Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, por el lanzamiento de la Campaña Nacional de Vacunación para la presencialidad en las escuelas, en Morón, Provincia de Buenos Aires
Muchas gracias, gracias. Buen día a todos y a todas, gracias por recibirme, gracias por recibirme en un lugar tan singular.
Empiezo por contarle a los que nos están viendo, la verdad estamos en un polideportivo maravilloso que lleva un nombre muy importante para un hincha de Argentinos Juniors, se llama Diego Armando Maradona. Ahora, este lugar que se lo ve muy nuevo, se lo ve espléndido, me contaba Lucas y me contaba Martín, que no sé por dónde anda, acá, mirá, adelante mío, el barbijo confunde. Me contaba que todo esto es el predio que originalmente fue siniestro, este era el predio de la Mansión Seré, un lugar trágico de la historia argentina, donde muchos argentinos y muchas argentinas padecieron la privación de su libertad, la tortura, y seguramente algunos perdieron la vida en ese tiempo ingrato de la Argentina. Es muy lindo ver que se ha preservado el espacio de la memoria, para que no olvidemos lo que nos pasó, pero se ha reconstruido un lugar de esperanza, de futuro como este y como otros que he visto que han hecho y que han convertido una majestuosa casa, y que alguna vez un intendente construyó para el óseo del intendente, en el lugar donde funciona la memoria, la Secretaría de Derechos Humanos, el lugar donde se reflexiona sobre el pasado y se proyecta el futuro.
Y la verdad es que no me dejó de impactar que en este lugar estemos haciendo, todo lo que estamos haciendo hoy, porque de aquel lugar trágico, estamos en este lugar de esperanza. Aquel lugar de dolor, es un lugar de soluciones este. Y el cambio es muy grande, y es muy necesario destacarlo, porque cuando la memoria se pierde, decía alguien, los pueblos que pierden la memoria están condenados a repetir su historia, y nosotros no podemos repetir la historia. En este caso, en materia de derechos humanos, tampoco podemos repetir historia en materias económicas. Por eso, la pelea, por más que algunos se disgusten, con el Fondo Monetario Internacional, donde firmemente decimos que queremos tener derecho a crecer, según nosotros creemos cómo debemos crecer. Tener memoria, simplemente tener memoria, y recordar en ese caso que cuando los ajustes llegaron, nuestro pueblo padeció. Y solo recuerden el 2001, lo que significó para la Argentina, y recuerden el ajuste más cercano que el Fondo le pidió a la Argentina hizo desaparecer el Ministerio de Salud, el Ministerio de Trabajo, el Ministerio de Ciencia y Tecnología, hizo perder tres baluartes centrales para el desarrollo de un Estado y de una sociedad. Yo celebro que todo esto esté ocurriendo hoy en lo que fue la tristemente Mansión Seré.
Ahora, parémonos en el presente. Este es un tiempo también donde estamos superando algo que le pasó a la humanidad, no le pasó a la Argentina, fue la pandemia. A veces no nos damos cuenta nosotros, no reflexionamos lo suficiente. La pandemia es un hecho que ocurre muy de tanto en tanto en la humanidad. Cuando yo miro para atrás, siempre digo que la pandemia más cercana que tuvimos fue la gripe española, gobernaba Irigoyen en aquel entonces, pero no tuvo la virulencia aquella pandemia que tuvo esta. Básicamente porque los virus se importan y viajan en aviones, en aquel entonces viajaban en barco, entonces llegaban mucho más lentamente el riesgo a la Argentina, pero acá llegó a gran velocidad, como en el siglo XXI llegó a gran velocidad en todos lados.
Y padecimos una pandemia muy trágica que afectó a la salud de millones de personas, y se llevó la vida de millones de personas, en el Argentina de 118 mil personas. Es una cifra escalofriante para la Argentina, no lo advertimos, pero nosotros hemos sobrevivido a esa pandemia, nosotros somos una generación de sobrevivientes de la pandemia, y como tales tenemos imperativos morales mayores, porque hemos tenido la suerte de sobrevivir a semejante desgracia. Esos imperativos nos obligan a ser una sociedad más justa, una sociedad más equitativa, y en los tiempos en que vivimos para que una sociedad se desarrolle, la educación, el conocimiento, el desarrollo de la ciencia y la tecnología son centrales. Sin educación no hay futuro, sin conocimiento no hay riqueza, sin desarrollo de la ciencia y de la tecnología uno se queda atrapado en el pasado. Las tres cosas para nosotros son tres temas centrales, por eso Salud volvió a ser un Ministerio, y por eso la Ciencia y la Tecnología volvió a ser un Ministerio, y por eso Educación tuvo la preponderancia que siempre le dimos, pero que había perdido, en los años que precedieron en nuestra llegada al Gobierno.
Ahora, la pandemia dejó al descubierto que muchos chicos dejaron de ver futuro en sus vidas, y la mayor cantidad de deserción escolar la advertimos en los dos últimos años del colegio secundario. Nosotros no creemos que, en la pandemia, los chicos que dejaron el colegio están deambulando por las calles de un barrio popular, o fueron reclutados como soldados para el narcotráfico, no creemos eso. Creemos que son chicos que están esperando una mano que los auxilie y los hagan retomar el rumbo de la educación. Entonces, cuando (Salto de Audio) fue Ministro, lo llamé, y que me corrija si en algo miento, le dije tu primera tarea es ir a buscar a todos los chicos que dejaron el colegio y volverlos a meter en el colegio, porque sin educación esos chicos no tienen futuro. Y así surgió esta idea de la Beca Progresar, que siempre fueron para estudiantes universitarios.
