Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el acto del Frente de Todos, desde el teatro Auditorium, en Mar del Plata, provincia de Buenos Aires.
Gracias, muchas gracias a todos y todas; y yo a vos y a todos ustedes los quiero mucho: le contaba a Fernanda, que es oriunda de Mar del Plata, que este es un lugar singular, acá habló Néstor cuando se hizo la Cumbre de las Américas, cuando América Latina se puso los pantalones largos y le digo No al ALCA. Y habló Néstor acá, donde está hoy Verónica, y dio un discurso magnífico; donde está sentado ahora el “Chuqui”, estaba Raúl Alfonsín y al lado estaba yo. Este es un lugar imborrable para mí, fue un momento imborrable, lo digo francamente. Tuve la suerte de haber sido el Jefe de Gabinete de Néstor y aprendí de la mejor política. Ahí, ese que habló, Máximo, se sentaba a comer en nuestra mesa, yo era invitado generosamente por la familia y Máximo venía con sus planteos, iguales a los de ahora, era un chiquilín y nos arruinaba el almuerzo a Néstor y a mí con sus planteos. Sus planteos siempre fueron los mismos, siempre fueron planteos de más justicia, de más igualdad, de más equidad, en una sociedad profundamente injusta. Y yo le decía a Néstor: “che, este es la conciencia crítica nuestra. No lo invitemos a comer más porque nos arruina los almuerzos”. (APLAUSOS)
Y la verdad que me encanta haberlo visto crecer y verlo hablar como habló hoy, ese gran Máximo, digno hijo de Néstor y de Cristina, digno hijo. (APLAUSOS).
La verdad que en medio de todo esto yo quiero proponerles que me dejen pensar en voz alta, porque la verdad para muchos, el domingo, hay una votación, pero para mí es la mitad de mi mandato y me gustaría pensar con ustedes y contarles que fue para mí la mitad de ese mandato. Porque todos los que llegamos acá, llegamos el 10 de diciembre, con una idea muy distinta a la que tuvimos que enfrentar después, muy distinta. Vinimos con un enorme impulso, pusimos la Mesa del Hambre – con Daniel, con “Vicky” – veníamos preocupados por lo que evidentemente era el problema mayor, que tenía, la Argentina, que era el hambre, y nuestra mayor preocupación era hacer crecer un salario que se había caído a pedazos, en los cuatro años anteriores. Y teníamos que hacer frente a una deuda con acreedores privados que nos acosaba, que nos obligaba a tener que buscar una solución y pusimos todo nuestro empeño, durante los 99 días que la Argentina estuvo sana; al día 99, la Argentina se nos enfermó, como le pasó al mundo por la llegada de la pandemia. Ahora en esos días empezamos a hacer cosas, de hecho – en 99 días – el salario real se recuperó 6 puntos, en solo 99 días, pero después, la pandemia nos lo hizo perder nuevamente.
Si uno mira, hoy, el salario real está igual, que en diciembre del año 2019. ¿Saben por qué no se cayó más el salario real? Porque la verdad que estuvimos muy presentes para que no cayera el salario, porque nosotros no creemos en una economía donde el ajuste se le haga a los que trabajan, no creemos en eso, definitivamente no creemos en eso. Y por eso, hasta el día de hoy, las paritarias están abiertas, porque lo que queremos es que los trabajadores discutan con los patrones y le ganen a la inflación con su sueldo. Eso es lo que nos importa y eso tiene que ver con un modo de percibir el país, que uno quiere. (APLAUSOS)
¿Saben por qué Axel dice que quieren parar las indemnizaciones? Porque para ellos trabajar es un costo, por eso dicen eso y para nosotros no, para nosotros está el capital y el trabajo que se asocia a un proyecto común, que es una empresa, que es el Estado, hay alguien que invierte en capital y hay alguien que hace su aporte en trabajo. El trabajo no es un costo, es un aporte para el crecimiento, entiéndanlo de una vez por todas. (APLAUSOS). Y como es un aporte central para el crecimiento necesitamos que los trabajadores tengan sus derechos reconocidos, no lo aprendimos para esta elección, eh, pues – desde que militábamos, en el colegio secundario – sabemos que esto es así. Somos parte de un movimiento que salió, a la calle, a vitorear a un coronel del pueblo, que le daba derechos a los que trabajaban. Dense cuenta si nosotros nos vamos a preguntar cuál es la condición del trabajo, en una sociedad. El trabajo para nosotros es dignidad, es lo que le da dignidad al ser humano. Que, en el siglo XXI, uno no tenga dónde encontrar el sustento diario para él y su familia es un tema que nos inquieta, nos preocupa, nos interpela, no nos deja vivir en paz. Sabemos que los planes han sido una solución de emergencia, pero no es con planes que se resuelve el problema; el problema se resuelve con creación de trabajo. No hay otra manera. (APLAUSOS).
