PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, ALBERTO FERNÁNDEZ, EN EL EVENTO: “AMBITION FROM THE FRONTLINES: RECOGNISING CHAMPIONS WITH UNPD’S CLIMATE PROMISE”, ORGANIZADO POR EL PROGRAMA DE NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO, DESDE GLASGOW, ESCOCIA (MENSAJE PREGRABADO).
En esta triple crisis ambiental, social y económica, que estamos atravesando, se han expuesto y manifestado, todas y cada una, de las debilidades estructurales de nuestro modelo de desarrollo.
La acción climática debe alinearse con un desarrollo, que sea sostenible en todas sus dimensiones. Nuestro compromiso y convicción, en pos de la ambición creciente y la acción transformadora es plena, es total. La Argentina ha reafirmado – una y otra vez – su compromiso con el Acuerdo de París.
En diciembre de 2020, avanzamos en la presentación de nuestra Segunda Contribución Determinada – a nivel nacional – con el objetivo de limitar nuestras emisiones de gases, de efecto invernadero, a un nivel del 25,7 por ciento, inferior que la NDC, previamente comprometida, en 2016.
Adicionalmente, durante la Cumbre de Líderes sobre el Clima, allí en abril del 2021, anunciamos que Argentina aumentaría su meta al 2030, un 2 por ciento más.
También hemos diseñado un marco legal para erradicar la deforestación ilegal, y estamos promoviendo la adopción de tecnologías de punta para la reducción de emisiones de metano e impulsamos al hidrógeno como un nuevo vector energético.
Pero lo que quiero enfatizar – más que nada – es qué será posible si no atendemos la Espada de Damocles de la inequidad global. La reconfiguración de la arquitectura financiera internacional es imperiosa. Debemos impulsar sistemas de financiamiento que sean sostenibles, que promuevan mecanismos de pago por servicios eco-sistémicos para asegurar la conservación y restauración, de nuestros ecosistemas.
Además, debemos implementar el concepto de deuda ambiental; el canje de deuda por clima, es otro paso virtuoso para aliviar el peso de la deuda, en los países de ingresos medios y bajos, al mismo tiempo que contribuimos así, a la protección del medioambiente.
Un gran pacto de solidaridad ambiental, que tenga a los países de ingresos medios y bajos, en su centro, implica la emisión y reasignación voluntaria de Derechos Especiales de Giro (DEG), del Fondo Monetario Internacional. Parte de esos DEGs debe destinarse a la capitalización de los bancos regionales de desarrollo y así multiplicar su potencial de respaldar proyectos de cambio climático, a tasas concesionales.
El mundo ya no necesita promesas, necesita acciones; acciones que debemos tomar justamente ahora. Muchas gracias.
