Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández en el acto de homenaje al ex presidente José Sarney, y con motivo del Día de la Amistad Argentina-Brasil. (por videoconferencia, desde Casa Rosada)
Buenas tardes a todos y a todas: tenía muchas ganas de poder participar, aunque sea de este modo remoto, en el día en que celebramos la amistad entre Argentina y Brasil.
Felicito al Embajador, Daniel Scioli, mi querido amigo, y a todo el equipo de nuestra representación – en esa linda ciudad de Brasilia – por esta iniciativa: reunir a argentinos y brasileros siempre resulta provechoso.
Nuestros países tienen un enorme y rico pasado, que nutre y consolida nuestra amistad, pero tienen un futuro mucho mayor aún, por el cual debemos trabajar. Cada una de estas ocasiones, nos permite renovar nuestros mutuos compromisos; para la Argentina, Brasil es muchísimo más que un país amigo, es nuestro presente y es nuestro porvenir, que se entrelaza con el de los brasileros.
Brasil, es el principal socio comercial, de la Argentina; trabajamos todos los días para que esta unión sea creciente, en beneficio mutuo, con la convicción de que no sólo es posible, sino que es absolutamente necesario.
Sepan que estamos orgullosos de que así sea, porque siempre creímos en la necesidad de profundizar la integración política y económica con nuestros hermanos de toda la América Latina. Nuestros pueblos se sienten hermanos y por eso impulsamos un regionalismo solidario, en materia política, económica y también social, porque que enfrentar las dificultades unidos nos hace mucho más fuertes.
Quiero simplemente renovar mi saludo y mi reconocimiento al señor presidente José Sarney, expresado en el otorgamiento más merecido de la Medalla “René Favaloro”.
El presidente Sarney, junto al presidente Raúl Alfonsín, fueron – en momentos en que la democracia volvía a la vida pública de las dos naciones – los verdaderos artífices de un entendimiento histórico entre nuestros países. Ese entendimiento permitió dejar atrás décadas de desconfianza; ese entendimiento se plasmó, posteriormente, en la creación del MERCOSUR. Mi gratitud, mi reconocimiento a ambos por el legado que nos dejaron.
Brasileros y argentinos nos tenemos en las buenas y nos tenemos en las malas; hemos construido juntos un verdadero hito para América Latina, que es el MERCOSUR. Hoy somos una zona de paz, que dialoga y coopera con el fin de construir en conjunto, un camino al desarrollo.
Tenemos deudas pendientes con nuestros pueblos y por eso debemos redoblar nuestros esfuerzos, trabajar juntos – codo a codo – para construir las respuestas que nuestras gentes necesita y se merece.
Una vez más vaya mi más afectuoso saludo para el hermano pueblo de Brasil; renovemos y fortalezcamos nuestra amistad. ¡Viva Brasil y viva Argentina!
Gracias a todos y todas.