Pero ocurrió – les decía – que al día 99 tuvimos que enfrentar una pandemia y la pandemia nos cambió todo y de repente – con Axel – hicimos un curso rápido, con buenos profesores – debo admitir – que nos enseñaron de qué se trataba hacerse cargo de una pandemia y qué significaba que un virus nos contagiara como nos contagiaba. Miré para atrás a ver quién en la historia había tenido una experiencia parecida a la que Axel y yo enfrentábamos. Cuesta. Entonces a cada argentino y a cada argentina, que se enfermaba, con un Estado que estaba en virtual estado de desaparición, lo habían destruido: el ministerio de Salud no era ministerio. Ahora lo escucho al que era ministro de Salud, devenido en secretario de Salud, decir que - en verdad - en aquel gobierno, la salud no era prioridad y lo dicen y lo cuentan. Y es candidato ahora, quiero aclarar, pero además de eso pasaron cosas increíbles.
Por ejemplo, nos encontramos con los galpones, de la Aduana, llenos de vacunas vencidas, que habían comprado y no habían retirado nunca, y que permitieron que una enfermedad – como el sarampión – volviera a instalarse, en la Argentina. No creían en la salud y así nos dejaron el estado en el que dejaron el sistema de salud argentino.
Un día apareció la pandemia – vino “Kato”, que vi que estaba allí, en Junín - Gabriel Katopodis- y me dijo: “hay dos hospitales que están casi terminado desde el 2015, en La Matanza, pero ellos nunca los terminaron, y allí fuimos, y cada hospital que había quedado en esa situación en cualquier lugar del país fuimos a terminarlos, y como la demanda era muy grande, casi treinta hospitales modulares distribuimos en todo el país para poder atender gente, eso significó poner más de tres mil camas de terapia intensiva en la Argentina, ¿para qué?, para que no nos pasara lo que las imágenes nos mostraban, para que nadie se quedara sin la atención médica necesaria en el momento en que lo atrapara el virus. Lo hicimos, con mucho esfuerzo, vino un día Ginés y me dijo “hay que cerrar la exportación de respiradores automáticos”, y ahí supe lo que era un respirador automático, soy un abogado, dejo constancia. Y ahí lo supe, y me enteré que en Córdoba había dos hermanos, que no conozco, pero que eternamente les voy a agradecer, un médico y un ingeniero, me cuentan que eran, que se habían asociado para hacer respiradores automáticos. No solo cerramos las exportaciones, cerramos las exportaciones porque privilegiamos la salud de los argentinos, a los primeros que teníamos que cuidar era a los nuestros, y si esos respiradores nos hacían falta a nosotros, que quedaran en la Argentina y que no se fueran. (APLAUSOS)
Pero ustedes dirán, finalmente le pagaste a los dueños de esa empresa los respiradores, claro, se los pagamos como correspondía, pero a ellos les pedimos que necesitábamos en ese momento que aceleraran la marcha de producción de esos respiradores, porque necesitábamos mucha cantidad, y trabajaron las 24 horas del día, con trabajadores cordobeses hasta darnos los tres mil y pico de respiradores que la Argentina necesitó y que distribuimos equitativamente en cada rincón de la Argentina, sin preguntar cómo pensaba el que gobernaba. (APLAUSOS)
Cuento esta historia porque en medio de tanta tragedia es una historia hermosa, de dos hermanos que unieron sus saberes, el saber de la medicina y el saber de la ingeniería, construyeron esa tecnología, y cuando el pueblo argentino necesitó trabajaron 24 horas con sus trabajadores denodadamente para darnos los respiradores.
