Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, después de la firma de convenio con representantes de cámaras empresariales y de sindicatos del sector gastronómico y hotelero para compatibilizar programas sociales con empleo genuino, desde la sede de la UTHGRA, CABA
Buenas tardes a todos y todas, muchas gracias, gracias Luis por recibirnos en tu casa y gracias a los empresarios, que participan de este encuentro. En realidad estamos nosotros terminando un tiempo muy difícil, que fue un tiempo que nos tocó vivir a todos, fue un tiempo muy traumático, efectivamente. El mundo vivió un momento único – y espero – que irrepetible.
Yo siempre digo que cuando buscaba para atrás, a ver de dónde me podía agarrar de alguna experiencia, de alguien que hubiera vivido lo que me tocaba vivir a mí como Presidente no encontraba nada cercano. Lo más cercano era Sarmiento, que vivió la fiebre amarilla, que no fue una pandemia, pero sí fue una epidemia, que recorrió a la ciudad y a la Argentina y después Irigoyen que vivió la famosa gripe española, pero que no tuvo – ni por casualidad – la magnitud que tuvo esta pandemia, fundamentalmente porque las posibilidades de trasladarse de un lugar a otro eran mucho más complejas. Entonces el virus no viajaba, en los aviones, que fue como llegó, a la Argentina, el virus.
Y la verdad que uno tuvo que enfrentarse a una situación única, a una experiencia que nadie había tenido. Hoy, a la mañana, le comentaba a los productores vitivinícolas, que en esos días, yo recurría mucho a los presidentes europeos para que me contarán cómo hacían frente a la situación y a ellos mismos los veía sobrepasados por lo que les estaba sucediendo. Me acuerdo, que en un momento, hablé con Pedro Sánchez, cuando empezaron a abrir, en España, los hoteles y los restaurantes y él me decía: “mira, hemos abierto pero igual la gente todavía tiene miedo y no va y no ocupa y no va a un hotel, ni a un restaurante y todavía todo esto es lento”. Fue un tiempo muy ingrato, si hay una actividad que ha padecido este tiempo es precisamente la actividad turística, tiene una razón de ser, porque el turismo tiene que ver con el disfrute. Y justamente de lo que nos privó la pandemia fue del disfrute, nada más y nada menos, nos obligó a estar alejado del otro, a no abrazarnos, a no acercarnos, a no compartir un vaso de agua, no obligó a vivir aislado, nos obligó y entonces, claramente, tiene que haber sido el turismo el sector que más ha padecido, porque si hay algo que vende el turismo es el disfrute, es el esparcimiento, es pasar un buen momento.
Ahora, gracias a Dios, ese tiempo está terminando y eso es muy bueno, está terminando porque la ciencia encontró soluciones, porque nosotros pudimos acceder a esas soluciones y poco a poco nuestra vida, ahora que nos sentimos inmunizados por las vacunas que recibimos empieza a recuperar el ritmo habitual.
Y estamos deseosos de recuperar el disfrute, claramente, el tiempo de disfrutar, de reencontrarnos, de abrazarnos, de compartir y si necesitábamos una prueba lo acabamos de ver: este fin de semana largo, de cuatro días continuos, sin trabajo, sin la posibilidad de trabajar lo que ocurrió es que el turismo aumentó un 55 por ciento, en relación con la misma fecha del año 2019, no me comparo con el 2020, con el 2019, cuando no andaba el virus caminando entre nosotros. Y la verdad que yo lo celebro porque – francamente – como se los dije en Olivos, yo era más consciente que nadie que el sector más afectado era el sector de turismo, con todas las formas que plantea Luis, se llame un restaurante, se llame un bar, se llame un hotel, se llame el transporte terrestre y aéreo, todos han sufrido. Sufrieron, hoy, muchos de esos dueños de bodegas, que me contaron cómo las distintas rutas del vino padecieron, durante la pandemia, porque se quedaron vacías, vacíos sus restaurantes, sus hoteles, sus hospedajes.
