Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el acto por el 76 aniversario del primer triunfo electoral del Peronismo, Avenida Güemes, provincia de Catamarca.
Muy buenas tardes a todos y a todas, gracias compañeras y compañeros, gracias a todos por estar aquí. Miren yo les pido que hagamos un ratito de silencio para poder escucharnos y para poder reflexionar con ustedes, que es lo que me interesa.
Allá corría enero y lo llamé al presidente, de nuestro Congreso Nacional… les pido que hagamos un minuto de silencio. ¿Puede ser compañeros gracias? Lo llamé a mi compañero de siempre, a mi amigo de siempre, a Gildo y le dije: “Gildo, vos conducís el Congreso Nacional, yo conduzco el Consejo Nacional del Partido y no puede pasar el 24 de febrero sin que nos reunamos, que reunamos a todos los compañeros y compañeras del país y que podamos hablar un poco sobre lo que nos pasó, sobre lo que nos pasa y sobre lo que tenemos que hacer. Y allí a Gildo le dije que teníamos que ir al Norte y así terminamos en Catamarca, con Raúl, así terminamos. Por eso estamos, aquí, Lucia, porque - como siempre digo – para mí el Norte no es un lugar más de la Argentina, si lo miro objetivamente al Norte es un lugar al que la Argentina olvidó durante muchos años y yo no estoy dispuesto a que lo sigan olvidando. (APLAUSOS).
Pero si lo miro para adentro, si me miro adentro mío, aquí en el Norte, en la provincia cómplice, en La Rioja, nació mi padre y tengo un enorme cariño, porque era chico y mi padre nos traía a La Rioja y a Catamarca a disfrutar de la belleza de estas dos maravillosas provincias. Así que para mí, hoy, es una gran alegría estar aquí con ustedes y compartir con ustedes catamarqueños, catamarqueñas, riojanos, riojanas este día tan singular para nosotros. Lo ha reseñado maravillosamente bien en su discurso, tanto Gildo como Lucia. Miren, aquel 24 de febrero del año 46, lamentablemente, las disyuntivas no eran muy distintas a las de hoy; nosotros los argentinos de entonces tenían que resolver si la Argentina seguía siendo ese granero del mundo, que le daba comida al mundo central o si la Argentina decidía industrializarse, crecer o desarrollarse. En aquel momento la consigna era: “Braden o Perón”. No es muy distinta a la consigna del presente: están los que queremos una Patria libre, justa, soberana y los que se conforman con rendirles cuenta al poder mundial. (APLAUSOS).
Nosotros sabemos que el mundo ha cambiado, sabemos que hay un mundo globalizado, pero sabemos que en ese mundo tenemos un país, que se llama Argentina, que tiene su propia dignidad, que piensa en su propio futuro y que es capaz de construir su propia igualdad, su propia justicia. (APLAUSOS).
Todo empezó porque en la secretaría de Trabajo y Previsión, a un presidente de facto, se le ocurrió poner al frente a un coronel, que en poco tiempo se convirtió en el coronel del pueblo, porque empezó a escuchar y empezó a darse cuenta que en esa sociedad había un gran número de personas – hombres y mujeres – que no estaban siendo incluidos. Ese coronel del pueblo empezó a ser reconocido por la gente y, un día, se convirtió en algo perturbador, en algo molesto y terminaron encarcelándolo, en la Isla Martín García, y cuando eso pasó salió el pueblo, a las calles, gritando: “Queremos a Perón” y así nació el 17 de octubre. ¿Saben cómo? Con el pueblo en las calles, como está hoy este pueblo, en las calles. (APLAUSOS)
Aquel 17 de octubre dio lugar a que, en elecciones libres, Perón ganara el 24 de febrero de 1946. Y Perón, a partir de ese día, empezó a dar los derechos, de los que Lucia hablaba recién, porque no todo es igual, eh, a partir de Perón. Porque con Perón los trabajadores tuvieron derecho a sindicalizarse y unidos en sindicatos ganaron en la capacidad negociadora, frente a los patrones, para ganar derechos y fueron ganando derechos. Y tuvieron derecho a las vacaciones pagas, tuvieron el aguinaldo, tuvieron derecho y acceso a la salud pública, porque con Perón conocimos a Carrillo y con Carrillo conocimos cuánto vale el Estado manejando la educación pública. (APLAUSOS).
En ese tiempo, aún en ese tiempo, las mujeres y los hombres no tenían los mismos derechos, pero Perón tenía una compañera que se llamó Eva, y Eva les dio a las mujeres el derecho a votar y a elegir y a ser votadas, como hacían los hombres entonces. Fue ese mismo peronismo el que permitió que todos pudieran acceder a la educación, no sólo en la educación primaria o secundaria, fue ese peronismo, fue ese General Perón el que hizo gratuita la universidad y por primera vez los hijos de los trabajadores llegaron a las universidades y entonces fue verdad que uno podía soñar con tener a mi hijo el Doctor. (APLAUSOS).