Y seguimos, seguimos peleándola, en una situación muy adversa, porque veníamos con una economía destruida y nos pusimos a pensar qué va a pasar con los que no pueden trabajar. Entonces fuimos con otros auxilios, y así surgió el ATP, que lo que hizo fue sostener pequeñas y medianas empresas que de otro modo hubieran cerrado, fuimos a pagarles gran parte del sueldo de esos trabajadores de esas pequeñas y medianas empresas; fuimos a garantizar el trabajo formal en la Argentina, claro que lo hicimos, lo hizo el Estado, ¡orgulloso de que hicimos estoy, orgulloso de haber salvado miles de pequeñas y medianas empresas, orgulloso de haber salvado el trabajo de los argentinos! ¿Y saben por qué estoy orgulloso? Porque escucho por televisión a empresarios que hoy cuentan que en los cuatro años anteriores, cuando la importación se abría, y llegaban tejidos, ropa de China y arruinaban la industria textil, la industria del calzado, decían “a este ritmo voy a tener que cerrar y despedir gente”, la respuesta que recibían del Ministro de la Producción era despedirlos, alguien los va a tomar, y así hicieron lo que hicieron, así cerraron 23 mil pymes, así les hicieron creer a los argentinos que debían reconvertirse en emprendedores, y los dejaron como monotributistas. No quisimos que ninguna pyme se cierre, somos peronistas, sabemos de qué se trata trabajar y fomentar la producción. (APLAUSOS)
La pandemia siguió avanzando, yo lo conocí a Axel en el año 2018, tuvimos primero un encuentro donde contrapusimos opiniones y no nos pusimos muy de acuerdo, pero con el correr del tiempo fui admirando su enorme capacidad, no es la primera vez que lo digo, decía en aquel entonces, cuando lo conocí, un día le dije a Cristina qué lástima que no pude trabajar con Axel, qué lástima. Nos tocó un tiempo difícil, pero me di el gusto, Axel, me di el gusto de trabajar con vos, y me di el gusto de que podíamos hacer en la Provincia de Buenos Aires todo esto que hicimos, porque en esta provincia cuidamos mucho el trabajo, cuidamos mucho el empleo, cuidamos mucho a los bonaerenses, como yo particularmente cuidé a cada argentino y a cada argentina de cada rincón del país. La verdad que para mí no era un dilema, nada hay más importante que la vida de un ser humano, el dilema de la salud o la economía lo tendrán otros, nosotros los que sabemos lo que es disfrutar la vida y sabemos lo que es padecer la muerte y la desaparición, para nosotros la vida vale mucho. (APLAUSOS)
Y fuimos cuidando el trabajo cuando no se podía trabajar, miren qué ironía, cuidando el trabajo, cuidando las fuentes de trabajo, fuimos cuidando a nuestra gente, garantizándoles que quien se enfermara siempre tuviera la oportunidad de ser atendido medicamente como correspondía. De repente nos encontramos que los que cerraban universidades, no les importaba los colegios, de repente le prestaron tanta atención a la educación, y nosotros estábamos preocupados, precisamente porque los maestros podían contagiarse, porque los alumnos podían contagiarse, pero no era un capricho nuestro, era lo que decía la Organización Mundial de la Salud, y tuvimos que sufrir una campaña, una diatriba permanente, haciéndonos aparecer a nosotros como gente a los que la educación pública no nos importaba, a nosotros, somos hijos de la educación públicos, hijos orgullosos de la educación púbica. Pero tuvimos que soportar todo eso, y