Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en un acto del Frente de Todos, desde la Quinta Nazareno, en Pocitos, provincia de San Juan
Gracias, gracias, muchas gracias a todos y todas: una vez más feliz de estar acá, en San Juan, porque siempre me reciben con mucho cariño, con mucha generosidad los sanjuaninos y las sanjuaninas, es una tierra tan linda, que dio gente muy valiosa también, como Sarmiento, por ejemplo, ese gran promotor de la educación pública, que yo tanto cuido y por la que tanto trabajo.
Llegamos a San Juan, hoy, para revisar – un poco – en qué lugar estamos, después de los dos años más difíciles que a todos nosotros nos ha tocado vivir, porque la humanidad no recuerda, muchas veces una pandemia. El último presidente argentino que tuvo que enfrentar una pandemia, fue – precisamente – Domingo Faustino Sarmiento y después me tocó a mí. Creo que a Sarmiento le debe haber ido mucho peor, porque no contaba con los recursos técnicos de la medicina, con los que hoy contamos, pero a pesar de todo fueron dos años muy difíciles, porque la medicina no encontraba solución para frenar el contagio, para evitar las muertes y la única recomendación que nos hacía era tratar de tomar distancia y tratar de reservarnos, en nuestras casas y eso afectó mucho la actividad económica.
En aquellos primeros días hubo quienes me decían: “no, no, olvídate de la salud de la gente, porque – finalmente –se van a morir los que se tengan que morir, pues lo más importante es que la economía no pare”. Pero – la verdad –es que todos los que estamos acá cada muerte nos duele, y no era lo mismo dejar que se mueran los que se tengan que morir, no era lo mismo. Y entonces en la disyuntiva optamos por preservar la salud y la vida; esa fue la realidad, con consecuencias que no podíamos evitar, con consecuencias que significaban que la economía – de algún modo – se complique. Pero me recuerdo, que aquellos días, decía. “bueno, pero igual un mal resultado económico podemos revertir, pero una muerte es difícil de revertir”. Y en aquel momento – con “Wado”, con Santiago, estaba Ginés en el gobierno – recibimos a un epidemiólogo importante, que representaba un laboratorio norteamericano muy importante, que nos trajo una serie de estadísticas hechas por universidades inglesas, que daban cuenta que – por las condiciones de sanidad, que tenía la Argentina, porque, acuérdense, que el ministerio de Salud había desaparecido, que había vuelto el sarampión, que las vacunas se vencían, en los galpones de la Aduana, y por esas condiciones la Argentina tenía que calcular que sus muertos iban a ser de alrededor de 250.000. Y yo me acuerdo que, cuando me dijeron esa cifra, sentí un escozor que no olvidaré nunca.
La verdad que hubiéramos querido que muchos argentinos no tuvieran que pasar ni por el contagio y mucho menos que muchas familias debieran afrontar la pérdida de seres queridos. Siempre para cada una de ellas mi cariño, mi gratitud, mi solidaridad. ¿Qué es lo que le puedo decir a quien pierde a un ser querido, en estas circunstancias? Pero a pesar de todo, nosotros trabajamos para que la economía se resienta lo menos posible. Y auxiliamos a todo el país; a ningún Gobernador le preguntamos qué votaba ni de qué color político era, a ningún intendente le preguntamos de dónde venís o de qué partido político sos, porque la única preocupación que teníamos eran los argentinos y las argentinas, no era otra la preocupación que teníamos, era esa, exclusivamente esa.
Y allí fuimos, primero, a preservar el trabajo formal, con el Asignación para el Trabajo y la Producción (ATP) y así logramos preservar gran cantidad de pequeñas y medianas empresas y el trabajo formal de muchos argentinos y argentinas. Nos preocupaban mucho los que peor estaban y nunca dejamos de aumentar la Asignación Universal Por Hijo (AUH). Y después nos dimos cuenta que teníamos que prestarle mucha atención a las madres, que tenían hijos, menores de 14 años, porque entre los menores de 14 años la pobreza crece a un número muy preocupante, casi al 60 por ciento. Y allí fuimos con la Tarjeta Alimentar, que se sumaba – en muchos casos – a la AUH. Y después nos dimos cuenta, que había un montó de gente, a los que el auxilio de este tipo no le llegaba pero, básicamente, porque el Estado no sabía quiénes eran.
