Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en acto por el Día de la Industria, en Resistencia, prov. del Chaco
Buenas tardes a todos y a todas; gracias a todos y todas, gracias querido Gobernador, mi querido amigo “Coqui”: efectivamente, cuando se aproximaba el Día de la Industria nos preguntábamos dónde conmemorar el Día de la Industria y allá – en Buenos Aires – se hizo la celebración central, de la Unión Industrial y mis saludos a todos los industriales, de la Argentina, pero a mí me parecía muy importante, muy relevante, que celebremos, el Día de la Industria en el interior de la Patria.
Y para el desarrollo de la Argentina, para el desarrollo económico, para el desarrollo social la radicación de la industria, en distintos lugares de la Patria, es un objetivo central, sino todo se vuelve un discurso y no se hace realidad. Entonces, le dije al Gobernador que quería pasar el Día de la Industria, aquí, con ustedes, porque yo tengo, además, algo que me obsesiona desde el primer día, lo sabe el Gobernador muy bien: soy hijo de un riojano, y – desde muy chico – vi los padecimientos del Norte argentino y siempre esa Argentina que tiene un centro desarrollado y dos Argentinas periféricas que no logran desarrollarse del mismo modo que el centro, se convirtió en mí en una obsesión. Porque eso es la Argentina; no hay una Argentina central y otra periférica, debe haber una Argentina, que se desarrolle y tenga las posibilidades de desarrollo, en cada región, en cada latitud, en cada punto por lejano que sea, de la Argentina, tenga las mismas posibilidades de desarrollo. Y la industria es central para el desarrollo.
Bien dijo el Gobernador, cuando se radica una industria se genera empleo, cuando se genera empleo la gente se afinca, en el lugar donde trabaja y así es donde uno puede crecer, en el lugar donde nace, como digo siempre yo, educarse, encontrar trabajo, formar su familia y encontrar un futuro, en el mismo lugar donde se ha nacido, que es el objetivo que debemos ponernos como lógica de desarrollo del país.
Yo estoy muy feliz de venir al Chaco a celebrar aquí, en el Norte Grande, el Día de la Industria y es muy atractivo ver para los que por ahí están lejos del Chaco, y están por ahí en el centro económico, de la Argentina que vean todo esto, todo lo que es capaz de producir, el Chaco. Todo el material de construcción que es capaz de producir, el Chaco, con alta tecnología; capaz de producir maquinarías de esta envergadura, dedicadas al agro o al mejoramiento de caminos; capas de producir alimentos, como he visto por ahí atrás, o artículos de limpieza, productos de limpieza. Además sabemos que Chaco es una potencia, en materia algodonera, eso ya lo sabemos todos, pero saber que Chaco, hoy tiene la mayor productora de telas de jean, de denim es un dato distinto.
Hoy, cuando a la mañana, amanecí tenía un mensaje de un empresario textil, que era muy importante, en la Argentina, que la pasó muy mal, en los años anteriores, tuvo que cerrar varias plantas y me contaba que ya había reabierto y ampliado tres plantas, que la última la está abriendo ya, en Corrientes, y que el año próximo viene al Chaco a abrir la planta, que cerró, en el año 2017. Y eso me puso muy feliz y me dice que va a tener que seguir ampliando y voy a tener que seguir construyendo nuevas instalaciones, porque la verdad que estamos produciendo bien, estamos produciendo y vendiendo.
Y también me alegró ver que no sólo tienen esa empresa, que fabrica tela de denim, sino que también han empezado a confeccionar, con esas mismas telas, prendas de vestir, calzado deportivo, zapatillas, que también han desarrollado el diseño, más allá del denim, y que toda esa producción textil, que ya no solamente supone el hilar algodón, el tejar algodón, sino que también supone convertirlo en prensas de vestir, diseñarlo, coserlo, confeccionarlo y todo eso se está haciendo en el Chaco. Y todo eso lo celebro, porque esa es la Argentina con la que uno sueña.
La Argentina que uno sueña es una Argentina que produce, donde hay empresarios que arriesgan. Acá estamos en una empresa, que es capaz de montar espacios, como el que tengo a mis espaldas. ¿Cuánto hay acá, 5.000 metros cuadrados? 5.000 metros cuadrados, montados sobre la base de acero, aberturas, todas producciones del Chaco, que se expande más allá del Chaco, como estuvimos viendo recién. Que va desde construcciones de este tipo, hasta shopping, todo esto hecho en el Chaco, construcción de muy alta calidad. Yo todo esto lo celebro y es lo que siempre soñamos nosotros. Nosotros, desde el día que abrazamos la política, soñamos vivir en un país, donde haya emprendedores. Los empresarios son eso, emprendedores, son personas que arriesgan su capital, montan una empresa, en esa empresa van todos sus sueños, necesitan asociarse al que trabaja y entonces emplean gentes y allí empieza un proceso productivo virtuoso, que produce, la renta genera más inversión, genera más trabajo, generan más expansión. En esa Argentina, donde un emprendedor arriesga e invierte para dar trabajo, para producir y crecer es la Argentina que uno prefiera a la Argentina de la especulación, a la Argentina financiera, donde – a veces – es más negocio ir y apostar a unos bonos, que construir todo esto, que producir todas estás máquinas, que producir todos estos muebles, que producir esa máquina de biodiesel y - en verdad eso - es un modelo de país, donde muy poquitos ganan y millones y millones pierden.