seguimos avanzando, sobrellevando la situación. Y un día nos enteramos que había vacunas que se estaban haciendo en el mundo, en el medio déjenme contarles algunas cosas que también son interesantes. Así como cerraba el Ministerio de Salud, obviamente también cerraron el Ministerio de Trabajo, también era un tema secundario para ellos, era un costo, ¿para qué hace falta un Ministerio de Trabajo?, pero también cerraron el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Y entonces a nosotros cómo no nos va a importar el desarrollo del conocimiento, de la ciencia y la tecnología, nosotros creamos el Ministerio. Allí en ese CONICET tienen un ejército de treinta mil investigadores, increíble, maravilloso, gente maravillosa, a la que volvimos a poner en el lugar que correspondía, en el lugar que merece un investigador, un científico. En este tiempo de pandemia lo que han hecho nuestros científicos ha sido impresionante. (APLAUSOS)
Miren, este barbijo que tengo acá, que vos tenés uno igual, vos allá tenés uno, vos tenés otro, vos Mariano tenés uno, estos barbijos son la creación de los científicos argentinos asociados a una pyme del Gran Buenos Aires, ¿1.500 millones? ¿Cuánto facturamos? 1.500 millones de pesos se facturaron en una pyme que estaba casi cerrado, con la unión de nuestros científicos y de la pyme y construimos este barbijo que es un barbijo singular, porque es un barbijo que tiene una entretela que mata al virus. Pero también aparecieron los científicos y nos empezaron a traer los test rápidos, para que rápidamente pudiéramos conocer si alguien estaba contagiado o no, y hacer los famosos PCR de una manera más rápida. Científicos que eran de la Universidad de San Martín o de Quilmes, San Martín, Quilmes, varias universidades del Gran Buenos Aires.
A nosotros que amamos la vida, el dolor que nos causa la muerte es infinito, en medio de tanto dolor, todo lo que fuimos capaces de recuperar, recuperamos la salud, cuidamos el trabajo, cuidamos a la pequeña y mediana empresa, la agricultura en todo Buenos Aires siguió funcionando a pleno, tuvimos récord de exportaciones, fueron cosechas extraordinarias, tuvimos récord de exportación de granos y de oleaginosas. Los puertos del Paraná no dejaron de trabajar un solo día, ahí lo veo a Pablo que sabe cómo los camiones llegaban hasta esos barcos, cargados de soja, de girasol, de maíz, y la Argentina siguió, la Argentina somos todos nosotros, y siguió, y un día nos enteramos que estaba la vacuna, que en algunos lugares del mundo estaban trabajando con las vacunas, y allí fuimos, y el 21, 22 de diciembre empezamos a vacunar a los argentinos y a las argentinas , fuimos de los primeros países del mundo en empezar a vacunar. (APLAUSOS)
Nos decían que nos estábamos comprometiendo en geopolítica porque las vacunas eran producidas por el Estado Ruso, por un Instituto reconocido mundialmente, que si no me equivoco, tiene cinco Premios Nóbel solamente ese instituto, y nosotros confiamos, mandamos a nuestros médicos, fuimos gente de Buenos Aires, gente del Ministerio Nacional, y pudieron certificar la calidad de esas vacunas, y empezamos a distribuir esas vacunas, después fuimos por la vacuna China; después llegaron las vacunas americanas, hoy deben estar contentos porque llega la vacuna Pfizer, así que tanto me pidieron, hoy llegan así que deben celebrar hoy, porque las podemos tener. (APLAUSOS).