Después vino una Constitución, que se reformó que dio un montón de derechos a los que trabajan e igualó mucho más a la sociedad, pero vino una revolución que lo exilió a Perón, que lo sacó del poder, que fusiló a nuestros compañeros, que persiguió a compañeros y que por vía de un decreto, cambió la Constitución y volvimos al régimen de antes. Y tardamos 18 años en recuperar a Perón, que se fue al exilio, pero aquí había sembrado la semilla y esa semilla había germinado. Nos dijo, entonces, la organización vence al tiempo y los trabajadores lo entendieron y se organizaron en sindicatos y fueron esos sindicatos los que hicieron, que hasta el día de hoy, se mantuviera viva la llama del peronismo. (APLAUSOS).
Y hubo momentos singulares, como fue aquel regreso de Perón – en el año 72 – después de tantos años de exilio y ver salir a la juventud, yo era parte de ellos, con 13 ó 14 años ir a buscar a Perón, y pensaba Perón, en la Argentina y hubo una juventud extraordinaria que se movilizó, sabiendo que si los que hablaban tan mal de Perón habían generado un presente tan desastroso, Perón debería ser bueno y así que y lo siguieron y confiaron en él. Perón gobernó y murió y vino la tragedia, de la que habló Lucia. Y una vez más, nosotros los peronistas, con muchos otros argentinos, pero los peronistas, fundamentalmente, todos, fuimos perseguidos, fuimos encarcelados, fuimos exiliados, fuimos desaparecidos, fuimos asesinados. Y como decimos, cuando cantamos: “a pesar de las bombas y los fusilamientos, los compañeros muertos y los desaparecidos, no nos han vencido”. (APLAUSOS).
Volvió la democracia, a la Argentina, con sus problemas, con problemas difíciles, con problemas de endeudamiento, que nos dejó – allá en el año 2003 – cuando llegamos con Néstor al gobierno, en una situación caótica. Siempre recuerda Cristina que había más desocupados que votantes de Néstor y no nos dejaron ir a una segunda vuelta para que Néstor no consolidara su poder. Pero llegados al Gobierno, Néstor fue capaz de construir el poder. ¿Saben con quién? Con ustedes, con los hombres y mujeres, de la Argentina, con los jóvenes, con los que trabajan, con los que producen.
En aquel entonces tuvimos que salir de un default con acreedores privados, una deuda inmensa que representaba el 150 por ciento de nuestro Producto, y tuvimos que enfrentar el desafío del Fondo, porque nos olvidamos pero les debíamos más de 17 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional, negociados, yo que fui parte de esa negociación sé de la firmeza que tuvo Néstor, y cuando pudimos les pagamos al Fondo lo que le debíamos y les dijimos “ahora déjennos ser libres, decidir solos, y dejen que nosotros construyamos nuestro futuro.
Después vino Cristina, y Cristina siguió en la senda de Néstor, siguió, y si algo tuvo Cristina, que es algo central en el peronismo, es que siguió ampliando los derechos de los argentinos y de las argentinas. Así vino el Matrimonio Igualitario, pero vino también la Muerte Digna, vino también la Asignación Universal por Hijo, vino también la identidad de Género, vino también la Reforma del Código Civil, igualando y facilitando la vida de los argentinos, todo eso pasó con Cristina, todo eso.
Cristina se fue y éramos el país cuya deuda en moneda extranjera era uno de los más bajos del mundo, porque tenemos ese gen, no nos gusta endeudarnos, porque sabemos que cuando nos endeudamos perdemos capacidad de decidir. Pero ocurrió que en el 2015 ganaron los otros, con promesas, como decía Lucia, les hicieron creer a los argentinos que iban a recuperar un tiempo que nunca supimos cuál era, porque lo que vimos desde ese día saben qué es, compañeros y compañeras, vimos como la economía se concentró en pocos; vimos como los negocios de los amigos del Presidente no paraban de crecer; vimos como las autopistas se aumentaban para que el Presidente venda sus acciones al día siguiente, y gane plata con eso.
Lo que vimos después es el más formidable endeudamiento que la Argentina tuvo, le pidió plata a los acreedores privados, el día que los acreedores privados dijeron no te prestamos más porque no nos vas a poder pagar, se fue corriendo al Fondo Monetario Internacional, y en un minuto y medio endeudó a la Argentina en una deuda de 57 mil millones de dólares, eso fue lo que nos pasó.
Cuando finalmente volvimos al Gobierno con Cristina, ese era el escenario que teníamos, todo pasó tan rápido, cuando tuvimos solo noventa y nueve días para poder trabajar tranquilos. Después vino la pandemia.