Y en medio de todo eso – yo que era muy consciente – lo que intentaba era ver cómo, yo tenía una convicción, tenía como una suerte de certeza, que era que indefectiblemente, el tiempo difícil iba a pasar y que teníamos que mantener todo lo posible, lo que estaba en pie y entonces así se nos ocurrió la Asignación al Trabajo y la Producción (ATP), que fue participar del pago de los salarios de los empleados formales, en aquellos que lo necesitaban, no hicimos ninguna distinción y también pensamos en temas puntuales, que desde el ministerio de Turismo – que encabeza Matías – fueron llegando. Tal vez el primer gran dato fue el primer Pre-Viaje, que fue un gran impulso a que la gente se anime a salir y se anime a disfrutar de un poco de turismo y lo vimos en este enero, en este verano. Después vino esa segunda ola, que nos volvió a aplacar, y sacamos el segundo Pre-Viaje, que se convirtió en Pre-Viaje, también, ahora para los jubilados, a través del PAMI, y notamos lo que pasa.
Y yo creo, francamente, que la Argentina, está viviendo un proceso de recuperación muy grande, muy grande. Muchos dudaban de cuál iba a ser nuestro crecimiento, este año, y ahora dicen que el crecimiento puede estar por arriba de 7, de 7 y medio, el 8- aventura uno-, el otro día leía un informe que podíamos llegar a crecer, en el 9 por ciento. Yo lo que sí siento que la Argentina está creciendo, que la inversión es constante, en la Argentina.
Días atrás, estuve en una fábrica de autos, que tomó, en agosto, 700 nuevos empleados y que habilitó un segundo turno, como hacía años no había, en esa fábrica. Y hace un par de días, el martes si no me equivoco, estuvimos lanzando el plan de electro-movilidad y vi lo que está pasando, en todas las automotrices, que están moviéndose a un ritmo de producción increíble. Me contaba uno de esos CEO de una de esas empresas, que es la marca más vendida en la Argentina, cuando yo le pregunté cuánto estaban exportando, a Brasil, cuántas de tus exportaciones van a Brasil, que es el socio histórico en la compra de autos argentinos, es donde más vendíamos, autos argentinos, hoy es sólo el 30 por ciento, el resto es otros destinos, que se han abierto. Y allí también hay una demanda creciente de trabajo.
En verdad los que abrazamos la filosofía peronista, no conocemos otro modo de desarrollo, que no sea inversión, producción y trabajo, no conocemos otro modo, no lo conocemos. Para nosotros así las sociedades avanzan, y así se logra aquello que el peronismo hizo una y otra vez, que es facilitar aquello que llamamos la movilidad social ascendente, hacer que los hijos de los que trabajan, se vuelvan doctores, puedan capacitarse y tener una vida mejor que la que sus padres tienen. Para nosotros no hay otro modo, no hay otra manera.
La verdad es que muchos se esfuerzan en hacernos sentir, a nosotros - los peronistas - los responsables de la situación social, y también en ser responsables de los planes sociales que se dan, en la Argentina. Yo empiezo por aclarar que yo no creo que nadie que reciba un plan social no lo esté necesitando, y quiero aclarar que muchos de los que reciben planes sociales - en su inmensa mayoría - trabajan, en lo que pueden trabajar, pero cuando uno mira retrospectivamente, yo siempre cuento la misma historia para que podamos entendernos. Para nosotros, los que hacemos política, lo sabemos, cuando hacemos campaña muchas veces la gente, en los actos, nos entrega una cartita, nos pide algo, cuando hacíamos campaña – con Néstor – en el año 2003, eran los planes de Jefes y Jefas, nosotros recibimos 2.200.000 planes sociales de Jefes y Jefas, que fue un plan muy importante, porque supo paliar la necesidad de millones de argentinos, quiero aclararlo. Pero cada vez, que recibíamos una cartita, lo que nos pedía era un plan, necesito un plan. Y nosotros llegamos, al Gobierno, con más desocupados que votos. Néstor sacó el 22 por ciento de votos y 24 por ciento de desocupación había, en la Argentina. Y entonces, nos pusimos a trabajar y fueron cuatro años y medio de mucho crecimiento, en la Argentina, pues crecimos a un ritmo del 8 por ciento, anual, y se crearon casi 4 millones de empleos, en ese tiempo.