Lo cierto es que nosotros conseguíamos vacunas y lo único que escuchábamos era un incentivo permanente a que la gente no se vacunara, me acusaron de envenenar a la gente por las vacunas, pero no nos importó, no bajamos los brazos, seguimos con el proceso de vacunación. Y el proceso de vacunación se fue haciendo, cada día más, cada día más, y así fuimos saliendo de ese tiempo tan ingrato, decíamos recién que en verdad que la mejor política económica que tuvimos fue la vacuna, porque con la vacuna pudimos despejar el miedo al contagio, pudimos ir recuperando poco a poco la habitualidad de nuestras vidas, y el proceso económico pudo contar con trabajadores y trabajadoras que movieron los engranajs de la producción nacional, y lo vamos logrando, y mal que les pese recuperamos decenas de miles de empleos, recuperamos miles de pequeñas y medianas empresas, tenemos récord de exportación, vamos a terminar este año creciendo alrededor de un ocho por ciento. ¿Esto es suficiente? No es suficiente, claro que no es suficiente, porque todos tenemos claro que a muchos sectores todo esto que se está viviendo en muchos sectores, en muchos sectores no se vive, que acá en Mar del Plata yo tengo presente que la gastronomía y el hotelería todavía están esperando el momento. Hace dos o tres semanas atrás, lanzamos un programa desde el Ministerio del Turismo, donde uno desde el Estado paga la mitad de lo que uno contrata, el Previaje lo llamamos; la demanda en las agencias turísticas se incrementó el 500 por ciento. (APLAUSOS)
Tiene razón Daniel, en diciembre Mar del Plata va a volver a ser la Ciudad Feliz, no lo duden, no lo duden. (APLAUSOS)
Me pregunto qué va a pensar el que vota el domingo, yo solo quiero recordarles que nosotros actuamos lealmente con nuestros opositores, aún en los últimos días de su gobierno, donde por un enojo, de esos que él decía que cuando se enojaba podía hacer mucho daño, después de la PASO se enojó e hizo un daño incalculable, entre agosto y octubre se fueron 23 mil millones de dólares de la Argentina, y en el medio de ese disloque pidió ayuda y le dimos ayuda, lo ayudamos, la verdad que alguno podrá decir fuiste un tonto, por qué no dejaste que el dólar vuele, fuiste a ayudarlo, no, si el dólar volaba, volábamos todos nosotros, volaba la Argentina, volaban los argentinos, y las argentinas. (APLAUSOS) Y ayudamos, lo ayudamos a que deje las cosas, iba a decir que deje las cosas ordenadas, no, lo ayudamos a que deje de desordenar todo, lo ayudamos a eso. Anda diciendo que lo que digo es mentira, pero repentinamente ayer lo vi a Manuel Álvarez Agis que en esos días me ayudó mucho, y que recordó él, porque yo le pedí a Manuel en un momento “ocupate a ver cómo podemos resolver esto”, porque un día me llamó y me dijo “voy a sacar una medida de esas que te gustan a vos, te va a llamar el Presidente del Banco Central, yo me voy a ver a Boca”. Y bueno, la medida fue el cepo.
Ahora: el domingo pensemos en todo esto, porque miren, estoy más gordo y estoy ojeroso, estoy más gordo por como nos pasa a muchos de nosotros, la angustia a canalizo comiendo dulces, eso hace mal, me pasa, para qué les voy a mentir. ¿Saben por qué tengo estas ojeras? Porque amanezco a las siete de la mañana y vuelvo a las doce de la noche, una de la mañana, y lo hago feliz, lo hago encantado y estoy orgulloso de mis ojeras, las ojeras me las causó cuidar a mi pueblo, ¡qué mayor orgullo puedo tener! (APLAUSOS)
La verdad no me dan ganas de a las siete de la tarde apagar el teléfono y mirar Netflix, no me dan ganas, no me dan ganas, a mí me dan ganas de recentrarme, como ayer en Chivilcoy, con los que perdieron el trabajo y hoy lo recuperaron, voy a estar feliz el día que todos los hoteles y todos los restaurantes de Mar del Plata estén funcionando a pleno, ahí voy a estar feliz, y bienvenidas mis ojeras si es que logro eso, bienvenido que sea así. Por eso les pido, como dijeron todos los que me precedieron, hay dos modelos de país, hay un modelo que piensa en ustedes, y hay un modelo que piensa en ellos, por favor, voten por ustedes, voten por el pueblo, voten por los argentinos, voten por las argentinas, voten por las enfermeras, voten los enfermeros, por los médicos, por las médicas, por los maestros, por las maestras, por la cada trabajador y cada trabajadora de esta maravillosa Argentina. Gracias a todos y todas.