Me acuerdo que la primera vez, que hablamos con Matías, yo le pregunté. “pero cuánta gente puede estar en esa situación de que no sepamos”, entonces lo único que teníamos era un DNI, pero no sabían a qué se dedicaban, si estudiaban, si trabajaban, si vivían de sus familias, no sabíamos nada, si estaban en situación de pobreza, no sabíamos nada. Y empezamos a buscar a ver quiénes eran y cuando terminamos de contar no eran 3 millones de personas, eran 9 millones de personas. 9 millones de personas, respecto de las cuales el Estado había dejado olvidada en algún lugar, sin preocuparse nunca cuál era la verdadera situación que enfrentaban. Pero esa gente también necesitaba auxilio y fuimos con el IFE, que llegó a esos 9 millones de personas, que estaban en una situación muy delicada y llegó a toda la Argentina, no llegó a algunos lugares sí y a otros no.
Nos preocupaban también los profesionales independientes, los monotributistas, el que tenía un quiosco, el que tenía un barcito y fuimos con créditos muy blandos, a tasa cero, que empezaban a pagar seis meses después, de que les eran otorgados.
En realidad – cuando uno mira para atrás – hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance, todo, absolutamente todo. Empezamos con muchas ganas y con mucha ilusión, el Gobierno, pero en el mes de marzo, apagaron esa película y nos prendieron otra y tuvimos que reacomodar toda nuestra política a un nuevo escenario y reaccionamos bien, reaccionó bien el Gobierno Nacional, reaccionó bien los que gobernaban, en las provincias, definitivamente – la mayoría de ellos – estuvo a mi lado, acompañándome, en este tiempo, que estoy seguro estamos terminando. Y yo siempre voy a estar agradecido a cada uno de ellos. Yo, en todo ese tiempo, la verdad, no me tomé un día de vacaciones, ni me fui a la playa nada, ni una la semana. Muchos me critican las ojeras, pero no tengo más opción que tener ojeras, si tengo que trabajar así (APLAUSOS9
Y como yo todos pusimos mucho empeño, mucho empeño para sobrellevar el momento más difícil de nuestra historia. Y allá, por diciembre, del año pasado, llegaron las vacunas y empezaron a llegar proporcionalmente, a toda la Argentina. Primero vacunamos al personal de la salud; después vacunamos al personal de seguridad, después empezó a llegar a los ciudadanos. Allá, en diciembre – cuando llegaron las primeras vacunas – montaron un enorme show, donde planteaban que –en verdad – estábamos ofreciendo a los argentinos vacunas muy riesgosas, que era un acto de inconciencia nuestra, pero – lo cierto –era que nosotros estábamos muy seguros de la calidad de las vacunas, que estábamos proponiendo.
El tiempo dijo que terminó siendo la más efectiva de todas, pero mientras tanto, tuvimos que soportar a los que me acusaban de envenenar a la gente, y me pasó algo peor- como le recomendaban a la gente no vacunarse – yo decidí ser el primero en vacunarme para darle confianza a la gente, de que podían confiar en la vacuna, que yo estaba trayendo y después no sé no me pregunten cómo pasó, pero terminé en un vacunatorio VIP. En verdad, yo me vacuné para que todos estén tranquilos y darle tranquilidad y confianza y terminando metiéndome como un vacunado de privilegio. Después el tiempo demostró que teníamos que buscar más vacunas y seguimos buscando. Fuimos a buscar a Oxford, quien nos permitió que hagamos la materia prima de la vacuna, el principio activo de la vacuna y acordamos, con México, trabajar juntos para producir la vacuna para Latinoamérica. Y porque hicimos ese acuerdo, muchos dijeron que éramos parte de una suerte de confabulación geopolítica donde nosotros estábamos promoviendo la vacuna rusa y la vacuna china, pero cuando acordé, con Oxford, nadie me dijo que era un monárquico y siguieron y siguieron sembrando dudas. Después vinieron las vacunas norteamericanas y pudimos firmar acuerdos, que fueran ventajosos para la Argentina, porque si hay algo que yo siempre tengo presente es que, cuando yo firmo un acuerdo, un resolución, un decreto o promulgo una ley, estoy incidiendo en la vida de generaciones de argentinos.