Cuando nos fuimos la desocupación del 24 por ciento había bajado al 10 por ciento, y cuando la gente nos dejaba una cartita en la campaña del 2007, lo que nos pedían era mejorar el trabajo, tener un trabajo mejor. Y un día le dije Néstor, “debemos haber hecho las cosas bien, porque pasamos de pedir los planes a que nos pidan un trabajo mejor. De los 200 mil planes nosotros en el 2007 bajamos los planes a 400 mil, después vinieron los años de Cristina, y hagamos memoria, cuando Cristina dejó el gobierno, menos de 200 mil planes había en la Argentina, y Argentina, en ese momento, los argentinos y las argentinas ya no le demandaban ni planes ni trabajo, ¿saben qué le demandaban?, no pagar Impuesto a las Ganancias, y el sindicalismo hacía paros para no pagar Impuesto a las Ganancias, cómo cambió, ¿no?
Ahora, los cuatro años posteriores, allí menos de 200 mil planes de Cristina se convirtieron en 750 mil planes, y ese número creció en 250 mil planes más, aproximadamente, durante la pandemia.
Hoy lo escuchaba al Papa, que hizo un discurso en Idea, o mandó un discurso a Idea, y dijo algo que muchas veces hablé en privado con él, está claro que nadie disfruta de los planes, está claro, los planes son una analgésico para pasar el momento, para pasar un tiempo, no puede ser la regla, tiene que ser una excepción, la regla tiene que ser el trabajo, la regla tiene que ser trabajar, pero no trabajar, porque los que reciben planes trabajan, cuando hablo de recuperar el trabajo estoy hablando de volver a recuperar un empleo formal, un empleo formal no es lo mismo que trabajar, un empleo formal a uno le garantiza obra social, le garantiza jubilación y le garantiza vacaciones y le garantiza un aguinaldo, la diferencia que hay es muy grande. Y nosotros lo que tenemos que hacer es todo lo necesario desde el Estado para hacer lo que hicimos, en verdad nosotros quisimos preservar los hoteles, los restaurantes, porque sabíamos que iba a llegar un punto en donde esto se iba a terminar, iban a tener que volver a trabajar rápidamente, como dice Luis, yo creo que va a ser más rápido, yo también creo que va a ser más rápido de lo que muchos esperamos, y por eso hicimos todo eso, porque estábamos convencidos. Ahora lo que nosotros necesitamos es que ese tiempo de mejora económica, macroeconómica que se ve, se sienta en la calle, llegue a los que más lo necesitan. ¿Y qué es lo que más necesitan los que necesitan: ¿un empleo, un empleo como corresponde? Pensar que en el siglo XXI alguien no encuentra un lugar donde encontrar su sustento diario es imperdonable, tenemos que hacer una enorme crítica como sociedad.
Así que nosotros estamos empeñados en ese esfuerzo, en recuperar la producción y por eso necesitamos de los empresarios, que tengan confianza, que inviertan, que sepan que hay un Estado que los va a proteger y los va a cuidar, y que distribuyan, como hicieron recién, con el cincuenta por ciento de aumento que acaban de firmar. (APLAUSOS) Eso es lo que hace falta, eso es lo que necesitamos y en eso estamos empeñados.
Esto que estamos firmando hoy es algo que venimos trabajando con Juanchi y con Claudio, y con las organizaciones sociales, lo veo acá a Emilio, la verdad que lo que nosotros buscamos es lo mismo que buscan ellos, es cambiar planes por empleo, y lo que estamos buscando es un mecanismo por el cual el Estado no lo haga elegir a alguien entre el plan y el empleo por el riesgo a perder una cosa y quedarse sin la otra, entonces ver cómo asociamos el esfuerzo del Estado y de los que emplean, para que empecemos a poco a poco, pero tan rápido como podamos, lograr que los que tienen un plan tengan empleo, y es formalizar a la Argentina. Nosotros estamos empeñados en eso, absolutamente, desde el primer día, solo que en el medio ocurrió algo que nadie esperaba y que nos postergó, que dilató muchas de las ideas que teníamos en mente el 10 de diciembre del 2019.
