Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el cierre de la Convención Anual 2021, de la Cámara Argentina de la Construcción, en La Rural
Buenas tardes a todos y todas; gracias por invitarme, por poder participar de este encuentro: es un buen momento para que reflexionemos juntos, un poco sobre lo que nos ha pasado y un poco sobre lo que nos debe pasar y todo lo que tenemos por delante, pues estamos en el mundo de los constructores y todo lo que nos queda por construir en este país, en este mundo, que no la ha pasado fácil.
Venimos de superar un tiempo de mucho dolor, de mucha enfermedad, de muchas pérdidas, que afrontamos con mucho esfuerzo. Cuando llegamos al Gobierno – allá en diciembre de 2019- estábamos muy convencidos de que para poner de pie, a la Argentina, la obra pública, la construcción era un elemento central por ese contenido movilizador de la actividad de la construcción.
En campaña anuncié que iba a poner de pie, a construir un ministerio de Vivienda, que hoy conduce Jorge Ferraresi, y lo hice advirtiendo la necesidad que tiene la Argentina, los argentinos, las argentinas de tener un techo propio, donde cobijarse, junto a sus familias y lo hice también convencido de que ese era un camino propicio para poner en marcha una economía que venía – definitivamente – apagada y que había que encender, como recordaba yo, en aquellos días; apagada porque todo se había retraído, el proceso de endeudamiento vivido dejó paralizada muchas actividad y condicionaba mucho al Estado para poder desarrollar obra pública y llegamos con toda nuestra vocación y convicciones, hasta que – a los 99 días – cayó ese tiempo de dolor, que fue la pandemia. Aún así, desde el año pasado, empezamos a trabajar fuertemente, con la obra pública, porque la verdad que la Argentina es un país grande y en verdad necesita de la obra pública muchos sectores, muchos espacio geográficos del país para poder garantizar el desarrollo. Y empezamos a trabajar y los resultados son un poco los que acaba de mencionar el presidente de la Cámara, que tienen que ver con una inversión que aumentó, desde para del Estado; con la creación de nuevos puestos de trabajo, pero que necesitamos que, hoy, recuperen un vigor, una fuerza, que la Argentina, necesita para terminar de ponernos de pie.
Ahora que la pandemia ha pasado, la pandemia volvió a instalar entre nosotros algo que yo quería superar – aquel 10 de diciembre de 2019 – que era la confrontación, y recupera el diálogo y recuperar espacios de encuentros. La pandemia nos volvió a poner en veredas diferentes, nos puso a confrontar. Tanto dolor y tanta pena tiene que habernos servido para pensar en un mundo de otro modo y para pensar – ustedes que son constructores – en ver cómo construimos ese mundo hacia adelante.
Me parece que lo primero que tenemos que construir son puentes; el primer puente que tenemos que construir es el puente hacia el diálogo, hacia el consenso. Allí hemos trabajado mucho –junto a la Cámara de la Construcción - en el Consejo Económico Social y hemos logrado definitivamente avances importantes, muy importantes, porque estamos convencidos que la Argentina, del futuro, se construye a través del diálogo y se construye escuchándonos.
En estos días, después de la elección Primaria, yo me ocupé de salir a la calle y de escuchar, porque es tiempo de escucharnos, de terminar con los gritos altisonantes, y aprender a escucharnos entre nosotros para saber qué nos pasa, porque hemos vivido una época muy conmovedora, también en lo afectivo, también en lo personal y es buena escucharnos. Y escuchando uno advierte percepciones que otros tienen y uno no tuvo y es tan necesario ponerse en el lugar del otro y en los zapatos del otro para saber cómo caminar seguros hacia el futuro, es tan importante. Y me he ido a escuchar a vecinos, hombres y mujeres comunes, algunos trabajadores de la construcción estaban en esos encuentros para ver exactamente cuáles son las expectativas que – de inmediato – deben ser atendidas. Escuchar y gobernar, a escuchar y gobernar yo le digo que sí; y le digo que no a la idea de encerrarnos, a la idea de creer que debemos gobernar sin escuchar al otro; le digo que no a la altisonancia del diálogo, le digo que no al ruido del que solo se queja y llama a la queja, y le digo que sí al diálogo constructivo, al hermanarnos en la construcción de un país, que nos cobije a todos.