Entonces, pudimos firmar acuerdos, con laboratorios americanos y vinieron las vacunas norteamericanas, finalmente. Nada de este tiempo fue fácil, pero en este tiempo nosotros logramos atender a los más necesitados, preservar el trabajo formal y no paralizarnos porque – desde que llegamos, hasta ahora – en la Argentina, entregamos 20.000 viviendas, que se hicieron en todo el país. (APLAUSOS). 20.000 viviendas, que las hicimos, pensando en el derecho que tiene cada argentino y cada argentina de tener un techo, para él y su familia. Eso es un derecho humano, en los tiempos que vivimos. Y avanzamos y avanzamos y cuando en enero, de ese año, ocurrió el sismo, el movimiento, el temblor, que vivió San Juan y lastimó la vivienda de realmente gente muy necesitada, en Pocito, vine al día siguiente y le pregunté a Sergio cuántas casas harán falta construir acá y cuántas familias son, vamos a tener una suerte de censo para ver cuántos son y a la semana estaba Jorge trabajando, poniéndose en marcha con todo eso. Y eran 835, o 837 casas, que había que construir… 837; 1.800 era el total de la provincia, pero eran 837 para ese emprendimiento. 837 casas. Y yo le decía a Jorge: “mirá hay que apurarlas porque esta gente lo necesita, hay que apurarlo”. Y Sergio me decía, la semana pasada que ya estaban muy avanzadas la construcción y entonces dijimos. “vamos a verlo”. No saben la alegría que me dio ver tantos sanjuaninos trabajando levantado paredes, para sanjuaninos y sanjuaninas que lo están necesitando. (APLAUSOS)
Y yo estoy seguro, que en diez meses más, un año a más tardar, todo eso estará terminado y todo eso será un hermoso barrio, con escuelas, con jardines de infantes, con calles iluminadas, donde sanjuaninos y sanjuaninas puedan vivir dignamente. Y ese día ya le saqué el compromiso a los vecinos y vecinas del lugar, vamos a venir – con Sergio – vamos a hacer un buen asado, vamos a brindar con vino sanjuanino y vamos a celebrar que sanjuaninos y sanjuaninas tengan esas casas. (APLAUSOS). San Juan, en todo este tiempo, siempre estuvo en la atención del Gobierno Nacional, como todo el país. Yo, la verdad, no hago diferencias: si sufre alguien en Ushuaia sufre un argentino; si sufren alguien en La Quiaca sufre un argentino y si sufre alguien en San Juan sufre un argentino.
San Juan, en nuestro gobierno, sólo para preservar el trabajo, con el ATP y con la inversión de viviendas ha recibido 17.000 millones de pesos y yo estoy muy contento, porque cuando yo veo cómo la pandemia nos complicó la vida y veo las cuentas públicas de los estados provinciales y me doy cuenta que está todo tranquilo y ordenado y en verdad nadie tiene el sobresalto de poder pagar los sueldos yo digo: “vamos por buen camino”.
La vacunación fue avanzando, poco a poco, y con la vacunación el riesgo de contagio, muerte y enfermedad fue bajando, fue cediendo y aceleramos la vacunación y recibimos muchas vacunas. ¿Y qué cantidad de gente tenemos vacunadas, qué porcentaje de la población? Casi 700.000 sanjuaninos y sanjuaninas ya han sido vacunados. En el país, el 85 por ciento, de los mayores de 18 años, ya tiene – por lo menos – una dosis y yo calculo que, en poco tiempo más, ya prácticamente, los mayores de 60 años, que es parte de nuestra sociedad de mayor riesgo, ya prácticamente está avanzando a gran velocidad con la segunda dosis y yo confío que podamos en un mes más.
Y yo creo que en un mes podamos tener por lo menos la mitad de la sociedad argentina con las dos dosis dadas. Y hemos empezado a vacunar a los adolescentes, porque conseguimos las vacunas para los adolescentes, eso también va a gran velocidad. ¿Y por qué reparo en la vacuna? Porque cuando la inmunidad haya venido, no porque nos contagiamos total todos se van a contagiar, como alguien me dijo, sino que la inmunidad haya llegado como consecuencia de la vacunación responsable, entonces sí el horizonte nos va a mostrar nuestra puerta de salida. Las próximas elecciones tienen mucho que ver, quiero serles franco, allí debemos reparar en todo lo que nos pasó, en lo que nos pasó en estos dos años, y cómo debimos enfrentar estos dos años por el país que nos dejaron quienes estuvieron cuatro años antes. Y allí les pido a todos que piensen y reflexionen, y que se den cuenta, porque nada es más fácil que desde la tribuna cuestionar cómo juega un equipo, lo difícil es jugar el partido, los que estamos acá jugamos el partido, sabemos lo difícil que fue, jugamos en una cancha embarrada y muchas veces la acción política de algunos, en una cancha inclinada. Cristina dice “nos la pasamos atajando penales”, tal vez recibimos algún gol, pero hicimos un montón de goles, y los goles que hicimos están en esa empresa que iniciamos hoy, Lacoste, tiene tres empresas en el mundo que producen, una en París, una en Japón y una en San Juan. (APLAUSOS) Y esa empresa también se mantuvo, porque el Estado la ayudó, y la ayuda, ¿y eso está mal?, no, ¡está muy bien, está muy bien que el Estado esté presente para ayudar al que invierte, produce y da trabajo. (APLAUSOS)