Ahora lo que tenemos que hacer es en estos dos años que nos quedan para cumplir este mandato, es poner todo el esfuerzo, multiplicar todos nuestros esfuerzos para hacer lo que en estos dos años un virus no nos dejó hacer, eso tenemos que hacer, ¿y cómo hacerlo?, como lo dije hoy a la mañana, miren, nosotros últimamente hemos sacado la Ley de Compre Argentino, que le obliga al Estado a privilegiar a las empresas argentinas y comprarles a las argentinas antes que a las extranjeras, ¿por qué lo hacemos?, porque de ese modo garantizamos el trabajo argentino.
Sacamos la Ley de Hidrocarburos, que es una ley que viene acompañando un plan, que es el Plan Gas 4 y que tiene el propósito de que la explotación de Vaca Muerta se incremente, y que nos esté dando lo que nos está dando, cuando en todo el mundo hay una crisis energética por falta de gas, la Argentina tiene gas suficiente, y no tuvimos que acudir a la importación de gas líquido, después de muchos, producto de este plan que desarrollamos, donde muchos empresarios invirtieron, dieron trabajo y sacaron más gas, ganaron los empresarios, ganaron los trabajadores y ganó toda la Argentina.
También mandamos al Congreso una ley que fue la ley de Desarrollo de la Agroindustria, y por primera vez pudimos ponernos de acuerdo en una mesa los que producen granos y oleaginosas, los que producen esos granos, reconvierten esos granos en oleaginosas y alimentos, ponernos a trabajar en un plan donde todos ganen.
Después sacamos el Plan de Electromovilidad, que es empezar a desarrollar autos eléctricos en la Argentina, y lo hicimos de acuerdo con todas las empresas automotrices.
Hace días firmamos con la Construcción un plan parecido a ese, donde los empresarios de la Construcción se comprometen a dar un cupo de trabajo a los que hoy tienen un plan del Estado, para que recuperen el trabajo formal. Y hoy firmamos este acuerdo, en una actividad que yo no tengo ninguna duda tiene por delante años muy exitosos, porque tantas ganas de disfrutar contenida se notan, se nota cuando uno ve los bares llenos, los restaurantes que han (salto de audio), y yo lo celebro, aunque me incomode, el otro día en Puerto Madero quise pedir algo y no me lo quisieron traer, pero bueno, lo celebro.
Yo creo que estamos dando un paso muy importante, y el modo de hacerlo es como ha ocurrido todo esto, unir el esfuerzo de los empresarios y las empresarias, de los trabajadores del sindicato, de las trabajadoras, en un sindicado donde además más del cincuenta por ciento son mujeres, y eso es también algo para celebrar, y el Estado haciendo la parte que le corresponde.
Nos ha pasado algo muy trágico, nosotros no tomamos conciencia todavía de la tragedia que vivimos, cuando a uno le toca vivir una tragedia no toma la dimensión de lo que nos ha pasado, pero nos ha pasado algo que en la humanidad no suele ocurrir, somos todos nosotros sobrevivientes de una pandemia, algo tiene que habernos enseñado este tiempo trágico que nos tocó vivir. ¿Saben qué quiero que hayamos aprendido? Que divididos no vamos a ningún lado, que hace falta que nos sentemos en una mesa y discutamos lo que tengamos que discutir, y si tenemos diez puntos de discusión y estamos de acuerdo en seis, esos seis acordémoslo y sigamos discutiendo los cuatro, que no se conviertan los puntos de discordia en puntos de división. Lo que nosotros tenemos que hacer es profundizar los acuerdos y dejar de profundizar los desacuerdos, que es lo que hacemos como país, aprendámoslo, tenemos una oportunidad única de construir otro país y otra sociedad, con más igualdad y con más justicia y con más compromiso de todas y de todos, está en nosotros. Yo que soy uno más de ustedes no quiero dejar pasar esa oportunidad, por eso estamos haciendo todo esto, y lo que les pido es que tengan certeza que puede haber un mundo mejor y puede haber un tiempo mejor, pero depende de todos nosotros: hagámoslo. Gracias a todos y a todas. (APLAUSOS)