Yo creo que ese puente hacia el diálogo político, económico, social lo estamos logrando y que el Consejo Económico Social ha sido un gran espacio para poder lograr eso. Allí trabajamos leyes que – en los últimos días –se conocieron, desde la Ley de Hidrocarburos, hasta la Ley para el Desarrollo Agrobioindustrial, leyes todas discutidas en esa mesa, con mucha razón de ser, con mucho sentido. Logramos, también aumentar el Salario Mínimo, Vital y Móvil, en un acuerdo que se logró por unanimidad de todas las cámaras empresarias y de todas las centrales sindicales. Yo sigo reivindicando el diálogo como el camino mejor para poder alcanzar la Argentina, que soñamos.
También, debemos plantearnos un puente, construir un puente hacia la Argentina productiva y dejar atrás la Argentina de la especulación, de esa Argentina venimos, esa Argentina nos costó millones de dólares fugados, algunos que en los diarios, hoy, vimos cómo duerme el dinero argentino, en paraísos fiscales, dineros que se fugaron, de la Argentina y que nosotros necesitaríamos tenerlo aquí para poder producir, para poder seguir construyendo, para poder seguir avanzando.
Nada es más virtuoso que el capital que se invierte, que produce, que convoca al trabajo, que esa unidad entre el capital y el que trabaja se convierta en más producción; que esa producción crezca y que exportemos todo lo que podamos, es nuestro mayor anhelo. Acá en la Argentina con la construcción nosotros apostamos a eso, por eso dijo bien el Presidente de la Cámara, nosotros este año multiplicamos por dos la inversión en obra pública, y el año que viene volvemos a aumentarlo, porque seguimos creyendo en la necesidad de la obra pública, como creemos en la necesidad de la construcción de viviendas. De acá a fin de año vamos a tener en ejecución más de cien mil viviendas, y lo que esperamos con esto Gerardo es que la cantidad de empleados de la construcción crezca exponencialmente, estamos convencidos que ese es el camino. Sabemos que tenemos la Ley de Fomento del Crédito Hipotecario, y sabemos que tenemos que trabajar para que el crédito hipotecario vuelva a la Argentina, y se convierta en un canal de acceso a la vivienda y no en un martirio para los argentinos, o en un sueño imposible de cumplir, y vamos a trabajar para que esa ley salga rápidamente.
Y sabemos también todo lo que hemos hecho en este tiempo, trabajando la Cámara con la SIGEN, para mejorar procedimientos, para dotar de más transparencia la contratación de la obra pública. A nosotros no nos pesa licitar obra pública, porque lo hacemos de verdad con todas las reglas de transparencia que el tiempo exige, y lo hacemos muy convencidos, y lo que queremos es que eso siga creciendo y que podamos seguir trabajando en procura de que el dinero de la obra pública termine en obra pública; que se eviten los mecanismos de cartelización que alguna vez existieron; que puedan participar todos los constructores: eso es lo mejor que nos puede pasar como país y como sociedad, poder reconstruir un sistema de obra pública donde el Estado contrate y el sector privado haga su trabajo, con las reglas de mayor transparencia. Y lo hicimos, inclusive en ese trabajo con la SIGEN que ha hecho la Cámara, lo que nos ha permitido es encontrar mejores caminos para darle más fuerza y más transparencia, y yo lo celebro, es un acto de responsabilidad del Estado pero es un acto de responsabilidad empresarial que yo celebro.
