una necesidad, hay un derecho y lo que tenemos que hacer es ir como estaba a cubrir esa necesidad y ese derecho; lo enseñó Evita y no debemos olvidarlo nunca, nunca debemos olvidarlo. (APLAUSOS).
En realidad, somos parte de un espacio político, que siempre ha pensado de este modo, la verdad es que hoy no estamos haciendo algo muy distinto a lo que hicimos, en otras épocas. En otras épocas llevamos adelante el Plan FinEs, que tenía también el objeto de terminar la educación secundaria, para aquellos que no habían podido terminar. Ahora, también lo hacemos, ¿pero cómo lo hacemos ahora? Ahora lo hacemos incorporando a la economía popular, como parte genuina de la sociedad argentina. ¿Y quiénes son los que lo hacen? Los trabajadores y trabajadoras de la educación popular, que le enseñan a otros trabajadores y trabajadoras de la economía popular para que puedan mejorar sus condiciones de conocimiento y sus condiciones laborales también. (APLAUSOS).
Y eso a mí me llena de orgullo, eso me llena de orgullo, porque eso se llama inclusión, pero además – nosotros los peronistas – hablamos, desde siempre de la necesidad de ser parte de una sociedad, que nos permita ascender. Esas políticas que nos permitan un movimiento social ascendente. ¿Qué quería decir esto? Era el sueño, que allá por el año 30, tenía un trabajador, que su hijo fuera un doctor. “Mi hijo el doctor”, como el libro aquel, era la aspiración, que uno tenía. Los trabajadores, de entonces, tenían muy pocos derechos, casi ninguno. Y apareció un coronel del pueblo, que le empezó a dar derechos y nuestros trabajadores empezaron a disfrutar de esos derechos; empezaron a sindicalizarse; tuvieron derecho a un salario digno; tuvieron derecho al aguinaldo; tuvieron derecho a la salud, tuvieron derecho a las vacaciones pagas e hicimos – con ese cúmulo de derechos – una sociedad sin igual, en América Latina, única en América Latina.
Pero Perón, que era él que más hablaba, de la necesidad de lograr esa movilidad social ascendente estaba muy preocupado, porque los hijos de los obreros, puedan ascender en la escala social. Lo que él quería era que los hijos tuvieran mejores oportunidades que los padres y que después – cuando lleguen los nietos- tengan mejores oportunidades que aquellos hijos y trabajó mucho por eso, trabajó mucho y movilizó a la educación pública como ninguno e hizo gratuita a la universidad. Primero creó la universidad de los trabajadores, que es hoy la Universidad Tecnológica y después hizo gratuita a la universidad. ¿Para qué? Para que nadie carezca del derecho de poder educarse en un mundo, que exige educación. (APLAUSOS).
Esta idea de la importancia de la educación pública, corre por nuestras venas; está genéticamente en nosotros. Nuestros genes aman el desarrollo de la educación pública. Nosotros no nos sentimos en paz si la educación pública se cae. No estamos tranquilos si nuestra gente no puede educarse. Hoy lo que estamos dando es un paso más para que puedan educarse a los que más les cuesta educarse, porque son aquellos que – lamentablemente – las circunstancias no le han permitido acceder a un empleo formal y consecuentemente a todos los derechos que un empleo formal da. Pero lo que no han perdido esos trabajadores y trabajadoras ¿saben qué es? Es la dignidad de seguir trabajando y de seguir buscando mejores condiciones para poder crecer, en la sociedad en la que viven. (APLAUSOS).