En cambio, con la industria en funcionamiento ganan todos: gana el que invierte y arriesga y bienvenido que gane; gana el que trabaja porque tiene un lugar, donde encontrar su sustento diario para él y su familia; gana la sociedad porque se organiza detrás de ese trabajo y de esa producción; gana el Estado porque prescinde de tener que importar productos que empiezan a producirse en el país y son divisas que no se van del país. Ganamos todos. Ese es el modelo virtuoso con el que nosotros siempre soñamos y al que siempre apostamos. Eso nos diferencia de otros, que – en estos días – están compitiendo con nosotros, en tiempos electorales, eso es lo que nos diferencia.
Para nosotros, alguien que invierte su capital necesita de la ayuda del Estado, necesita del impulso del Estado, claro que sí. Y si es un pequeño empresario, un mediano empresario, claro que necesita la ayuda del Estado. Y esa ayuda puede venir con créditos, puede venir con ventajas – como en el caso que hablaba el Gobernador – de reducir los aportes patronales, para hacer más fácil la generación de empleo. Claro que el Estado tiene que estar presente, para ayudar a ese pequeño y mediano empresario. Claro que sí y a nosotros eso no nos avergüenza, para nada. A nosotros lo que nos avergüenza es mirar en silencio cómo se abrió la importación, en algún momento, y nada de esto tuvo sentido producirlo porque era más fácil importarlo.
Y a mí me duele, cuando yo hablo con muchos de esos empresarios textiles, ese que acabo de mencionar, que me contaba, que allá por el año 2017, fue a ver al ministro de la Producción diciéndole que iba a tener que despedir 800 personas, porque con la importación textil, de China, no podía él competir. La respuesta que recibió fue: “despídelos que alguien lo va a tomar”. Y me apenó mucho, escuchar una vez, a una empresaria, que diseña modas y tiene una marca muy prestigiosa, en la Argentina, que fue a plantearle lo mismo, que le costaba mucho producir, en la Argentina, porque la competencia que venía importada no le permitía producir. Y la recomendación, que recibió, del ministro de la Producción fue: “andá a confeccionar a China, que allí le pongan el etiquetado tuyo, y después impórtalo”. Y eso suponía dejar gente sin trabajo, en la Argentina, sacar divisas de la Argentina y la verdad hacer una sociedad económicamente más débil, eso suponía. Y esos son los modelos que están en discusión, hoy en día.
Nosotros, con alegría, vemos que aquel país, que en diciembre del año 2019, nosotros recibimos, Que en diciembre del año 2019 recibimos, donde el salario real había caído un veinte por ciento, nosotros en tres meses, poco más de tres meses, en cien días que tuvimos de normalidad desde el 10 de diciembre del 2019 hasta el 19 de marzo del 2020, en ese tiempo el salario real se había recuperado seis puntos, esos 6 puntos que recuperamos los perdimos, y después recuperamos un poquito más, hoy estamos prácticamente en los mismos términos salariales de antes de la pandemia, con una pandemia que afectó al mundo entero.
Hoy estamos con el 65 por ciento de la capacidad instalada utilizándose, y eso viene en un proceso vertiginoso de crecimiento y nos alegra, y ojalá que pronto ese número crezca y la producción industrial y la capacidad instalada para producir en la industria sea cada vez mayor. La actividad industrial creció sensiblemente comparado con junio o julio del año 2019.