Conocí en la entrada a una joven que me contaba que había hecho toda su carrera, gracias a la Beca Progresar, y me llena de satisfacción que eso haya sido así, tal vez haya otro acá en este lugar, y en verdad uno siente que el Estado ahí hizo lo que debía hacer, le garantizó a alguien el acceso a la educación y le permitió ser alguien en una sociedad, y encontrar un futuro en su vida. Con esa idea, nosotros hemos lanzado este Plan Progresar, que lo ampliamos a los chicos que está terminando el colegio secundario, aquellos chicos que están cursando los dos últimos años de sus carreras secundarias, pueden acceder al Progresar. Ya se han inscriptos 400 mil, poco más de 400 mil, y esperamos que se inscriban más de un millón, ¿y qué queremos con esto? Facilitarles la vida a esos jóvenes en un tiempo donde la han pasado mal, y todos fuimos jóvenes, algunos son todavía, pero los que fuimos jóvenes sabemos cuánto deben haber padecido los jóvenes perdiendo la presencialidad en el colegio, perdiendo el vínculo con sus amigos, viendo limitadas sus capacidades de divertirse. Bueno, ese tiempo ha pasado, y el tiempo que viene es un tiempo donde debemos recuperar todo eso. El derecho de divertirse, el derecho de jugar al fútbol, el derecho de ir a una cancha de fútbol, el derecho de ir a bailar, el derecho de ir a una guitarreada, el derecho de ir a un recital, y fundamentalmente, el derecho a volver a estudiar. Y por eso, los incentivamos a que vuelvan a estudiar, y vamos a ir a buscarlos tendiéndole la mano, pidiéndoles piensen en su futuro, necesitamos que vuelvan al colegio, queremos ayudarlos a que vuelvan; de eso se trata la beca Progresar.
Ahora, también es cierto que esto ocurre mientras la pandemia con otras características sigue en pie, y para que todos podamos volver a la presencialidad plena es muy necesario que todos estemos vacunados. Cuando uno mira las estadísticas, cerca el 80 por ciento de las personas que hoy están internadas contagiadas de COVID-19 no tienen la vacunación completa o nunca se dieron la vacuna. Y entonces, uno ahí advierte la importancia que tiene la vacuna, la importancia que tiene la vacuna. Entonces, tenemos que pedirles a todos los chicos y todas las chicas que por favor se vacunen, y a todos los docentes, a cada maestro, cada maestra, cada profesora, cada profesor que por favor se vacunen, porque así podemos garantizar la presencialidad. Vacunarse es un acto de responsabilidad individual, si yo me vacuno alejo el riesgo de que el virus me contagie y me haga pasar un mal momento, pero es también un acto solidario, de cuidar al otro, de los alumnos cuidar a sus maestros, de los maestros cuidar a sus alumnos, de los alumnos cuidarse entre sí, porque si yo estoy vacunado mi exposición al riesgo es menor y la posibilidad de que yo me contagie disminuye y por lo tanto la posibilidad de que yo contagie a otros es menor. Responsabilidad individual y solidaridad, por las dos causas hay que vacunarse. Estamos por eso también ahora que empieza el calendario de vacunación en la Argentina, estamos iniciando este plan de vacunación argentina, como bien decía Lucas, tiene una ventaja sobre otras sociedades y es que tiene muy arraigada en su cultura, la cultura de la vacunación. Desde que somos chicos tenemos un cuadernillo que vamos viendo cómo nos vacunamos, qué vacunas nos hacen falta, en qué tiempo debemos vacunarnos. Cuando entramos al colegio revisan ese cuadernillo y nos dicen te falta la triple, te falta, no sé, cualquiera de esas vacunas que cuando éramos chicos sabíamos que debíamos darnos. Cuando yo era chico me acuerdo la importancia que tenía darse la vacuna Sabin contra la poliomielitis. Con esa cultura de vacunación que hemos logrado en la Argentina, logramos que seamos unos de los países que han logrado mayor inmunidad precisamente por el proceso de vacunación que ha llevado adelante, pero aun así quedan bolsones de la sociedad sin vacunar. Hay que ir, y hay que insistir para convenserlos de la necesidad de vacunarse.
Nosotros tenemos un objetivo este año, se lo dije cuando le pedí que se hiciera cargo del ministerio, la prioridad es que este año haya escolaridad y presencialidad para todos y todas jóvenes argentinos, que todos vuelvan al colegio, que todas vuelvan al colegio, y para hacerlo necesitamos de los docentes y a los docentes tenemos que darles escenarios seguros para poder trabajar, y esa seguridad solo la brinda la vacunación. Así que yo hoy quise estar presente porque estamos iniciando este tiempo de vacunación para regreso al colegio, porque quiero cuando empecemos esos 190 días pensemos en estudiar, en enseñar y en aprender, y no en el riesgo de contagiarnos. Estamos dando un paso importante, este es el comienzo. Hagámoslo entre todos y todas, entre todas y todos vamos a sacar adelante este país.
Gracias de verdad por esta oportunidad, gracias por recibirme en Morón, y los felicitos por la obra que han hecho. Muchas gracias a todos y todas. (APLAUSOS)