Y yo valoro mucho que los formadores de éste programa, que motiva a otros a volver al estudio, a recuperar el estudio, a terminar su educación. Me alegra mucho que sean trabajadores de la economía popular porque eso sabe también lo que están demostrando. Que en la economía popular hay trabajadores y trabajadoras que pueden educar a otros. Que tienen también futuro por sí mismos, que se han educado y pueden educar a otros. Y lo que ahora nosotros debemos hacer, es que todos puedan seguir creciendo en su educación, no para terminar el Colegio Secundario o en la educación primaria, para que puedan ir a carreras Terciarias y conseguir allí mejores condiciones, para poder conseguir mejores trabajos. (APLAUSOS)
Nosotros tenemos una sola obsesión. Nuestra obsesión es producir y trabajar. Nosotros queremos empresarios que inviertan, arriesguen, den empleo, respeten a sus trabajadores. Y queremos trabajadores que disfruten de todos los derechos que en Argentina disfruta un trabajador. Y no puede haber trabajadores de primera y de segunda y lo que tenemos que lograr, es que los que hoy trabajan en la economía popular, sean parte de los empleos formales de la Argentina, eso debemos lograr. (APLAUSOS) Y lo que debemos saber es que eso puede demandar tiempo, pero… ¿seguimos? Puede demandar tiempo, pero lo que es necesario saber es que el tiempo que demore no obliga a nosotros a ver de qué modo organizamos el funcionamiento de la economía popular, que no puede seguir funcionando sin la organización adecuada y sin el reconocimiento que el Estado debe darle porque son parte de la Sociedad Argentina y por lo tanto, debemos atenderlos como parte de la sociedad que son. (APLAUSOS)
El que le habla - no voy a ser un hipócrita - es alguien que le costó entender mucho de qué se trataba esto de la economía popular. Hasta que lo vi. Hasta que empecé a recorrer cooperativas. Y vi cómo se asociaban allí hombres y mujeres que habían quedado desamparados, que el Estado les había dado un auxilio, pero que el auxilio no les alcanzaba. El auxilio les alcanzaba para asociarse a otros, unir fuerzas, ofrecer un servicio, ofrecer un trabajo y así mejorar sus ingresos. Y lo tienen que hacer objetivamente, muchas veces, al margen de ella formalidad ¿Cuánto tiempo más vamos a hacer de cuenta que eso no existe? Eso existe y hay que reglamentarlo y hay que hacerlo funcionar como corresponde, porque allí hay hombres y mujeres que necesitan una mejor vida y no lo van a lograr si seguimos haciéndonos los distraídos sobre la existencia de esa realidad. (APLAUSOS)
Así es que, para terminar. Estoy muy feliz hoy, estoy muy feliz porque estoy empezando a llamar la atención de los argentinos para que entiendan que hay una economía que se llama economía popular, donde hay personas, como ustedes. Hombres y mujeres valiosos, que son capaces de solidarizarse con sus iguales para ayudarlos a encontrar un mejor futuro. (APLAUSOS)
Y quiero decirles que el derecho a educarse, es un derecho para todos, para todos. No solamente para los que viven en la formalidad, es un derecho que les cabe a todos y a todas. Y por lo tanto, acá lo que estamos haciendo es decir que esos programas que llegaron a la formalidad, como los programas que dimos para terminar la escolaridad o para estudiar en las Universidades, tienen que llegar a todos; también a quienes trabajan en la economía popular. Para eso estoy acá. Para decirles que tengo orgullo de ustedes.
Nada hay más lindo que poder educar a otro. Nada genera una mayor satisfacción que sentir que el otro aprende y mejora con
Con lo que uno le brinda. Nada hay más lindo que transmitir el conocimiento de uno al otro. No hay mayor solidaridad que hacer que el otro aprenda. Muchas veces escucho decir, que nuestro pueblo es un pueblo sin destino. Algunos recomiendan dejar el país: " Vayámonos porque aquí no hay futuro" Hoy lo dije en José C. Paz. Pero cuando yo veo la cara de todos ustedes, veo los ojos de todos ustedes, los abrazo, o les tomo la mano a cada uno de ustedes o a cada una de ustedes, yo lo que siento es que es el mejor de los pueblos que hay en el Mundo. Al gran pueblo argentino, salud. (APLAUSOS)