Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la inauguración de 12,6 kilómetros de la autopista Ruta Nacional 8, en San Antonio de Areco, prov. de Buenos Aires
Buenas tardes a todos y a todas; muchas gracias a todos y todas, gracias por estar acá, gracias por esperarme con este calor tremendo y estar en la ruta; la verdad mi gratitud eterna por estar acá. Gracias querido Intendente interino por recibirnos en su querido, en nuestro querido San Antonio de Areco, gracias Gustavo, gracias a los queridos compañeros de la UOCRA por el esfuerzo que hacen y por estar aquí, también presente en este día.
En realidad “Kato” me venía explicando lo trascendente de esta obra, esta obra es producto de que San Antonio de Areco creció mucho y la ruta – de repente – se convirtió en una avenida y empezó a pasar por el centro de la ciudad y eso era un peligro; el peligro del que hablaba Edith, inclusive. Y también era necesario porque cuando nosotros decimos que hay que cuidar la vida porque la vida hay que cuidarla siempre. Hay que cuidarla cuando viene una pandemia y hay que cuidarla, también, en las rutas, que es un lugar donde – lamentablemente – muchos encuentran el fin de sus vidas. Hay que hacer rutas seguras, lugares donde los que la transitan no tengan miedo de que allí pueda pasarles algo que lastime a sus familias o que acabe con sus vidas. Y en verdad este era un caso, una ruta muy transitada, como es la Ruta 8, que pasa por el medio de una ciudad muy importante, como es San Antonio de Areco y que además es ruta que une a muchas ciudades – como bien contaba recién Edith- ella, además, tenía la tarea enorme y la sigue teniendo, por lo que escucho, de llevar a chicos y chicas que estudian en escuelas rurales acá y que tienen que ir de un lugar a otro para llegar a sus escuelas, a profesores, maestros, maestras, docentes, que tienen que hacer eso, con lo cual – cuando nosotros inauguramos una obra como esta – no solamente agilizamos la comunicación terrestre, en este caso, facilitamos el transporte de carga y de personas, sino que garantizamos también la vida de quienes transitan por acá, porque el riesgo se aminora; después hay una cuota de responsabilidad en quién conduce, pero el riesgo se aminora si hay dos manos para un mismo lado y dos manos para el otro lado, donde el riesgo de pasar a un auto o a un camión se minimiza mucho.
Obras como esta se están produciendo a lo largo de toda la Argentina, que tiene - en este momento- más de 3.000 obras públicas en construcción y en todas las latitudes, pues no hacemos allí ninguna distinción de quiénes gobiernan, porque siempre pensamos que los que necesitan de esas obras son argentinos y argentinas. No importa cómo piensen. La magnitud de la obra pública, que hoy tenemos, es de tal envergadura que si uno lo puede medir teniendo en cuenta el empleo, de los trabajadores de la construcción. Hoy en día tenemos 380.000 personas trabajando en la construcción. Históricamente la obra pública ocupaba un tercio de esas personas; hoy estamos ocupando la mitad de esas personas.
Esto quiere decir que la obra pública ha tenido una velocidad tan enorme que hoy demandamos tanto de la obra pública, como demanda el sector privado a los que trabajan en la construcción y tenemos ya 380 mil personas, cuando la construcción ha llegado a superar un poco más de 400 mil en su mejor momento en el número de trabajadores, por lo cual aspiramos a que muchos más trabajadores y muchas más trabajadoras, porque ahora existen las albañilas, que trabajan mucho en la construcción de viviendas.
Ojalá que ese empleo siga creciendo y que todo este esfuerzo que hace el Estado por mejorar la infraestructura del país, sirva para que también el trabajo se multiplique. Silvina lo decía recién, acá nosotros vemos dos objetivos: tener una Argentina que produzca y una Argentina que dé trabajo.
Trabajo en la Argentina tienen muchos; trabajo formal tienen menos, y lo que nosotros necesitamos es que todos tengan un empleo, porque el trabajo formal garantiza todos los derechos para el que trabaja, da derecho a tener una jubilación digna, a los aportes patronales, da derecho al aguinaldo, da derecho a vacaciones pagas, una serie de derechos que el trabajo informal no da. Por eso yo siempre digo, cuando decimos que queremos cambiar planes por empleo, no estamos hablando de cambiar planes por trabajo, porque trabajar trabajan todos, unos en la informalidad y otros en la formalidad, y lo que nosotros queremos es que todos trabajen en la formalidad, porque así todos van a disfrutar del derecho que tienen un trabajador en la Argentina.
Creo que hoy estamos dando un paso importante, para San Antonio de Areco, para toda esta región, porque todavía nos quedan alrededor de 70 kilómetros, un poco menos de 70 kilómetros por delante, para culminar esta obra que viene mucho tiempo haciéndose, y estamos empeñados con Gabriel a que esta obra se termine durante nuestro mandato, así que vamos a ponernos todas las pilas, todas las fuerzas y todas las ganas para que esto lo podamos lograr, de ese modo vamos a unir Pilar con Pergamino de un modo más ágil, y esencialmente con más seguridad vial, porque de ese modo también estamos cuidando la vida de cada argentino y de cada argentina. Así que disfrutémoslo, una vez más les doy las gracias por haber estado aquí, celebren esta Ruta, disfrútala Edith, escuchaba recién con atención la historia que dicen que para ellos esto es una gloria, la verdad es un derecho que ustedes tenían como tenían todos los habitantes de este lugar. Pero recién la escuchaba contar una historia de vida, que para un porteño es difícil de entender, como debían pararse y debían ponerse los maestros a escuchar por delante y por atrás si venía un auto para poder indicarle a los chicos que crucen: eso es también la Argentina, y a esa Argentina hay que prestarle mucha atención, así que sin querer nos diste una lección a muchos.
Les agradezco a todos y a todas, que tengan un muy buen 2022, que estoy seguro va a ser el año que nos devuelva la confianza, la esperanza y el país que nos merecemos.
Gracias a todos y a todas. (APLAUSOS)