Hoy veníamos hablando con Jorge, y me dice vamos a tener que sacar un DNU para mejorar las condiciones crediticias de los que quieren acceder a una casa, para garantizarnos que la cuota no crezca por encima de las posibilidades del que toma el crédito de pagar, y le dije ¿por qué un DNU?, porque hay una ley dictada por el gobierno precedente que reguló los créditos UVA y por lo tanto todo lo que haya que modificar en materia crediticia hay que hacerlo por vía de un DNU. Piensen la diferencia, antes el problema de las viviendas lo debía resolver el mercado, el mercado, y las cuotas subían como subía el dólar, como mandaba el mercado, y lo que estamos pensando con Jorge es que si tomo un crédito no sienta que está entrando en un problema, sienta que está saliendo de un problema. Yo cuando cuento estas cosas, a las que podría sumarle otras, por ejemplo que en el medio dela pandemia pusimos un satélite en órbita, además, que enfrentamos la pandemia sin ministerio de Salud, con sarampión recorriendo nuestras calles, una enfermedad que creímos erradicada volviendo a afectar a nuestros chicos; con los hospitales abandonados, y nos pusimos a constituir hospitales, y llevamos hospitales de emergencia a todos los lugares donde fueron requerido, y llevamos a nuestras Fuerzas Armadas con sus hospitales de campaña, a lugares donde hacían falta, y montamos cerca de cuatro mil camas de terapia intensiva para que a nadie le fale una cama, y nadie que se ha enfermado dejó de recibir la atención médica que necesitaba, ¿y saben por qué? Los que estamos acá creemos que el Estado tiene que estar presente para cuidar la salud pública, y la salud no es un problema del mercado, como no es un problema del mercado la vivienda, es un problema que el Estado debe tomar en sus manos para resolver el problema de los que lo necesitan. (APLAUSOS)
Marco todas estas cosas para que en los tiempos en que vivimos, donde muchas veces la disputa se vuelve cruel y la agresión se sobredimensiona, y a veces dudamos de errores que cometemos, y decimos esto no debió haber pasado y pedimos disculpas, fácil, pero que nada de eso los haga olvidar lo que vivimos hasta el 10 de diciembre del 2019, porque además de todo eso, en el medio tuve que arreglar una deuda de 100 mil millones de pesos que tomaron con acreedores y que dejaron en default, que dejaron impagas, y tuve que ir y discutir acreedor por acreedor para sacar la mayor ventaja para la Argentina, y logré que esa deuda nos dé cuatro años de gracia, diez años para pagarla, y al cabo de todo ese tiempo haber ahorrado 37 mil millones de dólares para Argentina, y ahora estoy discutiendo con el Fondo, en un contrato que es un acuerdo que se firmó en una noche en Olivos, y que al país le costó 44 mil millones de dólares. Fíjense ustedes que ese crédito original era de 57 mil millones de dólares, cuando yo llegué dije no quiero más plata, no me den más plata, entonces así no necesitamos llegar a los 57 mil, pero originalmente era de 57 mil millones de dólares. El mundo ahora, después de la pandemia, todos estamos de acuerdo que está muy necesitado, que desiguladad creció, que muchos están una situación de más postergación, en el mundo entero, para todo el mundo, para arreglar le problema de la pandemia en todo el mundo el Fondo Monetario Internacional ha propuesto darle a todo el mundo 50 mil millones de dólares, y alguien en la Argentina tomó crédito por 57 millones de dólares, y todavía habla. Es muy impresionante. Yo les cuento que la negociación con el Fondo no es fácil, nunca lo fue, yo digo medio en broma y medio en serio que yo debo tener un estigma, porque cada vez que llego al gobierno la Argentina está en default, llegué con Néstor en el 2003 y estábamos en default y tuvimos que pagar el default, y tuvimos que discutir con el Fondo para pagarle la deuda e independizarnos del Fondo, y ahora me toca llegar al Gobierno y otra vez estamos en default y otra vez tengo la discusión con el Fondo. Pero muchos de los que tomaron esa deuda ahora me dicen hay que arreglar con el fondo, hay que arreglar con el fondo, yo con el fondo no voy a arreglar en ninguna cena, voy arreglar preservando los derechos de los argentinos, voy a arreglar sabiendo que antes de pagarle al Fondo tengo que pagar un montón de deuda social en la Argentina. (APLAUSOS)