Hay un tercer puente que debemos construir, que es el puente de la justicia social. Cuando yo hablaba de la necesidad de poner en valor a la obra pública y de darle virtualidad a la construcción, lo hacía con la convicción de que definitivamente la construcción tiene algo virtuoso que es multiplicador en materia económica; cuando hablamos de construcción hablamos de gente que produce cemento, que produce ladrillos, hablamos de gente que produce madera, hablamos de gente que produce vidrio, hablamos de productores de acero, hablamos de productores de aluminio, es realmente una actividad que convoca a tandas actividades que confluyen en esa actividad de la construcción, que definitivamente debemos valorarla, debemos valorarla y mucho. Y tiene ese efecto multiplicador del trabajo que realmente admiramos.
Nosotros definitivamente no nos hace feliz que en la Argentina haya tantos hombres y mujeres que perdieron su trabajo en otro tiempo y hoy viven de la asistencia del Estado, y lo que debemos hacer es lo que empezamos a hacer ayer, acá en este ámbito, que es ver cómo convertimos planes sociales en empleo, devolverle dignidad de trabajo a quien en su momento lo ha perdido, y reconstruir la cultura del trabajo, que en muchos casos se fue perdiendo. Avanzamos primero con los trabajadores rurales, aquellos trabajadores golondrinas que se necesitan para la cosecha, y dijimos “vayan a trabajar sosteniendo su plan, pero vuelvan a trabajar”. Seguimos después con la construcción, eso que ayer pudimos plasmar en un acuerdo. Espero que sigamos mañana con los gastronómicos y los trabajadores de hotelería, y espero que pronto tengamos un decreto marco que permita que un empleador pueda recurrir a alguien que tenga un plan social y pueda darle trabajo, porque lo que nos importa es recuperar el trabajo, no sostener el plan social. ¿Eso quiere decir que vamos a terminar con los planes sociales? No, así no, mientras que los argentinos los necesitan seguirán teniéndolos, pero lo que sí debemos recuperar es la cultura de trabajar, eso debemos hacerlo.
Yo siento que hoy que celebramos este encuentro, esta Convención Anual de la Cámara de la Construcción, que por distintos motivos hacer años que no se celebraba, es muy bueno que nos demos cuenta lo importante que significa la obra pública, la construcción de viviendas, la construcción en sí, para el desarrollo y para que la economía tome vigor.
Cuando hablo del empleo que se genera, de lo que estoy hablando es de darle virtualidad al empleo en sí. La verdad del dilema no es discutir si hay una economía formal y una economía popular, en verdad ese no es el dilema, el dilema es ver por sobre todas las cosas si podemos salir de la economía de la especulación y pasar a la economía que produce, porque si triunfa la economía que produce, el trabajo va a existir, el empleo va a existir. Yo ya lo viví, siempre recuerdo mis años de Jefe de Gabinete, cuando llegamos 2.200.000 planes había en la Argentina, y cuando nos fuimos dejamos 400 mil, en el medio generamos millones de puestos de trabajo, no el Estado, la economía que crecía a un ritmo del ocho por ciento. El secreto siempre es la economía, y la construcción tiene mucho que ver con el desarrollo de la economía, y también con el desarrollo social, porque puede dar mucho empleo a argentinos y argentinas que lo necesitan.
Por lo tanto, este paso que estamos dando después de tanto tiempo de dolor y de sinsabores, démoslo con mucha convicción, no pensemos en lo que cuesta una indemnización el día de un despido, pensemos en que el trabajo se genere, pensemos en eso por sobre todas las cosas, yo le digo que sí al trabajo, y le digo que no al desempleo.
Yo les pido que unamos fuerzas, que las fueras sean decirle sí al diálogo y no a la obstrucción permanente, que digamos sí al que invierte y no al que especula, que le digamos sí a la Argentina que nos merecemos, y digamos no a la Argentina que tantos dolores nos trajo.
Gracias a todos y a todas por haberme invitado. (APLAUSOS)