Y todo a nosotros nos alegra, hoy tenemos un crecimiento real de trabajadores en la industria, de trabajadores formales; hoy prácticamente recuperamos todo el empleo que se perdió en la pandemia, es cierto que hay actividades que lograron recuperase más rápido que otras, y toda la industria siderúrgica, toda la metalmecánica, la automotriz, se recuperaron más velozmente que otras. Es cierto que la construcción se recupera más velozmente que otras, y es cierto que algunas están rezagadas, son esas actividades a las que vamos a poner toda nuestra atención ahora, que habiendo podido avanzar en el proceso de vacunación, la pandemia va cediendo como riesgo, la vida normal vuelve a recuperarse, la actividad vuelve a recuperarse, entonces en esos que quedaron más postergados, estoy hablando de la industria hotelera, de la industria turística, la industria de la gastronomía, todos esos sectores son ahora objeto de nuestra mayor atención. ¿Los abandonamos?, no, no los abandonamos, el año pasado llevamos adelante un plan para incentivar a la gente a hacer turismo interno, fue el Previaje, este año lo acabamos de largar otra vez, y días atrás el Ministro de Turismo me decía que la demanda de turismo en las agencias de viajes aumentó por ese Previaje un 500 por ciento, y lo celebro, eso es turismo, eso es actividad económica, eso es consumo, eso es producción.
En un año y medio de gobierno nosotros entregamos más de 20 mil viviendas, y si lo comparamos con los cuatro años que me precedieron, duplicamos el número de viviendas entregadas. De aquí a fin de año vamos a estar construyendo cien mil viviendas lo que significa recuperar 300 mil puestos de trabajo de la construcción, y muchos de esos ladrillos y de aquellos ladrillos premoldeados tendrán destino en esas construcciones nuevas que estamos haciendo, esos tanques de agua que allá ustedes ven.
Esa es la Argentina a la que nosotros apostamos, una Argentina que se motorice a través de la industria, que además promueva las nuevas exigencias de este tiempo, el desarrollo tecnológico.
La pandemia, ayer estuve con investigadores del CONICET, ustedes por ahí no lo saben, pero la Argentina tiene solamente en el CONICET alrededor de 30 mil argentinos que investigan en materia de ciencia y tecnología, es un ejército de argentinos que están trabajando en eso. Ellos por ejemplo diseñaron estos barbijos, que dicen que es un barbijo más, no, es un barbijo que tiene como una suerte de entretela de cobre, que es mucho más efectivo a la hora de prevenir el virus, hicieron esto, construyeron esa tela de cobre, e hicieron esto asociados a una pyme del Gran Buenos Aires. Facturaron 1500 millones de pesos vendiendo estos barbijos, se unió la ciencia del Estado, los investigadores del CONICET, con una pyme argentina, y produjeron eso. Esos mismos investigadores, cuando todo esto empezó, la pandemia empezó, vinieron un día a verme, investigadores de la Universidad de San Martín creo que eran, con un kit para hacer los famosos testeos de PCR más rápidos, y la verdad lo miré y con la desconfianza de quien tiene la lógica de un abogado, dije “¿esto funcionará?”: 24 millones de dólares facturados como consecuencia de haber producido con laboratorios argentinos esos kits, y que se vendieron en la Argentina y se exportaron.
La pandemia también nos dejó esa comprensión que nos dice podemos asociar el anhelo empresario con la ciencia y la tecnología que el Estado puede aportar, y que también aporta muchas veces el sector privado, Global es un caso, una empresa tecnológica que hoy es casi una multinacional, nacida en la Argentina, yo conocí su sede en México, y ahora está haciendo un enorme esfuerzo para desarrollar varios puntos de varias sedes de su empresa, en distintos lugares del país, está en el Chaco y está en Ushuaia, en latitudes tan extremas, y emplean a muchos jóvenes, virtuosos en el manejo de las nuevas tecnologías.
Nosotros ahora que hemos avanzado mucho en el proceso de vacunación, que más del 85 por ciento de los mayores de 18 años han recibido por lo menos una dosis, que en este mes de agosto que terminó dimos 7 millones de segundas dosis, y yo calculo que cuando termine septiembre vamos a tener vacunadas con segundas dosis a la mitad de la población argentina. Yo creo que ahora sí tenemos que mirar el futuro, con alegría y con esperanza. Hemos pasado el peor tiempo, un tiempo enormemente ingrato. Cuando uno mira para atrás, a uno le tocó ser presidente en este tiempo, dice quiénes la habrán pasado como yo, se tienen que remontar a Sarmiento que pasó la fiebre amarilla, que no fue una pandemia, pero fue una epidemia muy dura en la Argentina, o a Yrigoyen, que tuvo que pasar la pandemia de la gripe española, y después nos tocó a nosotros, y hay poco para buscar experiencias y antecedentes, y ojalá que la experiencia que ganamos nosotros no se la tengamos que trasladar a nadie, porque ha sido muy triste este tiempo de pandemia. Pero estamos en pie, produciendo, trabajando, invirtiendo, de cara al futuro, no renunciemos a ese futuro, ese futuro nos incluye a todos, ese futuro se hace con empresarios, con trabajadores, con hombres, mujeres, con niños, con ancianos y con la felicidad de que vamos a recuperar para que tengamos la vida que queremos. Gracias a todos y a todas.