En esos noventa y nueve días trabajamos muchísimo para resolver los problemas de los argentinos y nos olvidamos de muchas cosas, nos olvidamos por ejemplo que la deuda con los acreedores privados fue resuelta en plena pandemia, permitiéndole a la Argentina ahorrarse 38 mil millones de dólares en diez años. No olvidamos, y es razonable, porque la pandemia puso toda nuestra preocupación en la enfermedad, en el problema de la salud, nos dejaron un sistema de salud destruido, yo les doy las gracias a todos los gobernadores, a todos funcionarios, les doy las gracias a los dirigentes sindicales, que nos ayudaron a poner de pie un sistema de salud que no existía, y en tiempos récord, creamos hospitales, creamos hospitales móviles, pusimos más de 4 mil camas de terapia intensiva, distribuimos respiradores automáticos por toda la Argentina, tratando de conseguir lo que efectivamente logramos, logramos que ningún argentino que se enfermara, en el caso de enfermarse, no le faltara un médico que lo atendiera, no le faltara una cama en un hospital y una atención que enfermeras, médicos y médicas terapistas que los atendieron.
Eso no es mérito del Gobierno Nacional, eso fue mérito de una Argentina que se unió para luchar con la pandemia, no lo podría haber hecho sin los ministros que tuve, sin los gobernadores que gobernaron a la par mía.
Ahora llegó el momento en que empezamos a escuchar que la vacuna empezaba a descubrirse, y que era el mejor modo de inmunizar a nuestra gente, fuimos de los primeros países del mundo en empezar a vacunar, en un mundo absolutamente egoísta, que se guardaba el noventa por ciento de las vacunas para distribuirla entre el diez por ciento de los países, y fuimos a buscar vacunas a donde hubiera y las trajimos y empezamos a vacunar, y déjame contarse algo, Lucía, escuchen todos bien, para que todos entiendan lo que fuimos capaces de hacer. Días atrás la Organización Mundial de la Salud sacó un ranking de países con más de treinta millones de habitantes, y ese ranking tiene en cuenta cómo se vacunó a la población: los porcentajes más altos de vacunación son los que encabezan ese ranking. ¿Saben quién encabeza el ranking que marca el nivel de vacunación en los países con más de treinta millones de habitantes? La República Argentina. (APLAUSOS) Y eso es mérito de todos, a mí me tocó conseguir las vacunas, distribuirlas, y cada gobernador y cada intendente debió suministrarlas y también nos hizo falta que los argentinos no escucharan las voces alarmistas y creyeran en nosotros y se vacunaron. Hemos llevado adelante en ese Plan de Vacunación una verdadera epopeya.
Ahora nos queda el último desafío que tenemos que terminar, que es la negociación con el FMI, créanmelo no hay peor suerte para un país que estar endeudado con el Fondo Monetario Internacional, ahora entendamos bien quiénes son los responsables de este presente, porque no es este gobierno el que tomó esa deuda, este gobierno lo que hizo fue decirle al Fondo “no me des más plata, no quiero que me des, lo que querés es endeudarme, y lo que estamos haciendo hace dos años es negociando cabalmente con el Fondo para tratar de preservar aquello que me comprometí con ustedes, garantizar que el acuerdo con el Fondo fue una gran desgracia para el pueblo argentino. Y yo les digo a todos, al que quiera escucharme, que el acuerdo con el Fondo no reforma el sistema jubilatorio, el acuerdo con el Fondo no cambia el sistema legal del trabajo, de ningún tipo de flexibilidad para el trabajo; el acuerdo con el Fondo no trae tarifazos bajo su brazo; el acuerdo con el Fondo es un acuerdo con el Fondo, pero nosotros no nos vamos a resignar, vamos a seguir creciendo, vamos a seguir produciendo, vamos a seguir haciendo obra pública, vamos a seguir llevando educación a cada rincón de la Argentina, vamos a seguir desarrollando la ciencia y la tecnología, nada nos va a detener.
Yo les pido este 24 de febrero, miren, cuántos años han pasado y todavía estamos vivos, más vivos que nunca, yo les aseguro que tenemos un horizonte, les aseguro que este año recuperaremos la normalidad que la pandemia nos prohibió tener, catamarqueños y riojanos, el miércoles voy a estar de vuelta aquí, inaugurando el Ciclo Lectivo, porque la educación vuelve a pleno en la Argentina, cada chico en el colegio, cada maestro en su lugar de trabajo. Y así como pasa con la Educación, vamos a seguir haciendo lo que estamos haciendo, vamos a seguir con la construcción de las cien mil casas que ya empezamos a construirse a lo largo y a lo ancho de la Patria. Vamos a seguir llevando infraestructura, rutas, puentes, energía, a cada rincón del país, vamos a hacer de una vez por todas una Argentina federal donde podamos vivir los argentinos, vamos a hacer de una vez y para siempre lo que perón y Evita nos mandaron a hacer, vamos a hacer el país que nos merecemos.
Gracias compañeros, gracias compañeras, gracias por tanto afecto. (APLAUSOS)