Así seguimos, y estamos saliendo, cuando uno mira los números son auspiciosos, crece la economía, crece la construccion, crece la inversión, crece el empleo, crece el empleo industrial, mañana vamos a tener un acto porque el empleo industrial está creciendo en todo el país, crece el empleo en la construcción, crece el empleo, ¿eso quiere decir que estamos bien? No, quiere decir que todo indica que estamos en el camino correcto, eso quiere decir, y lo que más necesito de cada sanjuanino y cada sanjuanina es que no desviemos este camino, porque cuando tomamos los argentinos, yo no fui parte de esa votación, no voté eso, pero cuando los argentinos por mayoría tomamos otro camino nos fue pésimo, perdimos 23 mil pymes, nos endeudamos en 150 mil millones de dólares, que no están en ese barrio en Pocito que tiene casas de adobe, no están en ningún puente, en ninguna ruta está en el exterior, porque todo formado para que la plata entre y salga, y siempre pasa lo mismo, unos vivos ganan mucho y millones de argentinos pierden. Y recuérdenlo, grábenlo en la memoria, aprendamos una vez de nuestra historia, aún cuando mucho barullo, cuando hagan mucho ruido, cuando estén buscando con lupa en qué nos equivocamos, busquen con lupa, lo que no van a encontrar es una cuenta mía en Caimán, en Bahamas, en Nueva York, no van a ver a ningún hermano mío haciendo negocios con parques eólicos ni con autopistas, no van a ver que mis amigos se benefician con la obra pública, no lo van a encontrar, ¿saben por qué? Porque no lo hacemos, simplemente porque no lo hacemos. (APLAUSOS)
Tenemos que concentrar todo nuestro esfuerzo en que la Argentina tan rápido podamos se ponga definitivamente de pie y empiece a caminar, en un marco de mayor igualdad, que recuperemos todos nosotros la solidaridad que en otro tiempo no existió, que entendamos que aquí nadie se salva solo, ya está visto, nadie se salva solo, tenemos que salvarnos en conjunto.
Yo soy hijo de un riojano, quiero mucho a La Rioja, tengo un amor entrañable por La Rioja, papá, que era riojano, se fue a vivir a Buenos Aires cuando tenían doce años, para estudiar en el Nacional Buenos Aires, y cruelmente nos traía en el verano, de las vacaciones, a La Rioja, con lo cual conocí La Rioja de los cincuenta grados, era una cosa muy impresionante, pero amo a La Rioja, la amo tanto como a la Constitución, yo soy un hombre de Derecho y amo mucho la Constitución, la cuido y la respeto. La verdad que la Constitución es muy clara: los recursos naturales son de la provincia donde los recursos están. (APLAUSOS)
Ahora, los hermanos riojanos lo que tienen que ver es cómo ayudan a ese desarrollo, porque tal vez puedan ganar algo con ese desarrollo, y hasta puedan revisar su política que ha sido constante, de mucho tiempo, de ser críticos de la minería, la minería cuando se explota responsablemente y con acuerdo social tiene sentido, porque todo lo que está acá sería imposible que si la minería no existiera, desde esos foquitos hasta esos caños de hierro, si todo eso no existiera no existiría donde estamos acá, nada de esto existiría. El tema de la minería es hacerlo con responsabilidad política, con la responsabilidad social, con el acuerdo social, como se hace en San Juan, por eso tenemos Secretario de Minería que le robamos a los sanjuaninos, porque sabe mucho de eso. (APLAUSOS)
Yo quiero que San Juan crezca, quiero que crezca La Rioja, quiero que crezca Catamarca, quiero que crezca Jujuy, y quiero que crezca Salta, y quiero que crezca Formosa, quiero que todo ese gran norte argentino de una vez por todas tenga el impulso que no tuvo, porque no le prestaron atención. Y quiero que San Juan crezca, como ha crecido y como está creciendo; y quiero que La Rioja crezca, y h ay que ayudarla, y por ahí puede aprovechar en parte ese desarrollo minero de San Juan para desarrollar una infraestructura que está cerca del lugar donde esa explotación ocurra. La solución, diría el General, es dentro de la ley, fuera de la ley nada. Y como la Constitución es muy clara al respecto, no forcemos las interpretaciones.
Les pido que tengamos en cuenta todo lo que hemos hablado en este tiempo y tengamos en cuenta todo lo que hemos vivido, aprendamos de los aciertos y de los errores cometidos, no repitamos los errores, estemos más unidos que nunca, porque en la unidad está el secreto, entendamos que le mayor riesgo que tenemos es que esa puerta de salida sea el túnel del tiempo que no vuelve a un pasado que nos costó muchísimo. Esa puerta de salida es la puerta que nos acerca a la esperanza y a la posibilidad de vivir la vida que queremos. (APLAUSOS)